“A todas esas almas perdidas que se olvidaron
de creer en la inmensidad del amor"
Lucas-One Tree Hill
POV JI YONG
Hay tres reglas que he llevado conmigo casi toda mi vida:
-Regla número 1 ------> Siempre en guardia contra los hombres, son escoria humana.
-Regla número 2 -------> Aprende a ser tu propio héroe.
-Regla número 3 -------> El amor verdadero no existe.
Algunas personas suelen pensar que esas reglas son estúpidas, pero para mí son importantes y creo firmemente en ellas. Sin embargo si creo en esas reglas… ¿por qué estoy en parado en las afueras del aeropuerto? Corriendo por una persona que quizá… ¿había hecho que todo tuviera sentido? ¡Sé que el amor verdadero no existe! Entonces… ¿por qué estoy aquí? Como loco desesperado, rogando por un milagro haber llegado a tiempo… No. Mejor dicho la pregunta correcta es… ¿Cómo empezó todo? Y la respuesta la tengo más clara que nunca… ¿Quieres escucharla?
Todo empezó hace ocho años atrás…. conocí a mi primer amor en la universidad nacional de Seúl. Bueno por mi parte sí fue amor, por la de él… no. Fue una total basura conmigo. Desperdicié cuatro años de mi vida estando al lado de ese desgraciado, que no vale la pena. En un momento de mi vida tuve mi futuro asegurado, sabía a dónde me conducirían las cosas. Estaba enamorado, conocía al hombre perfecto que me quería tal como era ¿Qué más podía pedir? Sin embargo las cosas empezaron a manifestarse por sí mismas… a demostrar su propio color. No me había dado cuenta de nada. ¡Qué estúpido fuí! Más aún, ver que iluso había sido en creer en él y en nosotros. Porque nunca hubo un nosotros y eso destrozó mi corazón.
Estábamos en la fiesta de graduación de la universidad. Dong Wook, así se llamaba él, había interpretado una canción delante de todo el alumnado. Sí, él era la persona más popular de la facultad de música y de la universidad entera. Ahora que lo pienso no sé cómo nuestros caminos se habían cruzado teniendo carreras tan dispares. Lamentaba que esto hubiese sucedido, el conocernos. La vida a veces tiene razones inciertas para las cosas que se nos presentan. Si ese día no hubiese abierto esa puerta, quizá… hubiese vivido cegado un poco más…
FLASHBACK
Ji Yong caminaba alegremente entre el enorme gentío en el que se encontraba. La facultad estaba abarrotada de personas entre familiares, amigos y estudiantes. No era para menos… por fin se graduaban después de cuatro años y sus estudios habían tenido frutos. Particularmente Ji Yong se mostraba feliz. Las cosas estaban saliendo como lo había planeado, sus metas poco a poco se iban cumpliendo. Esto era un paso más en su vida. Era una dicha para él saber que en plano profesional y personal estaban bien. Ahora solo tenía que esperar que su novio se graduara en dos semanas y todo estaba completo para él. Sonrió al pensarlo. Como pudo atravesó el área verde del campus e inmediatamente a pasos rápidos se dirigió al salón dónde se encontraba su novio. Seguro que estaba guardando sus instrumentos con su banda. Poco a poco se acercaba más, cada vez la distancia se hacía más corta hasta que llegó al final del pasillo y se encontró frente a la puerta. Sonrió nuevamente. Se arregló el cabello, se había hecho un desastre con el birrete. Pasó sus manos por su bella toga blanca que calzaba, en un intento de alisarla. Era un poco molestoso llevar esa toga. Él era totalmente blanco y el atuendo le hacía ver como un fantasma o peor aún… ¿un muerto? Afortunadamente había un sol intenso por lo que sus mejillas se encontraban ligeramente sonrosadas, dándolo un poco de color a su tez nívea. Decidió dejar de pensar en ello y se dispuso a entrar. Ni bien giró el pomo de la puerta… se encontró con una escena que lo sorprendió y a la vez… literalmente le rompió el corazón. Ver que tu novio de cuatro años se estaba besando con una persona que no eras tú… simplemente era un cuadro desgarrador de ver. No sabía cómo y en qué momento, pues parecía que ellos no se habían dado cuenta de su presencia, se las arregló para pronunciar unas palabras sin mostrar un signo de debilidad ni tener la voz quebrada.
