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"No te miento: te odio pero te amo" TWO-SHOT (Yokozawa x Kirishima) por Yukimura_Takano

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Notas del fanfic:

otra de mis locuras xD

venida de una ilusion y un nuevo comenzar de mi vida nwn

Notas del capitulo:

hola a todos!! ^w^ bueno, vengo a a actualizar con algo para ustedes, mis queridas fanseses (?) bueno, esta es la primera vez que escribo algo relacionado con los trifectos, y esto fue porque una amiga habia cumplido años, y dije "seria buena idea que haga un one-shot sobre su pareja favorita" entonces comenze a idear y escribir, pero la verdad se alargo tanto tanto, que se convirtio en un two-shot xD
muchas felicidades a Nathy-sama, mejor conocida como Lady Trifecta (en amor yaoi nose su nick, ero creo que es el mismo, y si no la reconocen, solo busque su fic de "Un clavo saca a otro clavo" recomendacion mia tambien ;3) de la cual hice esta linda historia... al igual que a un amigo mio -que del cual no dire su nombre, pero bien sabe que es el xD- y a TakanoRitsuko, los cuales contribuyeron para la idealizacion del fanfic en curso, asi que una aplauso a ellos *clap clap* ok no, pero ahora si empezemos con este fic :333

Esta historia comienza, algunos meses después de que, uno de los empleados más destacados del departamento de ventas de Marukawa, se encontró en su destino al editor en jefe del Japun… osease, relativamente poco tiempo.

  Yokozawa Takafumi parecía en su cama en su día libre… sin salir de esta, por alguna manera u otra, sin querer salir de ella. No estaba enfermo, ni mucho menor era un hombre del que se le podría decir “flojo” sino que, en efecto, no se quería enfrentar al destino que le avecinaba un hermoso día de octubre, en el otoño del año. Despertó acordándose del trato que tenía con la pequeña Hiyori por la discusión que tuvo entre su padre y el: — vuelvo a no pelearse con el tonto de Kirishima enfrente de Hiyo... —Cerró sus ojos en frustración de la luz que le tocaba y recordó plenamente como fue esa pelea:

