Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

LA CONDICION por DRAGIOLA

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Harry Potter no me pertenece, sino a J.K. ROLLING. Y solo utilizo su grandiosa historia para hacer otras con el unico fin de entretener y nada mas.

Notas del capitulo:

“Adaptación libre de un corto de la película “El ABC del Terror”

LA CONDICION

 

 

 

 

 

Le había dicho que solo saldría con el si perdía un buen par de quilos de peso que bastante falta le hacían según ella y las cotorras de sus amigas que de buena gana se habían reído de lo lindo a sus costillas.

 

 

Pero como lograría su objetivo si su estómago ya gruñía de hambre y su mejor amigo ante esto le ofrecía un muffins que llevaba siempre consigo para evitar este tipo de calamidades.

 

 

-Sois unos cerdos, en serio, apenas hace veinte minutos hemos cenado y ustedes ya se llenan la panza otra vez, con razón nadie os toma en serio- soltó despectivamente un rubio respingón que como siempre caminaba erguido delante de ellos como si del primer ministro de magia se tratara.

 

 

Draco tenía razón, asi nadie lo tomaría en serio, mucho menos ella.

 

 

-¿Qué diablos estás haciendo?- pregunto enojado su mejor amigo al verle lanzar lejos el pobre muffins que hacía unos segundos reposaba en su boca.

 

 

Dieta, eso es lo que haría, aun si con ello debía matarse de hambre, lo haría y conseguiría su amor.

 

 

-Tú eres perfecto, tal como eres- menciono su mejor amigo con una sonrisita que hizo reír a más de alguno en la sala común de su casa al notar como este desfallecía apenas a las horas de haber comenzado su dieta.

 

 

Pero porque nadie nunca le había dicho lo difícil que era, porque todos parecían tan satisfechos solo con un par de bocados y ¡las chicas! Ellas sí que estaban locas porque apenas y bebían sus jugos de calabaza junto con una manzana por las mañanas y ni hablar a la hora del almuerzo o de la cena. Debía tranquilizarse, debía serenarse, contar hasta diez, hasta veinte, treinta, cuatro, tres… ¡al demonio!, ¡él no servía para hacer dieta!

 

 

-¿Por qué no me extraña verte comer como un cerdo?- escucho decir frente a el mientras las risa y las criticas comenzaban nuevamente.

 

-Si pensaste que con tu propuesta dejaría de hacerlo estabas equivocada, a este gordo solo le interesa la comida y nada más- decía con una mueca de asco una morena que veía como el chico frente a ellas abría la boca para responder pero dejando caer trozos de comida en el intento.

 

-¡Pero qué asco! Vámonos de aquí antes que se me quite el apetito- reclamo otra dándose la vuelta para ir a su propia mesa.

 

-Sí, vámonos- soltó con cansancio la chica que le robaba el sueño al chico de Stlateryn -Es verdaderamente una lástima, porque yo no bromeaba-

 

-¡No le digas eso o se lo va a creer!-

 

-Pero es la verdad- reitero esbozando una media sonrisa en su rostro -Yo si saldría contigo, siempre y cuando pierdas peso-

 

 

Debía hacerlo, debía perder esos malditos kilos de más que le estorbaban desde que tenía conciencia y que por alguna razón eran del agrado de todos en su familia, menos de el mismo.

 

 

Se miró al espejo deseando que hubiese una poción capaz para terminar con su tormento pero recordando de golpe que la única existente demoraba por lo menos un par de meses en surtir efecto y que por ello debía someterse a un rigoroso escrutinio medico al cual ninguno de sus padres estaría dispuesto a pagar.

 

 

Golpeo la pared con furia cuando supo quién andaba a la ciega de su amada deseando que por una buena vez por todas Draco lo dejara en ridículo o que al menos el Señor Oscuro apareciera exclusivamente para sacárselo de encima, porque sabía bien que con el cómo contrincante no tendría la menor oportunidad ya con ella.

 

 

Había comido como cerdo tras escuchar las burlas recurrentes de sus compañeros de clases que parecían no afectar en lo más mínimo a su mejor amigo como si de algo trivial se tratara sonreía ante la imagen de un trozo de pastel ante él, devorándolo con la misma alegría que sentía al saber que Stlateryn había ganado un partido de Quidich. Aquello era una locura, lo sabía, y por eso no se dejaría caer junto con su amigo en aquel poso de conformismo que había creado a su alrededor, porque el, él tendría una vida, una que no solo tuviera que ver con que comería cada hora, él tendría una novia, una linda y preciosa novia que algún dia se convertiría en la Sra. Goyle y le daría preciosos y bellos hijos iguales a ella.

 

 

Encerrado en el baño se miró al espejo por largo tiempo pensando en cómo sería la mejor forma de hacer aquello, mirando la única tina del cuarto que compartía junto a sus compañeros, los inodoros e inclusive el lavabo frente a él pero la respuesta era simple.

 

 

Tomo su varita con algo de temor pero decidido, lanzándose sobre sí mismo el hechizo que le cambiaría la vida para siempre.

 

 

A la mañana siguiente el baño estaba hecho un desastre pero no importaba, aun si sus compañeros e inclusive Draco se quejaban del olor nauseabundo que había dejado en él, lo único importante es que desde ese dia su vida sería otra.

 

 

Con un par de pócimas encima para evitar los males tares propios del hechizo que había utilizado en sí, se dirigió al gran comedor con una gran sonrisa en el rostro, pues ya había cumplido la parte del trato que su amada le había exigido para estar con el, dándose ánimos para no desfallecer, ni mucho menos para acobardarse a último momento cuando todas las miradas estaban puestas sobre él.

 

 

-Ginny-

 

-Oh, qué bien, de nuevo te habla ese elefante Ginebra- dijo de mal talante su amiga sin despegar sus ojos de esta que solo sonreía pícaramente.

 

-¿Ginny, mira, lo hice? Y fue por ti-

 

-¿Asi?- profirio la peli roja dándose la vuelta para pararse de golpe de su banca lanzando un grito horrorizado al igual que el resto de sus compañeras al ver al chico parado frente a ellos.

 

-Lo hice…por ti…Ginny, lo hice-

 

 

Murmuraba un joven orgulloso de su hazaña, mientras poco a poco perdía la conciencia gracias a la gran pérdida de sangre que había sufrido tras arrancarse grandes proporciones de carne del cuerpo intentando de darles vanamente formas que jamás tendrían sentido bajo esas ropas ensangrentadas.

 

 

 

-Oh,… por Merlín… Goyle que has hecho-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FIN

Notas finales:

Increible pero hasta ahora me he dado cuenta que en personajes no aparecen todos los de la historia por lo cual esta va siendo la segunda vez que no puedo poner el protagonista real de la historia al principio, lo siento por eso.

Como siempre, gracias por leer y mucho mas por comentar, hasta la proxima.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).