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Donde nace el sol por girlutena

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Notas del capitulo:

Bueno bueno., gente bonita (:

Lo siento u.u ultimamente algo ando liada con mis clases en esta nueva universidad y bueno...pero sigo avanzando en mi celular *-* y sin darme cuenta e escrito 11 paginas!! *-*!!!

Bueno sin mas les lejo leer

 

 

El olor a pastel recién horneado se podía oler por toda la pequeña casa, Faramir se removió inquieto por toda la cama, buscando, aun con los ojos cerrados, el calor que había recibido toda la noche, sintió la fuerte luz entrar por la ventana pero él se negaba a abrirlos, sus manos que tanteaban las suaves sabanas, se detuvieron al ser presionadas suavemente por unas más cálidas.


Elladan, beso con delicadeza la suave piel de su Hombre, el largo y lampiño cuello del menor, se posiciono encima de si cuerpo? repartiendo besos por todo su cuerpo.


-Elladan...-El elfo sonrió al escuchar en susurros su nombre y al ver como aquellos ojos brillaban por él.


-Te amo, mi joven humano.


-¿Ahora soy tuyo?


-Siempre los has sido.


Faramir acaricio la mejilla nívea del elfo, besando con amor sus labios.


-¡HABER CHICOS, SÉ QUE HAN PASADO UNA NOCHE MOVIDA, PERO ES HORA DE DESPERTAR!


La fuerte voz del hobbit se dejó escuchar por toda la casa.


Aragorn, empezó a besar lentamente el cuello níveo del elfo, bajando por el hombro hasta llegar al frío pecho del elfo, succiono unos de los pequeños pezones, mientras con su mano libre apretaba con fuerza el otro pezón.


El menor se cubrió la boca, temiendo que se oyeran sus gemidos, pero sus manos fueron retiradas suavemente de su boca para recibir los dulces besos de su Adán.


El mayor volvió a chupar los pezones del menor, mientras su mano bajaba lentamente, acariciando su prominente erección.


Legolas soltó un suspiro cuando sintió la lengua del mayor sobre su erección, su rostro empezó a arder por vergüenza, pero sus manos se posaron sobre los cabellos ébanos del Adán, marcando el ritmo, soltando su esencia en la boca de Aragorn, quien le beso nuevamente, haciéndole probar su propia esencia.


Con un poco que escurría de los labios del mayor, le llevo hasta la pequeña entrada del elfo, introdujo suavemente sus dedos, moviéndolos en forma circular y en tijeras.


Aragorn volvió a besarlo, haciendo que el menor se calmara, mientras que acariciaba nuevamente los pezones.


El menor sintió como la punta del miembro del mayor se abría paso por su virgen entrada, el menor paso sus brazos por el cuello del moreno.


Las embestidas empezaron lentas, hasta que Legolas se acostumbrara a la intromisión del mayor. Aragorn veía con devoción los ojos azules del menor llenos de deseo.


La pareja despertó lentamente cuando oyeron el grito del viejo hobbit, Aragorn abrazo con posesividad el cuerpo del menor, mientras que este despertaba lentamente, oyendo los latidos del moreno.


Legolas y Frodo, hundieron sea rostros somnolientos en los pechos de los varones al recordar las acciones pasadas.


El rostro sonrojado de Faramir se hizo notar, ante la sonrisa lujuriosa que le enviaba el elfo, mientras que Frodo intentaba ocultar su rostro sonrojado, al intentar caminar bien.


-Hijo. ¿Qué te pasa? ¿Te encuentras bien?


El rostro de Frodo, empezó a brillar como un farol, Boromir a su lado, tomo su mano con delicadeza, dándole una leve sonrisa.


-Bueno, Hijos del rey Thranduil, el pedido del rey está listo.


 El hobbit les mostro tal prenda, tan brillante ante la luz y la misma oscuridad, Amroth la guardo cuidadosamente en un pedazo de tela verde, dentro de sus pertenencias.


Cada uno se encontraba arreglando las sillas de sus caballos, que nadie se dio cuenta de la ausencia del menor de los elfos y del Hobbit.


Boromir, quien aún se encontraba dentro de la casa, antes de salir se había topado con el mayor de los Hobbits y este se lo había llevado a su estudio.


-Deseo que te lo lleves, Boromir. No como senescal, no como guerrero. Quiero que te lo lleves como hombre, Frodo es una hobbit muy especial, él no tiene las mismas características de un hobbit común y corriente, él guarda un secreto que será descubierto, cuando pase poco tiempo.