******FLASHBACK******

"el oso gruñón" de Yokozawa estaba cocinando tranquilamente la cena: la pequeña hija de Zen no estaba en casa, por lo cual se encontraba en solitario en el departamento del castaño... Pero no estaba consiente que irrumpiría su tranquilidad el mismo editor del Japun, abrazándolo de manera posesiva con la cadera.
—Vaya, que te sienta estar con aquel mantel mientras preparas los sagrados alimentos... —dijo sarcástico susurrándole con tranquilidad.
—Aléjate de mí, o sí no este cuchillo caería directamente hacia tú pecho... —Takafumi volteó al que lo acordaba. Traía un cuchillo bastante filoso con el cual lo encontraba amenazarlo— déjame...
—está bien está bien, no necesitas recurrir a la violencia sí mi presencia está más cerca de lo normal que invade tu espacio personal... —Kirishima había basado la mejillas de su amante con ternura y algo de vacilación.
El peliazul estaba completamente sonrojado, ya sumado a sus palabras y aquel contacto que, si bien tierno, no habían tenido desde hacía mucho; cada uno de sus horarios era irregular y ni los dos tenían tiempo de darse amor... Y eso le costaba admitir a Yokozawa con trabajo.
—Maldito... —no puso decir más ya que su cuerpo y sus labios ya estaban siendo tomados por Kirishima en su abrazo y un beso intenso, el cual con mucha pena y vergüenza correspondió hasta sus últimas consecuencias.
—vaya que eres atrevido... Hacer cosas tan vergonzosas para satisfacer tus deseos... —en verdad que Zen se andaba pasando de la raya con sus comentarios.
—Sólo cállate... —se apartó con la poca fuerza que le quedaba y lo empujo lejos—. Ahora que obtuviste lo que quieres... Debo acabar la comida antes de que Hiyo vuelva.
—“el oso gruñón” de Marukawa diciendo cosas tan frías... Y ahora, ¿por qué no has estallido en furia como casualmente lo haces? —pregunto recargándose en la barra de la cocina mientras lo miraba con detenimiento.
—No es de tú incumbencia —respondía en un tono cortante.
Takafumi andaba estresado por muchas cosas... No tenía ni tiempo para enojarse con Kirishima, lo cual al último mencionado le extrañaba del todo que su "osito" no le gruñera.
Ya era pasado de las 9 y Hiyori aún no venía. La comida estaba servida y los dos hombres estaban recargados en el balcón, uno a lado del otro, con un cigarro en la boca, mismo del estrés que todo esto les provocaba— ¿te pasa algo, Yokozawa? —el castaño fue el primero en hablar.
—Nada que no sea de tú interés... —exhalo el humo benigno al aire mientras sostenía su cigarro con sus dedos.
—Sé que no nos hemos visto, pero que significa todo esto de que ya hasta me ignoras...
—no, no es eso... —respondió sereno, aunque sí bien su tono era muy cortante de nuevo.
—Ya entendí... —se recargo aún más en el barandal de la misma mientras daba una que otra carcajada al aire—. Lo que tienes, es que te falta algo de acción.
— ¡¿qué?! —había brincando de la sorpresa y hasta se había molestado y sonrojado por ya más o menos saber a qué va todo esto.
—sólo necesitas un poco de calor de una noche... ¡haberlo dicho antes! —Apagó su cigarro -y de pasó el de su acompañante- y de nuevo lo jaló hacia el para tocarlo disimuladamente por abajo de las piernas.
— ¡no, definitivamente me estas jodiendo con esos comentarios! —ahora sí tenía fuerza suficiente para apartarse antes de que sucediese algo más y se fue de allí para la sala.
— ¿que se supone que es lo que te pasa? —pregunto Zen aún en el balcón, aunque mirando hacia Yokozawa.
—no puede ser que en verdad seas tan egoísta en tus propios deseos... ¿Qué tal sí Hiyo algún día nos encuentra? —estaba tapado su sonrojo aún con su mano, aunque también estaba cabreado y eso que en verdad estaba controlando la furia interna.
— ¿eso es lo que te preocupa? —miro Zen indiferente a ese Yokozawa que no se parecía a el que conocía: para nada— pareces una magdalena...
— ¡no sabes para nada el cómo me siento! ... Siempre piensas en tus propios beneficios, nunca piensas mi estado: sí estoy mal, o no estoy en las condiciones...
—espera Yokozawa... No es lo que piensas...—-tocó el hombro del peliazul pero inmediatamente rechazo el afecto alejando de un manotazo.
— ¡deja de consolarme! —se acercó con más que enojo, estaría a punto de golpearse, hasta que volteó a su lado derecho y vio una Hiyori bastante sorprendida, pero de pronto puso una cara enojada.
— ¿por qué papi y oni-chan están peleando? —dijo la joven castaña con un puchero en su cara.
— ¡Hiyo! —se vieron sorprendidos por la pequeña, y en una momento de discusión entre amantes.
—nunca los había visto así, ¿por qué pelean? ¡Siempre se llevan tan bien, y ahora no parecen ustedes!Los mayores estaban cabezazos: aquella joven tiene razón...

— ¡quiero que ahora salgan mañana y resuelvan todas sus diferencias antes de entrar de nuevo a esta casa! —custodio a los mayores, amenazados como si ella fuera su madre.
—"es la primera vez que veo a Hiyo tan enojada por algo" —pensó en ese instante al ver a esa pequeña—. Está bien... —dijo rendido.

