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Golpe de Suerte por yaoistamoon

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Notas del capitulo:

mis amores gracias a todos por sus hermosos reviews aaaii me morii con ellos, espero que este otro capi tambien les guste jeje aii sii no he podido escribir mucho en los otros fics porque tengo un examen de fisica el lunes y me he desvivido estudiando jeje deceenme suerte amoress pliss pero mas que suerte espero que les guste este capi que escrib y que kakashi va a recibir su merecido, todas sus sujerencias plis en sus reviews ahora sin mas

a leer :3

Apenas comenzaba a despertar y notaba que no se encontraba en su casa, las personas iban y venían, olía a encierro y humedad, no movía las manos parecía estar atado, arrestado entonces cayo en la realidad de que estaba en una seccional y lo habían  detenido. Si no fuese por ese Uchiha que nuevamente se hacía presente en su vida cuando todo iba como él quería, con su hermoso rubio a su lado como siempre lo soñó, en su retorcida mente eran un matrimonio feliz y él era un buen marido para un esposo algo rebelde, pero no era nada que no tuviese solución.

-al fin despiertas –escucho hablar a un oficial que tenía una apariencia algo cansada y un cigarrillo de tabaco en la boca –espero que estés en todos tus cabales para escuchar esto porque no lo repetiré dos veces –el oficial Nara, se encargaba de ese tipo de casos.

-dónde estoy? –pregunto tratando de incorporarse mirando de mala manera al oficial que permanecía impávido.

-en la seccional primera, tenemos una denuncia en tu contra, revisamos tu expediente y tienes algunos antecedentes penales de pelas y agresiones y ahora una denuncia de violencia doméstica, intento de violación y me informaron que intentaste atacar a tu hijastro –recordaba quien había hecho la denuncia, su cabello rubio sus ojos azules, sería un buen partido para su hijo Shikamaru.

-esas son puras mentiras, ¿Quién ha hecho la denuncia? –pregunto airado tratando de levantarse de la silla con agresividad –ese maldito Minato como se atreve a denunciarme?!

-revisamos tu expediente médico y dice que padeces de problemas de manejo de la ira, estas medicado o algo así –le dijo mientras ojeaba los papeles –pero no fue su esposo quien hizo la denuncia, eso puedo asegurárselo, él fue ingresado al hospital cuando nosotros llegamos.

-fue ese Uchiha, él planea algo en contra de mi esposo, tiene que escucharme! Usted tiene que sacarme de aquí –estaba desesperado, necesitaba buscar a Minato antes que el moreno se lo volviese a quitar de sus manos.

-usted no saldrá de aquí hasta que aclaremos este asunto y pongamos una orden de alejamiento –en el fondo el oficial se veía bastante molesto.

-orden de alejamiento? Yo no he hecho nada en contra de mi familia –esos malditos no podían tener pruebas, el único que sabía de su intento de violación era su hijo y él jamás testificaría en su contra, pero cuando intento atacar a Deidara entonces si hubo más testigos y sobre sus peleas con Minato, era verdad que a veces se gritaban bastante fuerte y de vez en cuando se le iba la mano pero no al grado de llamarlo violencia domestica; y así pensó ingenuamente, en su mente así las cosas estaban ordenadas.

-resulta que le mentí señor Hatake la denuncia no es lo único que tiene en su contra, tiene derecho a hacer una llamada y conseguir un abogado si no lo tiene el estado le otorgara uno.

Dicho esto unos oficiales condujeron al peliplata a un teléfono de línea donde marco el número de la única persona que podía ayudarlo en momentos como ese; la misma persona que tenía una mente tan retorcida como la suya, el mismo que le dio a su rubio en bandeja de plata y que poseía el miso odio en contra de Fugaku Uchiha. Era Madara el hermano mayor del moreno, el ceo de la corporación Uchiha y rival de la propia empresa de su hermano, el hombre más despiadado del planeta.

 

 

………….***********♥***********………….

 

 

El esplendoroso auto de esa mañana se había estacionado fuera de una gran mansión, en ella iban dos morenos y dos rubios, uno de ellos con una preocupación más que el resto ya que además de estar preocupado por su padre, había peleado con su novio. Era Deidara quien había peleado fuertemente con Sasori en las afueras del hospital y como siempre su hermanito había salido en su defensa.

Flash back

-tu vendrás conmigo a mi departamento –demando Sasori mirando de mala manera a Itachi que no le prestaba mucha atención.

