Una larga semana por delante
-Pipipí, pipipí, pipipí...
La alarma del despertador sonó demasiado temprano en el cuarto de Siwon y Kyuhyun.
El mayor parpadeó varias veces desorientado antes de comprender que era su hora de levantarse. El hecho de que al otro lado de la ventana el cielo siguiera oscuro, le hizo pensar por un momento que había configurado mal el reloj.
Estiró un brazo y agarró el aparato para detener la alarma. Las cinco de la mañana. Resopló dejando caer el despertador en la almohada y se giró en la cama, quedando de frente al menor.
Kyuhyun dormía apaciblemente tumbado de lado, encarado hacia él y medio encogido sobre si mismo, con las rodillas dobladas y medio pegadas a su pecho. El pelo le caía desordenadamente sobre los ojos, Siwon no comprendía cómo no le hacía cosquillas, así que llevó con cuidado una mano hacia allí y retiró aquellas hebras castañas que a su parecer debían incomodarle.
Los párpados de Kyuhyun temblaron ligeramente y Siwon retiró rápidamente su mano, quedándose inmóvil para no despertarle. El menor se removió un poco en la cama, reacomodándose en su posición y se rascó la nariz antes de volver a respirar pesadamente.
Siwon sonrió enternecido. Se quedó largos minutos viéndole dormir tranquilamente. No había nada que le gustara más que quedarse contemplando de ese modo al menor. Acostumbraba a hacerlo cada mañana que podía, siempre que el menor no se despertara con el sonido de la alarma, pero desde que había aceptado aquel ascenso en la empresa, sus oportunidades de ver así al menor habían disminuido.
Suspiró. No creía haber tomado una mala decisión al haber aceptado aquel trabajo. Para nada. Pero sí había algo de lo que se arrepentía, de tener que dejar a Kyuhyun y Suho tanto tiempo solos. Claro que aquello también tenía su recompensa, tanto uno como otro se pegaban a él como lapas el día que regresaba, lo que suponía un adorable Suho pegadito a sus piernas, siguiéndole como un pollito a su mamá, y un Kyuhyun cariñoso y necesitado de mimos como pocas veces lo tenía, el menor era demasiado orgulloso para demostrar su necesidad de cariño habitualmente, pero aquello se le olvidaba después de una semana sin verle.
Sonrió. Sí, puede que le doliera un poco tener que dejarlos solos, pero aquello después tenía recompensa.
Así que se centró en eso. En la recompensa que obtendría cuando regresara y se puso en pie. Se metió en el cuarto de baño y entró en la ducha con un bostezo. A ver si el agua le ayudaba a espabilarse un poco.
Dentro de la habitación, Kyuhyun dio un par de vueltas en la cama al sentir desaparecer de su lado aquel calor protector que tanto le gustaba. Abrió los ojos algo molesto y pasó una mano por el espacio vacío de la cama a su lado. Las sábanas seguían calientes.
Aguzó el oído y escuchó como el agua caía en la ducha. Extrañado por la oscuridad que reinaba en la habitación, alargó un brazo hasta su teléfono y miró la hora. Las cinco y diez.
Se incorporó un poco confuso y batalló en su mente hasta encontrar una respuesta lógica a porqué Siwon se estaba duchando a esas horas. No le llevó más de un minuto encontrarla.
-Es lunes -murmuró pesadamente.
Dejó el teléfono en su sitio y se levantó de la cama bostezando. Frotándose un ojo todavía medio adormilado divisó, entre las prendas que regaban el suelo, su pantalón de pijama. Lo cogió, se lo puso y salió del cuarto bostezando de nuevo, no hacía ni tres horas que se había quedado dormido.
Cuando Siwon salió del cuarto de baño, se dio cuenta que Kyuhyun no estaba en la cama. Miró a su alrededor algo confuso, pero no, no estaba. Extrañado, se acercó al armario y sacó un boxer, un vaquero desgastado y una simple camiseta de tirantes. Se vistió algo rápido y salió del cuarto frotándose el pelo con una toalla.
