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La Maldición de las Princesas. por Sami chan

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Notas del capitulo:

Pues aqui de nuevo, asi que a leer sea dicho...

CAPITULO  DOS

 

 

Aidan Bradley estaba sumamente emocionado, por fin iba a conocer a Draco Malfoy  en persona, suspiro impaciente, desde que lo vio en aquella revista de sociales, el rubio se adueño de sus pensamientos, de su tiempo, de sus sentimientos, de sus suspiros…al verlo le fascino en extremo, y después al enterarse por pura casualidad en una platica con su padre, y sopesando la posibilidad de que podría haber una manera, y no solo de conocerlo, si no también de poseerlo, sí...de hacerlo suyo... no le importó presionar a su padre para que llamara, citara e hiciera efectivo dicho pacto entre jóvenes borrachos …

Si, presiono por todos los medios a su padre para que llamara al patriarca de la familia Malfoy,  y no pedirle…exigirle, que se comportara  como todo un caballero y cumpliera e hiciera valido ese convenio, no le importo escuchar del tremendo pleito que tuvieron su padre y el que estaba destinado a ser su suegro, no le importo terminar con esa amistad de años,  ya estaba decidido, y si era necesario, incluso cambiar de lugar de residencia, y mudarse a ese colegio ingles en donde se supone estudiaba el dueño de sus desvelos, lo haría…

Haría todo lo que fuera necesario y lo que no también, todo…todo  por adueñarse de ese chico…absolutamente todo… ese chico lo valía…todo.

 

%%%%%%%

 

El comedor estaba repleto, todos ansiosos esperando por la selección de casas para los más pequeños, pero había entre toda esa chiquillería,  un joven que sobresalía en medio de todos ellos, el joven era guapo, de piel blanca, ojos amielados, cabello castaño, delgado, alto, media por lo menos uno setenta y cinco, y que esperaba expectante al igual que toda la chiquillada por ver a que casa quedaría seleccionado, ansioso vio avanzar al banquillo a los demás niños hasta que le toco a él, sonrió muy ufano y subió a que le colocaran el famoso sombrero seleccionador del colegio.

Los profesores, específicamente dos de ellos lo veían expectantes, aunque por sus antecedentes y por la manera de actuar altanera del jovencito ya se imaginaban en que casa quedaría…

Terminando la selección de casas, el director hizo lo que hacia por tradición cada comienzo de curso, hacer las recomendaciones pertinentes,  y dar la bienvenida a los nuevos alumnos, se puso de pie frente a todo el mundo, ahí en el gran comedor y tras saludarlos comenzó…

 

-      Buenas noches a todos…  -   y mientras el director hablaba, el profesor de pociones observaba disimuladamente al nuevo alumno de su casa, Aidan Bradley, quien muy disimuladamente buscaba afanosamente al dueño de sus sueños húmedos…Draco Malfoy  -  damos la bienvenida a todos los nuevos alumnos del primer grado, un aplauso para todos ellos,  pero también se la damos  muy especialmente,  a dos nuevos alumnos que nos honran con su presencia y que cursaran el sexto año, en primer lugar… démosle un aplauso de bienvenida  al Sr. Aidan Bradley, quien en la selección de casas, quedo en la noble casa de Salazar Slytherin, así que espero y todos lo tratemos como se debe  - aplaudió con entusiasmo, después de unos segundos continuo - otro de ellos es de intercambio, viene supliendo a un distinguido alumno de esa misma casa, pues como se podrán haber dado cuenta, uno de nuestros más queridos alumnos no se encuentra hoy entre nosotros…el Sr. Draco Malfoy  -  escucho algunos bufidos de burla, igualmente también algunas lamentaciones,  pero no dijo nada y siguió con su discurso  -  el Sr. Malfoy decidió que este año lo cursaría en Francia, así que fue él, por su propio gusto quien precisamente  se fue de intercambio, pero para no extrañarlo tanto,  su lugar será ocupado por otro estudiante que para alegría nuestra, es pariente muy cercana precisamente del joven Malfoy  -  volteo a la mesa de profesores y vio que el profesor de pociones ya no se encontraba ahí sentado, así que continuo  -  es una señorita,  a ella no se le hizo la selección de casa porque ya venia especialmente para ocupar el lugar de su primo, démosle la bienvenida y un caluroso aplauso a la señorita…  - y comenzó a aplaudir seguido de los profesores, para que enseguida los siguieran los alumnos, que morían de la curiosidad por conocer a una pariente muy cercana de los Malfoy…  -  Berenice Malfoy Rosier  -  y la jovencita entro a un lado del profesor de pociones, quien la dirigía con una mano en su espalda como apoyo…