-Sasori yo… no creo que

-no me interesa, no permitiré que vayas a la casa de unos desconocidos Deidara no me interesa lo que Naruto piense ni me importa que ese sujeto sea tu padre ninguno tiene derecho sobre ti –dijo furioso ante la idea de que Deidara le fuese infiel con el moreno de cabello largo; conocía a su doncel a la perfección y sabia cuan promiscuo era.

-y crees que tú si lo tienes? –pregunto con vos profunda el rubio menor, cuando se trataba de Deidara no le importaba que el pelirrojo fuese uno de sus mejores amigos.

-Naruto –pronuncio Sasori dándose cuenta de lo que estaba haciendo.

-mi hermano vendrá conmigo Sasori, estará donde yo este así que vete a revolcarte con tu zorra cornuda porque no permitiré que lo trates como quieras –dijo aún más molesto el rubio parándose delante de Deidara y sacando pecho como un gallo tratando de atacar a otro.

El pelirrojo bufo molesto, no tenía caso ponerse a discutir ahí aún más enfrente de Naruto y era aún más inútil tratar de hacer una escenita de celos porque sabía que con el rubio nadie tenía oportunidad y le estaría dejando el camino libre al moreno. Más bien se vio ofendido ante Deidara, quiso verse dolido conociendo a la perfección cada reacción de su rubio amor. Se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia su motocicleta, todo eso ante la atenta mirada del rubio de larga cabellera que hizo a un lado a su hermano y corrió hacia su amado.

-Sasori –le llamo cuando ya estuvieron un poco más lejos –lo lamento, por favor no estés molesto conmigo –pidió el rubio con una mirada encantadora ante el pelirrojo que no podía resistirse.

-como pretendes que –iba a preguntar y se cayó de inmediato.

-como pretende que qué? Dime Sasori –pregunto con sus ojitos cristalinos –no confías en mí?

-tengo que contestar? –esa respuesta hizo sentir fatal al doncel y a la vez algo molesto.

-te prometí que sería solo tuyo Sasori –le recordó con el ceño fruncido, luego bajo la mirada con una sonrisa bastante irónica que el pelirrojo no comprendió –hm, de la misma forma que tu prometiste dejar a tu novia hace ya medio año y aquí estamos.

El pelirrojo simplemente no contesto, hizo una caricia en el semblante del rubio pelilargo y se fue derrotado, Deidara simplemente lo miro dolido. Lo vio partir en su motocicleta sin mirar un segundo atrás, se dio media vuelta y volvió con su hermano que lo esperaba con una comprensiva expresión.

Fin del Flash Back

Los morenos guiaron a los rubios dentro de la mansión, ambos hermanos intentaron por todos los medios el no mostrar una expresión tan sorprendida ya que jamás habían estado dentro de una casa tan elegante y lujosa. Sin embargo no pasaron detalle de nada, cada cosa era estudiada con completo detenimiento sin pasar tan exagerados.

-tienen hambre? –pregunto Sasuke amablemente, no sonreía pero su expresión se mostraba serena y apacible. No fue necesaria más respuesta que el rugido de sus estómagos, realmente había sido una pregunta aunque cortes bastante sobrada ya que omitía una obviedad –iré enseguida a resolver la cena, con permiso –dijo para retirarse a la cocina a ordenar a los sirvientes.

-les mostrare su habitación –dijo Itachi con una expresión impasible. Había llamado él mismo a que ordenaran las habitaciones de huéspedes para ellos –acompáñenme.

Los hermanos Namikaze se miraron y lo siguieron sin la menor objeción, el azabache no les dio ni un tour ni nada parecido, simplemente los acompaño en silencio hasta cada habitación. No eran pequeñas, pero tampoco eran grandes habitaciones, eran cómodas con todo lo indispensable y además un baño individual.

A Deidara no le había gustado la decoración, era demasiado masculina para un doncel, carecía de calidez y estilo propio para un artista como él que adoraba la decoración, las escultoras, los cuadros, el color, la ambientación, si iba a quedarse ahí iba a darle su propio toque personal. No había dejado de pensar en su padre, estaba asustado se sentía completamente desorientado y ahora tal parecía que el misterio de su padre no ya había sido descubierto; también pensaba en Sasori, era un idiota que no tenía derecho de prohibirle nada pero aun así no podía evitar amarlo, así lo había hecho desde hace años hasta que el pelirrojo accedió ante sus rubios encantos por decirlo de alguna forma; pero principalmente, pensaba en su hermanito, era un varón y ahora que era más grande con sus hace poco cumplidos diecinueve años debía ocuparse de su hermano doncel. Se detuvo un momento a pensar en todo y no pudo evitar recordar a ese moreno que lo congelaba con la mirada, Itachi Uchiha, tan atractivo, tan varonil y ahora que lo recordaba… su medio hermano.

