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Donde nace el sol por girlutena

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Notas del capitulo:

Antes que nada.

Quiero agradecerles a todas aquellas personas que leyeron este fic, a todas a quellas que se tomaron el tiempo de dejar un comentario y a tambien a los que no han dejado uno, pero se tomaron el tiempo de leerlo.

Muchas gracias a todos los que esperaron para que los subiera, a pesar de los problemas que tengo, me alegra mucho haber terminado esta historia y tambien espero que les haya gustado leerla.

y ya pues.... Muchas Gracias!  *-*!!!!!

Río suavemente al sentir unas leves caricias por el largo de su cuello, mientras que una mano traviesa se colaba por debajo de sus ropas, pero aun así no se atrevió a abrir sus hermosos y claros ojos, quiso darse la vuelta, intentando separarse de aquel reconfortarle calor, pero rápidamente unos fuertes brazos le apresaron con suma delicadeza de su vientre, sintiendo el caliente y desnudo pecho de aquel varón, mientras que de sus labios brotaban suaves suspiros, dejando que aquellas suaves manos empezaran a recorrer con libertad su suave y tersa piel de su vientre, mientras aquellos labios seguían con su trabajo en su cuello.


-Aragorn, estoy cansado. –Su voz se escuchó jadeante pero a la vez sumamente cansada.


-Shh, solo disfruta, amor mío. –El elfo aun sin abrir sus ojos, sonrió suavemente y se dejó hacer, permitiendo que su esposo le recorriera con sus manos todo su cuello, sacándole la enorme playera que usaba para dormir.


No pudo más y soltó un suave gemido al sentir como uno de sus pezones era aprisionado entre los dedos del Adan, mientras el otro era absorbido suavemente por la misma boca del moreno.


Elevó unos pocos centímetros su vientre al sentir un escalofrío, cuando los labios del moreno bajaban por su vientre, para depositarse en aquel lugar por unos minutos; sonrió suavemente al escuchar el suave murmullo del moreno hacia sus hijos. <Papá jugara un ratito con su Ada, sigan durmiendo mis pequeños>


El rubio se atrevió a abrir sus azules ojos, para saber que era observado por esos ojos tan negros y profundos, capaces de leer sus más profundos pensamientos. Llevó sus manos hasta el cuello del varón para atraer aquel rostro tan varonil y reclamar un beso tan demandante, lleno de lujuria y amor; principalmente lleno de amor.


Aragorn siguió besando cada parte de aquella blanquecina piel, dejando marcas que lo hacía de su propiedad, sonrió arrogantemente al ver como el miembro de su elfo se erguía ante todas aquellas caricias y lo acarició suavemente con sus dedos, por todo el largo del falo, para luego engullirlo lenta y dolorosamente, escuchando los gemidos que soltaban de la boca del rubio.


Legolas llevo sus manos hasta los cabellos azabaches, a la vez que agitaba levemente su cintura, intentando que hiciera aquella penetración más profunda. Pero antes de que el elfo pudiera correrse el moreno le soltó, dándole un pequeño beso en la punta de su miembro, absorbiendo el poco liquido pre seminal del menor.


El Adán soltó una carcajada al ver las mejillas fuertemente enrojecidas, los labios hinchados y esos ojos azules llenos de lujuria, acarició tiernamente la mejilla de Legolas, para repartir suaves besos por todo su rostro, mientras con su otra mano acariciaba lentamente la entrada del menor.


Lentamente el moreno apretó uno de los pezones con sus labios, mientras introducía lentamente uno de sus dedos en la estrecha entrada, suavemente empezó a bajar sus labios para volver a engullir el miembro del elfo, mientras movía sus tres dedos en el interior, permitiendo que su elfo se volviera a excitar, olvidándose un momento de aquel punzante dolor.


Legolas lo tomó fuertemente de sus cabellos y no pudo evitar soltar un jadeo frustrado al sentirse separado bruscamente del falo de su esposo.


-Date prisa. –El Rey sonrió a gusto al escuchar la voz llena de excitación por parte de su rubio. Acercó sus labios a los del menor, demandando sus labios en un largo y profundo beso, mientras aprovechaba para introducir su prominente y erecto miembro.


