Esos gritos. Esas palabras. Esa mirada. Cada uno de esos detalles se sucumbían a enorgullecerse a si mismo. Tal furioso rubio repasaba la mirada sobre el tal cual una antorcha encendida. El fuego de su mirada lo enloquecía. Necesitaba más. Eso alimentaba su deseo. Mordió su labio inferior, presionando levemente la punta de su lengua, mientras proliferaba una sonrisa retadora con la comisura de sus labios.
- Porque esa cara, Shizuo-chan?. -inquirió el pelinegro repasando la mirada sobre el desasogueado individuo que echaba chispas a la par de las palabras del menor. Ese tipo de sensaciones. Ese tipo de argumentos. Su razón. Cual era el motivo?, Porque cada una de sus propias acciones motivaban a ser un impulso furtivo de arruinarle la existencia al rubio?. Todo se ligaba a un juego de sensaciones que hasta al propio de Orihara Izaya le costaba comprender.
" obsecion "
Obsecion. Obsecion. . .
Las venas del individuo mayor le saltaron hasta el punto que la rabia tomo parte de su sentido común. " He aquí Shizuo, el monstruo de Ikeburo " Una carcajada burlesca apareció en el rostro del ojicarmin mientras que retrocediendo unos pasos mitigaba inconcientemente para lograr huir de la escena. Su rabia fulminaba los sentidos. No poseía consigo ni el mismo disernimiento de como lograr esa furia que dominaba su alma por completo desapareciera. Necesitaba destruir. Se abalanzó hacia el pelinegro tal cual un meteoro, logrando que su propia estructura ósea colapsara contra el cuerpo del informante. Todo sucedió en un instante. Esas miradas furtivas chocaron entre si arremetiendose tal cual una fuerte llamarada. El rubio se estremeció. Orihara Izaya vacilo de forma juguetona deslizando su índice alrededor del rostro del mayor, logrando revolotear con tal los mechones de rubios de este.
" Detente. "
Susurró maldiciendo entre dientes.
- Obligame.
Su mirada penetró ligeramente sobre los ojos del rubio. Shizuo soltó un quejido entre dientes nuevamente. El locuaz hablador se arrepentiría. Sus labios se embestieron contra los de Izaya. Esa sensación devoro sus sentidos. Se estremeció a la par que su cuerpo se acometía con pasión sobre el pelinegro. Deslizó la yema de sus dedos sobre el mentón de Orihara rosando con satisfacción sus labios contra los del individuo una vez mas al paso que con sutileza la punta de sus dedos lograban cepillar la piel desnuda de Izaya mientras que el mismo rubio lo despojaba de sus obscura prenda. - Piensas violarme al aire libre?, Shizuo-chan es muy sucio. Soslayó entre dientes siendo preso de la furia del descomunal Heiwajima.
" Cállate "
Cerro los ojos por un instante al paso que lograba percatarse como sus manos divagaban explorando el cuerpo de Orihara. Un fulgoroso rubor en el rostro de Shizuo apareció de forma sorpresiva logrando hacer estallar en carcajadas a su tan característico acompañante. " Shizuo-chan es tan tierno sonrojado. Tanto disfrutas de besarme? " El moreno volvió a vacilarse. Sus carcajadas se remontaban sobre la mente del rubio.
" Detente bastardo "
La rabia volvía a dominarlo. Los segundos transcurrían. Y ver la imagen de Izaya humillando su razón era más que un impulso para lograr despertar al animal empedernido que dormía sobre el disfraz de hombre pasivo que intentaba imitar. Una llamarada de odio capto sus sentidos. Desenfrenadamente sus labios lucharon contra los de Izaya. Arremetió su cuerpo contra el de Orihara con fuerza causando el rose de sus miembros genitales. Deslizó la cremallera del individuo menor, despojándolo con desesperación de sus pantalones. Un jadeo sorpresivo proliferó Orihara al ser preso de tal acción. Diviso la mirada sobre el hombre que yacia sobre el. Un silencio sepulcral domino su mente desvaliendo sus ideas. Esta vez caía lentamente. Esta vez ese desagradable monstruo lo había dominado por completo. Cerro los ojos sucumbiendose en ese mundo que yace de nuestro alcance. Shizuo deslizo los bóxers del pelinegro y levemente cepillo con genitales de este. Proliferó una sonrisa juguetona induciendo sus dedos sobre las entrañas de Izaya. Un gemido alarmante atesoraron los oídos del rubio. Orihara Izaya se estremecía en cada estocada que los dedos de su acompañante le propinaba. Se estaba quebrándo. Shizuo volvió a sonreír. Retirando sus dedos del interior del pelinegro. Izaya soltó un débil soplido que rápidamente desapareció en cuanto la hombría de Shizuo lo atrevezó por dentro. Contuvo la respiración. Realizó un puño con sus brazos golpeando con desesperación el suelo. Lagrimas caían sobre su rostro.
" De..deten--te "
La punta de los dígitos de sus dedos rosaron levemente contra la espalda de Shizuo. Tomó una larga bocanada de aire y aderiendose al rubio tal cual su vida dependiera de aquello dejo caer su cabeza sobre el cuello de este.
- Córrete dentro de mi.
Un chasquido incontrolable combinado con un gemido desgarrador se mergieron entre si siendo protagonista principal de la situación.