El pasillo estaba a oscuras, pero por debajo de la puerta de la cocina se veía una rendija de luz, así que supuso que el menor estaría allí. Salió al salón decidido a entrar en la cocina por la puerta que conectaba con esa habitación, pues la puerta de la cocina que daba al pasillo siempre chirriaba y no quería que el sonido despertara a Suho, era demasiado temprano para despertar al pequeño.
La puerta que conectaba el salón con la cocina estaba abierta, así que entró por allí y se encontró a Kyuhyun de espaldas a él, apoyado con los codos en la encimera, viendo como el café goteaba del depósito de la cafetera hasta la jarra. Con el pelo revuelto, bostezando y frotándose un ojo medio dormido, Siwon no pudo evitar acercarse a él y abrazarle por sorpresa por al espalda.
Kyuhyun pegó un bote asustado y giró rápidamente la cabeza para ver quién le abrazaba. Siwon aprovechó el movimiento para darle un sonoro beso en la mejilla. Kyuhyun se ruborizó entero y Siwon sonrió, le parecía increíble que el menor todavía se sonrojara con él, se veía tan adorable...
-Hyung, qué susto... -se quejó el menor.
-¿Quién te pensabas que era? -bromeó el mayor divertido.
-Aish, yo que sé -respondió el menor-. Pero no son horas para aparecerte a las espaldas de alguien.
-¿Y qué quieres que le haga? -cuestionó el mayor-. Es tu culpa por quedarte ahí indefenso y sin camiseta.
Kyuhyun parpadeó varias veces antes de comprender sus palabras.
-¿Mi culpa? -preguntó haciéndose el ofendido-. ¿Pero para qué te crees que me he levantado tan temprano?
-Mmmm... Porque no puedes dormir si no estoy a tu lado -respondió Siwon.
Kyuhyun rodó los ojos.
-Prueba otra vez -le recomendó dándose la vuelta y apoyándose contra la encimera.
-Mmmm... ¿Porque has tenido una pesadilla? -trató de adivinar.
-¿Te crees que soy Suho? -rió el menor-. Última oportunidad -le advirtió.
-Mmm... Porque te apetece uno rapidito antes de que me vaya -aseguró el mayor con una sonrisa torcida antes de rodear su cintura con sus brazos.
-Aish... -se quejó el menor-. Para hacerte café, tonto -le explicó dándole un piquito.
-Ah, ¿es para mí? -preguntó sorprendido, pues después de verlo tan adormilado estaba convencido de que el café se lo estaba haciendo para él.
-Obvio, amor -aseguró el menor-. Quiero que llegues al aeropuerto de una pieza -explicó con una sonrisa, le hacía gracia pillar por sorpresa de ese modo al mayor.
Siwon parpadeó sorprendido repetidas veces y Kyuhyun sonrió ante su cara de asombro. Le dio un besito divertido y se dio la vuelta de nuevo con el fin de parar la cafetera, pues el borboteo indicaba que ya había terminado, pero Siwon se lo impidió. Le agarró de la cintura y le obligó a voltearse para plantarle un sentido beso en los labios.
-Si lo que quieres es mantenerme despierto... se me ocurren mejores maneras... -apuntó Siwon con una sonrisa torcida mientras bajaba sus manos por la espalda del menor hasta su trasero.
Kyuhyun rió.
-Ya, pero la idea del café era para mantenerte despierto en el coche y, lamentablemente, esas mejores maneras que propones no son algo que podamos hacer en el coche -negó el menor.
-Oh, sí se puede -aseguró Siwon.
-Me refiero mientras conduces -puntualizó Kyuhyun rodando los ojos.
-También se puede -afirmó el mayor.
-Aish, eres imposibles, ¿sabes? -comentó Kyuhyun divertido por su actitud.
