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Juego de Halloween por Scarlett_Rose

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Notas del fanfic:

Nombre Fic: Juego de Halloween.

Anime & Manga: Katekyo Hitman Reborn!

Autor: Akira Amano.

Pareja: Hibari Kyoya x Rokudo Mukuro [1869]

Resumen: Es noche de brujas y Reborn les ofrece un juego de valor como en el pasado, sin embargo nada bueno puede venir si pones de pareja a Kyoya y Mukuro, ¿verdad?

 

Notas del capitulo:

Wo, no pude resistirme. Y ya que mi inspiración para lemmons esta jodida pues no pude poner nada 1869 -lloriquea- Es pequeño y sencillo, además intente hacerlo con el fin de noche de brujas sin embargo hace mucho que no escribo para ese tipo de fechas que realmente no sé si quedo o no.

Bueno espero les guste y no olviden comentar.

S.R.

Capítulo Único: Prueba de coraje.

 

            Faltaba poco para llevar al cementerio de Namimori, francamente no le apetecía ir, Halloween debía ser una fecha tranquila, y más cuando acabas de volver de una tediosa misión. Sin embargo, ella parecía muy motivada, y también era esto, o ir a la fiesta de disfraces que ofrecía Byakuran.

 

—¡Nuestro equipo ganara! —chilló Ken lleno de energía con los brazos en alto.

 

—Cálmate, Ken —susurro Chikusa perezosamente. Sus ánimos chocaron con los del rubio, en menos de nada, Ken ya estaba dando pelea.

 

En la entrada del cementerio ya estaban todos los jugadores: Kyoko, Biachi, Lambo, Yamamoto, Gokudera, Dino, Reborn, Tsunayoshi y Hibari. Fran había declinado pues su senpai sólo quería estar tumbado toda la noche viendo películas de terror con su rana molestable. Y la primera generación Vongola tenía a festejar Halloween a su estilo.

 

—Mukuro Rokudo —gruño en un siseó el pelinegro. El maldito ilusionista le evitaba desde el día de su cumpleaños, sacó sus tonfas con intención absoluta de morderlo hasta la muerte.

 

—¡Ah! Kyoya —llamó Dino agitando las manos frente a su alumno—, Vamos a jugar, no venimos a pelear.

 

El pelinegro le acuchilló con la mirada, él no quería jugar a nada, y sí vino fue porque Reborn le comento que el ilusionista participaría, sólo eso. Miró al peliazul, que descaradamente le ignoraba, dando su atención a su grupo Kokuyo.

 

—Sí terminas el juego, entonces podrás pelear con él, ¿vale? —dijo el Cavallone intentando persuadir al chico. ¿Por qué tenía que ser tutor de alguien tan peligroso? De continuar así, su juventud se esfumaría.

 

—De acuerdo.

 

—Bien hecho, Dino —felicito Reborn, estando a un costado de Yamamoto como era costumbre—, Les explicare el juego. Anteriormente habíamos jugado ya está juego, sin embargo los encargados de asustar eran muy suaves. Esta vez, me encargue yo de las trampas…

 

—¿Te encargaste tú Reborn? ¡No! ¡Me niego a participar! ¡Voy a morir! —chilló melodramáticamente Tsuna, sin embargo una certera patada del bebé le hizo callar toda protesta.

 

—Continuando. Los equipos serán por parejas, y cada uno empezara por direcciones diferentes. El qué termine primero ganara un premio sorpresa, y el último se llevara un castigo —puntualizo observando atentó a sus dos alumnos— Parejas: Biachi y Kyoko, Lambo y Gokudera, Yamamoto y Dino, Chikusa y Ken, Tsunayoshi y Chrome, por ultimo Hibari y Mukuro.

 

—¡¿Cómo?! —grito Tsuna al borde del infarto. Observo a sus dos guardianes, sin embargo ambos parecían ajenos a lo que el Arcobaleno había comunicado. Hibari divagaba en el cantar de Hibird, y Mukuro estaba más interesado en los balbuceos de Chrome…

 

Chrome. Su compañera era Chrome, sus mejillas se sonrojaron olvidando momentáneamente que no era tan romántico como él creía.

 

—Ya que yo puse las trampas, no participare, y los estaré esperando en la salida. Bueno, mucha suerte, y salgan con vida.

 

—¡Ahora vaca estúpida! ¡No nos dejaremos ganar por nadie que no sea el décimo! —sentenció Gokudera— Nos vemos en la salida décimo~

 

—¡No podemos dejarnos ganar por unos humanos! ¡Andando! —chilló Ken saliendo por patas, dejando sólo un camino de polvo. Chikusa se despidió brevemente de su líder, andando pausado detrás del rubio-animal.

