La familia del joven decidió pasar las vacaciones en tierras de los abuelos, aunque muy pocas veces había llegado a visitar tal lugar, Londres le parecía un fantástico sitio ya que era muy diferente a su Australia natal llena de sol y brisa marina que refrescaba al instante los días de campamento con sus hermanos en la playa frente a la casa.
Sonrió de lado a lado al ver ese característico reloj erguido elegantemente entre los edificios viejos que se hacían resaltar entre el centro de la ciudad. Los ojos grandes y azules del pequeño Christopher Hemsworth de 8 años nunca terminaron de maravillarse con tan hermosa vista de aquella mañana húmeda llena de escasas y dulces gotas de lluvia que salían escurridizas de entre las nubes opacando el día.
Un ultimo vistazo por la ventanilla ya le había dicho que estaban a punto de aterrizar, la pequeña mano se aferro a la de su madre puesto que los aterrizajes no eran de su agrado y dando pequeños saltitos de felicidad revuelta con emoción en su asiento le hicieron olvidar lo poco que hubo de turbulencia al llegar a la estación. Miro a su padre y las orbes brillaron llenas de lo que los niños representan a esa edad, emoción pura y plena por el descubrimiento de nuevas cosas en su corta vida.
Cargado de una mochila y su pequeño oso de felpa en la mano corría entre la muchedumbre de gente desesperada y apurada. Encantado de escuchar los múltiples idiomas en el aeropuerto sus hermanos le pedían que se relajase un momento aunque el lo único que quería era salir de ahí lo mas rápido posible para tener la frescura Londinense en su piel. Tenían que esperar a que sus padres terminaran con los papeleos de la aduana para poder partir pero el joven Hemsworth no podía con eso, una de las palabras que nunca estaban en su vocabulario era el de tener que esperar y el de estar quieto, siempre tan vivaz como ningún otro lleno de sonrisas para cualquiera que se le cruzase en el camino, ese era su método para todo, si llegaba a suceder algo malo o simplemente haciendo enojar a sus padres con una sonrisa limpia y derecha de este pequeño todo el mal se iba volando y desaparecía.
Un viejo auto negro con placas alargadas llamo la atención de la familia que esperaba paciente en la banqueta frente al aeropuerto. Los Hemsworth caminaron totalmente cargados con sus maletas y un hombre trajeado ayudo al padre de la familia para poder acomodar todo en el auto. Una voz peculiar a los oídos de los niños los llamo y desde el asiento trasero salio un anciano sonriente lleno de amor para dar a sus nietos que ahora corrían a los brazos extendidos de su abuelo dispuestos a taclear al adulto mayor.
Los pequeños se aferraron a las ropas de su abuelo oliendo su característico aroma a puro con un dulce toque a madera y después los abrazos continuaron a la nuera y al hijo.
Se podría decir que el viaje era bastante largo pero el pequeño Chris estaba completamente ensoñado en la ciudad que poco a poco se transformo en bosque ante sus ojos. Sus hermanos como siempre no soportaban el recorrido hasta la casa en el bosque y terminaban completamente dormidos en el regazo de su madre al contrario del joven rubio que luchaba constantemente contra Morfeo recargando su cabeza en su mano izquierda mirando fuera de la ventana. Simplemente era algo magnifico lo que se encontraba fuera del auto, tan acostumbrado a la selva y el calor, ahora todo fresco con olor a pinos y personas con acentos graciosos.
Como si se tratan de pequeños cachorros juguetones, al estacionarse el auto y ver a la abuela, los infantes corrieron para enfundar en un abrazo a 6 pequeñas manos a su abuela que contenta y con 3 pequeños aferrados a sus faldas camino para saludar a su hijo y nuera.
Todos con cosas en sus manos se metieron a la cabaña para refugiarse un poco del frío que comenzaba a calar en los huesos, dejaron sus cosas en los respectivos cuartos donde pasarían la noche para después dirigirse con la nariz en alto hasta la cocina donde la abuela ya tenia una bandeja de galletas achocolatadas listas para servir. Una de las pequeñas delicias de la vida del joven Chris eran las galletas que preparaba su abuela en la víspera de navidad, eso y ver como las copas de los árboles se llenaban por la noche de aquel material frío llamado nieve.
Como siempre la chimenea se encendía y todos se reunían después de comer en la gran sala de madera para tomar chocolate caliente y comer las galletas recién hechas. Platicaban con sonrisas y carcajadas recordando años anteriores mientras ignoraban como Christopher desde su cuarto en el segundo piso grito entusiasmado al ver los primeros copos de nieve caer en el borde de la ventana, los pasitos bajaron rápidamente por las escaleras llevándose la desaprobación ignorada de sus padres cuando comenzó a alardear la hazaña de la naturaleza, movía sus manos de un lado a otro hasta que su abuelo lo interrumpió con una invitación. Mañana por la mañana irían a ver una sorpresa que había encontrado el abuelo Hemsworth al centro del bosque.