………….

Naruto no le había dado a la habitación una crítica semejante como la de su hermano, lo encontró bastante acogedor a diferencia de su habitación tan abandonada de la gracia de dios puesto que su padre no dedicaba nada del dinero que ganaba a su propia casa. Pensaba en todos sus problemas y quiso buscar una solución a cada uno de ellos pero simplemente no pudo sacar de la cabeza el sonrojo que noto en Sasuke cuando se dio cuenta que su pregunta de hace un rato había sido bastante obvia, cuando lo vio marcharse a la cocina contemplando su fino andar, recordaba el tacto de su mano sobre la suya, esa suavidad tan cualitativa que añoraba a cada segundo, esa mirada tan… intensa, tan bello y tan inalcanzable para él, un plebeyo ante tan majestuoso príncipe de fantasías. Recorrió un poco la habitación abrió los armarios y comenzó a acomodar su ropa que momentos antes de partir a la mansión Uchiha había pasado a recoger, quería darse un baño antes de volver a verlo y al menos estar más presentable.

Fue al baño que estaba bastante completo, tenía todos los implementos necesarios y ante el gran espejo ante él comenzó a desnudarse; tenía un cuerpo escultural debía admitirlo, entonces reparo en las marcas en sus mejillas, esas que le habían hecho cuando defendió a su adorable doncel azabache.

No le dio demasiadas vueltas al asunto, se metió a darse un baño que no duro demasiado solo lo necesario. De inmediato al acabar, escucho el golpeteo de la puerta por fuera.

-Naruto –escucho el llamado de su dulce ángel del otro lado –soy Sasuke.

-enseguida voy –dijo para comenzar a vestirse rápidamente, se puso unos boxers y un pantalón lo más rápido que pudo y abrió la puerta con la más linda de sus sonrisas.

-Na.Naruto? –dijo con el rostro extremadamente enrojecido al ver al rubio con el torso desnudo, pudo así admirar esa figura de adonis, atlético, bronceado con un tatuaje en su abdomen.

-dime Sasuke –dijo coquetamente sin comprender el sonrojo de su amado ángel, había comenzado a pensar que el azabache era bastante tímido cuando se trataba de varones.

-ah… dobe, mírate –dijo muerto de vergüenza al ver así a su amado rubio y aún más por comenzar a sentirse extraño.

Automáticamente el Namikaze hizo lo sugerido por el doncel y se llevó la más vergonzosa de las sorpresas, el moreno se había sonrojado al ver su torso desnudo y eso provoco una sonrisa en su rostro, no se había dado cuenta que había olvidado la camiseta del apuro que tenía. Tan puro, tan dulce y virginal, su niño no acostumbraba a ese tipo de cercanía con los hombres; sonrió por ese hecho, Sasuke iba a ser completamente suyo.

-dame un segundo –dijo calmadamente ya que no acostumbraba a ese tipo de situaciones que no eran nada graves o muy importantes, cada vez que un doncel o una chica le veían a su completa disposición le saltaban y hacían el amor, pero Sasuke era totalmente diferente.

No habían pasado unos segundos y el rubio había vuelto a abrir la puerta esta vez completamente vestido, el azabache no le miraba fijamente solo corría la mirada.

-la cena está servida –informo suavemente, era tan lindo.

-vamos juntos? –le pregunto captando la atenta mirada de su doncel –es que… tu hermano nos trajo hasta aquí y no recuerdo muy bien como volver a bajar –mintió con una inocencia fingida que le salía muy bien.

-si serás dobe, tu hermano ya está abajo –lo regaño con una naturalidad como la que acostumbraba.

-es que mi hermano es un genio teme ttebayo y yo… bueno, yo no –dijo con una sonrisa socarrona que hizo reír levemente a Sasuke.

-está bien iremos, pero debes aprender tu solito –dijo aun sin mirarlo para comenzar a caminar.

-de acuerdo –bufo ante el regaño del doncel –Sasuke?