******FIN DEL FLASHBACK******

no pudo evitar fruncir el cero ante esa acusación, que bien provocó el padre de la misma—. Es que él es demasiado egocéntrico para notarlo —no dudo de su hipótesis por la cual le sigue pareciendo la más acertada.
Se había levantado a lavar la cara para refrescarse del sueño que tenía; notaba en su espejo aquellas demenciales ojeras, consecuencia del insuficiente descanso—. En vez de estar haciendo compromisos sin sentido, debería estar durmiendo—. el trabajo le estaba consumiendo poco a poco, y eso se le notaba a leguas, pero no importaba, porque hacia lo que él quería.
Después de bañarse y pensar en que ponerse, su semblanza seguía igual de serio, mucho más que antes... No le gustaba para nada los compromisos forzados o de disculpas, aunque se tratase del mismo Kirishima en persona con quién saldría; su mal humor estaba es su máximo esplendor... Vistió y comió un poco, y antes de abrir su puerta, suspiro cansado—. "que largo será este día..." —concluyó en su mente el ojizafiro.
Camino sin prisa a la estación del tren con cierto cinismo en su facción; no sabía que era peor, sí el compromiso que se metió con Hiyori, o que el compromiso era con el padre de esta, ya teniendo una relación bastante íntima entre hombre y hombre—. "esto es lo que jode todo..." —salió de la cabina y salió al exterior a buscar al castaño de cabellos ondulados.
— ¡ah! Yokozawa... —le llamó el renombrado Kirishima poco antes de salir de la estación con cierta sonrisa de oreja a oreja.
—Kirishima-san —formalizó el menor de ellos.
Tenía un leve sonrojo por abajo de sus ojos que se disfrazaban con sus ojeras: el mayor estaba casualmente vestido -lo normal como ya es vieja costumbre- pero había algo en el que sabía que era especial para la velada... Aunque con certeza, aún no sabía que era—. ¿Vamos? — despertó al oso gruñón de su imaginación.
—por supuesto...
La avenida tenía un aire muy despreocupado en su esplendor, no teniendo tanta recurrencia como otras veces, siendo parte de una ciudad tan concurrida como lo es Tokio; lo más tranquilo del mundo.
— ¿a dónde piensas que vamos a ir? —le pregunto Yokozawa más tranquilo.
—No pienso contestarte ahora, más que sólo disfruta lo que te tengo preparado —respondió Zen.
En su caminata, estaban bastante pegados el uno del otro; lado a lado; codo a codo, no se hablaban, pero el contacto mutuo está presente, aunque sus manos trabaja con dificultad por entrelazarse, siendo juzgados por miradas dispersas en cada lado del pedimento, y cuando estaban casi a punto de tocarse, con un Takafumi algo enrojecido y Kiri un tanto feliz, el ruido del timbre del teléfono soñaba.
— ¿bueno? —atendido el altavoz el castaño. Hubo un silencio abrupto del cual sólo se escuchaba a leguas voces—. Ya veo... ¿no puede ser otro día? ¿No se pueden encargar por hoy sólo ustedes? … De acuerdo... Estaré allí lo más pronto que pueda —colgó lo más pronto que acabó la llamada—. Yokozawa, ¿tienes trabajo hoy y mañana? —pregunto de repente.
— ¿qué sucede? —primero quería que le respondiesen a él.
— ¿no? Pondremos cualquier excusa... —lo tomo de su brazo y contra su propia voluntad, lo llevó a donde su coche.
— ¡o-oye! ¿¡Que estas...?!
— ¿aún crees que te librarte de mí? Por sí no lo sabes, aún tengo a mi posesión las fotos tan comprometedoras de Yokozawa Takafumi en mis manos... —amenazó el castaño aún con el semblanza totalmente limpio y sin ningún rastro de remordimiento en su hermoso rostro.
—Maldito... otra vez usando el chantaje de pro medio
—así me gusta... —arrancó el automóvil y así fue en camino a algún lugar.
—Aunque sea dime a donde vamos... —regaño entre dientes el oso gruñón.
—ni te esperarías cual será nuestra parada...
— ¿y Hiyo?
—su abuela la cuidara, yo le llamare más tarde.

¿A dónde llevara Kirishima a Yokozawa?
Aún es un misterio... Y aunque todo fue de imprevisto, el castaño ya tenía el plan perfecto para estos dos días. ¿Cuáles serán sus intenciones esta vez?


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