Todos quedaron mudos y dejaron de aplaudir al instante que la jovencita entraba al gran salón, la hermosa chiquilla estaba sumamente nerviosa, pero como toda una Malfoy  se aguanto hasta el final…

Todos quedaron con la boca abierta, incluidas las hermanas Greengrass, que a pesar de que ya la habían visto dos días antes, igual quedaron  asombradas. 

La jovencita era alta, media por lo menos uno setenta, delgada, de formas muy suaves y  muy femenina, largas y bien torneadas piernas, una estrecha cintura, busto exacto de acuerdo al tamaño de su cuerpo, un sedoso cabello rubio platino hasta cubrirle las nalgas, que en ese momento traía adornado con una diadema en color verde oscuro, unos hermosos ojos grises que eran definitivamente hechos de mercurio, y que cuando les daba la luz emitían destellos que los hacían aun más misteriosos.

La mitad del alumnado femenino dejo escapar un largo suspiro de decepción, ya que el sueño de precisamente muchas de ellas, ya no estaba presente, mientras que el alumnado masculino aguanto la respiración al ver a semejante chiquilla, dejando escapar un enorme suspiro de admiración, la otra mitad del alumnado femenino le pertenecía a otro chico que era de la casa contraria, la de los leones, y que era…Harry Potter el eterno rival del rubio.

Y el cual desde que llegaron todos los alumnos al colegio, y apenas entraron al gran comedor había estado paseando la mirada, buscándolo disimuladamente, sin decir nada a nadie, hasta que escucho la noticia, y suspiro…  pues con esa noticia se daba cuenta de que ese año iba a estar por demás tranquilo, sí…su eterno rival no estaba entre ellos, dejo escapar un bufido de fastidio, acababa de perderle todo el interés a ese curso…pues lo que lo hacía interesante eran sus constantes peleas y constantes encontronazos con el rubio Malfoy…

 

-      ¿crees que sea igual de pedante y estirado como Malfoy?  -  escucho la pregunta de su amigo más cercano, pero tardo en responder, decepcionado dejo escapar un largo suspiro y dijo…

-      No lo se…  -  dijo fastidiado, y dejo de buscarlo, ah pero en cuanto la vio, no le despego la mirada,  vio como la chica se fue a sentar entre sus compañeros de casa, vio como avanzo y tomo el lugar que siempre ocupaba Draco, y que era entre el italiano Blaise Zabini, a quien le dedico una sonrisa que hizo al chico que le temblaran las piernas y Theodore Nott, al cual volteo a ver y le guiñándole un ojo, provocando que este casi se ahogara con su propia saliva, con esas dos acciones ya tenia en la bolsa a esos dos jovencitos, sabia que precisamente ellos  querrían y tenían que saber lo que la había pasado con Draco, pero mientras los informaban, no estaría mal si se divertía a un poco a sus costillas, después paseo su mirada altiva, típicamente Malfoy por los demás alumnos que casi babeaban viéndola, sonrió y les dedico una media sonrisa arrogante, deteniendo con suavidad su mirada, en una chica, y que si las miradas mataran la rubia ya se encontraría bajo tierra…le medio cabeceo a manera de saludo y le dijo…