-Pero es su única familia.


-Y lo seguirá siendo, prometí cuidarlo antes que todo y sé que lo mejor para él es irse contigo. Además de que te ha estado esperando por más de una década.


Boromir dejo de decir algo más, escuchando fijamente las palabras del mayor.


-Prométeme que vas a cuidarlo.


-Se lo prometo.


Legolas se encontraba sentado en una de las pequeñas colinas, la más alejada de todos, mientras que sus ojos azules se perdían en el juego de colores que adornaban el gran cielo, su corazón no había dejado de palpitar fuertemente, sus pensamientos cambiaban rápidamente.


-¿Era esto a lo que se refería Ada? -El elfo acaricio su pecho, donde se encontraba su corazón.


Su cuerpo dio un salto al sentir los grandes y fuertes brazos de Aragorn.


-¿Qué es lo que hace, mi pequeña hojita, tan solo?


-No estoy solo. -Dijo el elfo, mostrando la naturaleza con sus brazos, sacando una sonrisa al mayor.


-Tenemos que irnos. -El mayor se puso de pie, pero volteo a ver al menor, quien no se había movido de su lugar. -¿Qué pasa, Legolas?


-Tengo miedo. Siento algo.


-Nada va a pasar. ¿Sí?, ahora todos estamos juntos, no tienes de que preocuparte.


Pero aun así, las palabras del mayor no le ayudaron a calmarse. Al llegar con los demás, vieron como Faramir renegaba con Elladan, mientras que Elrohir se abochornado por las dulces palabras de Amroth.


-Son tan distintos, aun siendo gemelos.


-¿Donde esta Boromir? -El mayor recorrió todo el lugar con su mirada, pero no pudo verlo, ni a él ni a Frodo.


Boromir camino de largo, como se lo había dicho el viejo, encontrando un pequeño arroyo.


Ahí se encontraba Frodo, sus pies dentro del agua, mientras su mirada se encontraba perdida, sin sentir la presencia de alguien.


Boromir se acercó, sentándose a su lado, acariciando sus cabellos, observando maravillado como los ojos del menor, empezaban a brillar con algo de nostalgia.


-¿Qué pasa, mi pequeño?


-¿Aun sigues aquí? Pensé que ya habías partido con los demás. -La voz de Frodo sonaba quebrada, pero aún así no quería llorar, no delante del Adán.


-Pues es verdad, los demás están esperando. Mi pregunta aquí es, ¿Porque no estas alistando tus cosas? ¿O es que no llevaras nada a tu nuevo hogar?


El hobbit levanto rápidamente la miraba observando con incredulidad los ojos del mayor.


-¿qué dices?


-Tu tío me dio permiso para llevarte conmigo.


Frodo se despidió de su tío con un fuerte abrazo, después de que Legolas le ayudara a empacar sus pocas pertenencias.


Boromir abrazo protectoramente el cuerpo del hobbit, pasando sus fuertes brazos por la delgada cintura del menor, mientras que Frodo ocultaba su avergonzado rostro en el fuerte pecho del moreno.


Amroth ayudo a Legolas a subir a su propio caballo, mientras que los demás ibas avanzando con pasos cortos, entre risas y burlas para Boromir.


-¿Qué pasa, hermanito?


-Yo…hermano. ¿Tú que sientes cuando estas cerca de Elrohir?


-¿Qué siento? Pues, no sé la verdad, solo sé que no quisiera alejarme de él. Deseo cuidarlo de todo y de todos, quisiera hacerle… -El elfo mayor se detuvo en su monologo, y volteo a ver a su hermano, quien tenía agarrado fuertemente la correa de su caballo, entre sus manos. -¿Qué es lo que te preocupa? Hojita.


-Pues, yo, tampoco quiero que Elessar se aleje de mí.


-Y no lo hará. Porque si llegara a lastimarte, yo mismo me encargaría de cortarle la cabeza. –El joven elfo sonrió tenuemente a lo que le había dicho su hermano, fijo su azulina mirada en la espalda de su Adán y en el resto de sus amigos. –Es mejor que avancemos o sino serán capaz de dejarnos.


Los dos hermanos avanzamos lentamente sin volver a decir ni una palabra más, Amroth fue recibido con un casto beso por parte de Elrohir, mientras que Aragorn, tomó delicadamente la mano de su pequeño para depositar un casto beso en ella y luego en sus labios.


