Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Yaoi. por Scarlett_Rose

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Nombre Fic: Yaoi.

Anime & Manga: Yowamushi Pedal

Pareja: Shunsuke Imaizumi x Sakamichi Onoda

Resumen: Onoda invita a Imaizumi a ver la segunda temporada de Love Hime, y pesé a todo, Imaizumi acepta, con tal de no estar más rodeado de chicas chillonas, lo que ninguno sabía era que el disco vendría cambiado por un anime Yaoi.

 

Notas del capitulo:

Es un anime nuevo y está en emisión, además sólo he visto dos o tres capítulos, entonces realmente no sé cómo se llaman entre sí, y puede que los personajes me hayan salido un poco fuera de personalidad, como les dije arriba es nuevo y entonces quizá no sea muy conocido, pero desde el primer capítulo yo vi Yaoi entre esos dos, y no puede resistirme. Espero les guste.

 

S.R.

 

Capítulo Único: Error.

 

            Al fin, por fin tenía en sus manos la segunda temporada de Love Hime, sonrió tontamente mientras bajaba las escaleras, sin embargo, no quería ver su anime solo, había intentado invitar a Kanzaki, sin embargo apenas le saludo, desistió con su invitación.

 

Tarareo la canción del opening. El primer pasillo estaba saturado de chicas que coreaban el nombre de Imaizumi. El más alto, ladeo la cabeza fastidiado, el sólo quería ocupar su tiempo en una carrera de bicicletas contra el mismo, sin embargo todas esas chicas parecían sin intención de dejarle solo y tranquilo.

 

—¡Imaizumi-kun! —le llamó Onoda con la mano en alto, y es que entre tantas chicas era difícil de ver.

 

Shunsuke ensancho una socarrona sonrisa, ahí estaba su boleto hacía la libertad.

 

—Lo siento —comenzó con fingida dolencia, entrecerró los ojos con una mueca de desgano—, Hoy quede con Onoda para ver un… —pensó seriamente el nombre de “esas películas” que el chico amaba ver—, A-anime…

 

Las chicas giraron lentamente, acuchillando con la mirada al jovencito, que no les daba atención, porque Onoda estaba más interesado en fantasear con su anime y la singular nueva compañía que tendría. Imaizumi, chasqueo la lengua, bordeando a las jóvenes para tomar el brazo del menor y jalonearlo hasta la salida.

 

—Justo a tiempo —dijo Onoda, mostrando orgulloso el DVD—, Veremos Love Hime, sé que no es tú anime preferido, pero te gustara.

 

—Ah, sí, como sea.

 

Imaizumi sólo quería usar a Onoda como fachada, en cuanto salieran tomaría su bici y saldría disparado a entrenar, sin embargo, notó enseguida como algunas chicas -esas que igual llevaban bici- les seguían disimuladamente. Frunció el ceño, estaba acorralado.

 

Anduvieron el camino en silencio, al menos él estuvo callado, fingiendo atención al parlanchín chico. La casa de Onoda era sencilla, dudó en entrar, no quería que le relacionaran con alguien tan extraño, pero sabía que por ahí, esparcidas y ocultas estaban las chicas de su curso.

 

—Imaizumi-kun, adelante. —le pidió el joven, entrando a toda prisa—, ¡Estoy en casa!… ¿Mamá? —se asomó a la cocina sin embargo todo estaba tranquilo, al parecer habían salido—, Vamos, vamos, Imaizumi-kun.

 

Tironeo del joven para llevarle hasta la segunda planta, verían el anime en su habitación, era más cómodo, y nadie interrumpiría, después de todo, si sus padres veían a Imaizumi, le abordarían con miles de preguntas, ya que era el primer “amigo” que llevaba a casa. El más alto se dejó hacer.

 

Como supuso, la habitación de Onoda estaba llena de cosas extrañas, figuras, poster, libros -Mangas- y películas -Animes-. La cama, tenía algunos peluches de dudosa forma.