-Veo que estás entretenido, Dong Wook… con Han Byul- Estaba hecho. Había pronunciado aquellas palabras, aunque por dentro se sentía que moría del dolor. Su semblante se mostraba inexpresivo. Los mencionados se sorprendieron ante la intrusión que no habían previsto.
-Pues… fíjate que sí- Dong Wook, rápidamente se había recuperado de la sorpresa y sin más reparo habló con una sonrisa arrogante en el rostro, sin tener el más mínimo índice de vergüenza. Han Byul aún estaba sentada en sus piernas, mientras acariciaba el cabello de Dong Wook, un gesto claro de que no le importaba que Ji Yong les había encontrado y en resumidas cuentas ignoraba al rubio a toda regla- ¿Qué esperabas? ¿De verdad creíste que estaba enamorado de tí? ¡¡Por favor!! Creo que es tiempo de bajarte de tu nube. ¿Cierto, Han Byul?- Dong Wook acarició el rostro de ella, mientras la bailarina le asentía con un puchero. Ji Yong no podía creer el grado de descaro de su novio. O mejor dicho… ¿futuro exnovio?
-Así que todo este tiempo fingiste- Ji Yong se cruzó de brazos. Conteniendo de esa manera la furia que empezaba a sentir en ese momento. No valía la pena que actuara como un loco, no le debía dar el gusto a ellos. Aún mostraba su rostro impasible y eso le ayudaba un poco.
-¡Obvio que sí! ¿No lo sabes? Hice una apuesta con mis amigos. A ver si podía conquistarte y adivina… ¿qué pasó? ¡Caíste!-enseguida se escuchó una risa burlona por parte de Dong Wook.
-Mi pobre Wookie, no podía cortar contigo. Lo tenías tan amarrado, lo amenazabas con tener una gran crisis nerviosa o algo peor. Él tiene tan buen corazón- Han Byul se pronunció por primera vez en la sala. Se había volteado para ver rápido a Ji Yong, le estaba dedicando una mirada fría y de desprecio al rubio. Luego se volvió a seguir con lo suyo. Dong Wook… en ningún momento había borrado esa sonrisa arrogante en el rostro. Ji Yong tenía unas ganas de quitarle esa sonrisa de su rostro, pero haciendo gala de un gran auto-control se contuvo.
-Han Byul estaba preocupada por mí, pero creo que reaccionaste bien a esto. Creo que no hay razón para que ella se preocupe, eso me alivia- lo dijo tan falsamente. Ji Yong lo sabía…antes hubiese creído sus palabras, pero al notar la clase de miserable que tenía en enfrente no lo dudaba. ¿Qué él lo había amenazado? ¿Había escuchado bien? ¿Cuándo había sucedido aquello? Eso tenía una réplica inmediata: NUNCA. Quería irse lo más rápido posible de ese lugar, pero debía que hacerlo con la cabeza alta. Jamás iba a permitir que lo viesen destruido porque evidentemente eso era lo que querían.
-Ya veo… me das lástima- Ji Yong habló con seguridad y mirándole de una manera compasiva.
-¿Qué dijiste?-la cara de Dong Wook se tornó roja. Ardía de furia. Le habían herido su ego. Esperaba todo de Ji Yong… ¿pero lástima? ¿Qué era todo esto? ¡¡No, señor!! Él era alguien importante… ¿qué se había creído el rubio?