La pareja de esposos soltaron unos gemidos al sentir como el interior del elfo era invadido por el miembro del moreno, sintiéndose tan apretado y mojado, Aragorn colocó sus manos a cada costado de la cabeza de Legolas, mientras cerraba sus ojos al sentirse al borde de la excitación.


Respiro lo más hondo y lento que pudo, intentando calmarse y no correrse en ese mismo momento, pero el elfito movió sus caderas, introduciendo su falo hasta lo más profundo de su interior y no pudo evitar soltar una maldición, mientras escondía su rostro en la curvatura del cuello de su esposo.


-Eres malo, mi hojita. –Su voz sonó tan rasposa y excitada, sintiendo como el rubio arañaba la piel de su espalda


-No lo soy, eres tú el que se estas volviendo más lento, mi Rey.


El moreno alejo su rostro de su escondite, observando con sus ojos semi cerrados, la sonrisa llena de satisfacción y amor por parte de Legolas, acaricio aquella mejilla, hipnotizándose por aquellas gemas tan azules que brillaban por él y para él.


Acercó sus labios hasta los del menor, dando su primera y fuerte estocada, dejando al menor sin aire y jadeando.


 


-Voy a pensar que no estás en forma, Litzen Medei (amor mío) –El elfo se obligó a cruzar sus brazos alrededor del cuello del Adan, sintiendo como era embestido cada más fuerte, hundió sus dientes en aquella piel bronceada, por las horas de entrenamiento bajo el sol y sonrió al ver como dejaba sus propias marcas en aquel cuerpo que era de su propiedad.


Aragorn lo tomó de las caderas levantándolo para luego sentarlo sobre su regazo, introduciendo su miembro en el menor, teniendo un acceso mucho más cómodo a los pezones de Legolas, que no se cansaba de lamerlos y jugar con ellos.


El menor llevo su cuello para atrás dándole más piel para que Aragorn pudiera lamer y marcar, Legolas se agitó al sentir como su miembro era aprisionado y acariciado por la mano del moreno, sentía como su esencia se mezclaba directamente con la piel del Adán.


No pudo evitar soltar un gritó al sentir como su espalda chocaba contra el mullido colchón y el varón se posicionaba encima suyo, gruño frustrado al sentirse vacío, cuando el mayor saco su miembro, pero nuevamente gritó al sentir como Aragorn lo embestía aun con más fuerza sin importarle que cada vez su interior le iba aprisionando.


-Yo… no aguanto.


El moreno sonrió triunfante y aun acariciando el miembro del elfo, cubrió aquel agujero para impedir que su rubio se corriera, sin escuchar los suaves y frustrados reclamos de su esposo, lo embistió tres veces más, para luego permitirle que se corriera entre sus vientres.


Aragorn no pudo evitar frustrarse de satisfacción al sentir como su miembro era aprisionado fuertemente por las paredes de aquel interior que a la vez se sentía tan húmedo y gratificante, escondió su rostro entre la curvatura del cuello del elfo, al sentir como su esencia invadía el interior de su esposo.


Legolas soltó un jadeo lleno de satisfacción al sentir aquella sustancia viscosa y cálida, a la vez que escuchaba y sentía el latido del corazón del moreno, latir tan rápido, el Adán se acostó al costado de su cuerpo, retirándose suavemente para luego atraerle y rodearle fuertemente con sus brazos.


El menor sonrió suavemente, apoyando su mano en aquel pecho bronceado y duro, repartiendo suaves besos en aquella piel caliente.


Aragorn cerró lentamente sus ojos, intentando calmar su respiración, sintiendo las suaves caricias de su esposo sobre su piel, empezaba a sentir como su miembro volvía a excitarse, nuevamente.


-Hey, no hagas eso o no me arrepentiré de pedirte una segunda ronda.


El menor soltó una suave risa tan cálida, llenando de calidez aquella habitación que habían compartido por más de 150 años y prometían compartirla por muchos más años.


-Pues por mí, no hay ningún problema. –El moreno soltó un jadeo de satisfacción al sentir la suave y húmeda lengua del elfo sobre su piel, mientras que su miembro era apresado por la mano traviesa del elfo; sabía que Boromir le volvería a reclamar por llegar tarde, nuevamente, a otra reunión, pero no le importaba.


Se volteó rápidamente, quedando encima del rubio, para sonreírle arrogantemente, observando aquella mirada azulada llena de amor y lujuria.


