El sol comienza a entrar cálidamente en nuestro cuarto. Me encuentro despierto desde temprano, había dormido muy bien. Y ahí estaba, con una bandeja lista con desayuno preparado por mí. Con los años había conseguido mejorar un poco mis dotes culinarias… por suerte.
Dejo la bandeja en el velador, mientras observo la silueta dormida de Seung Hyun. Puedo sentir su respiración calmada, sus labios se encuentran entreabiertos, hasta dormido es hermoso. Con cuidado me senté en la cama, tratando de no despertarlo…
Con el tiempo los años han arrugado nuestras frentes, han emblanquecido nuestros cabellos, pero a pesar de todo, jamás lo dejare de amar, como el primer día. Igual a aquel día en que lo conocí, cuando era apenas un chiquillo, persiguiendo sus ilusiones, siguiendo sus sueños… que en ese instante parecían inalcanzables.
Sonrió mientras acaricio su cabello.
-Seung Hyun- susurro mientras lo veo dormir, su cabello antes negro y ahora ligeramente blanco, se encuentra entre mis dedos. Puedo decir con seguridad nada ha cambiado en él.
-Buenos días… Jiyong- Abre sus ojos lentamente y me sonríe, mientras unas pequeñas arrugas se forman en sus ojos, estoy feliz…porque sé que esas arrugas son porque siempre sonríe… Sus ojos, a pesar de los años, jamás han cambiado al verme, puedo ver la misma chispa de siempre, de todos estos años.
-Buenos días- le sonrió de vuelta, la mañana era calmada, casi brillante, había abierto un poco la ventana antes de despertarlo para que entrara la brisa matutina.
Momentos así, eran los que atesoraba siempre, verlo ahí, sonriéndome con amor. Sin decir una palabra se acercó a mí, y beso ligeramente mis labios, como si fuera una caricia.
Aquello era la máxima expresión de amor que solíamos tener, con los años… las noches de pasión fueron disminuyendo, pero no así el amor. Solo estaba conforme con estar a su lado, llenándome de su olor, de su presencia, de todo. De recordar cada detalle que pasaba junto a él, ese era mi máximo deseo… sus recuerdos.
Me dolía pensar que en algún momento él se tendría que ir, o yo quizás tendría que irme antes que él… aquellos pensamientos eran lejanos cuando era joven, veía mi vida larga, brillante y sin riesgos. Pero ahora, siempre estaba el miedo de perderlo… aunque aquellos pensamientos solo aparecían de vez en cuando, como ahora.
No podría vivir sin él, no estaba hecho para vivir sin él… había pasado tantos momentos junto a Seung Hyun que se me hacía ilógico que en algún instante uno de los dos tendría que irse. Que llegaría el momento en que no lo vería sonreír, en que no sentiría su calor… aquello llenaba mi pecho de desesperación.
-Te ves hermoso- susurró de pronto, creo que se había dado cuenta de lo que pensaba. Mire enojado hacia un lado.
-Mentiroso, solo estoy más viejo, ya ni siquiera soy tan guapo como lo era antes- hice un leve puchero. Supongo que eso a mi edad se vería raro, pero no podía evitar el hacerlo. El solo soltó una suave carcajada y me abrazo desde atrás, tirándome hacia él.
-Para mí, a pesar de los años, sigues siendo hermoso… más con esas arrugas, que yo mismo pude ver… soy feliz, porque fui parte de la mayoría de tu vida…- beso mi cabello emblanquecido- Solo con eso, me doy por pagado en esta vida…-
-Seung…- Mi pecho se lleno de aquella calidez que siempre sentía al escucharlo decir eso…tome su mano y entrelacé nuestros dedos, pude ver un anillo dorado en su mano izquierda y en la mía. –Jamás me arrepiento de todo lo que hemos vivido…nuestra vida de cantantes, conociendo gente… estando a tu lado…- todavía recordaba el día en que hicimos publica nuestra relación, habíamos esperado muchos años para poder hacerlo… Corea del Sur tenía que estar mentalmente preparado para una relación homosexual… y quizás el mundo entero.
Sonreí al recordar los mensajes que dejaban nuestras fans en las fotos donde aparecíamos juntos. Fueron muy suspicaces al ver todas aquellas señales… habíamos intentado ser muy cuidadosos.
Y ahora, estábamos aquí… a través de estos largos años, disfrutando de la compañía del otro. Si hace tiempo me hubiesen preguntado si imaginaba mi vida así, diría que no. Era mucho mejor.
-Te amo…- susurró mientras besaba mi cuello – Te amo demasiado Jiyong-besó nuestras manos unidas.
-Yo también te amo Seung Hyun… demasiado- susurre a la vez que besaba suavemente sus labios. No separamos lentamente y nos quedamos viendo fijamente a los ojos.
Podía verme reflejado en ellos, pude ver, como todos los días aquel amor que cada noche me profesaba antes de dormir.
Era inmensamente feliz, más de lo que hubiese imaginado… no tenía nada de que arrepentirme.
Porque en cada instante de mi vida estuvo él, aquel hombre que me hacía sonreír… mi Seung Hyun.
Sonreímos al instante
-Ahora quiero probar ese apetitoso desayuno que preparó mi hermoso esposo- me sonrió de lado mientras yo me levantaba.
-Claro, está todo hecho a mano- inflé el pecho orgulloso.
-Mañana me toca a mí- guiño uno de sus ojos, yo simplemente lo golpee en el hombro.
Definitivamente él era todo lo que desee en esta vida.