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Donde nace el sol por girlutena

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Notas del capitulo:

 


 


El capítulo 14!!!!!!!


....


(:


 

La puerta se cerró detrás de él, lo último que escucho fue la voz de su Ada y no dudó en gritar, sabía que recibiría un fuerte golpe por eso, pero no le importó, la puerta se cerró detrás de él, podía escuchar el sonido de las espadas, su corazón palpito con fuerza cuando notó la melodiosa y varonil voz de Aragorn.

El menor se alejó rápidamente de la puerta, los agudos gritos del elfo que le tenía prisionero se escuchó hasta el interior de la habitación, Boromir junto con Aragorn se movían sincronizada mente luchando contra los tres elfos que vigilaban la puerta del menor.

Boromir atacó con su espada, clavando la punta en el pecho de uno de estos, la sangre caía lentamente de una de sus mejillas, paso su puño en el lugar donde estaba su herida para limpiarla con un pedazo de tela, proveniente de la vestimenta del elfo.

Por otro lado Aragorn posó lentamente su mano en el pomo de la puerta y empezó a girarla, Boromir se situó detrás de él, con su espada en posición de ataque, la habitación se encontraba a oscuras de no ser por los tenues rayos de sol que aun caían tenuemente alumbrando una esquina de la habitación.

Boromir entro primero, revisando que la habitación se encontrara segura, por su lado paso Aragorn y con su vista empezó a buscar el cuerpo de Legolas.

El menor se había acurrucado en la esquina de la habitación, su rostro oculto entre sus rodillas, sus delgados brazos abrazando sus piernas, intentaba no tener miedo, pero después de aquel grutal grito, había escuchado la voz de su Ada y temió lo peor, sabia que su padre y su hermano también se encontraban luchando y temía por sus vidas, al igual que la vida de Boromir y la de Aragorn.

Su cuerpo tembló levemente cuando dejo de oír las espadas, odiaba aquel lugar, Galadriel había hecho un buen trabajo en impedir que Legolas pudiera leer los pensamientos de los demás en aquel lugar.

Aragorn coloco levemente su mano sobre el tembloroso hombro del elfo e inmediatamente los azules del menor se abrieron de golpe, subiendo su rostro sonrojado por haber estado llorando por primera vez, en aquel lugar.

Sin decir nada, Legolas se tumbó en el cuerpo del moreno, quien le cubrió con sus brazos, sin importarle que estuviera cubierto por una capa de sudor o por la misma sangre de los elfos, Legolas ahogo su llanto y sus gemidos en el pecho del mayor, sintiendo como este besaba con ternura sus cabellos rubios.

Acuno el fino rostro del elfito entre sus grandes manos, viéndole enternecido por tal belleza, sus mejillas sonrojadas y mojadas por culpa de las lágrimas, beso con ternura los ojos del menor,  besó sus mejillas y lentamente bajo hasta sus labios, pudo sentir como estos temblaban levemente, el beso fue tan delicado, el moreno intento transmitirle toda la tranquilidad y seguridad posible al menor.

Aragorn subió a Legolas en su espalda, el menor apoyó su rostro en la fuerte espalda del mayor, percibiendo el sutil aroma de canela que emanaba del cuerpo de Aragorn, sus pasos eran calmados, pero no por ello habían bajado su guardia.

Bajaron las escaleras con dirección donde provenían unos suaves golpes, Galadriel se encontraba de pie, tambaleándose, sin querer darse por vencida, Amdír bajo su arma, la batalla ya estaba ganada, Galadriel cayó de rodillas ante el rey del Bosque Negro.

-¡Ada! –Legolas había saltado de la espalda del Hombre, Amdír no se había dado cuenta de la presencia de los recién llegados, el fuerte abrazo que su pequeño le hizo caer de espalda al duro suelo, pero no le importó, mas abrazo fuertemente a su hijo, dejando salir sus lágrimas libremente.

-Mi hojita. –Los dos hombres veían enternecidos la escena, Legolas se abrazaba fuertemente del cuerpo de Amdír, llorando nuevamente, pero los golpes provenientes del bosque se escuchaban fuertemente.

Antes de salir Boromir junto la cabeza junto con el cuerpo de Galadriel y los cubrió con una fina tela de seda.

Earendil luchaban contra Thranduil, ninguno de los dos tenían la intención perder,  Aragorn junto con Boromir dejaron en un lugar seguro a los dos elfos y salieron rápidamente para ayudar a los reyes.