-      Pansy…  -  si acaso la rubia estaba nerviosa, definitivamente eso fue solo al principio, pues como tenia que ser…rápido se hizo dueña de la situación…le medio sonrió despectiva y despego su mirada para seguir con el demás alumnado del colegio, haciendo que a los que iba viendo se voltearan disimuladamente para otro lado, cosa que no logro con cierto moreno que no le despegaba la mirada de encima, y al cual definitivamente no intimido, lo miro despreciativamente  y le dirigió una mirada arrogante y de desplante… volteando hacia la chica que había saludado momentos antes y quien le hablo en ese momento.

-      Oh… ¿Draco te ha hablado de mí?  -  sonrió ilusionada  -  lo sabia… ¿es que acaso ya me extraña?  -  dijo la chica poniendo cara de ilusión al preguntarle a la chica nueva, provocando que la rubia se riera de ella.

-      Pues si, me ha hablado de ti, y mucho… dice que eres igual de molesta que si tuviera un grano en el culo ¿será por eso?  -   eso provoco que muchos de los Slytherin que escucharon,  se comenzaran a reír de la chica que solo cambiaba de un color a otro, y furiosa y sin saber de momento que contestar,  se quedo callada y se volteo dándole la espalda muy ofendida.

-      Oh vamos Pansy, ya sabes como es Draco, pero ten por seguro que el te quiere  -  le dijo el italiano con el afán de consolarla.

-      Si, te quiere…pero lejos de él  -  respondió la chica al tiempo que volteo a ver al italiano y le dijo  – oh vamos  Blaise, no la engañes, créeme, ya dije lo que realmente es para mi primo   -  dijo la rubia burlándose.

-      Bueno…pues   -  soltó un suspiro el joven Nott  -  creo que después de todo…no extrañaremos en absoluto a Draco…  -  ya sin decir nada, solo vieron como la rubia saludaba a los demás integrantes de su pequeño grupo, y en los cuales se contaba con Crabbe y Goyle.

Ya nadie  dijo nada, pues si la jovencita había llamado por su nombre a cada de los amigos del rubio, era porque en verdad Draco le había contado de ellos…de todos modos viéndola bien, no parecía…era exactamente  la versión femenina del rubio aristócrata.  

Esa noche, ya no hubo tiempo de que Severus el profesor de pociones y padrino de la chica, les hablara a sus amigos de la condición del rubio por la dichosa maldición…

Todos se fueron a descansar para mañana muy temprano comenzar un nuevo curso escolar, el cual se veía venir algo pesado, ya que por anticipado comenzarían con exámenes,  y el estudio prometía ser cargado.

La  rubia Slytherin  ya sola en su propia habitación, descansaba sobre su cama, ya lista con una pijama en satín verde oscuro, era una pijama en dos piezas, muy parecidas a las que usaba Draco, solo que esta formaba muy bien las curvas de la chica, y la hacia ver muy sexy…

Por una parte pensaba en todo lo que tendría que seguir fingiendo, pues no sabían cuanto duraría la dichosa maldición, ni como funcionaba, también pensaba en la cara de bobo que tenia su eterno rival, cuando suavemente tocaron a su puerta, dejando escapar un suspiro levanto su varita y murmuro un hechizo Tempus, vio que apenas era la medianoche, volteo a la puerta y sin revisar y sin pensarlo murmuro otro hechizo y la puerta se abrió, dejando frente a esta a la que seria la peor pesadilla de toda su vida…

-      Hola  -  iba a dando un paso adentro de la habitación cuando la chica se levanto de sopetón, a la vez disgustada, a la vez asustada y muy, muy angustiada, ya que él, de Draco... nunca había sido un chico extremadamente fuerte hablando físicamente, así que era por demás decir que mucho menos lo iba a ser de chica…así que con rapidez levantando su varita, le apunto y le dijo amenazante…