 

—Toma asiento donde prefieras —dijo emocionado, corriendo de aquí para allá. Se quitó el saco verde, lanzándolo contra la cama, Imaizumi estaba sentado vagamente contra el suelo, flexiono una pierna, recargando el brazo contra la rodilla. Se sentía patético al tener que ver un anime con Onoda, él sólo quería correr en bicicleta—, Esta listo, el opening es muy pegajoso, yo ya vi un adelanto y también he estado al pendiente del manga…

 

Onoda se sentó a un costado del chico, sonrió con dulzura, ruborizándose al instante. Había esperado tanto para que se terminara de emitir, que no podía esperar más, primero toda la pantalla se puso oscura, después comenzó la música.

 

—¿Eh? Que extraño. Estoy seguro que así no comienza el opening. —comento observando a detalle los personajes, todos eran chicos, no salía para nada ningún personaje de Love Hime.

 

—¿Qué tanto balbuceas, Onoda? —pregunto con fastidio cruzando los brazos sobre su pecho.

 

—¿E-eh? Na-nada. Adelantaré un poco. —dijo gateando hacía su DVD, su corazón tembló ante la simple idea de un error. Había faltado a las primeras clases con tal de conseguir el disco, su dedo titubeo al momento de adelantar.

 

¡Onoda quería escuchar ese: Hime, hime, hime, suki, suki, daisuki~! Pero no, no en lugar de esa ridícula canción pegajosa, la habitación se llenó de gemidos y sonidos de chapoteo.

 

Onoda puso el grito al cielo, esos dos… ¡esos dos tipos estaban follando! Se sonrojo, presionando los botones del DVD, sin embargo lo único que consiguió fue adelantar, dejando ver de forma rápida pero precisa el sexo entre esos dos sujetos. Cerró los ojos, poniendo las manos sobre la pantalla.

 

Imaizumi arqueo una ceja, él tenía las mejillas con un sonrojo más tenue, y aunque en un principio desvío completamente la mirada, su curiosidad podía más, disimuladamente viro, justo en el momento en que el tipo moreno sostenía las caderas del otro, empujando con firmeza sus pelvis, penetrando aquel delgado cuerpo. Su mano envolvió el pene endurecido del pasivo, bombeando con lentitud, mientras el otro se retorcía. Viajó los ojos hacía su entrepierna que cosquilleaba y la sentía extrañamente caliente, después recorrió la espalda de Onoda hasta llegar a su trasero, el menor continuaba en cuatro sobre el piso, haciendo intento de quitar aquel Yaoi.

 

Se levantó, caminando sobre sus rodillas para reducir esa distancia, se inclinó dejando caer su peso contra la espalda del menor. Onoda se puso tensó como una tabla, Imaizumi le iba a golpear, definitivamente…

 

—Onoda —susurro contra su oído. Haciendo temblar al menor—, Mira como pone a uno tus animes…

 

Y como prueba, balanceo su cadera. No estaba en sus cinco sentidos, nah, sí lo estaba. Ese anime le había alborotado un poco las hormonas, Onoda se quedó callado, cohibido con la dureza que sentía en su trasero, bajo las manos del televisor, apoyando las palmas contra la madera del suelo, giró el cuello para intentar verle.

 

Imaizumi estiro el brazo para darle play, dejando que corriera de forma natural el Yaoi. Justo ahora comenzaba otra escena de sexo entre los mismos protagonistas, el mayor suspiro con profundidad.

 

—¿Te harás responsable? —pregunto con la voz ligeramente ronca. Las pupilas de Sakamichi temblaron y sus mejillas se pusieron rojas como tomates maduros. Imaizumi sonrió con sorna, para el menor Shunsuke parecía tan experimentado que le daba pavor, sin embargo el movimiento de su pelvis también provocaba una reacción en su cuerpo, tembló ligeramente, gimiendo casi en un ronroneo.