-Ada, todo esto es mi culpa.

-Claro que no, Legolas. Mírame, hojita. –Amdír levanto con cuidado el rostro de su pequeño, viendo en sus azules ojos como le invadían la pena, el mayor le abrazó y besó sus cabellos con ternura. –Cuando todo esto termine regresaremos a casa y te preparare tu comida preferida.

-¡¿También puede venir Aragorn y su familia?!

-Claro que pueden, mi bebé.

El futuro rey de Gondor desenvainó a Anduril y cabalgo con rapidez, Boromir, quien venía detrás de él desenvainó su espada, derrotando a los que se les cruzaban en su camino.

Thranduil había caído de su caballo y rodado por una colina, la sonrisa que mostraba Earendil demostraba frialdad, el mayor desenvainó su espada, depositando la punta de esta en la garganta del Rey del Bosque Negro.

-Al fin te tengo donde te quería, mi querido Rey.

-Puedes matarme si quieres, pero nunca tendrás a mi familia.

-No estás en la posición de decir nada, querido amigo.

-Dañaste a tu propia familia, a tu hijo y a tu nieto, no te mereces ningún poder ni ningún título.

Earendil arrugo su ceño e incrusto la punta de su espada en la garganta del elfo, pero este no mostro ni un signo de dolor, cosa que hizo enfurecer aún más al mayor.

-Acabare contigo y tu familia y le hare la vida imposible a tu amado hijo.

-Eso está por verse. –Aragorn coloco el filo de Anduril sobre la fina piel de Earendil, de ella emanaba la sangre de cuantos quisieron desafiarlo. –Será mejor que bajes esa espada o no mediré las consecuencias.

El mayor soltó su espada y fue obligado a arrodillarse al frente de Thranduil, Boromir como Capitán de la torre blanca fue el encargado de atar y llevarse a Earendil lejos del menor de los elfos.

-¡Papá! –Thranduil cargó a su pequeño bebé, le dio vueltas en el aire como si un pequeño se tratase, al rey le encantaba ver la sonrisa y escuchar la risa de su pequeño hijo, le beso, le abrazó y se permitió llorar junto con su hijo, quien ahora se sentía seguro entre los brazos de su padre.

-¡¿Hey, y a mí no me abrazas?!

-¡Hermano! –Amroth abrazó a su pequeño hermano, le beso sus cabellos rubios y le hizo cosquillas con su barba. –Hermano tu barba me pica.

-Mis bebés. –Amdír abrazo a sus dos hijos, seguido por su esposo. Arathorn junto con Elrond miraban la escena de la familia, el Hombre cruzó su brazo por la cintura de su esposo y le besó el cuello, el menor tan solo atino a golpearle levemente el costado de su pecho, sonrojándose.

-Te amo. –Elrond subió su rostro sonrojado para mirar al hombre que le robó su propia libertad y le besó con ternura, sintiendo el mismo calor que nació desde hace muchos años, incluso desde antes de que naciera.

Elrond se aferró al cuerpo de su amado, así como Amdír lloraba por la felicidad en el pecho de su esposo, Thranduil besó con cuidado los cabellos de su amado, era verdad que a Thranduil le habían comprometido con Galadriel, pero en uno de sus viajes conoció a Amdír e inmediatamente se enamoró de tal belleza, sabía que Galadriel nunca estuvo satisfecha con su rompimiento pero ahora nada le importaba.

Los mayores veían como Amroth se burlaba de su pequeño hermano, haciéndole cosquillas con la fina capa de barba que salía de su varonil rostro. De pronto el sonido de unos caballos relinchar se escuchó a lo lejos del castillo.

Se podía ver como los cabellos azabaches de los recién llegados se movían por el fuerte viento, sus caballos cabalgaban con tal rapidez que llegaron inmediatamente.

Fueron tan solo unas horas desde que recibieron la noticia de que su abuelo estaba luchando contra el Rey de los Hombres. Elladan se detuvo al pie del bosque, viendo como los cuerpos de algunos elfos que seguían los pasos de su abuelo, yacían decapitados en el duro suelo, Elrohir tapo su boca, sin poder evitar un gemido de horror, sus ojos buscaban con miedo el cuerpo de Amroth, sin querer en realidad encontrarlo.