-      ¡Oye, alto ahí!  -  camino dos pasos acercándose a la puerta del baño  -  ¿Quién eres y que demonios quieres en mi habitación?   -  trago en seco y inhalando aire dijo  -  será mejor que te vayas y no vuelvas a entrar aquí…no esta permitido…

-      No me temas Draco…   -  dijo suplicante el chico, descolocando al instante a la pequeña rubia - yo se que esta chica no eres tu, soy Aidan Bradley, también soy ingles, pero vengo de Italia y vengo especialmente a conocerte a ti… ¿sabias mi amor, que tu y yo estamos comprometidos?  -  despacio camino varios pasos adentrándose en la habitación  -  sé que eres tu… porque fui yo, quien que te puso esa maldición, y solo yo… sé cual es el remedio para que vuelvas a ser… Draco Malfoy…

-      Maldito engreído estúpido  -  le dijo muy enojada, no lo grito porque a la vez no quería llamar la atención, pero le estaba entrando un miedo atroz,  siempre su mejor defensa había sido el ataque  -  ¿acaso crees que no se quien eres?  ¿acaso crees que no sé quien me quiere desgraciar la vida?  Y te diré que estas rematadamente estúpido si crees que a mi me gustan los hombres  -   pero asustado dio otro paso hacia atrás, viendo que el chico ya había entrado de lleno en la habitación y despacio caminaba hacia ella  -  ¿dime que demonios es lo que quieres para dejarme en paz? Entiende que yo no te conozco, nunca en mi vida te había visto y… -  dio otro paso hacia atrás, casi topando con la puerta del baño  -  ¡maldita sea! tu  no debes estar aquí…  -  no quiso sonar así, porque se escucho pánico en su voz…intento lanzarle un hechizo, pero para su sorpresa y miedo, de su varita solo salió un pequeño haz de luz, algo así como un pequeño Lumus.

-      Tranquilo Draco,  yo solo quiero que me conozcas y quiero que sepas que…  -  se estaba acercando aún más  - puedes contar conmigo, yo estaré para ti siempre, no solo cuando me necesites, solo necesitas conocerme y sabrás que estamos destinados a ser el uno para el otro…debes saber que tú y yo nos pertenecemos…desde antes de que nacieras…ya nuestros padres…

-      ¿estás loco? Vete de mi habitación…no me interesa nada de lo que digas – inhalo con fuerzas y le volvió a repetir  -  ¿Qué no entiendes?  ¡Lárgate!  - dijo adentrándose un paso en el baño, pero para su desgracia apunto de caer por el agua que había en el piso a causa de su baño nocturno y peor, tirando la varita en el proceso.

-      Por favor Draco…cuando me conozcas te…  -  le rogo el chico apunto de entrar al baño persiguiendo a la chica que estaba aterrada, cuando…

-      La señorita ya le dijo varias veces que se fuera de su habitación, usted ya sabe que no esta para nada permitido que entre usted  aquí   -  dijo la potente voz de un hombre  que entro en la habitación detrás del joven y el cual no lo había sentido.

-      Profesor yo…  -  intento defenderse  -  es que ella… no es lo que parece…mire no es lo que usted cree,  y además…ella me…ella me invito…

-      Ninguna excusa es valida en este momento  -  dijo muy enojado  -  ¡fuera de aquí!  -   dijo entrando el también en la habitación  -  y debería portarse como un verdadero hombre, y no acusar a alguien más de sus malditos desvíos…fuera, salga de una maldita vez y me espera en la sala porque le tengo un castigo -  camino decidido hacia la chica que pálida y temblorosa se le acerco despacio y se le abrazo a la cintura  -  ¡FUERA! -  le grito sacando su varita  - ¿que no entendió?  - el joven estudiante lo miro con furia y dándose la vuelta abandono la habitación y espero al profesor en la sala común.  

