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Ave de Oro. por himeko-san

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Notas del capitulo:

Nuevo capitulo!
Y preparen pañuelos~

QnQ habran muchos Feels~!

 

Enjoy~ <3 

Capítulo 10:

Tormentas de Arena.

 

 

 -No... No te dejare ir tu solo, ¡No puedes hacerme esto Bakura! -Decía nuestro albino completamente entristecido y enojado. Había llegado el temido día, la guerra estaba próxima y El enemigo solo estaba a un par de horas de las costas egipcias. Ryou, malik y Joey no podían participar de la lucha debido a que recientemente se había descubierto que los tres jóvenes estaban en cinta. No podían participar debido que las vidas de sus hijos no natos corrían peligro.

 

-Entiende Ryou, tú y mi hijo son lo más importante para mi ahora. Yo debo protegerlos, prometo regresar ...-

 

-Me lo tienes que jurar!...-abraza el pecho del moreno- por favor... Tienes que volver a salvo.  -

 

Mientras esta dolorosa escena transcurría, a las afueras del palacio el ejército egipcio acompañado del ejército de varios reinos distintos montaba guardia esperando impacientes la llegada del enemigo. En una de las trincheras nuestros faraón estaba al lado de nuestro ser divino. Este tenía sus alas plegadas afilando su espada, mientras era observado de cerca por el príncipe.

 

-Yugi...-se le acerca y toma su rostro, pasa sus dedos por su aperlada piel viéndole a los ojos-...Me tienes que prometer, que pase lo que pase en esta maldita guerra... No me olvidaras. Y lo que nació de nosotros tampoco.

 

-Pueden pasar diez siglos o un milenio entero atem...-aprieta su  mano con fuerza- Pero jamás podre olvidarte...-sus hermosas orbes amatistas se concentraron en los preciosos ojos de Atem. Amatista y rubíes compartiendo su brillo, ambos acercaron sus cuerpos apretando sus labios uno contra el otro. Un último beso antes de que la masacre comenzara.

 

-Te amo...-

 

-y yo a ti...-

 

-Prometamos algo...-murmuro nuestro Egipcio entrelazando su meñique con el ser divino - Estaremos juntos más allá de nuestras muertes... Pase lo que pase -

-Lo prometo...-entrelaza su meñique delicadamente- No faltare a mi promesa... Atem.-

 

La escena fue cortada de golpe. Uno de los soldados egipcio grito de forma audible y clara que Se acercaba el ejército Enemigo, rápidamente tanto el próximo faraón como el ángel se separaron saliendo de su trinchera. El ejército roma desde la lejanía se acercaba con paso seguro, siendo guiado por el emperador Romano. El ejercito de Egipto rápidamente tomo posiciones, tomando escudos espadas y lanzas. Mientras informaban al pueblo que fueran esconder. El próximo faraón tomo las riendas de un cabello negro y alzando su espada galopo algunos metros hacia adelante. Ambos ejércitos ordenandos en columnas se detuvieron a pocos metros de cada uno, ambos gobernantes se veían con odio puro y rabia ciega.

 

-¡POR LA GLORIA DE IMPERIO ROMANO!-

 

-¡POR LA GLORIA DE EGIPTO!-

 

Al son de esos gritos comenzaron la guerra. Ambos ejércitos corrieron hacia el contrario al son de un grito de guerra. Abalanzándose entre sí, sangre, gritos, golpes metálicos y muerte fueron los protagonistas de aquella masacre. Tanto romanos con Egipcios dieron sus vidas en nombre de una guerra violenta. El futuro faraón lucho a muerte con el Emperador romano, batiéndose en una lucha de espadas totalmente encarnizada.

 

"Es momento... Mi sirviente"

 

Ante las palabras de Amón nuestro ángel alzo vuelo hacia el campo de batalla desenfundo su espada y aterrizo justo en medio, con movimientos agiles corto el cuello de varios soltados y desmembró a quien estuviera la frente acercándose en silencio hacia la batalla que sostenía Atem y emperador.

 

-Mi pueblo nunca será tuyo! -Gritaba aten mientras intentaba córtale el cuello al emperador pero sin éxito alguno.