Las ramas de los árboles se movían constantemente con brusquedad, alertando a los viajeros, aun iban por la mitad del camino, para llegar al primer pueblo.


-Esto no está bien. –La voz de Elladan nunca sonaba preocupada y por esto, llamó la atención de Faramir, quien nunca se había alejado de él.


El mitad elfo, aun no estaba acostumbrado a sus nuevos poderes de elfo y por ello, aun no podía diferenciar las energías.


-Elladan tiene razón, algo nos viene siguiendo desde hace unos momentos. –Boromir envolvió entre sus brazos y su capa el pequeño cuerpo de Frodo, mientras que Aragorn atraía el cuerpo de Legolas, a su caballo.


-¿Qué son? –La suave y temerosa voz de Frodo se dejó escuchar aun con los fuertes susurros de los grandes árboles.


-Orcos. –Y sin más los viajeros espolearon con fuerza a sus caballos para ir con demasiada prisa, mientras que por los costados eran atacados por feroces orcos, Frodo se abrazó con fuerza del cuerpo de Boromir, mientras que Legolas intentaba detenerlos con sus flechas, Aragorn junto con Boromir, intentaban atacarlos con sus espadas.


-¡Al rio! –Elrohir, quien al escuchar el sonido de la cascada, cabalgo con más prisa, seguido de los demás. Legolas, quien se había quedado atrás por unos cortos pasos, sintió como la pata de su caballo se trastabillo por un fuerte golpe, recibido por uno de los orcos, el menor al ver como Elladan cruzaba el rio, sano y salvo, recito unas cortas palabras en su idioma natal, cerrando el camino con un fuerte golpe, proveniente de la cascada.


-¡Legolas! –Su cuerpo fue rodeado por los orcos, quien lo miraban con odio, el menor escucho la voz de su hermano y la de Aragorn, escucho a lo lejos, como discutían por ir a salvarlo o ir por ayuda, escucho como Aragorn le pedía perdón, para al final seguir su camino.


-¡Tú! Te iras con nosotros. –Uno de los orcos, le tomo bruscamente de sus rubios cabellos, para arrastrarlo por un camino donde no podía oír más que lamentos. No quiso llorar, al ver como el verde bosque se iba convirtiendo en un desolado campo sin vida.


Cuando salieron del bosque, todos se detuvieron para poder respirar un poco de calma.


-¡Maldición! ¿Por qué lo hiciste? ¡Eres su hermano! –Aragorn se bajó furioso de su caballo para ir a tumbar del corcel el cuerpo de Amroth.


-Él lo hizo por nuestro bien. ¡No podríamos contra todos ellos! –Frodo, se había separado unos cuantos pasos de aquella discusión, mientras que Boromir sin perderle de vista, intentaba alejar a su amigo del elfo.


-¡Ya basta, ustedes dos! ¿Qué se supone que haremos ahora?


-Se han detenido. –La vista de todos pasaron de Faramir a Frodo.


-¿Qué has dicho?


-Esos orcos, se han detenido, al sur del bosque. Donde ya casi no hay vida.


-¿Cómo lo sabes? –El hobbit miro con temor, los profundos y oscuros ojos de Boromir, temiendo que le abandone.


-Yo…no lo sé…solo lo siento.


-¡Bien! Es mejor que empecemos a crear un nuevo plan.


 


Legolas, yacía atado de sus muñecas en un árbol muerto, sus rodillas se encontraban pegadas en la dura arena, mientras veía aterrorizado como los orcos, se alimentaban de unos pequeños y débiles ciervos, sus ojos azules, empezaron a nublarse, vio como el cielo empezaba a llenarse de nubes plomizas, avisando de una fuerte lluvia.


En aquel corto tiempo, se había dado cuenta que los orcos, a pesar de poder ser, sádicos y temibles, eran cortos de inteligencia, había sacado su pequeña daga que siempre llevaba atada en una de sus muñecas, ocultada por las telas de sus ropajes. Había roto con poco esfuerzo el nudo que ataba sus manos. Cuando de repente algo tapo su boca.


-Shh, somos nosotros. –Aunque no hubiese dicho nada, el varonil aroma de Boromir llegaba hasta su olfato. Poco a poco sintió como era puesto de pie lentamente, mientras que su hermano junto con Aragorn, atacaban a los desprevenidos orcos.


El Adán, le llevo al lugar seguro donde se encontraba Frodo, quien apenas le vio, le recibió con un fuerte abrazo.


-Me alegra mucho, de que este bien, alteza.