-      Padrino…  -  la chica estaba temblando y comenzó a llorar,  y no es que Draco fuera un llorón, ni nada de eso, pues el acostumbraba pelear y de frente, pero esta era una nueva situación que le asustaba y lo tenia sumamente desconcertado, se estaba dando cuenta de que ser una chica no era fácil…bueno, por lo menos no para él…se sentía tan…indefensa.

-      Tranquilo ahijado…  -  la abrazo y le dio un beso suave en la cabeza, mientras la calmaba y acariciándole la espalda intento tranquilizarla  -  se que esto no es fácil para ti…  -  suspiro y dijo  -  y precisamente a eso venia yo, quiero que  mañana al primer  descanso acudas  al despacho del director, te haremos las pruebas definitivas para saber que tipo de maldición es…exactamente, tengo una ligera sospecha de cual es, pero no hay que correr riesgos. 

-      El…  -  gimoteo mientras se limpiaba las lagrimas que corrían por sus mejillas -  el dijo que sabia que maldición era…

-      Si… ¿y tú crees que nos lo dirá?  -  suspiro  -  pero…  -  le tomo el mentón  y le dio un beso en la frente con cariño -  ¿alguna vez te he fallado?  - no era su costumbre andar dándole besos a Draco, pero la jovencita se veía tan… inocente, tan dulce, y tan desprotegida.

-      No…  -  dijo en medio de un puchero.

-      Albus y yo más o menos nos damos cuenta de que maldición es, lo de  mañana solo servirá para asegurarnos de que sea esa en realidad, de todos modos, nosotros debemos cerciorarnos por tu seguridad y también para saber exactamente cual es el… mm…digámosle antídoto…ya que este jovencito manejara todo a su conveniencia, esto es, si en dado acaso le preguntáramos.

-      Padrino…yo…tengo miedo  -  y se le abrazo con fuerzas, el joven Malfoy como Draco, siempre se había mostrado como realmente era delante de su padrino, con el se mostraba tal cual, y es que era un chico demasiado sensible, muy tierno, muy soñador, muy dulce, obvio era, que no iba a ser la excepción como chica, solo que esas pequeñas cualidades, pues… eran algo que nadie en su vida verían, ya que como el único hijo de la ancestral y noble familia Malfoy, no debía mostrar ninguna debilidad, ante nada, y por obvias razones, ante nadie…y  por eso mismo, es que cuando estuvieron en la reunión pasada, no tuvo reparo en decir que se quedaba con su padrino en sus habitaciones, pues este verdaderamente lo quería como un padre a un hijo. 

-      No te preocupes, antes de irme dejare bien cerrada la habitación,  -  le tomo la barbilla y le dio otro beso en la frente ya para despedirse  -  y solo tu podrás abrirla en la mañana  -  así que descansa y mañana te espero en la dirección.

-      Está bien,  gracias padrino  -  sorbió su naricita provocándole una sonrisa y oleadas de ternura al profesor, ya que la quería como si realmente fuera su hijo.

 

El profesor salió de la habitación y cerrándola por fuera con un potente hechizo, se dirigió a la sala común, donde lo esperaba el joven estudiante.

Sin decirle nada, le indico que lo siguiera, pero…no lo llevo a su despacho, no…lo llevo directamente a la oficina del director, donde parecía que este ya los esperaba.

Se adentraron los dos en la oficina y sentándolo delante del director, le dijo a este.

-      Albus  -  suspiro  -  aquí el joven Bradley parece que tiene algo muy importante que decirnos…  -  volteo a verlo muy serio taladrándolo con la mirada, miradas que en su momento solo tenia preparadas para dirigirlas al alumno rival de su ahijado…el Sr. Harry Potter.

-      Creo Severus que ya se de que nos quiere hablar el joven Bradley…  -  lo miro como queriendo leer en su mente, lo cual no hizo, pero ya Severus le había pasado lo ocurrido mediante legeremancia, pues en cuanto entraron al despacho, el director leyó inmediatamente su mente para saber cual era el asunto a tratar  -  puede comenzar…

-      Yo…  -  trago en seco, pero agarrando valor continuó  -  yo no tengo nada de que hablarles…  - dijo envalentonado.

