Trabajo con el tipo de personas que se les conoce por ser mentirosas, prepotentes y convenencieras; periodistas que harían cualquier cosa sólo para obtener una fantástica historia y subir su reputación.
Cuando fui a la prepa, supe que quería escribir. Estaba claro para mí. Incluso cuando entré la universidad, mi pasión nunca se alteró o dispersó, estaba clara.
Pensaba que al terminar podría ser un autor o hasta un profesor, si tenía suerte. Pero cuando me gradué, mis opciones disminuyeron considerablemente. Las vacantes para educador poseían demasiada demanda, y publicar un libro me tomaría tiempo.
Entonces me ofrecieron el puesto de periodista, más bien, asistente del editor en el periódico local. Yo no estaba emocionado con el hecho de perseguir, entrevistar y acosar personas como una lapa. No obstante, en ese momento necesitaba el empleo. No podía sentarme a esperar que la mejor oportunidad para mí apareciera, tenía que una renta que pagar. Así que aceptar fue lo mejor que pude hacer en ese momento.
Recuerdo que le dije a uno de mis profesores de idiomas en la prepa, que no quería escribir historias para periódicos porque tenía planeado ser independiente y no interactuar con seres humanos.
Nótese en dónde me encuentro ahora. Qué suerte la mía.
No fue tan malo, pronto me di cuenta que lo hacía insoportable era la gente. Como he dicho antes, eran verdaderamente lo peor. Todos ellos chismeado como adolescentes, e incluso las personas que estaban a mi cargo no me hacía caso.
Recuerdo que una vez, cuando le pedí una mujer bajita y regordeta que me ayudara con mis historias, que fuera a cubrir una historia importante para mí porque estaba demasiado ocupado haciendo el trabajo del editor.
Naturalmente, nunca fue, y yo no podía decir que me sorprendió, pero no podía creer que alguien como ella tendría la osadía de desobedecer mis órdenes cuando yo estaba por encima de su autoridad.
Tengo que decir, sin embargo, que las personas que pude conocer y entrevistar, eran siempre interesantes. Por lo general eran demócratas (ya que nuestro periódico era liberal izquierdista), y tienden a tener personalidades extrañas y locas.
Una vez un hombre apareció para nuestro encuentro disfrazado de mujer, porque tenía miedo de que alguien lo viera hablando conmigo; peluca roja, maquillaje, tacones altos y un vestido... Diablos, nunca lo olvidaré.
Otra señora que tenía esquizofrenia, me introdujo a su sala con gente invisible. Aún deseo olvidar a esa mujer.
En mi más reciente historia tenía que contactarme con una persona única. Ella había estado en las noticias recientemente por una de sus investigaciones sobre bioquímica. Su nombre estaba en todas partes.
Lee Boa: Bioquímico de 38 años de edad, soltera, madre. Una mujer muy ocupada, supuse al momento. Probablemente tenía demasiado con tan solo vigilar los especímenes en el laboratorio y su hijo(a) en casa.
Yo nunca había visto una foto suya (había escuchado en la televisión cómo hablaban de ella con tantas expectativas). Todo el mundo decía que era una mujer inteligente de buen corazón, con todo a su favor.
Excepto para el amor, ¡exacto! Yo no sabía cuál es la situación con su primer matrimonio, pero sabía que ella estaba sola, y lo más probable era que permaneciera así durante el resto de su vida.
No creo que era por falta de hombres a su conquista, yo creo que es porque era demasiado adicta al trabajo. Encontrar otro esposo no estaba en su lista de prioridades, he de suponer.
El editor me llamó a su despacho y me informó de la entrevista con ella. Tenía que encontrarla para un almuerzo en menos de veinte minutos. Hubo un problema con esto.
Su trabajo la tenía en el otro lado de la ciudad, y el tráfico era horrible. No entendía cómo quería que yo estuviera ahí en menos de una hora.
"Minho", el hombre detrás de la mesa habló: "¿por qué te estás retrasando?"
Estaba exasperado. A este tipo de mierda es al que tengo que soportar diariamente. Para él, todo era mi culpa. Empuñé mi mano con enojo. Nunca soy capaz de defenderme, solo guardo mi coraje.
"Usted me dijo que no me fuera antes de que me llamara" Traté de defenderme, aunque sabía que siempre sería una batalla perdida.
El hombre alzó los brazos con arrogancia, moviendo la cabeza de lado a lado. Y, de sus labios delgados llegó su argumento: "¿Cuántas veces te he dicho cómo me pongo cuando no bebido mi café?"