-si DO-BE? –pregunto burlonamente.

-es que no quieres que me pierda en tu gran casona o es que ya no quieres volver a ver mi cuerpo casi desnudo? –dijo para comenzar a reír fuertemente luego que Sasuke casi se atraganta con su propia saliva.

-eres un idiota! –grito para abalanzarse a ahorcarlo pero el rubio esquivo casi todos sus intentos asesinos de agredirlo.

-ya, ya teme no es para tanto, pereciera que jamás hubieras visto el cuerpo de un hombre –dijo fingiendo no conocer respuesta la cual sabía muy bien; pero la expresión del otro solo le hizo confirmar lo que ya sabía –además, tú tienes las mismas cosas que yo –dijo tratando de no poner incomodo al morenito.

-pero mi cuerpo es totalmente diferente al tuyo dobe descerebrado –dijo haciendo parecer mucho más que obvio el hecho de que el cuerpo de los donceles son completamente delicados y frágiles y los de los varones son atléticos y musculosos como el de Naruto –además no tengo porque hablar de estas cosas contigo, es decir, confianza? –recalco la última palabra con la ironía de un niño mimado.

-oh! sorry señor Uchiha-sama, pero le recuerdo que usted me las debe por lo de las marcas en mi bellísimo rostro –le recordó del modo que no se le había ocurrido nada más que objetar, pero sin la intención de parecer malicioso.

-ahora vas a restregarme eso en la cara? Incluso tal vez así no parezcas tanto un dobe idiota –le dijo rojo de la rabia –yo no te pedí que me salvaras!

-cómo no iba a hacerlo? Te quedaste como una piedra sin mover un solo dedo y dices que no necesitabas mi ayuda –le espeto maldiciéndose por dentro al explotar de esa forma contra ese furico ángel delante suyo.

-hubiera preferido que esos sujetos me asesinaran como tenían planeado a que tu vinieras a echarme en cara mi condición –sentía unas inmensas ganas de llorar pero no iba a hacerlo, no enfrente de él.

-tu no comprendes Sasuke ellos no planeaban asesinarte –le dijo intentando guardar compostura al ver lo inocente que era.

-a no? Y como lo sabes? –le dijo cruzándose de brazos.

-mejor olvídalo –dijo para seguir caminando delante del azabache que frunció en seño al ver que el rubio le había mentido con eso de no saber a dónde ir.

-eres un mentiroso dobe! Me dijiste que no sabías como bajar al comedor –el rubio sonrió con galantería y lo miro.

-tan solo quería caminar contigo belleza –y le guiño el ojo para seguir caminando sin poder ver así el sonrojo pronunciado del moreno –el verdad que eres muy inocente teme.

-yo no soy inocente, que estás diciendo? –dijo para poder alcanzarlo.

-no leerías las intenciones de un hombre aunque las tuviera escritas en la frente –le desafío sin mirarlo directamente mientras caminaba.

-por supuesto que puedo, soy mucho más inteligente que tu –dijo altanero con su media sonrisa de siempre.

-la verdad me gustaba más cuando eras el dulce angelito de hace rato que me consolaba en el hospital –dijo para girarse estrepitosamente y besar los labios de su doncel sin previo aviso.

El azabache no reaccionaba, el rubio lo estaba besando y realmente no se lo había esperado; debía darle la razón a ese dobe descerebrado porque la tenía. El beso fue cálido, el primer beso del moreno y había sido con ese imponente semental, lo sintió tan mágico, tan único, era verdaderamente dulce y sin una sola pizca de maldad o deseos impúdicos. El rubio lo tomo suave y posesivamente de la estrecha cintura para atraerlo más a su cuerpo donde el doncel sabía que nada malo iba a pasarle jamás, se sentía suyo, protegido, amado, pero lo que apoyo sus finas manos en el potente pecho de su amado quien se sentía en la gloria al poseer esos inmaculados labios que deleitaba con cariño.

Una fingida tos que anunciaba la presencia de alguien los hizo detenerse, era Iruka Umino, el “niñero” de Sasuke, quien lo había criado desde pequeño junto con Itachi luego de la muerte de su madre y quien se encargaba de él cuando su padre no estaba.

-los esperan en el comedor –dijo con voz neutral mirando pícaramente a Sasuke quien comprendió de inmediato.

-vamos enseguida Iruka –dijo Sasuke, para caminar sin vacilaciones a paso apresurado al comedor donde su hermano lo esperaba desde hace rato.

