No te pude olvidar
No lo puedo creer. Lo tengo ahí, justo frente a mí con esa resplandeciente sonrisa que veo cada que cierro mis ojos. ¿Me recordará? No lo creo ¿o sí? Yo lo recuerdo cada día desde nuestro primer encuentro hace ya dos meses. Siempre lo recuerdo porque para mí significó mucho, aunque supongo que para él no fue nada…
~ Flashback ~
Un día nublado y lluvioso, perfecto para que alguien termine contigo. Le doy otro trago a mi café. Sí, tomo café. Cualquier otra persona estaría emborrachándose pero yo tomo café. Dos años, dos hermosos años se fueron a la mierda. ¿Por qué? Por esa estúpida chica ¡Una chica! ¿Cómo pude perder ante ella? Hubiera sido normal y más soportable si fuera un chico. Definitivamente no es nada normal que alguien que mantiene una relación homosexual de dos años, de la nada conozca a una chica, se enamoré y se vuelva hétero. Es casi irreal. Quiero llorar. ¿Cómo pude creer que él era el amor de mi vida? Fue una completa estupidez. “Tengo 19 años y ya conocí al amor de mi vida” Idiota.
Miro hacia el otro extremo de la cafetería, hay una pareja riendo, presumiendo de su amor a todo el mundo. Malvados. No, ilusos. Seguro que dentro de un tiempo la chica dirá que es lesbiana y se irá con su nueva novia, dejando al chico destrozado, tal como estoy yo ahora. Desvío mi mirada. No me hace bien ver a esa asquerosa pareja. La mesa del lado la ocupa un grupo de cinco chicos, parecen de mi edad. Son bastante guapos, dicen que un clavo saca a otro clavo ¿No? Pienso en acercarme, pero luego decido que lo mejor será que no, me siento demasiado mal como para “coquetear” con alguien más que no sea mi almohada. Sí, eso quiero, ir a mi casa y dormir hasta que este dolor que siento se vaya.
Uno de los chicos voltea a verme, sin darme tiempo suficiente como para apartar mi mirada. Luego me miran otros tres chicos y finalmente otro más que debo decir que me parece el más guapo de todos. Que extraño. Me concentro en tomar mi café y miro disimuladamente a la mesa de los chicos. Noto como uno de ellos se para y empieza a caminar hacia donde yo me encuentro.
Antes de que pueda reaccionar, siento unas manos alrededor de mi cuello y luego mis labios se juntan con los de alguien que aún no puedo ver bien. Segundo después se separan y yo me quedo mirando como un tonto a aquella persona que me besó. Alto, bueno, no tanto pero sí más que yo, delgado y con cabello rubio ligeramente despeinado y unos ojos que llaman la atención. Hermoso.
Él chico me mira y sonríe. Una sonrisa que se graba automáticamente en mi cerebro.
- Lo siento. Fue por una apuesta.
Sonríe nuevamente pero esta vez es diferente, parece un poco avergonzado. Yo no digo nada, no puedo decir nada. Estoy en un completo shock. En seguida él se levanta y camina hacia su mesa donde sus amigos lo esperan entre risas.
Me besó.
No sé qué hacer. ¿Me levanto y lo golpeo? No, no quiero causar problemas y no estoy de ánimos para estar peleando. Entonces… ¿Me voy de la cafetería? Demasiado cobarde. ¡Demonios! ¿Qué hago? Sin darme cuenta estoy tocando mis labios, saboreando ese beso. ¡¿Qué me pasa?! Volteo disimuladamente a ver la mesa de los chicos y descubro que dos de ellos, el que me besó y otro más, me están mirando. Rápidamente vuelvo a mirar mi taza de café y saco mi celular del mi bolsillo simulando recibir un mensaje, escribir uno o lo que sea. Solo quiero desaparecer. Sin pensarlo más me levanto de mi silla y camino hacia la puerta, siento que alguien con la mirada pero trato de no voltear y solo seguir caminando. Listo, ya voy a llegar a la puerta solo unos pasos más. No lo mires Byung Hun. No lo mires. Muy tarde, volteo y nuestras miradas se cruzan. Su cara parece entre avergonzada y confundida, supongo que igual que la mía. Ambos apartamos la mirada casi al mismo tiempo. Miro a la puerta, doy unos pasos y ya estoy afuera. Ahora solo debo olvidar lo que sucedió dentro de esa cafetería, debo olvidar el beso, debo olvidarlo a él y a su hermosa sonrisa.