El mayor estaba apoyado sobre la baranda de un pequeño balcón que daba hacia una vista inigualable del mar, era una tarde un poco nublada y fresca, pero él parecía disfrutar de ese lugar tranquilo e inestable a doce pisos de altura.
Las olas se golpeaban unas a otras en una competencia para ver cual llegaba primero a la orilla y eso lo entretenía bastante al líder, a veces era como un niño pequeño, no hacia falta de mucha ostentación para que sea feliz, eran simples momentos los que llenaban su corazón de alegría y ver el agua ajetreada en esa tarde opacada por las grises nubes lo hacían feliz. Estar con él lo hacía feliz.
Tras la silueta de Yang SeungHo unas cortinas blancas, delgadas y casi transparentes se mecían con el viento, y desde dentro se podía sentir el aroma de algo cocinandose. Era algo dulce, olía a vainilla y parecía ser delicioso. Podía oir claramente tambien la voz particularmente melodiosa de esa persona especial, percibia en ese tono juguetón la felicidad de su compañero, lo sabía porque solamente cuando estaban solos podía oir su voz tan resonante. Sabía que dentro de él había un gran artista, era una joya, un diamante en bruto que debía ser pulido. Eso le daba miedo. Temía que alguien pudiera alejarlo de su lado para siempre.
Se giró sobre su eje y miró hacia adentro a través de las porciones de tela traslucidas que se mecian al compás del viento. Y lo veía agetreado, lleno de harina y muy concentrado en lo que estaba elaborando. El panda esbosó una gran sonrisa en su interior, que solo se tradujo en una mueca en sus labios. Apoyó su espalda contra la baranda y lo observaba en cada detalle, sus cabellos ahora rosados, su piel blanca, sus ojos particularmente negros, sus extremidades extensas y sus dedos largos, su cintura fina y su cuerpo delgado. Se llegó a preguntar que era lo que realmente le gustaba de él y ciertamente no sabía que contestar. Le gustaba todo de él. Le gustaba él, lo amaba.
El observado sintió una mirada sobre él y dirigió sus ojos hacia el ventanal que daba al balcón. Lo vio y le sonrió apliamente, mostrando sus blancos dientesitos. Park Sang Hyun sabía ser tierno sin proponerselo. Tenía el rostro repleto de harina y las manos enchastradas de la preparación. Dejó todo lo que estaba haciendo y con pasos lentos se dirigió hacia el mayor, no dijo una sola palabra en todo el trayecto, simplemente lo miraba, embelezado.
Cuando llegó hasta donde estaba su líder lo aprisionó, apoyando las manos al costado del cuerpo del otro, en la baranda detrás del mayor. Lo miró con ojos picaros y una clara mueca en sus labios de sus oscuras intenciones.
- Doongie- expresó SeungHo.
-mmh?- inquirió el menor en tono de pregunta.
-¿Son galletas?- preguntó mirando hacia la cocina.
-Sip, son galletas~~- contestó sonriéndole.
-Amo las galletas, lo sabes muy bien- dijo infantilmente.
-Vas a tener que ganartelas- propusó en tono juguetón Thunder.
-¿Y cómo debo hacer eso?- dijo siguiendole el juego
-Conquistandome- sonrió maliciosamente.
-Si?...- Lo tomó del mentón -creo que te malcrié bastante- mientras se acercaba a sus labios.
-Es tu culpa- le susurró sobre los labios del mayor, el roce fue inevitable.
-Voy a tener que castigarte un poco- lo miró lascivamente, posó su mano en la nuca del menor y lo besó con un movimiento lento y calmo, haciendo que el menor se desesperará rapidamente. La lengua de Thunder comenzó a juguetear en la cavidad del mayor y la falta de aire los obligó a separarse.
SeungHo lo abrazó dulcemente por la cintura, mientras besaba y mordía el cuello de su amante. El otro solo cerraba sus ojos para intensificar las sensaciones. De su boca solo lograban salir bocanadas de aire en forma de gemidos que deleitaban al panda. Thunder comenzó a meter sus manos por debajo de la camisa del mayor, acariciando y dejando pequeñas lineas rojas en la espalda del otro que comenzaba a perder la noción de la realidad. El rapero sintió como su entrepierna era sometida a una marcada presión ejercida por la pierna del líder, haciendo que su jadeo se intensificara convirtiendose en un sonido más audible a los oidos del otro que subió denuevo a sus labios para acallarlo introduciendo su lengua dentro de la boca del menor y suavemente recorría la húmeda cavidad mientras jugueteaba con la lengua del otro.
El panda lo tomó de la cintura llevándolo en una caminata torpe, llena de besos, abrazos y caricias, hacia el sofá de la sala, dónde, aún besandose, SeungHo se sentó y CheonDoong quedó encima de él, con sus rodillas a los costados de la cintura del mayor.
Lentamente fueron separándose de ese beso que parecia eterno, y se vieron a los ojos por unos segundos. SeungHo apartó uno de esos mechones rosados, que caía justo en la frente del otro, con su dedo índice, SangHyun solo esbozó levemente una sonrisa. El silencio reinó por escasos segundos.
- Doongie...- rompió el silencio.
- ¿Umh?...- sus ojos no se apartaban de su amante.
- Te amo, ¿lo sabes? - dijo finalmente, pasando y entrelazando sus manos por el cuello del menor.