El rubio lo siguió de atrás sin decir una sola palabra, ese beso lo había conformado en absoluto. Llegaron al comedor y no cabían en la mayor de las sorpresas, Deidara estaba delante de Itachi de rodillas en una posición muy comprometedora, lo único que los recién llegados veían era la cabellera rubia del otro lado de la mesa y sus imaginaciones volaron; pero de inmediato el rubio se levantó y tenía un paño húmedo en sus manos lo que hizo que la imaginación de Naruto volara aún más a diferencia de la de Sasuke que se había quedado con lo primero.

-listo Itachi, lamento haber derramado mi baso en tu regazo, me siento apenado –dijo con un tono travieso que ya era natural en él, sin darse cuenta había provocado fuertemente al moreno que sonreía restando importancia al hecho de que al rubio se le haya derramado su jugo sobre él.

Ese pantalón cortito de color negro que le quedaba tan ajustado moldeando así sus largas y estilizadas piernas de doncel, además tenía una camiseta holgada del mismo color que se le levantaba un poco dejando a la vista el pircing que tenía en el ombligo y se le caía de un hombro mostrando un pequeño tatuaje de un ala de ángel en su omoplato izquierdo. Ese rubio era el pecado personificado, había provocado al moreno mayor en el preciso momento en el que lo vio bajar así vestido, era un ángel lujurioso pero cuando se le derramo el jugo sobre su regazo e intento arreglarlo fue el momento más torturante para Itachi que debió por todos los medios rogarle a todos los santos para no levantar una tienda debido a lo que el doncel le provocaba.

-Dei-nii? –le llamo Naruto sorprendiendo un poco a los mayores, ese tipo de cosas eran totalmente naturales para el menor que estaba acostumbrado a esas cosas de parte del peli largo, pero no lo juzgaba él era igual de promiscuo.

-al fin llegan Naru, tengo mucha hambre –dijo con un puchero adorable sobándose la pancita.

-vamos a comer entonces –dijo Itachi con una sonrisa incomoda al comprender lo que su adorable hermanito había interpretado.

De inmediato los sirvientes llegaron y sirvieron la comida, se había formado un silencio bastante incomodo entre los presentes, entre Sasuke con Naruto y su hermano, entre Naruto con su hermano e Itachi y otro entre Itachi con Sasuke, solo Deidara tenía cosas más importantes en que pensar, además de que su trastornada mentecita no disociaba que lo que hacía no estaba para nada bien, hasta que su entonada voz rompió el silencio ensordecedor tal y como doblegaba las montañas.

-Naru –le llamo la atención de su hermanito –mañana hay que ir al instituto?

-no iremos si no quieres Dei –dijo comprensivamente. Sabía que el mayor no tenía intenciones de ver aun a Sasori.

-tengo ganas de ver a papá –dijo con una expresión afligida que entristeció un poco el corazón del rubio menor y los azabaches pero lo intentaron disimular.

-descuida Dei-nii, mañana yo te llevare a verlo –dijo con una sonrisa que hizo que los morenos ardieran en celos, Itachi por su rubio y Sasuke por el suyo, que fuesen hermanos no significaba nada para ellos.

-genial –exclamo con una radiante sonrisa que hizo refulgir un fulgor del corazón del rubio menor e idiotizo al moreno mayor, sin embargo Sasuke no salía de su molestia.

-aniki, procura limpiarte la baba –comento cínicamente el morenito a su hermano –yo también quiero ver a papá Itachi –dijo haciendo un puchero que también dejo a Naruto embobado de la misma forma que lo había hecho Itachi con Deidara, el rubio pelilargo sonrió al ver que el moreno jugaba con las mismas cartas.

-mañana tienes clases Sasuke –dijo de forma autoritaria volviendo en sí.

-aniki me vas a hacer hablar? –dijo cruzado de brazos con una maligna sonrisa en su angelical rostro que tanto cautivaba a los hombres; el azabache mayor se detuvo unos segundos a pensar y se petrifico al saber de qué hablaba su hermanito –bien si es así…

-que les parece si todos vamos mañana? –propuso de inmediato callando por completo al menor –iremos en mi auto.

-eso sería genial Itachi-san –dijo Naruto luego de reír internamente por la manipulación de su doncel sobre el moreno mayor, tal y como Dei hacía con él.