Sus caballos siguieron avanzando lenta y cuidadosamente por todo el terreno, los gritos de júbilo a los lejos, les hizo continuar, haciendo que se detuvieran abruptamente, por la escena que encontraban.

Elrond dio unos pasos hacia delante para ver los ojos cobrizos de sus dos pequeños gemelos y los ojos tan negros de su única hija.

Los gemelos saltaron rápidamente de sus caballos corriendo donde se encontraba su Ada, Elladan le levanto del suelo para darle vueltas y besarlo, Elrohir se ocultó en el pecho de su Ada, dándole espacio a su hermano para que haga lo mismo.

-No puedo creer que estés aquí. ¿Esto es un sueño?

-Si esto fuera un sueño no quisiera nunca despertar. –Elrond beso y acaricio los cabellos de sus hijos, notó el cuerpo inerte de su hija de pie al costado de su corcel negro, sus ojos derramaban infinitas lágrimas, pero sin intenciones de acercársele.

-Arwen. –Elrond intento acercársele pero esta tan solo dio unos pasos hacia atrás, veía en los ojos de la elfa, el dolor y tristeza que emanaba de ella y eso le hizo sentir como su corazón se rompía.

-¿Dónde…dónde está mi abuelo?

-Él se encuentra en el calabozo. –Su bruna mirada cayó sobre el cuerpo de su prometido, quien se había acercado a sus hermanos y a su Ada, al mismo tiempo que Amroth caminaba con calma hacía la media elfa.

-Querida, pero si tienes el mismo brillo que tu Ada. –Amroth pasó tiernamente sus dedos por la blanquecina mejilla de Arwen, mostrando una leve sonrisa en su rostro, pero lo que no se esperó, pero aun así estuvo feliz, fue que la menor se lanzara a sus brazos, sin importarle que empezara a llorar.

-¿Por qué…por qué me dejaron?

-Mi niña, perdóname. –Amroth besó con ternura sus azabaches cabellos, acariciándole lentamente su espalda, sin saber cómo empezar a contarle todo, pero la calidez que emanaba Elrond muy cerca de él, le hizo tranquilizarse.

Los guerreros se encontraban alzando sus armas y limpiando el lugar de combate, antes de que se pusieran en marcha, Elrohir se acercó lentamente hacía donde se encontraba Amroth, quien parecía no notar su presencia por estar fastidiando a Legolas.

-¡Elrohir! –Legolas se separó bruscamente de las cosquillas que le hacía su hermano y corrió al cuerpo del menor sin importarle que los dos cayeran al césped. –Dile a Amroth que deje de fastidiarme. –Elrohir rio levemente al ver el gracioso puchero que hacía el menor y se sonrojo inmediatamente cuando vio la perfecta sonrisa de Amroth.

Cuando Legolas se marchó sigilosamente, Amroth acaricio con sus finos dedos, la tersa y suave piel del Elrohir, veía con pena, las ojeras que este mantenía debajo de sus hermosos ojos, su piel más pálida que lo normal, su cuerpo se veía más delgado que antes, pero la sonrisa que el menor mantenía era sincera, de los ojos cobrizos del menor empezaron a emanar finas gotas saladas. Amroth le cubrió con sus brazos, acarició esos cabellos negros que tanto amaba y acuno su rostro entre sus manos, dedicándole un suave beso, que el menor acepto gustosamente.

Los guerreros seguían los pasos de Thranduil, quien se detuvo antes de llegar a los montes, el lugar era desolado, cubierto por gran pradera, los soldados de los elfos y los hombres, se ayudaban entre sí para armas sus tiendas de campañas y los otros armaban las fogatas para preparar los alimentos. Amdír junto con Elrond armaron las carpas, mientras que Thranduil y Arathorn buscaban comida.

Legolas había encontrado un lugar muy tranquilo, al frente de él había un pequeño riachuelo, el agua tan cristalina dejaba ver las pequeñas piedrecillas, aquel lugar se encontraba un poco alejado del lugar de campaña, pero sin importarle la posibilidad de encontrar algún orco, movía sus pies en el aire y subió su mirada hacía el infinito cielo, donde que podía ver como la primera estrella de la noche salía entre la luz, soltó un suave suspiro, al fin todos estaban juntos, pero no podía evitar sentir un vacío en su pecho cuando vio que Aragorn se alejaba con Arwen.