 


 


Abrió lentamente sus ojos, sintiendo el aroma de su esposo aun en la habitación, soltó un bostezo, arrugando suavemente su ceño y a la vez llevando su mano sobre su vientre levemente hinchado, escondió su rostro en la almohada del moreno, sintiendo como el aroma empezaba a calmar sus nauseas matutinas, aun con su mano a su vientre empezó a acariciarlo suavemente sintiendo como la energía de sus pequeños gemelos empezaban a moverse inquietos, para llamar la atención de su Ada.


Se puso de pie para tomar un baño tibio, sonriendo feliz, al recordar las caricias de su esposo sobre su cuerpo, sintiéndose ya más calmado y limpio, se colocó una túnica de seda verde y salió de la habitación, sorprendiéndose de no escuchar ningún grito al su alrededor.


 


El suave sonido del vendaval, moviendo con sutileza las ramas de los grandes árboles, dejando que emanaran su delicado aroma, escuchando como estos cantaban suaves canciones; mientras que el sol resplandecía en lo más alto del cielo, dejando que sus suaves rayos resplandecía en lo más alto de la colina.


No muy lejos de donde estaba podía escuchar las risas y los pasos de sus pequeños hijos, cerró lentamente sus ojos, recordando cómo había pasado demasiado rápido casi 150 años, el nacimiento de su primer hijo varón, los ojos brillando de emoción por parte de Aragorn al tener por primera vez a su pequeño en brazos.


Abrió lentamente sus ojos mirando el cielo lleno de hermosos colores, recordando la boda de su hermano junto con Elrohir o el nacimiento del hijo de Frodo junto con Boromir o las discusiones constantes que mantenían Elladan y Faramir, no habían cambiado; pero ahora con su segundo hijo en camino, aquella familia se veía más unida que nunca o el pequeño compromiso que celebro Arwen junto con Gil-Galad, hijo de Fingon, último descendiente de Finwe Nolome, amigo de su abuela, que después de muchos esfuerzos, la pelinegra pudo al fin enamorarse de aquel elfo y como olvidar el amor que le profesaba el Adan.


Aquello no había cambiado en todos esos años, más parecía que tan solo iba aumentando; sonrió al sentir como los pasos rápidos de su hijos pasaban al costado suyo, dejando atrás una visible pero leve capa de aire.


Llevó lentamente sus manos a su vientre, que aún se encontraba levemente hinchado, sonriendo al recibir las dos fuertes energías que emanaban de su vientre, recordó la enorme sonrisa de su esposo y los ojitos brillantes de sus dos hijos, al decirles que esperaban gemelos y como esa misma noche, después de que sus hijos fueran a dormir, Aragorn le hizo el amor tan suave y delicadamente, dándole la bienvenida a esos dos pequeños.


 


Abrió lentamente sus ojos, viendo como sus dos luces jugaban con un pequeño y menudo niño de cabellos azabaches como su padre y unos ojos tan verdes como los de Frodo, su nombre era Ost (Fortaleza) y era la misma fortaleza que significaba el matrimonio de Boromir junto con el pequeño hobbit.


Soltó una leve risilla al escuchar, aun en lo lejos, el grito desesperado de Boromir llamándole la atención al Rey por haber escapado, nuevamente, de una reunión con los concejales, gracias a la vida de medio elfo que corría por las venas de Aragorn, Legolas no percibió cuando los fuertes brazos del moreno le apresaron suavemente de la cintura.


Aragorn apoyo suavemente su cabeza sobre los rubios cabellos del elfo, acariciando el vientre del menor, sintiendo como la energía de los gemelos revoloteaban dentro de su Ada, llevo sus brunas orbes para observar detenidamente a los niños correr por todo el jardín, bajo los atentos cuidados de Frodo, dejando que los suaves canticos de los grandes árboles, hicieran aquel momento tan relajante y agradable.


-¿Tú no debes estar en una reunión? –El moreno cubrió su rostro en la curvatura del cuello del rubio, percibiendo el dulce aroma a miel, suavemente empezó a repartir pequeños besos por toda aquella lechosa piel.


-Me he escapado.