Gemí, golpeando las palmas en la superficie de su escritorio, estaba molesto. "Bueno, ¿Por qué no me voy ahora, quizá así llego a tiempo?"
Mi jefe puso los ojos entrecerrados, luego me espantó con un movimiento de su muñeca. Con mucho gusto salí de su oficina, resistiendo la tentación de cerrar la puerta un poco demasiado fuerte.
Agarré mi maletín de detrás de mi escritorio, y luego salí corriendo por las escaleras, negándome a tomar el ascensor y perder más tiempo. En un lugar como Seoul Criteria, un paseo en el ascensor lleva más tiempo de lo deseado.
Corrí a mi coche, abrí la puerta y tiré el maletín en el asiento del copiloto e inmediatamente encendí el motor. Tenía que llegar por lo menos diez minutos tarde, no más.
Suspiré con fuerza, encajando los dedos por mis cabellos. Necesitaba un descanso en serio, debía relajarme. Dudo que pudiera tener uno, menos cuando estás a cargo secretamente de un periódico.
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Contaré algunas razones por las que odio mi trajo. Uno: El tiempo nunca está a tu favor. Dos: Incluso cuando me lo gané (tiempo libre), me lo quitan rápidamente. Y tres: Al final del día... bueno, esa frase no existe cuando eres un periodista.
Les puedo decir una cosa: El Seoul Criteria fue jodidamente afortunado por tenerme llevando sus mierdas a un respetable, muy conocido, periódico de todos los días.
Hoy fue un ejemplo más de la tribulación (pena) a la que me someto a diario. ¿Por qué está fuera de mi control?
"¡Maldita sea!"
Yo estaba literalmente corriendo por la acera del estacionamiento a un local pequeño en donde tenía que encontrarme con Lee Boa. Debo admitir que me tomó por sorpresa que alguien como ella quisiera pasar su tiempo libre con en un lugar como este.
Me la imaginé cenando en algún restaurante de lujo en el centro de la ciudad, pero supongo que no hacen alarde de eso. Tal vez tenía la moral más profunda. De cualquier manera, me rogó que fuera humilde y paciente, a diferencia de los demás periodistas de Criteria.
Entré a través de la pequeña puerta del local; la campana sonó señalando mi llegada, y me sorprendió cuando noté cuán reducido era el lugar. Había solo dos mesas redondas, acuñadas en la pared.
Y en ese momento, la vi.
Levantó la cabeza; de pelo negro azabache, su ligeramente despeinado moño rebotando en la parte posterior de su cabeza. Nuestras miradas se toparon, y sus ojos castaño claros me dejaron helado.
Era sin duda muy hermosa para alguien que tuviera 38 años. Me dirigí a la mesa en la que estaba y me senté justo enfrente de ella, extendiendo la mano en señal de saludo.
"¿Choi Minho?" Ella me dio la mano, mostrando una sonrisa brillante. Sólo la visión me hizo sentir un vuelco.
"Ese soy yo, Sra. Lee. ", Le contesté. "¿Cómo está?"
"Cansada. Estuve despierta toda la noche haciendo pruebas. Ah, y Boa está muy bien."
Me sentí mal por molestarla cuando estaba tan cansada, pero, por desgracia, este era mi trabajo, tenía que hacerlo sino sufriría las consecuencias.
Después de mi primer cuestionamiento, le pregunté acerca de su hijo(a). No estaba seguro de la edad del muchacho(a), pero ¿Qué haría él/ella mientras su madre estaba constantemente ausente a causa del trabajo? Mi preocupación aumentó sin razón aparente. Me consideraba cariñoso.
Por lo tanto, la causa detrás de mi pregunta era saber el género de su hijo(a), " ¿Así que tienes una hija?"
Inmediatamente se echó a reír, sacudiendo la cabeza con rapidez, apresurándose a responder: "¡Dios mío, no! Tengo un hijo de quince años. ¡Dios!, odiaría tener una mujer. Las niñas son más difíciles de manejar, y no tendría tiempo para todo eso".
Levanté una ceja. "¿En serio? Bueno, tienes suerte entonces. ¿Se queda solo en casa?"
Ella se echó a reír de nuevo, como si acabara de hacer la pregunta más absurda jamás hecha. "¡Por supuesto! Él puede cuidar de sí mismo. Mi Taemin es un chico muy responsable."