-¿Alteza? –Tan solo dime, Legolas, Frodo Bolsón. –Sin decir nada, Boromir se alejó de ellos, para ir a ayudar a sus amigos, Legolas, quien tenía la vista de halcón, vio como Aragorn empuñaba con fuerza en las cabezas de los orcos.


Quiso acercarse pero la mano del hobbit se lo impidió.


-Es mejor que nos quedemos aquí, Legolas. –Pero el elfo aun sin calmarse, vio aterrorizado como uno de los orcos le tumbaba del caballo, con intenciones de aplastarle la cabeza.


Aragorn había tenido todo el tiempo en su mano a su espada, pero aquel fuerte golpe por la espalda le había tomado desprevenido, sintió el peso de su caballo caer sobre su pierna, impidiéndole escapar del orco.


Legolas sin pensarlo dos veces, tomo su arco, disparando una flecha directo a la cabeza del orco, se acercó con maestría, disparando más flechas a aquellos monstruos. Sin darse cuenta del ataque que venía detrás de él.


Frodo lo vio todo, como si fuerza cámara lenta, Legolas se había alejado de él, tomando su arco, empezando a disparar al orco que intentaba matar a Aragorn, el hobbit quiso ayudarle pero no podía hacer nada, vio como el cuerpo de Aragorn se ponía de pie, sin importarle su vida, interponiéndose entre el cuerpo del elfo y la espada del orco.


 


Los demás, habían acabado con el resto de los orcos, mientras que el inerte cuerpo de Aragorn yacía en los brazos del joven elfo, quien derramaba lágrimas de sus azules ojos.


 


-Abre los ojos. –La piel morena del Adán empezó a oscurecer y a enfriarse, los finos dedos de Legolas tocaron aquella piel, que poco a poco se iba poniendo de un color azulada.


 


Los demás se acercaron lentamente, negando la muerte del futuro rey de los hombres.


El menor oculto el rostro del Adán en su pecho, mientras que sentía como su corazón iba apagándose poco a poco.


 


-Legolas. Recuerda lo que me dijiste cuando Faramir, murió. –Elladan se había arrodillado al costado del menor, acariciando sus mejillas mojadas por las lágrimas. -¿Por qué no lo intentas? Sé que mi hermano te ama, con la misma o más intensidad que tú a él.


Amroth abrazó el cuerpo de Elrohir, quien no dejaba de temblar, Frodo se acercó al inerte cuerpo de Boromir, tomándole delicadamente su mano, Faramir recibió un casto beso por parte de Elladan, las parejas se alejaron del menor.


Legolas había apoyado delicadamente el cuerpo de Aragorn sobre la dura tierra, abrió con parsimonia la camisa que cubría el cuerpo del Adán, mientras que sus manos temblaban y sus ojos se volvían a nublar, al ver la profunda herida.


Acerco sus dos manos a la herida, pidiendo a todos los Dioses que conocía, a los reyes de todos los reinos, el alma de su amado.


Sin darse cuenta una energía blanquecina empezó a rodearles, luego de unos segundos una energía entre verdosa y azulina empezó a cubrirse junto con la primera.


Amroth arrugo su ceño, apretando con fuerza la mano de Elrohir.


-Algo no está bien.


-¿Qué quieres decir con eso? es la misma calidez que sentí cuando Faramir despertó.


-No, quiero decir que hay, ahí más de una energía.


Los quienes había mirado al elfo, voltearon sus miradas, a donde se encontraba el elfo junto con Aragorn.


 


El Adán, había recuperado el color en su piel, pero aun el veneno que había sido enterrado por la espada del orco seguía invadiendo su sangre.


Legolas cerro con más fuerza sus ojos, sintiendo como el corazón del Adán empezaba a latir. Cuando Aragorn abrió lentamente sus oscuros ojos, se vio rodeado por tres bellos colores, los ojos de su amado se encontraban cerrados, lentamente poso su mano sobre la de su elfito, sintiendo como el peso del menor caía sobre su pecho.


 Cuando por fin pude abrir mis ojos, sentí como los fuertes rayos del sol invadían con fuerza la pequeña habitación, coloque mi brazo sobre mi rostro, cubriéndolo.


Quise voltearme, pero sentí un peso sobre mi pecho, quise mover mi otro brazo pero lo sentí adormilado, agudicé mi oído y pude escuchar una sutil respiración.