-Elessar, no les des problemas a Boromir. –El elfo se volteo lentamente sin deshacer el abrazo del Adan, apoyando suavemente su frente sobre el fuerte pecho del moreno, sonriendo al escuchar el suave latido de su corazón, sintió la mano del moreno apoyarse sobre su vientre, recibiendo a gusto las energías de los gemelos.


-Están muy grandes, ¿Verdad? –El moreno colocó nuevamente sus orbes oscuras sobre las imágenes de sus dos hijos, corriendo detrás de Ost, mientras lanzaban pequeñas flechas de madera.


-Muy pronto Aelini (Lluvia) va a querer casarse. –El moreno arrugo notablemente su ceño, aquella idea aun ni se le pasaba por la mente, si era necesario iba a encerrar a su pequeña princesa en la torre más alejada de todo el reino, para que ningún varón la viera.


-¿Casarse? ¡No! Mi niña no se va a casar, de ningún modo.


 


Legolas levanto levemente su rostro, mirando sonriente el ceño fruncido del moreno, acunó suavemente el rostro del varón entre sus manos, apoyando suavemente sus labios sobre los del moreno, no pudo evitar soltar un suave jadeo, cuando el beso empezó a hacerse aún más demandante, mientras la lengua del moreno se introducía en su boca, acariciando su llenen, sintió como los brazos del varón apresaron más fuerte su cintura, obligándole a sentir el miembro levemente excitado de Aragorn, Legolas apoyó sus manos sobre el fuerte pecho del Adan, intentando recuperar su conciencia.


-Quiero que el sol se oculte, para que la suave luz de la luna alumbre nuestra habitación y hacerte el amor, nuevamente. –El rubio soltó una suave risa al sentir el cosquilleo de la fina capa de barba del varón acariciar su desnuda piel del cuello.


 


-¡Padre! ¡Suelta a mi Ada! –La voz de un niño se dejó escuchar fuerte y clara, el moreno soltó un suspiro lleno de frustración, ocultando su rostro abatido sobre el pecho de su elfo, dejando que el rubio acariciara suavemente sus cabellos azabaches.


El niño lanzó una de sus flechas de madera para que cayera directamente a la cara de su padre, pero arrugo su ceño al ver como su padre movía unos milímetros su cabeza para que la flecha cayera directa al piso.


Legolas rio suavemente al ver como su primogénito corría más rápido, para aferrarse fuertemente a sus piernas, lanzándole una de sus más frías miradas a su padre, obligándole que le soltara.


 


-Pero Arien (Sol) yo también amo a tu  Ada. –El elfo acaricio suavemente los cabellos rubios de su pequeño niño, sonriendo suavemente al admirar sus ojos tan negros como los de su padre, el niño volteo su mirada sin quitar ceño fruncido, tan idéntico al mayor, pero poco a poco se fue tranquilizando al sentir las suaves caricias de su Ada sobre sus orejas de elfo, cruzo sus cortos brazos alrededor de la cintura del elfo, apoyando su mejilla en el vientre de su Ada, escuchando emocionado los sonidos que hacían las energías de los gemelos.


-¡Tonto Arien! Nos has dejado solos. –La pequeña Aelini con los cabellos tan negros como la misma noche, arrugo levemente su ceño e infló sus mejillas y cruzó sus pequeños brazos sobre su pecho, para mirar mal a su hermano mayor.


La pequeña niña que a pesar de tener 50 años, tenía una apariencia de ocho años, alzo sus brazos mirando con sus ojos tan verdes y brillantes, siendo una descendencia de su abuelo, hacia su padre para que este la cargara.


Aragorn la tomó entre sus brazos, sintiendo como la pequeña cruzaba sus cortas piernas alrededor de la cintura de su padre, dejando que el moreno acariciara sus húmedos cabellos.


-Mis pequeños príncipes, les he dicho que no vayan a jugar solos al lago. –Aragorn besó los suaves y largos cabellos azabaches de su princesa, sintiéndose satisfecho al percibir el suave aroma de girasoles que provenían de su pequeña, muy similares a las de su esposo.


-Pero no hemos ido solos.


-¡Es verdad! Tío Frodo nos ha llevado. –El niño aun rodeando el vientre de su Ada, señalo al hobbit que ya se encontraban muy cerca de ellos, con el pequeño Ost, que apenas contaba con unos 70 años, agarrando fuertemente su mano, mientras acomodaba su carcaj con sus flechas de madera sobre su hombro.