-está bien Naruto, el “san” no es necesario estamos en confianza –le dijo con una amistosa sonrisa.

 

………….***********♥***********………….

 

 

En otro lugar de la ciudad, precisamente en el otro barrio Uchiha un moreno de solemne figura, cabellera larga y unas facciones de temer estaba en su oficina con su bellísimo esposo, que no resultaba ser otro más que su propio hermano. El menor también era azabache pero tenía el cabello más corto, estaba recostado en uno de los refinados sillones mientras ojeaba una revista de moda, estaba acomodado en una posición bastante provocativa, el empresario lo miraba de a ratos y se relamía, el menor le había regañado y prohibido tocarlo solo por haber mirado de manera lujuriosa a una secretaria con un pronunciado amortiguador.

Se moría de ganas, quería acariciarlo impúdicamente como hace unas cuantas horas lo había hecho justo antes de que esa mujer se le cruzara enfrente. Lo torturaba, la manera en que estaba acomodado a lo largo del largo sillón de terciopelo rojo que contrastaba con el fino atuendo de su sensual doncel, la manera en que sus piernas rozaban una con la otra casi podía sentir su tacto, o esa manía que tenía el menor de mojar de a tanto sus pulposos labios lo calentaba fuertemente; era su demonio irreal, su ángel maligno que lo tentaba y torturaba de manera sádica al prohibirle cercanía con su blanquecina piel.

-amor? –pronuncio débilmente el mayor casi sin fuerzas para contenerse, pero se sentía incapaz de arremeter contra el menor, de violar ese santuario que se abría a él con tanta dulzura; no se veía lastimándolo o tratándolo de mala manera a ese ser que tanto amaba y sacaba de él la única bondad que le quedaba.

-dime querido –contesto seriamente sin mirarlo de ninguna forma.

-aun estas molesto? –el menor simplemente bajo la revista y lo fulmino con la mirada, cuando vio que su marido había comprendido volvió a retomar su lectura -déjame compensártelo –pidió casi suplicante, el único que había visto esa parte de él había sido Izuna, nadie jamás volvería a verlo tan controlado jamás.

-déjalo como esta Madara –dijo para hacer a un lado la revista y levantarse –me voy de compras.

-de nuevo amor? –pregunto pensando en que nunca nada sería suficiente para su bellísimo doncel; pero él consentiría hasta el más mínimo capricho por mas descabellado que fuera –quédate conmigo –pidió apresando a su amado de la estrecha cintura cuando este estuvo cerca de él.

-te dije que no me tocaras Madara aun estas sucio –le aparto molesto, el otro cedió para que la blanquecina piel no fuese marcada con forcejeos, no quería verlo y sentirse un miserable al ver la delicada anatomía del menor mancillada por sus bruscas y masculinas manos.

Pero cuando estuvo a punto de salir la misma secretaria entro por la puerta sin anunciarse sorprendiendo al mayor y molestando al menor que la devoraba con rabia con la mirada. La mujer tenía su típico atuendo con una falda ajustada enmarcando sus femeninas curvas y su trasero y busto voluptuosos con un escote nada disimulado, su rostro no estaba maquillado, tenía el cabello rubio muy largo atado en una coleta y sus ojos eran de un brillante color azul claro. No era una ramera ni nada parecido, solo que así lo creían las personas por el simple hecho de ser una mujer muy bonita que llamaba mucho la atención con su bellísima personalidad y atractiva figura, tenía un anillo de casamiento en su dedo anular, estaba casada y era extremadamente fiel y principalmente, casada con una mujer, Sakura Haruno, una bestia de las finanzas que había permitido a su esposa trabajar con su socio de toda la vida.

La cara de su marido había cambiado de una de sorpresa a una expresión totalmente indescifrable, la mujer tenía en su mano un característico teléfono negro, el que usaba el magnate únicamente con su asistente Hatake Kakashi y era simplemente para emergencias, así había ordenado a su secretaria que cada vez que ese teléfono sonase ella debía acudir sin vacilaciones a él. Le tendió el teléfono en la mano, el azabache mayor no tardo en tomarlo y ella se retiró. Izuna se mantenía expectante, no comprendía porque esa llamada estaba siendo más importante que él en ese momento pero para eso debía ser algo verdaderamente grave.