-¿No escuchaste?-Ji Yong se forzó a rodar los ojos. Pese a que le escocían, ya que estaba aguantando las lágrimas- Te lo diré nuevamente. Me das lástima Dong Wook… desperdiciaste cuatro años de tu vida…. ¿solo por una apuesta? Eso es estúpido. Creo que tú y Han Byul se merecen perfectamente el uno al otro. Son tan parecidos- Ji Yong enfatizó está última palabra. Dejando claro que lo usaba de modo despectivo- Gracias por decirme esto. Valoro tu sinceridad, Dong Wook. Veo que Han Byul percibió eso de ti porque eres una persona noble y siempre le dices la verdad, ¿cierto?- Dong Wook no daba crédito a lo que escuchaba de Ji Yong. Jamás lo había visto de esa manera y menos mandándole ese tipo de indirectas.- Hoy tomamos caminos diferentes. Adiós.
Ji Yong con facciones severas abandonó la sala, cerrando la puerta en el proceso y sin mirar atrás. Dejando a un Dong Wook confuso, había visto ese semblante antes de partir. Ahora no importaba. Solo limitó a correr, correr y correr hasta que dónde le llevaran sus pies. Necesitaba sentirse liberado, esa opresión que sentía en su pecho…era sumamente sofocante. Las lágrimas ya habían hecho su acto de aparición desde hace momentos. Veía borroso, pero no lo importaba… necesitaba irse de ahí. El dolor que comenzaba a sentir era inevitable y sabía muy bien que era por su corazón lastimado…
FIN DEL FLASHBACK
Desde ese día las cosas no fueron buenas para mí. Entré en lo que llamaríamos depresión. Ni yo mismo sé cómo ese día llegué a casa sin siquiera alterarme por los gritos de mi padre o el llanto de mi madre, simplemente…. ¿dejé de sentir al mundo? Saber que la persona que creía que me amaba y que era el único en mi vida, me había mentido vilmente… era devastador. En el sentido en que un momento todo estaba perfecto y al siguiente segundo una cruda realidad había empañado mi felicidad. No sé cuántos meses estuve así, mamá dice que fueron dos meses y medio… aún así yo lo sentí más. No salía de mi cuarto, excepto para comer y sí lo hacía era para no preocupar a mis padres.
Lo reconozco fui un robot andante… hasta que un día de repente todo cambió. Solo me paré… de la cama, destruí la habitación e hice una limpieza de todo. No quise dejar ni un recuerdo de él... en mi espacio personal. Me obligué a salir, a pasear y lo primero que hice fue ir a una peluquería. Pinté mi pelo rubio, volviéndolo a su tono original… un marrón chocolate y también mi forma de vestir. A partir de ese día leí muchos libros de autoayuda y fui a charlas motivadoras. Quería recuperar mi vida, había optado por dejar de sufrir… puede que aún quedara restos de dolor, pero estaba seguro que con el tiempo lo iba a superar. Todo esto tenía un objetivo: Jamás iba a dejar que nadie me lastimara de esa manera. Por ello había aprendido esas tres reglas, que se había convertido en mi pilar de fortaleza para mí. Mi sentido de alerta se hizo más agudo, especialmente con los hombres. Tomé clases de defensa personal, nunca sabías que clases de peligro podías enfrentarte. Quería ser fuerte, no ser el chico débil de antes… ese chico había muerto desde el momento que salió del salón corriendo y por último lo más importante: Siguiendo esas dos reglas anteriores, todo ya estaba casi hecho porque siendo conscientes… el mundo no es color rosa como lo pintan… nada es fantasioso, todo es una realidad dura y eso incluye al llamado “amor verdadero”... ¿Eso? ¡¡Por favor hay que ser bien inocente para creer esas tonterías!!
Todo estaba bien, mis reglas me habían funcionado tres años seguidos. Hasta que hace un año las cosas cambiaron. ¿Por qué? Porque lo había conocido a él y lo peor de todo es que una mirada suya me había desarmado por completo…. ¿Cómo diablos pasó eso? y ¿cómo diablos llegué hasta acá? ¡Estoy en el aeropuerto por el amor de Dios! Lo sé, la historia es larga….les contaré la versión de los hechos, según yo. Puede que esto termine con un final épico de película… ¡¡Ughhh… no quiero ni pensarlo!! Mejor empezamos, ¿no? Cómo decía….