 

Meneó la cabeza con torpeza en una afirmación. Imaizumi vio a detalle el proceso de preparación, parecía tedioso. Primero desabotono la camisa blanca, acariciando su pecho, sus dedos rozaron sutilmente los pezones del menor, y este gimió a modo de respuesta.

 

—Que sensible —susurro, lamiendo el lóbulo de su oreja, para después morder—, También aquí.

 

Acarició su entrepierna, causando en estremecimiento en el chico. Dejó de recargarse sobre el menor, Onoda se levantó confuso, girando sobre sus rodillas para ver a Imaizumi, el mayor le recibió con una pícara sonrisa, empujando su camisa, que corrió libremente hasta llegar al suelo. Sostuvo su mentón, acercándose para besar su boca.

 

Mientras sus manos se quitaban el saco, la corbata y ¿Por qué no? También la camisa blanca, introdujo los dedos en ese corto cabello oscuro, y la otra, quitó con cuidado los lentes del chico. Saboreó sus labios, de fondo aún se podían escuchar los jadeos del televisor y eso ponía más “caliente” el ambiente. Metió la lengua, comenzando con un nuevo beso, profundo y hambriento.

 

Bajo la cremallera, metiendo los pulgares a su pantalón, entre beso y beso, y una que otra caricia, la poca ropa que quedaba desaparición, dejando sus cuerpos desnudos. Onoda estaba que moría de vergüenza, nunca antes había visto el cuerpo desnudo de otro hombre, mordisqueo su labio interior.

 

—Hmn… Ima… izumi. —jadeo. El mayor envolvió con su palma su sexo, bombeando todo su eje, era un movimiento lento y con ligeros apretones, se saboreó los labios, las piernas le temblaban como gelatina.

 

Repartió besos y lamidas sobre su cuello, quería penetrar a Onoda justo como lo hacían en el televisor. Su mano libre, deambulo, acariciando los glúteos del menor, preparar, preparar.

 

—¡Ah! ¡Eso—!

 

Le besó con brusquedad, callando sus quejas, empujando el primer digito, Onoda se zarandeaba como culebra, intentando alejar esa boca. Apretó los ojos, y Shunsuke le penetró con un segundo dedo, entrando y saliendo con sutileza, abriendo y cerrando como si fueran tijeras, con su rodilla abrió las piernas del menor, en un intento por poner dilatar con más rapidez.

 

Se acercó para poder juntar ambos sexos, intentando masturbarlos o al menos que se acariciaran entre ellos.

 

—Listo. —dijo para sí mismo, sacando sus dedos. Empujó a Sakamichi al suelo, besando castamente su boca, sostuvo sus piernas en alto, le sonrió coqueto, y ¡Bam! Sin aviso, penetro. Ronroneo al sentir los estrecho que era el chico, definitivamente le gustaba más este ejercicio que la bicicleta.

 

—D-duele… Hnm…

 

Movió su pelvis, aunque al principio fue tan rítmico y lento, después de unos segundos las penetraciones se volvieron tan desenfrenadas. Onoda gimió arqueando la espalda.

 

::: ::: :::

 

—Onoda-kun —le llamó Miki—, ¿Tuviste algún accidente?

 

El chico le miró con una pésima atmósfera. Sí que había tenido un “accidente”, le dolía todo el cuerpo, la cadera, el trasero. Todo. Suspiró intentando sonreír despreocupado.

 

—Estoy bien.

 

—¡Que bueno! La verdad quería invitarte a correr en bicicleta con el club de ciclismo. Sería estupendo que practiquen un poco más…

 

—Lo siento, Kanzaki —dijo Imaizumi apareciendo de la nada, miró fijamente a la chica y después corrió la mirada hacía Sakamichi—, Ya quedamos.

 

—¿Eh? ¿Van a correr solos? —pregunto ella haciendo una mueca inconforme.

 

—No, hoy veremos un anime.

 

 

Notas finales:

¡Gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).