-Lo sé -admitió Siwon-. Pero eres tú el que me hace ser así.
Y dicho eso atrapó de nuevo sus labios en un profundo beso. Kyuhyun correspondió, abriendo sus labios y permitiendo la entrada a la lengua del mayor en su boca, mientras Siwon apretaba sus nalgas. El menor subió sus manos hasta los hombros de Siwon y tiró de la toalla que aún permanecía sobre ellos para echarla al suelo y poder rodear su cuello con sus brazos. Siwon bajó sus manos hasta la parte posterior de sus muslos y lo alzó sentándolo en la encimera.
-¿Qué haces? -preguntó Kyuhyun sorprendido al verse encima del mueble.
-Mantenerme despierto -respondió el mayor pasando a besar su oreja.
-¿Estás loco? Suho se va a despertar...
-Pues no hagas ruido entonces -recomendó Siwon pasando su lengua bajo su oreja.
-Ya claro... Es muy fácil decirlo -ironizó el menor.
Siwon rió pues por sus palabras parecía querer negarse, pero sus acciones decían todo lo contrario pues acababa de rodearle la cintura con sus piernas para acercarle más a él.
-Hyung, no tienes tiempo... Vas a perder el avión -murmuró el menor cuando Siwon llevó sus besos hasta su cuello.
El mayor retiró un poco su cabeza del cuello del menor y observó el reloj colgado en la pared de la cocina.
-Sí tengo tiempo -aseguró regresando sus labios al lugar-, pero si cooperas un poco -apuntó.
Kyuhyun sonrió de lado y bajó sus manos hasta la cintura del mayor para tirar de su camiseta hasta sacársela.
-¿Te parece cooperación suficiente? -preguntó divertido mientras lanzaba la camiseta a algún lugar de la cocina.
-Bueno... Me parece un buen comienzo -respondió Siwon.
Kyuhyun rió y rodeó de nuevo su cuello con sus brazos para atraerle hacia él y comerle la boca a besos. Siwon gruñó excitado en el beso y llevó sus manos hasta la espalda ajena, acariciándola completamente hasta colar sus manos bajo la tela del pantalón y apretar las nalgas del chico.
-No llevas calzoncillos -apuntó el mayor sorprendido-. ¿Ya esperabas esto? -preguntó divertido.
-No -negó Kyuhyun-, pero es que no sé dónde leches los tiraste anoche. Has dejado la habitación patas arriba -le regañó-. Voy a estar toda la mañana ordenándola por tu culpa.
Siwon rió.
-No soy el único que desordenó el cuarto -aseguró Siwon-. ¿O no recuerdas que fuiste tú el que tiró todo lo que había en el escritorio para montarte encima? -le recordó.
-Aish, ya. Cállate -le ordenó.
Y le silenció con un caliente beso. Kyuhyun enredó sus dedos entre las hebras húmedas del mayor mientras éste se dedicaba a su cuello otra vez, besándolo, lamiéndolo y mordiéndolo.
-Hyung... -suspiró el menor-. No me muerdas, me vas a dejar marcas...
-Eso es lo que quiero -afirmó Siwon-. Dejarte marcas que te duren toda esta semana, para que no te olvides de mí -añadió mordiendo su clavícula.
-Oh, Woonie... -ronroneó el menor llevando sus manos hasta la cara de Siwon, colocando ambas manos en sus mejillas, acunando su rostro entre ellas para hacerle mirarle a los ojos-. Yo nunca me olvido de ti -aseguró-. Pienso en ti a todas horas -le confesó-. Todos los días.
Siwon sonrió emocionado y le besó, lento y pausado. Tan tierno y tan dulce como ninguno. Rodeando su cintura con sus brazos lo apretó contra él, si es que eso era posible, pues ya estaban prácticamente pegados el uno al otro.