Me levante con prisa para luego colocar mis manos sobre rostro, sentí como todo a mi alrededor empezaba a mover, cuando descubrí mi rostro, pude verte, tus cabellos rubios se encontraban desordenados sobre la almohada, las sábanas blancas que cubría tu delgado y hermoso cuerpo.


El sonido de los pequeños animales, se podía escuchar con suma atención, me levante delicadamente sin intenciones de despertarte y me acerque a la habitación.


No supe desde cuando hace que estaba dormido, inconscientemente lleve mi mano sobre mi pecho, siendo consciente de la venda que cubría mi pecho, específicamente donde yacía mi corazón.


La puerta se fue abriendo muy lenta y cuidadosamente, ví por el reflejo de la ventana de que se trataba de Frodo, en sus manos llevaba una bandeja con un pote con agua y vendas.


Ví como el menor se asustó al verme de pie, al costado de la ventana, no me había dado cuenta hasta ahora que empezaba a ver todo con más claridad, todo me parecía mas colorido y vivaz.


-Elessar. -El menor hizo una sutil reverencia y se acercó a mí, tomándome del brazo. -Usted no debe estar de pie. Es más en estos momentos no debe alejarse demasiado de Legolas. -No dije nada, tan solo me deje guiar.


Me acerque nuevamente a la cama, mientras que dejaba que el cuerpo de mi elfo se acercara a mí.


-Cambiare su venda. -Nuevamente vi al pequeño Frodo y en ese momento me di cuenta el "por qué" mi mejor amigo se enamoró de aquel hobbit.


-¿Qué paso? ¿Dónde están todos?


-Pues...en estos momentos todos se encuentran en el jardín y bueno...después del ataque de los orcos, Legolas y usted cayeron inconscientes, hasta ahora.


-¿Cuánto tiempo ha pasado?


-mmm...3 semanas. -Frodo termino por limpiar y vendar mi herida, después de darme  un té, caído profundamente dormido.


Sentí como el cuerpo de mi amado empezaba a removerse agitado, hice más fuerte el agarre entre mis brazos, besando con suavidad sus cabellos rubios, sintiendo como empezaba a relajarse y su respiración se hizo más pausada y relajada.


-¿Aragorn? -Los ojos azules de mi pequeño me miraban adormilados, poco a poco fueron abriéndose, sus suaves manos acariciaban mi rostro, mientras que sus hermosos ojos empezaron a nublarse, sus brazos se aferraron sobre mi cuello, derramando lagrimas sobre mi pecho.


-Mi amor, tranquilo. Estoy bien.


-Lo sé, pero...pero tuve tanto miedo de perderte. -Acaricie sus cabellos y luego su espalda para que asi se tranquilizara.


Escuche los pasos de los demás acercándose a la habitación, me puse lentamente de la cama dejando a mi amado sobre la cama, viendo como los demás entraban.


-¡Hermanito! -Amroth abrazo con efusividad al menor, dejándolo sin poder respirar. -Necesito hablar contigo. -El elfo miro con suma seriedad al hombre, quien no entendía aquel cambio.


Los dos dejaron a Legolas junto con los demás, Frodo llego con una bandeja llena de frutas de todo tipo e inmediatamente los ojos del menor empezaron a brillar, tomando entre sus dedos una torreja de manzana.


-No sé cómo decirte esto. Pero te juro que si intentas tan solo de traicionar a mi hermano te juro que te corto la cabeza, Elessar.


-¡Amroth! estás hablando de mi hermano.


-...No entiendo que es lo que me quieren decir.


-Aragorn, cuando te interpusiste entre el orco y Legolas, tu corazón dejo de latir. Entonces el único capaz de traerte de la muerte era Legolas. Pero cuando su energía te estaba envolviendo, apareció otra energía más.


Aragorn había estado escuchando con atención a su hermano, veía en la mirada de Amroth un poco de enojo.


-No entiendo.


-No estamos seguros aun.


-Pero es muy probable que Legolas este embarazado. -Elladan miro como su hermano dejo de respirar.


 


-¡Mi hojita!


-¡Ada! -Thranduil entro a la recamara de su joven hijo, viendo como su amado esposo abrazaba y besaba a su pequeño. -Padre. -Frodo junto con Faramir se alejaron un poco de aquella escena.  Viendo como el rey se unía a aquel abrazo tan posesivo.


Amdír había obligado a los demás junto a su esposo salir de la habitación, necesitaba hablar a solas con su pequeña hojita y sabía que con la presencia de su esposo no sería muy buena.


-Hojita, ¿Por qué no me cuentas que es lo que ocurre?


