Nuestro primer encuentro
“El rechazo, yo no fui el culpable de nada, todos aquellos en los que confiaba y amaba, ahora me miran con miedo, me rechazan, gritan y lloran a mi paso… ni mi madre me mira sin dejar de llorar ¡Yo no fui culpable de nada! Lo siento por que las cosas no salieron como ustedes querían, pero para ahorrarles este sufrimiento, me iré lejos y si las cosas van bien moriré tal como ustedes querían”
Era una tarde tranquila después del trabajo, como era de costumbre nadie se le acercaba, se podría deber a sus facciones duras que le hacían parecer siempre de mal humor incluso cuando no lo estaba.
Recorrió el mismo camino de siempre y se detuvo en una tienda diferente de las que comúnmente visitaba, afuera un pequeño bulto se acurrucaba en una de las esquinas del local, no le presto mucha importancia e ingreso de todas formas al local. Le atendió un caballero mayor al que parecía gustarle mucho el dinero “se le ofrece algo” pregunto al verlo pasar, pero él se negó educadamente, en realidad no estaba muy seguro del porque estaba ahí, no le gustaban los juegos de video, aunque de eso se tratara su empresa, el no gustaba de jugar tras una pantalla, prefería mil veces leer.
Aburrido del contenido de la tienda, salió y vio nuevamente al bulto de la esquina, al parecer era una persona, pues algo de pelo sobresalió entre el montón de trapos y cajas.
“Un vagabundo” pensó y se fue sin mayores preocupaciones por su camino
Los días pasaron rápidamente, y sin saber por qué seguía pasando por la misma tienda, de reojo miraba aquel bulto que parecía no moverse pero no hacía nada mas de eso. Paso el verano, el otoño y comenzó el invierno, por alguna razón el seguí visitando ese lugar y aquel bultito siempre estaba en el mismo lugar y de la misma forma
***
Una tarde de lluvia, también hacia mucho frio, este hombre volvió a entrar a la tienda de los videojuegos, compro uno a lazar, más que nada para no molestar al vendedor. Mientras se iba escucho que este decía al aire
-Por lo menos he vendido algo, esa chica lo único que hace es ahuyentar la clientela
¿A quién se refería con esta chica? ¿Podría ser el bultito de la entrada? Sin motivo alguno decidió esperar un poco a las afueras del local, quería saber de una vez por todas que era esa cosa que le atraía extrañamente.
La lluvia empezó a caer mucho más fuerte, la tienda cerró y el bulto siguió sin hacer nada por un buen rato. Sin darse cuenta termino acercándose y diciendo involuntariamente
-¿Tu qué haces ahí?
Repentinamente, ese embrollo de trapos se movió surgiendo de él, un chico con cara de niño pequeño, se le podía confundir con una niña, que le miro sin comprender
-¿no vas a contestar?- insistió
El niño negó con la cabeza, dio una sonrisa amable, haciendo que su demacrado rostro hiciera una mueca que podía asustar a cualquiera, pero para él al cual nadie le tenía agrado resulto ser algo asombroso
-¿Vas a quedarte ahí con todo este frio y esta lluvia?
-No todos tienen un lugar al que regresar- susurro el niño bajando su cabeza, dejando ver una marcas muy raras en su cuello. Ladeo su cabeza y se apoyó en la muralla, al parecer dispuesto a dormir.
Sin saber muy bien por qué se dejó guiar por sus impulsos tomo al chico del brazo y comenzó a arrastrarlo.
El niño le miro completamente anonadado, no dijo nada pero se resistió a ser arrastrado por aquel desconocido, pero después que fue forzado a subir a un taxi y llevado hasta un lote de apartamentos sus fuerzas se fueron por el desagüe.
Él le arrastro hasta su apartamento, abrió la puerta y le obligo a entrar
-Puede que no esté muy ordenado- en realidad tenía unas plantas, pero no sobrevivían mucho tiempo aunque se esforzara en cuidarlas- pero te protegerá de la intemperie
El chico miro a su alrededor, aferrándose a la roñosa mochila que contenía sus pocas pertenencias, sin saber que hacer miro al otro hombre interrogándole con la mirada. Este último había aparecido con dos platos de comida y los puso en una mesa cercana, al niño se le hizo agua a la boca el ver ese plato de comida pero no se atrevió a acercarse, incluso después de que el dueño de casa se sentara y comenzara a comer su cena
-¿No vas a aceptar el plato que tienes en frente?- pregunto ordenándole que se centrara- más te vale terminar todo lo que tiene
El chico no se hizo de rogar y se sentó junto al mayor comiendo tímidamente lo que tenía en frente. Al terminar, el mayor le condujo al baño y dijo que se bañara, le dejo algo de ropa para vestir y se fue con los trapos sucios del chico.
Después de salvar todo lo que pudo, toco la puerta del baño para saber si podía dejar sus cosas ahí, no obtuvo respuesta, así que asumió que podía entrar
-Disculpa…- al entrar vio al chico usando la camisa que él le había dado, con sus cabellos mojados que se habían vuelto color chocolate y la camisa blanca que hacía ver la pálida piel del chico, tomando colores rosa pálido en las articulaciones de su cuerpo. También noto que tenía unos hermosos ojos azules-…- se quedó en silencio, pues aparte de la notable belleza del chico que no aparentaba más de 16 años, unas marcas y maguñones que llevaban varios meses marcaban todo su cuerpo- ¿Qué… que te paso?
El chico desvió la mirada alejándose del alcance del otro y se encogió en un rincón en cluquillas con las manos en la cabeza para defenderse en caso de cualquier cosa, pero no sintió un tirón ni nada si no que un ardor agradable le cubría las heridas
-Porque….- pregunto levantando la cabeza, mientras se dejaba curar por las manos de aquel hombre
-Ahora que me acuerdo no conozco tu nombre…- contesto- mi nombre es Kazuma, y me sorprende que aun estés vivo con tu cuerpo así- se encargó de limpiar todas las heridas con el chico aun en silencio, bueno solo la de los brazos y de la rodilla hacia abajo, cuando se encargó del cuello le dio un revoltijo en el estómago al ver un extraño corte en su cuello que ya estaba infectado, pero más importante la temperatura del chico…
-¡¿?!- el chico al sentir la frente del hombre que respondía al nombre de Kazuma sobre la suya no pudo evitar sentirse incómodo.
Termino acostado en un futon con un paño frio en la frente y el hombre que le había traído a casa a su lado, ninguno hablaba, tal vez porque Kazuma se había aburrido de hablar solo ya parecía que aquel chico no diría nada.
El mayor termino levantándose
-Buenas noches, si necesitas algo avísame, mi cuarto es este- dicho esto hizo ademan de entrar por una de las puertas
-Taiyo…
-¿Dijiste algo?
No hubo respuesta el chico ya se había dormido