-      Yo creo que si -  dijo el director  -  y también creo que nos lo dirá ahora mismo, si no quiere que esta sea su fiesta de bienvenida y despedida…  -  le sonrió  -  y ya no digo noche, porque es seguro que esta…  -  lo miro fijo  -   no la pasara usted aquí, ya que en este momento abandonara el colegio…

-      ¿me esta amenazando?  -  dijo incrédulo  -  pero usted no puede…

-      ¡oh no, Sr. Bradley…para nada, amenazarlo nunca ha sido nunca mi intención!   -  sonrió  -  créame esas nunca han sido mis intenciones, pero de que puedo expulsarlo…si puedo, porque da la casualidad de que soy el director  -  suspiro  - pero… dejemos eso así, uno de los problemas aquí, es que el profesor Snape, escucho que usted le dirigía una amenaza a una de nuestras más queridas alumnas, además de que apenas es su primer día en el colegio y usted ya quebranto las reglas…

-      ¿yo, reglas,  cuales?  -  dijo con el alma en un hilo.

-      Esta estrictamente prohibido entrar a las habitaciones de las chicas, so pena de expulsión y eso se les indica inmediatamente, en cuanto llegan a su sala común…

-      Pero…  -  volvió a culparla descaradamente  -  bueno es que…no es lo que creen, en verdad… ella me invito a entrar…

-      Oh no, Sr. Bradley aquí no toleramos las mentiras  y menos cuando estas dañan a terceros,  como en esta ocasión en que trata de culpar a una señorita de moral intachable  -  dijo el pocionista.

-      Sabemos cual es su real motivo para estar aquí, así que mi querido amigo, yo le suplico encarecidamente que si va a tratar de conquistar a la chica de sus sueños… -  lo miro por arriba de sus lentes de media luna  -  lo haga de manera legal, eso es, si en realidad esta usted interesado en ella, porque ya que de otra manera solo encontrara rechazo…

-      Albus…de todos modos podemos acusarlo y llevarlo con los aurores, el mismo confeso que su padre le había lanzado una maldición a…  -  pero fue interrumpido.

-      Yo solo lo dije para asustarlo…nada más.  -  grito aterrado el chico pues hablar de aurores ya eran palabras mayores.

-      Estamos hablando de una señorita, Sr. Bradley así que diríjase a ella como tal…   -  finalmente con solo unas palabras intercambiadas se estaban  dando cuenta de que el chico era mezquino y mentiroso aparte de un cobarde.

-      Mire Sr. Bradley…  -  le dijo el director  -  Aidan  -  rectifico llamándolo por su nombre  -  los tres sabemos de que estaba usted hablando, así que lo único que le diré, será esto… - se levanto y caminando despacio se planto frente al chico, a un lado del profesor de pociones  -  usted más que nadie, dirá nada de la situación de la señorita Malfoy, a nadie o…

-      ¿O que…?  -  intento hablar interrumpiendo al director.

-      O  Sr. Bradley  -  dijo el director  - en el momento que usted diga tan solo media palabra a alguien más de este bochornoso asunto,  quedara usted  expulsado automáticamente de este colegio - levanto su varita y la coloco por arriba de la cabeza del chico y cerrando los ojos murmuro unas palabras y después salió un pequeño fulgor de la punta de la varita y cayo en la cabeza del joven estudiante.

-      ¿Qué…que me hizo…?  -  pregunto asustado.

-      Nada, mi querido amigo, solo un pequeño hechizo de confidencialidad entre usted y nosotros dos, que se vera roto en el momento en el que usted diga algo indebido sobre este asunto.

-      De todos modos lo estaré vigilando  -  dijo el profesor a un lado de ellos  -  así que deberá tratar con todo el respeto que se merece a la señorita Malfoy.