-que sucedió? –dijo fríamente el Uchiha, el azabache menor se sentó atentamente con una pierna sobre el escritorio enfrente de su marido –cómo que estas en la cárcel? –su expresión se veía fúrica, le aterraba verlo así aunque jamás le hubiese visto de esa forma con él –maldición! –grito causando un temblor en el frágil cuerpo del doncel –enviare a alguien entonces malita sea! –maldijo furiosamente para cortar la llamada.

El Uchiha menor intento tocarlo y parecía que estaba en llamas, el mayor le aparto bruscamente la delicada mano, no pensaba, su mente había hecho a un lado al doncel pensando en cosas aún más importantes. Salió de la oficina hecho un tifón en busca de su secretaria, le ordenó que enviara a su abogado (y además cómplice) Hidan a la seccional donde se encontraba el Hatake. De vuelta a su oficina su amado esposo estaba aún sentado sobre su escritorio pero le resto algo de importancia, se dirigió hacia un placar y sirvió un vaso de wisqui que no dudo en beber mientras daba vueltas preocupado.

-querido? –le llamo el doncel prudentemente desde su lugar, de alguna forma al menor le había llegado el recuerdo de cuando le conto a su hermano Fugaku sobre lo de Minato y sintió un miedo indescriptible.

Entonces todo arrepentimiento lo inundo, pero era su hermano mayor, ¿Qué más podía hacer cuando lo vio aquella vez con esas ganas incontenibles de quitarse la vida, sufriendo?, si Madara se enterase de aquello seria sin dudas el fin de aquella vida feliz que tanto adoraba, sería el adiós de aquel marido amoroso que tenía; quería llorar y sus ojos se nublaron.

-no te ibas? –pregunto groseramente y el menor comenzó a llorar.

-discúlpame por favor –suplico cubriendo sus ojos con las manos y entonces el mayor se dio cuenta de todo y volvió a la realidad.

Se dirigió a su doncel y acaricio su semblante con ternura, luego el sedoso cabello como el lino al ver que su belleza no respondía a lo que le decía, no lo escuchaba.

-amor –escucho el cálido llamado –bebe, mírame por favor –el doncel con toda su fuerza de voluntad intentaba contener su llanto, casi no respiraba del miedo que tenía.

-no me odies, te lo suplico –sollozó fuertemente, de inmediato detuvo todo lamente al ver que su amado lo abrazaba para consolarlo.

-no te odio amor, yo soy el que debería disculparse por actuar así –le dijo cariñosamente –tu solo te molestaste porque yo mire a esa chica y eso está bien amor soy tu marido y solo debo verte a ti y a nadie más –limpio las cristalinas lagrimas que resbalaban de las tiernas mejillas sonrojadas por el llanto –lamento que hayas creído que me enfade contigo.

Izuna quedo estático, su marido no sabía nada sobre aquello. Se limpió las lágrimas que sobraban y se dedicó a seguir con aquella idea que su amado mantenía sobre el doncel inocente y herido.

-me asustaste Madara –dijo con una expresión adorable y completamente violable –porque reaccionaste de esa forma? Sabes muy bien que me da miedo verte así.

-el incompetente de Kakashi cometió una estupidez mi amor, nada más –le dijo dando cortos y numerosos besitos en los labios del menor –además, tu sabes muy bien que no debes tener miedo de tu marido bebe… eres la única persona a la que soy incapaz de lastimar.

El menor sonrió tiernamente, aunque por dentro sabía que si Madara se enteraba de la verdad sería muy capaz de acabar con él. Se aferró al pecho de su semental buscando protección y éste se la brindo con gusto.

-tócame –pidió sin pena alguna. El mayor lo miro con una lasciva sonrisa.

-tu dijiste que estaba prohibido tocar –su voz se escuchaba perversa y deseosa.

-te necesito Madara –le imploro buscando su boca –necesito que me llenes –se oía desesperado, cosa que comenzaba a excitar al azabache mayor que no dudo en conducirlo al sillón y atacar el cuerpo de su amado con mucho cuidado pero a la vez con salvaje pasión.

 

 

Continuara…

Notas finales:

ipa amores? aiii diganme que les gusto jeje, se que es cortito pero es lo que pude escribir en esta escapadita que me hize de mi estudio para mi examen el lunes aiii dejenme sus reviews pofiss sii se que soy pesada pero me gusta cuando me dicen que era lo que esperaban o que les parecio lindo o lo que sea que me digan ademas de cuando me dan sujerencias jeje cositas lindas los quiero

muchos besitos, que andes hermosho :D


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