Capitulo dos.
Me la pase gritando, retorciéndome de dolor durante tres días, ahí fue cuando mi corazón se detuvo, solo veía un lugar lleno de fuego, donde me encendía de nuevo, y después de eso no sentí nada ni dolor, ni fuego, solo paz y mi frenético corazón, que latía tan rápido como un aleteo de un colibrí.
Abrí los ojos, el doctor me observaba, me levante rápido observándome, la ropa que traía ya no era la misma: vestía un pantalón de mezclilla de diseñador algo ajustado, una camisa azul oscuro con un suéter negro, me mire en ese espejo que alguien me puso muy amablemente, ya no era yo del todo mi piel lucia mucho más clara y tersa. Con un toque apenas de roja pardo. Mis ojos eran de un rojo intenso con tintes cafés en los bordes, con unas pestañas negras espesas, enmarcándolos, y mi cara era bellísima; mucho como un ángel perfecto. El del espejo hizo una perfecta “O” con sus labios carnosos, suaves y rojos brillantes, me miro con sorpresa, ese acto me recordó que ese del espejo era yo, si regrese a como antes de ser lobo, era mi rostro de antes no el que me hace ver mayor, si no mi rostro de verdad, el del adolecente de diecisiete años, toque mi cabello sedoso, largo y brillante tirando de el para despertar del sueño, mi estatura seguía en los uno noventa, con un cuerpazo que dios era un sueño lo juro, me recordó a un reloj de arena, y tenía un trasero de infarto, camine asía afuera y me concentre en el calor que me convierte en lobo, quería ver si podía y escapar de esto fue un shock para mí verme de esa manera, ese no era y así paso me convertí en lobo, corrí muy rápido, queriendo olvidar lo que me paso, lo que ahora soy un punto muerto entre lobo y vampiro, un hibrido de algo que nadie ha visto, mis sentidos lobunos se mezclaron con los de vampiro, así que técnicamente soy un súper, lobo más rápido que Leah, con mejor visión y fuerza, dudo que una mordida de ellos penetre mi peluda piel.
Estaba asustado, no sabía que hacer ahora, yo había hecho una elección y esta me fue de las manos me dejo en un punto sin retorno, sin casa, sin familia, sin el amor de mi vida, sin mis lazos sanguíneos, sin una manada, sin vida, convirtiéndome en algo desconocido y tal vez temido y aborrecido por los que yo he amado ¿qué demonios voy a hacer de ahora en adelante?
Regrese a la casa de los Cullen, el único lugar donde obtendría respuestas, aceptación, donde creo que me quedare oculto, no sé si tendré sed, no sé que soy, ¿soy un neófito? ¿Cómo voy a hacerle de ahora en adelante para vivir sin dañar a alguien? ¿cómo demonios voy a cumplir la promesa que el hice a Bella?, los Cullen muy amablemente, en el patio me dejaron ropa nueva costosa y zapatos, como si supieran que yo regresaría a ellos, me vestí tan rápido como pude ocultándome de las miradas curiosas, entre en la casa mí vista repaso en un segundo cada rostro, cada cosa de la sala, cada detalle de todos los que alguna vez se me fueron por estar preocupado por ella, hay Bella ¿Qué vamos a hacer ahora que soy algo desconocido?. Hasta que vi el sofá blanco y ahí la rubia mecía con mucho cuidado a un bultito quien no dejaba de llorar, la bebe sujetaba sus manitas llenas de hoyuelos en la cara de la barbie rubia y ella negaba con la cabeza a la vez que la levantaba un poco, hasta que la niña me miro con los ojos de Bella, se me quedo mirando y me sonrió mostrando sus pequeños dientes de leche, tan blancos y perfectos. La niña con cara de ángel, tan bonita como un vampiro e irresistible, no sé hermosa a más no poder su cabello como el de su padre con risos pequeños y perfectos, y esos ojos enormes que no dejaban de mirarme en ningún momento a la ves que estiraba sus bracitos en mi dirección, llorando un poco sin dejar de mirarme. Me quede paralizado sin saber que hacer, era tan extraño que yo fuera lo que mi mejor amiga siempre quiso ser y nunca pudo, por traerla a ella y ahora yo la vería crecer y la cuidaría como su madre me lo pidió, siendo que Bella tenía ese derecho era su deber no dejarse vencer por ella por su hija, lo más extraño era ver a la copia de Edward con los ojos de mi hermana llorar y removerse para que yo la mirara, eso era de Bella, mirarme con suplica en sus ojos, con añoranza, esperanza y amor.