Él sabía que ellos estaban destinados a casarse, pero no podía evitar sentirse triste, él había amado a Aragorn desde que le vio y todo el tiempo que estuvo en cautiverio pudo recordar la primera vez en la que le vio, tan solo era un niño elfo, pero sus mejillas se calentaban cuando pensaba en él.

-¿En qué piensas? –Legolas subió su rostro al ver el rostro de Boromir, el Hombre también mantenía una barba que al contrario de verse tosco, le hacía verse varonil, los cabellos azabaches del mayor caían desordenados por sus gruesos hombros y sus ojos se veían perdidos, Legolas movió su cabeza, intentando borrar los pensamientos del Hombre.

-¿Este es el grupo de los solteros? –La suave pero burlona voz de Elladan le hizo sonreía a Legolas, el medio elfo tomó asiento entre el menor y el Hombre, el dulce aroma de frutos secos que desprendía Boromir se extendía por todo el bosque, hizo que los elfos se relajaran.

Los tres veían el inmenso cielo, los colores grisáceos iban opacando los colores, volviéndolo azulado y de pronto negro, las pequeñas estrellas brillaban con fuerza, alumbrando el oscuro bosque.

Cuando la noche cayó y los tres decidieron acercarse al lugar de campaña,  vieron como sus padres se encontraban juntos, Amroth junto con Elrohir y Aragorn junto con Arwen, como siempre tuvo que ser.

El trío se acercó donde se encontraban los mayores, y cada uno recibió un plato de comida, pero aun así ninguno dijo nada.

-Padre ¿Esta noche…puedo dormir con ustedes? –Thranduil miro a los ojos de su hijo, tan parecidos a los de él, pero con el mismo brillo de su esposo, el mayor le abrazo con ternura, desordenando sus rubios cabellos.

-Claro que sí, mi bebé; esta noche y las demás que quieras.

Elladan no había podido dormir en toda la noche, había estado dando vueltas, al costado de él, dormía plácidamente su hermano, sonrió al recordar como su padre se había negado a que el menor durmiera junto con Amroth.

Cubrió con su manta el delgado cuerpo de su gemelo y camino en silencio por todo el lugar, Arwen dormía abrazada entre los cuerpos de sus padres, al igual que Legolas.

Antes de que Elladan subiera a la colina, vio el cuerpo de Legolas cubierto por los fuertes brazos de Thranduil, el elfo aun trataba a Legolas como si aún fuera un bebé, Elladan subió a la colina más alta donde pudo visualizar una bandera de la raza de los Dúnedain, tan solo tuvo que percibir un aroma entre dulzón y ácido, no supo muy bien distinguirlo, pero supo que era especial.

Cuando los guerreros se encontraban más cerca, Elladan bajo de la colina, encontrando a Boromir junto con Aragorn y los demás de pie, esperando la llegada de los caballeros.

-¡Hermano! –Un joven muy parecido a Boromir bajo rápidamente de su caballo azabache para ir a los brazos del moreno, Elladan sintió helar su sangre cuando vio los cabellos oscuros de aquel joven Hombre, sus cabellos enmarcaban su fino y hermoso rostro, sus ojos grises, de mirada orgullosa y seria, llamaban la atención.

-Faramir. –El moreno le presento a todos a su hermano menor, quien había llegado junto con su padre Denethor, Elladan se alejó lo más que pudo de aquel lugar, sentía la presencia de Faramir muy cerca de él, casi asfixiándole, no se había presentado, ya que huyo antes de ello.

-¿Por qué siento que me estas evitando? –Faramir miraba hipnotizado los ojos cobrizos del elfo, sus cabellos tan negros como la misma noche, era un ser perfecto, al fin y al cabo era un elfo.

-Siento mucho haber sido descortés, mi nombre es Elladan.

-Mucho gusto Elladan. –El medio elfo volteo su rostro sonrojado, ante la sutil sonrisa del Hombre, su corazón empezó a latir rápidamente, sin saber muy bien que hacer. Por otra parte a Faramir le causaba gracia ver al elfo en esa situación.

Después de que terminaran de descansar, volvieron a cabalgando hasta llegar a Minas Tirith, Aragorn intento hablar con Legolas, pero este tan solo le rehuía y a veces no le veía en todo el día y cuando le veía, el menor estaba con sus padres.