-      Mire Sr. Bradley…  -  dijo el director  -  tanto aquí como en ni en ningún otro lado, nadie le puede negar su derecho a la conquista, ¿estamos de acuerdo? pero amigo para todo hay maneras, y siempre y cuando sea con el debido respeto, no le prohíbo que trate de acercarse a  ella, esta bien si quiere buscar una oportunidad  con ella, pero…si le llega a faltar al respeto, yo le aseguro que por mínima que sea la falta…

-      Estaré expulsado…  -  suspiro   -  ya lo se.

-      Que bueno que ya nos estamos entendiendo…  -  dijo el director.

-      De todos modos le pido encarecidamente que la deje en paz, ya que si no, la estará estresando todos los días y ninguno queremos eso ¿verdad? - dijo el pocionista.

-      …  … 

-      ¿verdad, Sr. Bradley?  -  repitió el director ya mucho mas serio.

-      Albus...  -  dijo el profesor de pociones  - ¿no crees que lo mejor será de una vez expulsarlo?  de todos modos tenemos ya un buen motivo…

-      No creo que sea necesario Severus  -  dijo el director mirando fijamente al estudiante sentado frente a él  -  es el primer día y el Sr. Bradley nos demostrara que es lo suficientemente…inteligente, como para no tomar el camino equivocado… ¿verdad Sr. Bradley?

-      Si…  -  dijo en medio de su coraje.

-      Bien, entonces se puede retirar a su habitación   -  dijo caminando a su asiento detrás de su escritorio, pero le dijo antes de que saliera el joven  -  si usted va por otro camino que no sea a su habitación lo sabremos cualquiera de nosotros dos…

-      Si señor…  -  mascullo entre dientes. 

 

El joven y rebelde estudiante salió del despacho y se fue a su habitación, quedándose en el despacho el profesor y el director.

-      ¿tu que crees Albus?  -  pregunto preocupado.

-      Ya nos dimos una idea de cómo es, así que hay que estarlo vigilando…por eso no lo quise expulsar, es mejor tenerlo cerca y ver de que tanto es capaz...

-      Mañana vendrá mí ahijado a que le hagamos las pruebas finales, pero mucho me temo que sea…  -  ya no término de decir.

-      Si…  -  suspiro cansado  -  yo también…así que descansemos,  y mañana ya será otro día, ya podremos ver las cosas de diferente manera.

-      Buenas noches Albus  -  dijo para salir del despacho.

-      Buenas noches Severus… -  y salió directo a sus habitaciones.

 

Mientras tanto en la casa de los leones, como ya era un poco tarde, en la sala común solo se encontraban el llamado trío dorado, en los cuales estaban, Harry Potter…un chico levemente moreno,  muy atractivo, alto, de uno ochenta más o menos, cuerpo escultural debido al entrenamiento del equipo de quidditch al que pertenecía, y que era al igual que Draco Malfoy, el buscador del equipo de su casa, dueño de una abundante cabellera rebelde y de un negro intenso, era poseedor de unos ojos extraordinariamente verdes, que parecían un enorme par de esmeraldas, pero que cubría con unas horribles  gafas redondas que usaba porque estaba algo…miope,  cosa  aparte de que era el eterno rival del rubio Draco Malfoy, y que en ese momento estaba más que desconcertado por la ausencia de su eterno contrincante.

La Srita Hermione Granger, eterna compañera y amiga del chico de ojos verdes, alta pero no tanto como sus compañeros, delgada, de curvas suaves, dueña de una cabellera en color castaño,  pero de un rebelde como el de su moreno amigo y era orgullosamente una de las mejores estudiantes del colegio, eterna competidora en cuanto a calificaciones del rubio Malfoy,  y cómplice de aventuras de sus dos mejores amigos.