Dejando al hobbit cerca de Legolas, el pequeño Ost se soltó de la mano de su papi, para correr rápidamente aun con sus piernas cortas, hasta llegar a los fuertes brazos de su padre, quien lo tomó por los aires para depositarlo suavemente sobre sus hombros.


 


-Elessar, ¿No debería estar en una reunión importante? –Frodo se había acercado a la pareja de esposo, sonriendo feliz, al sentir los brazos grandes y fuertes de su esposo rodearle la cintura.


-Vaya con el rey que tenemos. –La voz gruesa pero varonil de Boromir se dejó escuchar, Frodo sonrió y dejo que sus hermosos ojos verdes brillaran con amor al ver a su esposo y a su hijo, recibiendo uno de sus besos tan demandantes que siempre le exigia su esposo y él le daba con gusto.


-Que rey para más flojo tenemos. –Boromir recibió la palma del pequeño y sonriente Arien para darle los cinco, riendo al ver el rostro indignado de Aragorn, el menor cerró levemente sus ojos al sentir la suave presión de la mano de su padre, acariciando, sutilmente, sus cabellos. –¡Auch!


-Por mí no hay problema, si deseas puedo darte ya el trono; así podré pasar más tiempo a solas con tu Ada.


La niña tuvo que aferrarse fuertemente del cuello de Aragorn cuando sintió que su hermano empujada a su padre lejos de su Ada.


-¡No te dejare que te acerques a mi Ada!


-Ya, ya. Arien. –El elfo acarició suavemente la mejilla su pequeño, sonriéndole con mucho amor, dejando que poco a poco se tranquilizara, acarició sus orejas de elfos, viendo como las blanquecinas mejillas del menor se teñían de un suave carmín. –Pequeño, ya hablamos de esto.


-Pero Ada, la otra noche, yo oí una noche como tú le decías a papá que no querías jugar con él y parece que al final él te obligo; él es malo. –El niño cruzó sus brazos sobre su pecho, cerrando sus ojos, mostrando una imagen de indignación ante su padre.


-¡Arien! –El grito que dio el Adán hizo que los dos niños se quedaron mirando a sus padres, como sus mejillas empezaron a tomar un color mucho más rojo, mientras que la fuerte risa de Boromir se dejaba escuchar con soltura, mientras aferraba la cintura de su hobbit a su cuerpo, dejando que el rubio hobbit escondiera su rostro sonrojado entre la palma de sus manos.


 


Aragorn  se arrodillo para quedar a la altura de su hijo, poniendo a su pequeña, para acariciar suavemente los cabellos de sus dos hijos, besando la frente de los dos, acarició las orejas de sus hijos, muy similares a las de su elfito.


Sintió como un sentimiento de amor y orgullo, empezaba a crecer en su pecho, amaba a sus hijos, aunque Arien se comportara sumamente celoso con su Ada o que su pequeña Aelini, mantuviera una belleza, sabía que aun debían pasar otros 100 años para que sus hijos decidiera dejar su casa, pero para él siempre serían sus bebés.


 Él se sentía un Adan sumamente afortunado de tener una bella familia, de tener muy buenos amigos y sabía que eso iba a durar demasiados años más, alzó levemente su rostro, para tomar la delicada mano de su esposo, para besarle la palma de la mano.


Dejó que los brazos de Arien le rodeara el cuello sin importarle la fuerza que utilizara en ellos, con su brazo libre, atrapo el cuerpo de su pequeña y lo atrajo a su pecho al igual que a su pequeño.


-Cuidemos juntos de Ada y de Aelini. –Susurro bajito el Adán, en el oído de su primogénito, sintiéndole asentir fervientemente.


-¡No dejare que nadie se acerque a ellos!


El menor se separó unos centímetros de su padre, para cruzar sus brazos sobre su pecho, cerrando sus ojos, dispuesto y jurando que cuidaría a sus seres queridos, así como si le fuera la vida en ello.


Aragorn sonrió observando a su hijo, lleno de orgullo, beso sus cabellos rubios, idénticos a los de su elfito y los cabellos azabaches de su pequeña muy parecidos a los de él, para aferrar por la cintura a su esposo, dándole un demandante beso.

Notas finales:

Gracias!!!!! algun comentario para este epilogo??? 

(:!


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