Al llegar a Minas Tirith, Denethor, mandó a preparar una gran comida, mando a preparar todas las habitaciones para los invitados, Legolas corrió a darle la mano a Amroth para así dirigirse hasta la que sería su habitación.

-Al parecer Legolas está rehuyéndote, otra vez.

-No le entiendo, pensé que todo estaba bien.

-Tal vez es por el hecho de que estas más cerca de Arwen, últimamente.

Aragorn se quedó de pie, bajo el umbral de la puerta, viendo las espaldas de todos sus compañeros, estaba feliz el haber encontrado y salvado a su pequeño elfo, tenía la intención de terminar toda relación con Arwen, ya que al parecer a ella tampoco le agradaba la idea de casarse con su medio hermano.

Pero sentía la miraba triste de sus elfo que poco a poco su energía se iba apagando.

Legolas se sentó sobre la cama que sería de su hermano, mientras estuvieran ahí, Amroth se encontraba terminando de bañarse y cuando salió del baño, pudo ver al menor echado boca arriba observando el gris techo.

-¿Qué pasa, hermanito?

-Hermano ¿te casaras con Elrohir?

-¿Eh? ¿Por qué lo dices?

-Tú le amas, ¿verdad?

-A ver Legolas. ¿Qué es lo que te mantiene preocupado?

-Pues…yo…estoy triste. –Amroth se acercó hasta la cama y se sentó muy cerca del pequeño, le beso la frente y le acaricio sus cabellos, de una forma casi paternal, Legolas oculto su rostro en el pecho de su hermano, sintiéndose protegido y entendido.

-Sabes, esto del amor es algo que llega para nunca más irse, es aún más peligroso en los elfos, ya que si la persona de la que nos enamoramos no siente lo mismo podremos morir de pena.

-Pero Elrohir te ama, yo lo sé, lo veo en sus ojos cuando te mira.

-Gracias hermanito, lo que no sé, es si voy a poder dejar que te cases.

-¡Amroth! –El menor le golpe levemente el brazo a su hermano, pero sin intenciones de separarse de él, vio como el moreno acariciaba su brazo con una mirada llena de burla.

-El amor para los elfos es algo difícil, ya que solo nos llega una vez. Pero estoy seguro que Aragorn no dejara que te pase algo malo y si es así yo mismo me encargare de hacerlo sufrir.

Legolas escucho como su hermano salía de la habitación, cerrando la puerta, volvió a tirar su cuerpo sobre la cama, cerro sus ojos sin darse cuenta se quedó dormido.

El viento entraba ligero por la ventana de la habitación, apenas se podía escuchar el susurro de los árboles, dando la bienvenida a los caballeros, las palabras dichas por los invitados se escuchaban entre susurros para sus oídos.

Un ligero temblor sobre su frente le hizo mover lentamente su rostro, intentando seguir durmiendo, su cuerpo se sentía cansado, sus ojos ardían, su mente estaba agotada y tan solo quería seguir durmiendo.

Aragorn había ingresado a la habitación de Arathorn y Legolas, viendo el cuerpo del menor acostado en forma fetal, sus cabellos rubios desparramados sobre la almohada, su blanquecina piel iluminada por la sutil luz de la luna, río bajito cuando vio que el rostro del menor empezaba a arrugar su frente por las cosquillas que le hacían sus dedos en sus mejillas.

El menor abrió lentamente sus ojos, decidido a gritarle unas cuantas palabras a su hermano, pero nunca se imaginó encontrarse con las dos rocas azabaches de Aragorn, sus ojos tenían un brillo especial.

Por otra parte, Aragorn no pudo evitar acariciar la mejilla de Legolas, aún con la poca luz, podía notar las mejillas del menor sonrojadas, sus ojos azules brillaban ante la oscuridad, acaricio esos labios que se encontraban levemente abiertos.

La respiración de ambos se hizo entrecortada pero pausada, ninguno de los dos pensó en nada, cuando Aragorn acerco sus labios a los del menor, Legolas coloco sus brazos detrás del cuello del moreno, permitiendo que la legua del mayor ingresara a su boca, Aragorn abrazo al menor de la cintura atrayendo el cuerpo del menor al suyo.

Notas finales:

Y se acaba!!!!!!...perdón por dejarlo con ese final jejeje ^^ 

.....empezare a escribir el proximo capitulo para no tardar.

espero sus comentarios (:

 

Hasta la próxima (:


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