 

—Tsunayoshi —le llamó Rokudo, sacando al Vongola de su ensoñamiento—, Si dejas que algo asuste a Nagi, me encargare de ti y no será nada agradable. Comparado con lo que te haré, los entrenamientos de Reborn serán el paraíso.

 

—¡Hii~! Ch-Chrome, va-vamos debemos comenzar. —le sostuvo de la mano y salió disparado al interior del cementerio.

 

—N-nos vemos en la salida, Mukuro-sama.

 

Levantó la mano para despedirle.

 

—¿Deberíamos comenzar? —pregunto y aun así comenzó a andar.

 

El cementerio era sombrío y frío. A distancia se podía ver el reflejo de algunas lámparas, ellos no llevaban nada, sólo un tridente y un par de tonfas. Escucharon de fondo el grito asustado del décimo.

 

—Kufufufu. Lo mataré. —canturrea con una sonrisa sarcástica. El sendero que había tomado era muy tranquilo, lo intuía porque después de los chillidos de Tsunayoshi, se escuchó a Cavallone, Lambo y Gokudera. Encima de Mukuro apareció una calabaza flotante con la típica cara de terror. El ilusionista pestañeo confuso, y haciendo uso de su tridente la pincho, si la elimino sólo para de su interior cayera un montón de harina.

 

—Kufufu. Lo mataré también. —siseó observando ceñudo el cruel destino de su traje, sí no grito como niña cuando su traje  fue ensuciado tal cruelmente fue porque el pelinegro estaba detrás de él.

 

Se detuvo mandando al demonio el condenado juego, dejó sobre una lápida su tridente, y pasó a sacarse la gabardina oscura, sacudiendo con fuerza hasta quitar los excesos de harina, se giró para ver al callado joven. Hibari, por primera ocasión está tranquilo, esperando.

 

—Deberías darte prisa con eso, Rokudo Mukuro. —gruño cruzando los brazos, quería tanto morderlo hasta la muerte. Mukuro sonrió con sorna, dando más atención a su uniforme, los movimientos lentos del ilusionista le desesperaban. Debía terminar ya con el juego para poder tener su pelea, a zancadas se acercó tomando su camisa con fuerza, sacudiendo por aquí y por allá.

 

Rokudo se dejó hacer, poniendo una mueca de desgano. Esto le recordaba tanto al maniático de Daemon. Siempre que llegaba de una misión, Daemon le comenzaba a palmear la ropa, limpiando al peliazul como si fuera un chiquillo.

 

Hibari metió las manos dentro de su playera militar, con intención de sacársela, sin embargo el peliazul se revolvió inquieto. Hibari puso los ojos en blanco con fastidió y nada cuidadoso, peleó para quitarle la maldita playera. El pelinegro comenzó a sacudir con fuerza, haciendo reír al peliazul.

 

—¿Qué es tan gracioso, Rokudo?

 

—Te vez tan… —se llevo la mano al mentón intentando recordar la palabra que siempre usaba la alondra—, Herbívoro.

 

—Te morderé hasta la muerte, Rokudo —siseó lanzando lejos la playera del joven, Mukuro se tensó siguiendo el caer de su valiosa prenda, olvidando la amenaza del joven, Hibari le sostuvo de los hombros, empujando al chico hacía atrás.

 

Ambos retrocedieron hasta chocar con una pequeña lapida, Mukuro cayo con fuerza hacía atrás y no sólo eso, también sostuvo el peso de la alondra. Se quejó sutilmente, era humano, y tenía puta figura de chica-sin-desarrollar, entonces justo ahora sus costillas y columna crujían como pan tostado.

 

—Mi cadera —siseó apoyando los codos contra el césped. Hibari estaba con una cara de póker, su pecho estaba contra la pelvis del bicolor. Enarco una ceja, fulminando al peliazul—, Mierda, eso fue tan doloroso.

 

Hibari arqueo una ceja escéptico. Y hasta ahora, fue consiente de la cercanía que tenían y la situación en la que estaba la estúpida piña. Descendió las manos, borrando la socarrona sonrisa de Mukuro, su ceja titubeo sospechando de esa lenta caricia.

 

—El día de tú cumpleaños no dejaste que terminara. —dijo en un ronroneo—, ¿Deberíamos terminarlo ahora?

 

La ceja del peliazul tembló. Justo ahora, pensaba que quizá si hubiera sido mejor ir a la fiesta de Byakuran.

 

—Será mi dulce de Halloween —dijo en un ronroneo.

 

—Oya, ¿No prefieres el truco? —intento persuadir al pelinegro. No quería volver a sentir nada “duro” contra su trasero.

 

Le besó con hambre, mordisqueando sus labios.

 

—Wo, feliz Halloween, piña.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer~


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