Taemin. Saqué la libreta y la pluma del bolsillo delantero de la camisa, escribí el nombre por si acaso tenía que mencionar algo sobre él en el artículo.
"Cuéntame más sobre tu hijo". Ni siquiera estaba consciente de lo que acababa de decir hasta que vi la extraña manera en la que reaccionó.
"Pensé que estaba haciendo preguntas sobre mí. Ustedes los periodistas siempre tienen algo diferente en mente, ¿no crees?" Por lo menos, le hizo gracia.
"Usted no sabe ni idea." Me encogí de hombros. "Sólo estoy tratando de cubrir todos los aspectos de su vida, señora Boa".
"¡Solo 'Boa'!" Ella rio; me encanto su risa de nueva cuenta. Juguetonamente golpeó mi brazo sobre la mesa y continuó sorbiendo su bebida.
"Ok, ok" Me reí entre dientes. Esta mujer me hacía olvidar que estaba en el trabajo con su personalidad alegre y cara bonita.
"Bueno" dijo en tono de broma ", ¿Por qué no seguimos con la entrevista, Sr. Choi? Ya sabe, ya que es tan profesional y todo."
"Lo que tú digas, Boa".
___
Cuando salí de la entrevista, con las manos nada vacías, me senté en mi coche durante unos diez minutos, simplemente mirando todo lo que había escrito. Visualizando las notas, sabía que mi artículo iba a ser uno de los favoritos.
Taemin. ¡Qué lindo nombre!
Bioquímica. Un híbrido de la biología y la química.
Busqué por el resto de los detalles y llegué a la parte inferior de la página, le di la vuelta para revelar una última pieza de información vital: su número. Sí, era muy importante, ¿no?
Tuve que borrar los pensamientos o quizá sentimientos profundos sobre esa mujer de mi mente. Fue únicamente trabajo. Nada más y nada menos.
O eso es lo que podía decirme a mí mismo.
Bueno, sea como sea, jugar con una madre soltera no era exactamente algo muy profesional. No es que no me gustan los niños ni nada de eso, sino que era difícil para mí imaginar que una amiga mía tiene un hijo.
Y si me casara, me gustaría tener un hijastro, alguien que ni siquiera fuera de mi propia sangre, sino que todavía tuviera que cuidar.
Sí, probablemente no iba a suceder. Tenía la esperanza de que no fuera a suceder. No podía ser.
Cuando fui traído a la realidad, cinco minutos más pasaron, y pensé que debía volver al edificio para que pudiera empezar a escribir el artículo, y, así no ser despedido.
En el momento en que regresé, me acerqué a mi escritorio; el editor ya estaba apoyado allí, esperando a que yo volviera. En cuanto me vio, saltó como una pantera hambrienta.
"¿Cómo te fue? ", me preguntó. "Esto tiene la fachada de ser un jugoso artículo"
Me senté y levanté mi portátil, la encendí y le di mi bloc de notas. Echó un vistazo rápido, y luego la arrojó sobre mi escritorio con una exhalación fuerte.
Expectante, le miré, tratando de averiguar qué diablos estaba pensando. Por suerte para mí, no tuve que esperar tanto tiempo para averiguarlo. Con una expresión en blanco, me dio una señal de aprobación levantando su pulgar.
"Buen trabajo, Minho. ¿Puedo confiar en que tendrás el trabajo terminado para mañana en la mañana? "
Asentí, sintiendo el aumento de motivación intravenosa. Estaba más que listo para empezar y hacer lo que me gustaba: escribir. La falta de tiempo no me lo impediría, en absoluto.
Pero, iba a ser una noche larga.
El editor se volvió y dio un paso para alejarse, no obstante se detuvo y se dio la vuelta para mirarme. Al parecer, tenía algo más que decir.
"Tengo la intención de publicar tu historia en la primera plana, así que apresúrate y haz un trabajo de calidad"
¿Primera plana?
Volví a asentir, sintiendo una satisfacción repentina. Escribir para primera plana era un gran logro para mí, teniendo en cuenta que nunca había sucedido antes. Siempre me decía " le falta algo más".
Así que esta vez, tuve que trabajar muy duro para impresionar a todos. Tal vez así me respetarían más que al intendente. Tendría un poco más de protagonismo que eso.
No podía ocultar la sonrisa que automáticamente apreció en mi rostro al comenzar a escribir el párrafo principal.
Las cosas estaban cambiando, y el mundo giraba a mi favor. Podía sentirlo.