Kyuhyun bajó sus manos por la espalda del mayor y, cuando se topó con la cintura del pantalón gruñó molesto al ser incapaz de colar las manos bajo la tela.
-¿Porqué llevas pantalones tan ajustados? -cuestionó llevando sus manos a la parte delantera para desabrocharle la bragueta.
-Mira quién habla -rió Siwon.
-Yo llevo pantalones de pijama hyung, no son ajustados -apuntó.
-No me refiero a estos -negó el mayor-. Pero normalmente llevas unos pantalones tan apretados que prácticamente es como si me estuvieras dando carta blanca.
-¿Carta blanca? -preguntó Kyuhyun confundido.
-Sí -afirmó el mayor-. Para hacer contigo lo que quiera.
Kyuhyun rió.
-¿Y cómo unos simples pantalones pueden hacer eso, eh?
-Pues por ejemplo, marcándote de tal modo el trasero que prácticamente me piden a gritos que te arranque el pantalón a mordiscos y te empotre contra la primera pared que encuentre -repondió sonriendo pervertido.
Kyuhyun se ruborizó por completo. Aquellas palabras del mayor le habían pillado completamente por sorpresa. Siwon rió al verlo boquear repentinamente nervioso y se acercó a sus labios para darle otro beso, intentando calmarle.
-Lamentablemente... no es algo que pueda hacer con Suho por casa...
-Yah, hyung -se quejó el menor dándole un golpe en el hombro avergonzado-. No digas esas cosas.
-¿Porqué no? -preguntó Siwon divertido-. Si yo se que en el fondo te gustan...
-Aish, ya, cállate -le ordenó y, por si se le ocurría decir alguna estupidez más, se encargó personalmente de mantener su boca ocupada con su lengua.
Kyuhyun retomó la tarea olvidada de desabrochar el cierre del pantalón y, cuando consiguió sacar el botón del ojal, un ruido en el pasillo les hizo despegar sus labios y voltear la cabeza hacia la puerta cerrada que comunicaba la cocina con el pasillo.
-Que no sea Suho... -rogó Siwon.
Ambos aguzaron el oído y, el inconfundible sonido de los pasos de Suho en el pasillo, les indicó que el pequeño estaba despierto y fuera de su cuarto.
-No... -se lamentó Siwon apoyando, derrotado, su cabeza en el hombro del menor.
Kyuhyun rió por la reacción del mayor, Suho les había fastidiado el plan.
-Anda, déjame bajar de aquí -le pidió el menor dándole un beso en la mejilla y desenrollando sus piernas de su cintura.
Siwon asintió y se retiró de entre las piernas del menor para dejarse caer en una silla apoyando su cabeza en la mesa. Kyuhyun rió divertido por su actitud y se bajó de un salto de la encimera. Se agachó a recoger la camiseta del mayor y se la echó en la cabeza justo cuando Suho entraba en la cocina.
Kyuhyun le miró, viéndole bostezar mientras se frotaba un ojo medio dormido avanzando arrastrando los pies hasta dónde Siwon estaba sentado. Le miró un momento extrañado al ver la extraña postura de appa Won, pero se encogió de hombros, sin querer darle importancia y retiró la camiseta que cubría su cabeza antes de subirse a su regazo.
Siwon se recolocó al comprender las intenciones del pequeño, y levantó la cabeza de la mesa colocando la espalda contra el respaldo de la silla, dándole espacio a Suho para que se acomodara en sus piernas. El pequeño se acurrucó contra su pecho y dejó su cabeza apoyada en él mientras cerraba los ojos adormilado.
Kyuhyun sonrió ante la tierna escena viendo como Siwon rodeaba al pequeño con sus brazos.
-Appa... -llamó el niño.
-¿Mm? -preguntó el mayor.
-¿Porqué no lleváis camisetas? -interrogó el niño.
Siwon y Kyuhyun intercambiaron miradas.
-Porque tenemos calor -respondió el mayor con simpleza.