Me acerque un poco la rubia, estirando los brazos para poder tomar a la preciosa bebe que trataba de mirarme por todos los medios posibles, se levantó despacio dejando que yo tomara a la niña que se aferró a mi acurrucándose en mi pecho me toco la cara, me quede tieso al ver la imagen de mi amiga muriendo, preguntándome donde estaba, las lágrimas salieron de mis ojos al ver que ella se respondió y me dijo que no volvería, luego me mostro mi cara cuando su padre la sacaba del lugar para entregarla a la Barbie, y escuchar las peticiones de su madre asía mi persona, y preguntarme que si yo me iba a ir, que si yo si la quería no como su padre. Sentí como mi pecho se amplió, como mi corazón la acepto, era ya mía aunque no llevara mi sangre, yo ya era suyo siempre lo fui, era mi hija Bella perdóname por quitarte a tu hija, prometo hablarle acerca de ti cuando crezca, perdóname por robarme su cariño, ya la amo, tanto o más que tú, perdóname a miga, hermana perdón.
- No me voy a ir mi cielo – le respondí dándole un beso en la frente, me mostro una imagen de una extraña taza y que despedía un olor… – ah tienes hambre ok le digo a tu abuelo.
- Carlisle – le llame entrando en la cocina – mi niña tiene hambre quiere su botella de…
- Oh, hasta que quiere comer, ha estado esperando a sus padres, le dijimos que lamentablemente Bella no vendrá nunca más y que su padre está un poco mal, su esperanza estaba puesta en ti no ha querido comer bien le he dado de comer afuerza, solo lloraba y dormía pensábamos que moriría, gracias - me dijo Carlisle – dándome su botella se me hizo agua la boca, trague con dificultad mi garganta ardía – oh hijo debes de tener sed
- Aja siento que…- no pude responder ya que el olor a sangre me quemaba de nuevo, era algo molesto era entre tener hambre y saber que no puedo comer eso y sentir un deseo aterrador de comer lo prohibido.
- Te daré un poco de sangre de conejo te servirá de algo en lo que te enseñamos a casar, pero tenemos que estar todos, ya que tú eres algo diferente a nosotros, temo que te descontroles al ser una mezcla de ambos mundos.
- Gracias - me la tome, me sentí súper bien - creo que eso no será posible puedo controlarme, podre con todo se lo aseguro, era lo que necesitaba ya no se me antoja la comida de mi niña, sabe tengo un buen de hambre de comida humana
- Yo te la preparo – dijo Esme – Jacob lamento tanto lo que mi hijo te hizo no se ni como…
- Calma no pasa nada ah y hablando de tu hijo – deje la taza de Renesmee en la barra – quiere más y ¿dónde está? tengo unas cuantas cosas que decirle
- Arriba en su cuarto no ha querido salir ni a cazar – dijo Esme sacando cosas del refrigerador
- Bueno lo voy a ver – le dije a la vez que le pasaba a la niña quien dejo de comer y se puso a llorar – tranquila mi cielo no me voy a ir solo voy a hablar con tu padre - no me dijo con su don tan útil no me dejes llévame – bien tu ganas come primero.
Se quedó dormida en mis brazos, camine un rato con ella en mis brazos meciéndola, subí la escalera de madera solida mientras pensaba que rayos le diría, al ver a la niñita en mis brazos lo supe, llegue a su habitación suspire, me di valor para tocar la puerta.
- ¿Puedo pasar? – pregunte con temor.
- No vete – dijo Edward con notoria incomodidad
- Claro que no ¿Qué rayos haces sin atender a tu hija? mira lo que me hiciste no tiene nombre pero a ella - le dije enojado cuando volteo mirándome ahí mi mundo se desplomo de nuevo, todo lo que me ataba a esta vida, todo mi mundo, mi familia, mis amigos yo mismo, se fue en múltiples globos que se ataron a él con cordones de acero, no podía creer que me imprime de él y mucho menos su reacción se acercó a mí con sus clásicos movimientos veloces, me tomo de la cintura, beso en la frente a su hija le pido perdón, la niña lo miro se volvió a dormir en mis brazos, luego me beso en los labios transmitiéndome en ese beso algo así como amor, pasión y muchos sentimientos más que no supe descifrar, solo me deje llevar y correspondí el beso.