El otro integrante del famoso trío, era Ronald Weasley, él era el chico más alto de los tres, fornido, puro músculo, pues también pertenecía al equipo de quidditch, en la posición de golpeador, dueño de cabellera de un rojo intenso, tenia el rostro pecoso y unos hermosos ojos de un azul tan profundo como el fondo del mar, y que no le pedían nada a los verdes de su compañero y amigo.

 

-      ¿viste a la nueva chica, Harry?   -  dijo la castaña, mientras examinaba la pila de libros frente a ella y que llevaría  mañana a clases.

-      Si…la rubia Malfoy, ¿no? es imposible no verla, es…  -  suspiro, pues realmente no había podido dejar de pensar en ella desde su entrada al comedor   -  es bellísima  - dijo más para si, tendido en el sillón que estaba frente a la chimenea de su sala común  -  es la perfecta versión femenina de Draco Malfoy…

-      Si, y como si fuera Draco Malfoy te dedico una mirada igual a las de él, pero es muy bonita, ¿verdad?   -  dijo la chica.

-      ¿bonita?  – le contesto a la vez que sonrió el pelirrojo  - no…tiene razón Harry, es bellísima, pero estoy seguro de que no me equivoco, es que se ve igual de arrogante y prepotente que Malfoy, ¿no Harry? -  volteo a verlos  -  ¿Y por cierto, qué es de él? -  pregunto el pelirrojo acostado en otro sillón.

-      Primos   -  dijo la hermana pequeña del pelirrojo que en ese momento salía de su habitación y poco después se sentaba en el sillón donde estaba Harry, haciendo que este recogiera con premura ambos pies para darle espacio a la chica, la cual antes de que el chico los bajara al suelo, le jalo ambos pies al moreno y se los coloco en su regazo provocando que el ojiverde se pusiera nervioso.

-      Pues eso  -  dijo el pelirrojo ya bostezando.

-      Si… - dijo el moreno más para si mismo - no puede negar la cruz de su parroquia, es toda una Malfoy…de los pies a la cabeza, cualquiera pensaría que es la hermana gemela de Malfoy  -  dejando escapar un bostezo al igual que su amigo y recogiendo muy disimuladamente sus pies para que la chica dejara de acariciarlos  -  pero si quisiera saber porque se fue…

-      Bueno  -  dijo la Weasley  -  quizá solo sea, que ya estaba harto de la enorme competencia que le hacías con algunas de las chicas y alguno que otro chico.

-      ¿algunas y alguno que otro?  ¡por Merlín!  Ginny que tontería estas diciendo -  se rio  -  Malfoy tiene una fila de admiradores muy larga, ya sea de hombres o mujeres.

-      Igual que la tuya Harry  -  dijo la castaña distraídamente.

-      Si, pero la mayoría lo quieren por su fortuna y su apellido…  -  dijo en forma venenosa el pelirrojo.

-      Perdóname Ron, pero eso si que no lo creo  -  le respondió el moreno así como que no quiere la cosa - ¿acaso no lo has visto bien? -  se levanto, se calzo sus pantuflas y estirando sus músculos dijo ya caminando a sus habitaciones  –  bueno pues yo mejor me voy, así que buenas noches  -  se fue, seguido por su compañero y amigo, el moreno llego, se cambio su ropa por su vieja pijama y se acostó sin poder sacar de su mente a la nueva chica Malfoy.

 

-      ¿Por qué demonios Harry siempre termina defendiendo a Malfoy?  -  dijo la pelirroja que se había quedado en la sala común con la castaña.

-      No lo defendió, solo dijo algo que es muy cierto…  -  sonrió y tomando sus libros camino a su habitación.

-      ¿Así, y qué dijo?  -  pregunto la pelirroja.

-      Pues que Malfoy es muy guapo  -  ya no dijo más y se fue a su habitación con sus libros en sus brazos.

Notas finales:

Pues espero y les haya gustado y me digan que tal les parecio, asi que nos leemos para la proxima, gracias. cuidense y byeee


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