-Ah -aceptó Suho asintiendo contra el pecho de appa Won aún con los ojos cerrados. Parecía estar tan dormido que ni siquiera era capaz de reparar en que aunque estuvieran a principios de mayo, todavía las noches eran algo frescas para andar sin camiseta por la casa.
Kyuhyun sonrió antes de darse media vuelta y detener por fin la cafetera para servir una taza para el mayor. Le echó poco azúcar y se la dejó en la mesa, frente a él, antes de rebuscar en una de las alacenas una taza para él, se tomaría el café que quedaba, a ver si también se espabilaba un poco, ya que sabía que no iba a dormirse de nuevo una vez el mayor se marchara.
Siwon agarró la taza que Kyuhyun le había preparado y le dio un sorbo. Kyuhyun se echó leche al suyo y un par de cucharadas de azúcar y se sentó en la silla a su lado.
-Appa...
-¿Qué pasa? -preguntó Kyuhyun.
-¿Me preparas el desayuno? -le pidió el niño todavía con los ojos cerrados.
-¿Qué desayuno? Suho, son las cinco y media de la mañana. No es hora de desayunar -negó Kyuhyun-. Deberías estar en la cama -le recordó-. ¿Porqué te has levantado?
-Porque quería despedirme de appa Won -respondió el niño reacomodándose sobre Siwon-. Siempre se marcha antes de que yo me despierte...
Siwon miró sorprendido al niño, que seguía con sus ojos cerrados apoyado contra él, y después dirigió una mirada al menor. Kyuhyun le sonrió.
-Él te echa de menos tanto como yo -aseguró el menor.
-¿Me echas de menos cuando no estoy, Suho? -preguntó el mayor regresando la vista al pequeño entre sus brazos.
-Mucho appa -afirmó el niño.
-¿Estás enfadado conmigo? -preguntó Siwon con la vista clavada en el pequeño adormilado acurrucado en su regazo-. ¿Estás enfadado porque no estoy en casa tanto como antes?
Suho negó.
-No me gusta que estés tantos días fuera de casa -murmuró el niño-. Pero a ti te pone contento ir allí, así que no me enfado -aseguró-. Pero me enfadaré si no vuelves -le advirtió abriendo los ojos y mirando hacia arriba.
Siwon sonrió y le abrazó, apretándolo contra él.
-Te traeré un regalito de Hong Kong esta vez, ¿vale? -le prometió.
-¡Xiao long bao! -exclamó el niño.
-¿Quieres Xiao long bao? -preguntó Kyuhyun divertido por la petición del niño.
-Sí, están muy ricos -asaeguró el niño con los ojitos brillantes.
-Pero appa Won no puede traerte Xiao long Bao, la comida se estropeará en el viaje, Suho -trató de hacerle entender Kyuhyun.
-Pero yo quiero Xiao long bao... -murmuró el niño.
-Podemos pedir comida china para cenar si quieres -le propuso el menor.
-¡Vale! -se mostró de acuerdo el niño y Siwon y Kyuhyun rieron.
-Venga, Suho. Ve a hacer un pipí y vuélvete a la cama -le pidió Siwon-. Es demasiado temprano para que estés dando vueltas.
-Pero... yo quiero ir a despedirte al aeropuerto... -pidió el pequeño.
-Suho, es muy temprano. Te vas a quedar dormido en clase como no te acuestes otra vez -trató de explicarle Kyuhyun.
-Pero appa se va... -rogó el niño-. ¿No podemos ir al aeropuerto con él? Porfa...
Kyuhyun y Siwon intercambiaron miradas, no muy seguros de qué hacer. Desde que el niño se había enterado de toda la verdad relacionada a su nacimiento, a Siwon y a él les costaba más no concederle sus caprichos, sobretodo cuando se mostraba tan cariñoso y les miraba con esos ojitos de perrito abandonado como hacía en ese momento.