- Te acepto – me dijo con voz dulce – tu nunca me dejes Jacob Black yo ya te amo no sé cómo rayos puede dejar de amarla así de rápido, solo me basto una mirada tuya para ser de nuevo el hombre más feliz del mundo tú y mi hija me han revivido, espero y mi Bella me perdone por
- No lo aré, si me prometes nunca dejarme y cuidar de ella, y creo que Bella estará muy feliz de saber que tú no aras estupideces. Sabes: que te amo Edward. Te acepto como mi pareja, como mi todo.
- Lo prometo amor – me dijo besándome de nuevo – he estado aquí pensando en lo que perdí, en lo que te hice, en que Bella me dejo y en lo que Rene me dijo, aun no sé por qué ya te amo tanto, sé que es la imprimación pero es algo más que eso es…
- Me hubiera gustado decirle adiós a Bella despedirme de ella y jurarle de nuevo que los cuidaría. ¿qué te dijo Rene sobre Bella? - pregunte a la vez que me acurrucaba en sus brazos pétreos.
- Que Bella estaba enferma del corazón y que los médicos le dieron escasamente tres años de vida, por eso ella decidió venir a vivir con su padre era su modo de despedida – me dijo sin dejar de abrazarnos – Bella tenía la esperanza de que su corazón resistiera la transformación, pero no pudo con la niña creciendo en ella, si tan solo…
- Shhh – le dije poniendo un dedo en sus labios – ella lo sabía, sabes: por eso lo hizo, te amo tanto que si no podía quedarse a tu lado, por lo menos te dejo algo de ella, una hija fruto de ese amor que se profesaban, alguien que tú has abandonado sabes: que mi niña – me miro alzando una ceja – ella me la encargo y créeme que cuidare de mi hija – enfatice la palabra hija – ya la siento como mía, no comía, no dormía casi nada, te esperaba. Esperaba a ella, Rosalie le tuvo que decir la verdad que su madre murió y que su padre estaba mal, y al no verte por casi cuatro días, ella siente que no la quieres, me ha pedido que no la deje sabes; yo creo que mi niña me toma como la figura materna – me reí de mi comentario – se lo tendré que aclarar más adelante ¿ya viste lo que hace?
- Si, lo leí en la mente de Esme – me dijo besándome – no entiendo por qué no puedo leer tu mente si antes podía ¿Qué paso? No me gusta…
- No me importa te podre guardar secretos ¿Edward? – me puse rojo, si lo que más deseaba en estos momentos era que me tomara en brazos y me llevara a un lugar intimido sin vampiros que me oyeran gemir cuando mi Edward me hiciera el amor por primera vez.
- ¿sí? ¿dime Jake? – me pregunto curioso levantando una ceja.
- Eh alguna vez te dije, que cuando te vi luego de qué me convertí en lobo, creo que me imprime de ti cuando ustedes regresaron de Italia, cuando te…
Me beso a la vez que me tomaba de las nalgas, masajeándolas de una manera que me estaba excitando, pero no podíamos llegar más lejos, tenía a la niña en brazos era inapropiado, gemí y mi niña se despertó y me mostró su preocupación, la cara de su padre y me pregunto si ya la quería.
- Te amo – le dijo tomándola en brazos – te amo a ti y a tu madre, y a tu papi Jake lo amo él no se va a ir ¿verdad mi amor? - Mire como me miraba de una forma deseosa sus ojos mostraban excitación y deseo, me beso con pasión pasando sus manos por mi espalda hasta perderse en la curvatura de mis nalgas – ahora mi niña, me dejaras llevarme a tu papi, solo esta noche, porque tenemos que hablar bebe de algo que solo los papis deben de hacer.
- Edward, basta – me puse rojo – puedo esperar amor, he esperado ya mucho tiempo, se va a preocupar, tu deberías de ir a cazar amor que no te hace bien estar así, no me gusta ver tus ojos opacados por la sed – lo bese, abrace a Ness a mi pecho para poder fundirme en un abrazo con su padre – no me voy a ir solo…
- Tú puedes pero yo no, te deseo demasiado Jake – me dijo en el oído mordiendo levemente mi lóbulo introduciendo su lengua en él y tocándome el trasero de manera sugerente – si iré a cazar, y te debo de mostrar nuestra casa amor, y de nuestra hija regreso no tardo – nos dijo – mis amores. Después tu y yo hablaremos seriamente Jacob – me guiño un ojo antes de marcharse por la ventana donde lo mire perderse a lo lejos.