De la amistad al amor hay muchos kilómetros, eso dicen, bueno también depende de la persona y teniendo a cierto chileno de protagonista junto al gay argentino esa regla no se cumple. Es más, debido a su amistad-odio pasar al amor no fue un tema complicado, fue algo súper fácil, hasta ridículo, las peleas eran pan de cada día, los golpes igual, los insultos sobre todo, pero bueno, de esa manera se expresaban ambos chicos, tratando de negar sus sentimientos, a pesar de lo obvio que estos resultaban, los abrazos después de cada pelea nunca faltaban y esos abrazos ambos los valoraban enormemente, los atesoraban en su corazón, en sus más preciados recuerdos, a pesar lo mucho que se amaban ¿porque no estaba juntos? ¿que los detenía?. Bueno la respuesta es simple, los detenía el miedo y la inseguridad.
A Manuel lo detenía su inseguridad, además de que su amigo era un completo mujeriego, el chileno sentía que si se declaraba el otro lo rechazaría por buscar unas buenas "tetas", creía que lo fleto del rubio era sólo para joderlo, para jugar con él y ganarse sus golpes, si, el pelicastaño creía que el argentino era un masoquista.
En tanto Martín sentía miedo, miedo que si se declaraba Manuel lo mandaría a la cresta, de por si Manuel era muy violento y si con sus "bromitas" lo golpeaba a cagar no quería ni imaginar que pasaría si se declaraba.
Por eso ambos mantenían esa amistad, les dolía, les costaba, pero se esforzaban por no caer en la tentación y romper tan bella amistad.
Ellos soñaban, soñaban constantemente en una vida juntos, imaginaban, imaginaban un mundo junto al otro, el sentimiento de tenerlo entre sus brazos, despertar en las mañanas y poder decirle un "buenos días", imaginaban tantas cosas...
-Hola
saludo con alegría el argentino, moviendo la mano con energía, sonriéndole a su amor
-hola weón
respondió el chileno tímidamente, sonriendo levemente, dejándose llevar por la sonrisa del otro, perdiéndose en sus ojos, en sus blancos dientes... Con temor, Manuel aparto la mirada, con miedo de que se notara lo mucho que le gustaban los ojos de su amigo, con temor a que en sus propios ojos se reflejara todo su amor por el Tincho y que este lo notara... El miedo e inseguridad los consumía a ambos...
Los días pasaron y Martín comenzó a salir con una chica, no la amaba, pero necesitaba distraerse, se sentía mal por hacerle ilusiones a la pobre chiquilla, pero no podía hacer nada más. Cuando Martín le presento su novia a Manuel, este reacciono con calma y madurez, deseándole lo mejor y amenazando al rubio, esto le dolió a ambos. Pero así estaba mejor, la relación que tenía el tincho no duro mucho, ya que el rubio accedió a salir con ella por la simple razón de distraerse, eso y además la chiquilla se le había declarado, pidiéndole una oportunidad.
Pero bueno, era imposible pedirle a Martín que durara más de dos semanas con alguien que no amaba, alguien que no fuera su chilenito querido.
-¿estas listo para el examen?
Pregunto Martín
-claro weón ¿y vo?
Respondió el chileno, mirando de manera dura a su amigo, a sabiendas que no lo había hecho
-no, me dio paja
respondió con sinceridad el otro, a lo cual el grosero chileno suspiro, asegurándole que le daría las respuestas en el examen, no quería que Martín reprobara una materia, no mientras pudiera ayudarle, porque así es el amor. Haces todo lo posible para evitar que tú amado/a sufra, no lo aguantas, no toleras verlo sufrir y eso es normal.
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-¡tengo hambre!
-¿quieres un alfajor?
-oh weón si!
Manuel sonrío, provocándole un cosquilleo en el estomago y pecho al rubio, la sonrisa de Manuel era la cosa más linda que había visto en toda su vida y eso que había podido ver cosas hermosas, pero ninguna se comparaba con esa sonrisa, con esa luz que iluminaba la cara de Manuel. Porque así es el amor, nos emboba al ver a la persona amada sonriendo, nos produce un cosquilleo, es molesto pero hermoso.
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-¿con quien vai a hacer el trabajo Martín?
-con el Seba y el Dani, pero ya te incluí
-...gracias
Martín despeino al escritor con cariño, a sabiendas lo mucho que le costaba al otro a sociabilizar, lo mucho que le costaba abrirse a las personas. Porque así es el amor, nos hace reconocer ciertos puntos débiles para ayudar a esa persona tan especial, a esa persona amada.
Un año más a pasado y los protagonistas siguen escondiendo su amor, llevan así 5 años, 5 años resistiendo
-Manu ¿vamos a comer al mc donals?
-¿vo invitai?
-dale boludo
Suspiro el rubio sacando su billetera y sacándole en cara los billetes al menor. Porque así es el amor, nos hace querer consentir a esa persona, a la persona amada, abrazarla, besarla, darle de comer, abrigarla etc, hay tantas formas... Pero uno busca, busca como hacerla sentir especial. Porque así es el amor
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Martín miraba con celos a Manuel, Arthur abraza a su chileno, pero ¿que podía hacer él? No era más que el amigo de Manuel, con rabia se fue del lugar, dejando a ambos chicos solos. Porque así es el amor, nos provoca celos, los celos son el miedo de las personas de perder a la persona querida, el miedo de ser reemplazadas por otra persona, los celos no son bonitos, se pueden controlar, pero también los celos son una excelente prueba de amor, porque significan que a esa persona le importas y eso es hermoso. Había tantas muestras de amor, había tantas formas de comprobar que esos dos se amaban hasta la muerte, pero nada, aún no eran capaz de confesar lo que sienten, por miedo e inseguridades.
Porque así es el amor, hay inseguridades y miedos, pero hay que vencerlos o no podrás ser feliz, destruye esas barreras, al igual que el orgullo, no te llevan a nada, sólo te llevan al sufrimiento, no es difícil destruir estas crueles murallas, sólo ármate de valor y di esas palabras tan mágicas, sólo di un simple "te amo". Con eso ganas la batalla, o tal vez no, pero si te rechazan, al menos sabes que luchaste, que te confesaste y no estarás toda tú vida pensando en que habría sido si le hubieras dicho que sentidas por él. Pero lastima por Martín y Manuel, ellos al parecer aún tienen barreras que destruir para poder ser felices juntos, por ahora no les queda más que seguir sufriendo en silencio hasta que uno de los dos, o los dos al mismo tiempo se atreva y lo arriesgue todo. Porque así es el amor, en él hay que saber arriesgar para encontrar la felicidad.