-No le vas a poder convencer -apuntó Siwon, al parecer ya había caído derrotado ante su puchero-, es igual de cabezota que tú.
Kyuhyun resopló.
-Se va a quedar frito en el coche. Ya verás -aseguró poniéndose en pie.
-¿Eso es un sí? -preguntó Siwon viéndole dejar la taza en el fregadero.
-Si no hay más remedio...
-¡Yay! -exclamó el niño saltando de las piernas de Siwon.
-Vamos a vestirte -le dijo Kyuhyun cogiéndolo de la mano para llevarlo a su cuarto.
Suho asintió y salió de la cocina tirando de appa Kyu. Siwon sonrió y terminó su café antes de dejar también la taza en el fregadero. Se puso su camiseta y decidió prepararle algo de desayuno al pequeño.
Para cuando regresó a su habitación a ponerse la camisa con la que pensaba marcharse, Kyuhyun ya se había vestido, al parecer también se había dado una ducha rápida.
-¿Y Suho? -preguntó Siwon llegando hasta el armario.
-En el lavabo -respondió el menor-. Lavándose los dientes.
Siwon asintió y rebuscó en el armario hasta sacar una camisa de Kyuhyun. Cuando terminó de abrochársela, el menor reparó en ello.
-Hyung, esa camisa es mía -le dijo.
-Déjamela -le pidió-, así me parecerá que estás conmigo en el avión, huele a ti.
-Eso suena un poco a lo que diría un acosador, hyung -medio rió el menor.
-Bueno... Soy un acosador entonces -aceptó el mayor acercándose a él-, pero sólo tuyo -puntualizó agarrándolo de la cintura.
-Ah, bueno. Si sólo me acosas a mí, entonces está bien -afirmó el menor con una sonrisa.
Siwon rió y agachó un poco su cuello para besarle.
-¡Appa! ¡Ya estoy! -informó el niño entrando de improviso en la habitación, obligándoles a separarse.
Siwon resopló y apoyó su cabeza de nuevo contra el hombro del menor, parecía que hoy Suho se había despertado inoportuno. Kyuhyun rió.
-Ve a ponerte la chaqueta -le pidió Kyuhyun-, ahora vamos.
-¡Vale! -exclamó el pequeño desapareciendo por el pasillo.
-¡Suho, tienes el desayuno en la cocina, cómetelo antes de que nos vayamos! -apuntó Siwon alzando la voz al recordarlo.
-¡Vale! -y el niño pasó corriendo por delante de la puerta de sus appas con la chaqueta puesta dispuesto a ir a por su desayuno.
Siwon rió, ¿cómo había podido ponerse la chaqueta tan rápido?
-Oye, hyung... -le llamó el menor en un susurro acariciando los brazos que rodeaban su cintura.
-Dime -le dio pie Siwon regresando la vista hacia él.
Kyuhyun llegó con sus manos hasta las de Siwon a su espalda y las bajó hasta que las tuvo colocadas en su trasero.
-Estos pantalones me piden que te diga que qué te parece si escoges una pared y, cuando vuelvas el domingo, mandamos a Suho a dormir a casa de Luhan. ¿Eh, hyung? -propuso con una pícara sonrisa en sus labios.
Siwon ronroneó excitado y se inclinó de nuevo para besarle con hambre.
-Me parece... que les puedes decir a estos pantalones tuyos -dijo apretando su trasero-, que voy a volver el sábado... -comentó sonriendo de lado.
Kyuhyun soltó una carcajada y buscó de nuevo los labios del mayor para juntarlos en un profundo beso.
-¡Appas! ¡Vámonos! -gritó Suho desde el recibidor.
Siwon y Kyuhyun se separaron riendo antes de salir del cuarto, el mayor arrastrando una maleta tras él. Lo larga que se le iba a hacer aquella semana en Hong Kong... ¡Maldita la hora en la que aceptó el ascenso!