-Yo...le amo, Ada.


-¿Pero aun dudas de su amor por tí?


Legolas arrugo las sabanas tan blancas en sus manos, ocultando sus ojos por debajo de sus cabellos rubios.


-Mi niño, aquel Adán te ama demasiado, si no fuera de esa manera, tu padre no hubiese dejado que se te acercara.


-Yo...siento algo aquí. -Amdír vio como el menor llevaba lentamente sus manos sobre su plano vientre.


El mayor acostó suavemente sobre su cama, levanto levemente su camisa ancha y coloco sus manos sobre su vientre, enviando una cálida energía.


-Todo está bien, mi niño. Él también está bien, aunque pregunta dónde está su padre.


-¿Qué?


-Mi niño,  estas en espera. -El menor abrió sus azules ojos, sintiendo por primera vez una pequeña pero cálida energía rodeándole. Amdír coloco suavemente las manos de su hijo sobre las suyas para que las posara sobre su vientre.


-Yo...yo no sé...


-Mi pequeño, no temas. Nadie podrá separarte de tu hijo. Esta sensación, es la más hermosa, la relación de un Ada con su hijo es una maravillosa relación.


El joven elfo se acurruco en los brazos de su Ada, mientras que acariciaba su vientre aun plano.


Thranduil había llegado hasta donde se encontraba su hijo mayor junto con Elladan y Aragorn.


El Hombre miro a su futuro suegro y vio como en sus ojos azules, muy parecidos a los de su amado.


-Aragorn. -Nunca había nada que el joven príncipe temiera, pero la voz del elfo mayor le hizo sentir una corriente eléctrica en su columna.


El elfo se acercó lentamente hasta el Adán, dejando a su hijo atrás se él.


-¿Qué es lo piensas hacer con todo esto?


Aragorn levanto levemente su cabeza, se puso derecho, levanto sus hombros y Thranduil pudo jurar ver en sus ojos brunos un brillo especial.


-Yo lo amo, y voy a casarme con él, formaré una familia junto al elfo que amo.


-¿Qué harás con tu trono?


-Eso en estos momentos es lo menos que me importa, mi prioridad es tener a mi familia conmigo.


-Bien, no pensaba entregarle a mi bebé a nadie, pero es lo mejor para mis pequeños.


-¿Padre?


-Será lo mejor, hijo. Te casaras con Elrohir, hijo de Arathorn, también es lo mejor para tí. Así que Estel, deja que nos encarguemos de los detalles de la boda.


-De eso nada. -Todos voltearon por dónde provenía la voz.


-¡Ada! Padre. -Arathorn se acercaba junto con Elrond.


El elfo se acercó a sus hijos, besando con amor sus cabezas.


-Nosotros también queremos participar en la planificación de la boda de nuestro hijo.


Aragorn se escapó de la vista de los recién llegados y se internó en la gran Casa de Thranduil, pudo ver como Amdír salía tan calmado de la habitación de Legolas, así que aprovecho para ingresar a la habitación.


Ahí lo vio, su bello cuerpo cubierto por aquella fina tela, sus cabellos rubios se movían levemente con el suave viento, el menor yacía de pie en el balcón de la habitación, una pequeña ave se había acercado a la mano del menor, mientras que el menor le sonreía con cariño al animal.


Paso suavemente sus manos por la delgada cintura del elfo, apoyando su cabeza en el hombro del menor, pasando su nariz por el largo de su cuello.


Legolas cubrió las grandes manos del menor con sus pequeñas manos, sobre su plano vientre, mostrando una leve sonrisa.


-Apenas y lo puedo sentir.


-Debe ser porque aún es tan pequeño. -Aragorn volvió a besar el cuello del menor, sonriendo al escuchar los leves gemidos del menor.


Pero Aragorn se quedó  frustrado al oír como los leves pasos de Amdír se acercaban a la habitación.


-Al parecer tu nueva energía está mermando en tus venas, joven Estel.


El moreno volteo su rostro, aun sin tener la intención de soltar a su elfo, vio cómo su Ada apareció detrás de Amdír.


-Mi niño, me hace muy feliz, el saber que la familia va a crecer aún más. -Legolas llego a sonrojarse al escuchar aquellas palabras, para luego ser abrazado sin mucha fuerza pero con mucho amor, por parte de su familia.


 

Notas finales:

Bueno bueno, ya falta muy poco para el gran final T_T

espero sus comentarios, para saber si les gusto T_T ?_¿

(:


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