 

-Ya lo veremos, Faraón de Quinta! -dijo el emperador, logro lanzar hacia abajo al Egipcio haciéndolo caer de su caballo, clavo su filo en el cuello del animal el cual se tumbó violentamente al suelo.Acercándose con paso victorioso coloco la punta de la espada contra el cuello Del egipcio sonriendo con aire prepotente.

-No necesite mi mano derecha para derrotarte. Así de patético e inútil has resultado, Saluda a tu creador... Querido faraón! -alza su espada dispuesto a rebanarle el cuello de un tajo.

 

El egipcio cerró sus ojos esperando el golpe que acabara con su vida. Pero jamás lo sintió, al abrir sus ojos vio que el cuerpo del ser divino se había atravesado. Había recibido el golpe por él. La espada había cortado su pecho abriendo la piel, pero el divino no se quedó sin responder, antes de recibir la mortal herida alcanzo a clavar su espada en la garganta del emperador la punta salía justamente por en medio de su nuca. El hombre desbordaba sangre de sus labios viendo ira ciega al susodicho.

 

-¿C-Como es posible...?-

 

-En tu destino, no estaba escrito ganar. -responde fríamente el ángel. Después de ello ambos ejércitos se detienen de golpe, el ejército romano ve caer a su gobernante y El egipcio ve caer al prometido de su heredero.

 

 

-YUGI!~ -toma en brazos al nombrado y con sus ojos aguados sostiene el cuerpo,  sus manos y ropas se manchas de aquel espeso liquido rojizo- N-no Yugi...

 

A pocos metros de la escena, los guardias. marik y Bakura aprovecharon. Corrieron hasta el cuerpo del romano, con el machete del peli ceniza corta la cabeza de este, El albino la toma de los cabellos y con ayuda de su caballo se sube hasta un risco, alza la cabeza cercenada dl emperador y grita con fuerza.

 

-¡ROMANOS SU REY HA MUERTO, REGRESEN A SUS TIERRAS!-

 

-El ejército romano se echa para atrás casi de inmediato corriendo desenfrenados hacia las costas Egipcias. Los egipcios celebraban su victoria, todos menos el propio faraón el cual sostenía en brazos a su amado. Llorando de forma silenciosa suplicando de forma interna que sucediera un milagro. El corazón no paraba de latirle, sus lágrimas se desbordaban de su rostro entristecido.

 

-¿Por... Por qué me has salvado? -murmura con su voz quebrada y aguada- No... No debiste, no debías morir por mí. Yo debía protegerte a ti.

-Era el destino... No pude escapar de el -habla con su voz entrecortada, acariciando las mejillas de su amado el cual, no dejaba de llorar- Atem, no olvides nuestra promesa. No importa, si estoy vivo o si estoy muerto, este amor estará conmigo. Superará las barreras de la muerte. -lentamente el cuerpo del muchacho comenzó a brillar- No te olvidare... Te esperaré, en donde sea que acabe mi alma. Te esperare... Te amo. -Con aquel te amo apenas audible su cuerpo se desvanece dejando en su lugar una enorme cantidad de plumas en las manos del faraón.

 

-Yugi...

 

No aguanto más, soltó un grito tan desgarrador, intenso y fuerte que hizo eco en el campo de batalla, abrasaba contra su cuerpo las plumas de quien fue su ángel. Mientras grandes brotes de lágrimas caían por sus mejillas ásperas. Su corazón dolía, su alma estaba partida. Ya no le quedaba nada más por lo cual luchar. Había ganado la guerra, por supuesto pero había perdido algo mucho más importante que su propio reino.

 

-YUGI!!! -

 

****

 

"Has hecho bien... Mi amado Ángel."

 

En algún lado, en algún lugar que jamás ha sido conocido por hombres sino por dioses, flotaba el cuerpo o mejor dicho el alma desnuda de nuestro ángel. No sentía dolor, no sentía mas angustias. Pero aun así su rostro derramaba lágrimas, desconsolado, el sacrificio hizo que Egipto ganara pero el precio fue muy caro.

 

“¿Por qué lloras Yugi?"

 

-Porque... Jamás podré volver a verlo. Aun si mi alma se vuelva la de un mortal, no sé si podré mantenerlo en mis recuerdos. No quiero olvidarlo, no lo deseo.-

 

"Ángel mío... Tu misión Aun no acabado."

Notas finales:

Gracias por leer! >w<~
Bye bye~ <3


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