Capitulo 1: Parpadeo.
/Mansión de Noah y Azul, por la noche/
Estaban Gopal y Manuelito, ambos viendose fijamente sobre una cómoda cama. Inti y Franco estaban a su lado viendo la extraña escena desde hace rato, ya algo cansados de solo ser espectadores en el juego de sus amigos ¿Cuánto tiempo ya habían estado así? y parecía que la cosa seguía para rato; y Franco no se consideraba alguien con verdadera paciencia... A no ser de que se tratase de Inti, allí la cosa cambiaba mucho.
—Chicos, creo que ya lo llevaron muy lejos—les dijo Inti mientras suspiraba y apoyaba su cabeza en la mano derecha algo aburrido— Déjenlo y vayamos por algo de comer... —les dijo, sabiendo que en la cocina, escondido detrás de las verduras, estaba una deliciosa tarta de manzana que le pertenecia a Noah y que este no le había querido dar a nadie.
—No...—respondieron al unisono ellos, haciendo ofender levemente a Franco por como le habían respondido a su chico. Inti solo se resigno.
Gopal hizo una mueca repentina que asemejaba a un mono para que el castaño riera, pero Manuelito no se movió. Franco e Inti suspiraron de nuevo y se pararón despidiéndose de sus amigos, no sin antes de que el ex convicto le diera una nalgada en broma a su Aliado favorito; el pobre de Inti solo pudo ruborizarse en plena vergüenza. Simplemente aun no se acostumbraba a esas conductas de Franco.
Ahora quedaban ellos solos en esa cómoda cama en la habitación de Gopal donde la guerra de ojos se llevaba a cabo. Manuelito sonrió repentinamente, había tenido una idea.
—Gopal...—le llamo la atención— Franco descubrió el escondite de la tarta de manzana que tanto estuviste buscando y Noah no quizo decirte su ubicación... Él se lo encontró para Inti pero ¿Porque no vas a comer un poco? Estoy seguro que Inti no te negara una porción —le dijo, haciendo cualquier cosa por ganarle al ser de luz.
—Dijiste que era un juego sin sentido ¿No?—dijo este riendo con los ojos rojos y llorosos, al igual que su compañero frente suyo —Pero ahora haces lo que sea por ganar ¡Pero yo conseguire que por una semana seas mi esclavo! —dijo convencido él, seguro de que conseguiria la victoria.
—Ya no. No voy a perder contra ti... —le dijo seguro el otro mientras le seguía observando.
Los dos estaban tentados a cerrar los ojos, les ardían y lagrimas se asomaban por ellos. Darían cualquier cosa por poder cerrarlos y descansarlos. Claro, el orgullo era más y preferían que el otro fuera que se rindiera.
Gopal tuvo una idea y, precipitadamente, junto sus labios a los de Manuelito procurando no cerrar los ojos mientras veía como Manuel parpadeaba confundido.
—Gané...—dijo feliz el ser de luz cerrando y abriendo los ojos varias veces mientras su Aliado seguía con los ojos abiertos y una expresión sorprendida. Después de unos minutos Manuelito reacciono y miro al muchacho ofendido. Pues, Gopal le había echo trampa.
—Revancha—le replico.