-Sí, lo sé, yo también te amo- contestó sonriéndole alegremente, y esta vez lo besó en la frente dulcemente.
El líder despojó rapidamente la camiseta del rapero, dejando al descubierto su piel blanca y jóven. Y comenzó a trazar un camino de besos y mordidas que se iniciaban en el cuello del otro, bajando por su pecho hasta llegar a su abdomen, para luego juguetear con su ombligo. Ante esta estimulación el menor movía su cintura lentamente en forma circular sobre la entrepierna de su amante, lo que lo excitaba de sobremanera. Sanghyun no tardó en quitar la camisa del mayor, desabotonandola lentamente para luego acariciar esa famosa 'panza de bebé' que todos decían que el líder poseía y pensando en eso, soltó una leve risita que el mayor escuchó. El rubio alzó su cabeza mirando al menor confundido.
-¿Qué es tan gracioso?- preguntó curioso.
-Mmh, nada- contestó el maknae, sabía que podría enojarse si le decía lo que estaba pensando - eres muy sexy- exclamó para luego morderle el lobulo de su oreja y bajar propinando besos en el cuello de su amante.
SeungHo comenzó a soltar suspiros cada vez más profundos a medida que el menor iba bajando por su piel. No podía soportarlo, necesitaba sentirlo más, necesitaba más contacto, necesitaba tener el control. Lo tomó por los hombros y lo colocó suavemente sobre el sofá, el contacto frío del cuero sobre la espalda del pelirosado lo hizo estremecer, pero se olvidó de eso cuando sintió los labios del mayor jugando con sus pezones hasta lograr dejarlos erguidos. Bajó asi besando toda la piel que encotraba a su paso, hasta que se encontró con un obstaculo que no dudaría en retirar lo mas pronto posible. Desabrocho y tomó la cremayera del jean del menor para bajarla y encontrarse con la ropa interior de éste, le quitó asi los pantalones junto con su boxer color azul lanzandolos al suelo. Amaba verlo así, sólo él podía ver esa imagen tan pura e inocente de Cheondung, tan entregado a él que quería abrzarlo y jamás soltarlo.
Tomó el miembro del menor y comenzó a masturbarlo lentamente al comienzo, mientrás lo besaba dulcemente en los labios. La velocidad del vaiven de su mano iba incrementandose a la vez que su beso se volvía cada vez mas apasionado y violento. Mordía los labios de Thunder, estirandolos con sus dientes levemente. El menor comenzó a gemir ante esta sensacion de dolor y placer que le causaba, arqueando la espalda, moviendo sus caderas al ritmo marcado por la mano de su líder. Este se detuvo, no podía conterse más, se quitó el resto que le quedaba de ropa, mintras el menor se incorporaba nuevamente, para sentarse otra vez sobre el mayor, sabía que esa era la posición que intensificaba las sensaciones en su cuerpo.
Lo besó en la frente, tiernamente mirando a su lider pronunció.
-Te amo Yang SeungHo- dijó para sonreirle tan dulcemente que el rubio pudo sentir que su corazón se derretiria en ese mismo instante y antes de que el mayor pudiera contestarle comenzo a menearse sobre él, moviendo su cabeza hacia atrás mientras mordia su labio inferior, eso era suficiente para él.
Lo tomó por las caderas ayudandolo a levantarse para que pudiera asi introducirse dentro de él.
Thunder comenzó a gemir extaciado a medida que el palpitante pene del líder se inmiscuía en su interior, y una vez completamente adentro, el menor abrazó por el cuello a su amante para darle un dulce beso en la mejilla dando así inicio a un movimiento circular en principio y luego ascendente y descendente. El rubio no podía ya contener sus jadeos y su voz ronca comenzo a mezclarse con la de Cheondung, ambos pronunciaban el nombre del otro junto a suspiros y agitadas respiraciones.
El movimiento se volvía cada vez mas violento y las estocadas más profundas, logrando así que el miembro de SeungHo logrará tocar aquel punto dulce que le arrancaba suspiros de placer al pequeño rapero, quien apretabas sus ojos para intensificar aquella sensación. Entonces sintió como el mayor tomaba su pene entre sus dedos para comenzar a masturbarlo freneticamente al ritmo de sus golpes. Y ya, sin poder contener ninguno de los dos el placer que estaban sintiendo, acabaron juntos.
SeungHo podía percibirlo en como la estrecha entrada del menor palpitaba, contrayendose y apretandolo.
Lentamente Sanghyun se levanto y se sentó al lado de su líder, apoyando su cabeza en el hombro de este, mirandolo embelesado.
- CheongDung-ah...- Dijo un poco cansado el mayor.
- ¿Mmh? - musitó el menor, mientras dibujaba pequeños circulos con su dedo indice en el pecho de su novio.
- ¿Me gané esas galletas, no? - Dijo mientras comenzaba a acariciarle sus rosados cabellos.
- Mmm... tengo que pensarlo... de igual manera ya se ha echado a perder- dijo mirando los restos de la masa en la cocina.
- Entoces vas a tener que volver a empezar- expresó el rubio.
-Entonces, me vas a tener que volver a conquistar para obtenerlas...- le sonrío divertido.
-Eres todo un pervertido - expresó para luego darle un beso en la frente.
-Pero soy TÚ pervertido- decía mientras entrelazaba su mano con la de SeungHo.