Ya por la noche la tierra ya estaba mas que cubierta de nieve y el pequeño niño simplemente no podía cerrar los ojos, las manos sudaban al igual que su frente de lo ansioso que se sentía por ir a la expedición con su abuelo a la mañana siguiente. Se levantaba de la cama después de haberse revuelto entre las gruesas cobijas solo para ver a través de la fría ventana de madera ahumada por el calor al interior de la casa, sentía una intensa necesidad de correr entre la nieve agitando los brazos y dando vueltas mientras los copos caían en el y sonreía.
Entre la oscuridad de sus pensamientos nublados por la emoción escucho una voz elegante que le llamaba, la voz masculina y suave a la vez le pedía que se adentrara al bosque con el por lo que asustado el joven despertó agitado, lo que había tenido hubiera sido una pesadilla de no haber sido porque la voz le volvió a llamar, miro como pudo a todos lados de su cuarto con la poca luz de luna que entraba por la ventana, la voz era tanto insistente como hipnótica y ahora algo embelezado por la sensualidad de las palabras que lo invitaban, bajo las escaleras hasta llegar a la ventana de la sala.
El ansiando tras el le pidió que se fuera a dormir y que no hiciera caso a las palabras del bosque lo que ocasiono que el niño se diera cuenta de que su abuelo también podía escuchar que lo llamaban. Intrigado el joven se sentó al lado de la chimenea junto a su anciano abuelo para escuchar un relato:
”Erase ya casi 2000 años desde que los ancestros de los Hemsworth y uno que otro hombre llegaban a desaparecer internándose en el bosque, los bárbaros decían que los llamaba el dios de las nevadas, aquel que necesitaba de ciertas almas para poder salir de su maldición (muy pocos podía escuchar el llamado del maldecido). Esa misma que los AEsir le habían puesto; Por cada mentira le caería una gota de saliva venenosa en la frente haciéndolo retorcer hasta que su dolor hiciera mover el mundo.”
La historia intereso demasiado al pequeño que desde hacia bastante tiempo no escuchaba un cuento aunque este era un tanto diferente porque la voz que le llamaba se había silenciado al iniciar la leyenda, tal parecía que el también estuviera atento a la historia por lo que el abuelo igual de extrañado que el infante pidió de nuevo a su nieto que durmiera para así poder ver la sorpresa de la que le había contado. Así obedeció el niño y tras el lo acompaño el viejo para disponerse a dormir aunque su sueño se viera interrumpido de nuevo por aquella voz que ahora mas insistente aterro al joven llamándolo por su nombre.
Chris camino por el pasillo hasta llegar al cuarto de los abuelos donde el anciano ya estaba más que dormido. Bajo las escaleras rápidamente mientras la voz seguía exigiendo tentadora, encaminándose a la sala tomó una gruesa chamarra mientras se ponía sus tenis favoritos.
La perilla se giro y tras un pequeño cuerpo la puerta se cerró lentamente para no despertar a alguien. Aquella voz indico que a la derecha era una buena elección y el valiente jovencito encendió una linterna porque aunque la luz de luna era fuerte, el simple hecho de adentrarse a un denso bosque a las 5 de la mañana ameritaba un poco mas de ayuda.
Después de haber caminado por la derecha un buen recorrido la voz indico otro lugar a lo que Chris siguió la petición. De no haber sido por los murmullos de las lechuzas ya estaría un poco mas cerca de donde la voz le indicaba porque eran demasiado espantosos como todos los sonidos de los nocturnos le llenaban los oídos confundiéndolo, en un rato se hecho a correr y correr sin rumbo internándose cada vez mas entre la fauna mientras la nieve se hacia mas espesa a cada paso.
Agitado y con los ojos llorosos por todos sus pensamientos que lo autonombraban tonto se dejo caer en la nieve para quedarse en posición fetal mientras se hundía lentamente. Ahora la nieve no le gustaba, la nieve los estaba haciendo sufrir y le dañaba su blanca piel mientras se enredaba en sus lacios y rubios cabellos con corte de melena. Los ojos se cerraban cansados al igual que sus piecitos que punzaban por tanto correr hasta que la alarma de sus reloj de mano lo despertó, el lindo aparato de mickey mouse le indico las 6 de la mañana, la hora en la que se tendría que haber despertado para salir junto a su abuelo. Esto lo hizo llorar sentado en medio de un llano cubierto de nieve. La voz apareció de nuevo y esta vez le decía que se encontraba cerca de la meta, el niño se quedo sentado donde estaba porque ya no tenia la gana de seguir adelante, la voz insistió pero esta vez quebrada, necesitaba ayuda y como era de esperarse de un pequeño esto lo convenció.
Fue de nuevo al bosque para dar unos cuantos pasos mas hasta que otro llano apareció, uno mas pequeño y con un árbol al centro de este. Llamaba demasiado la atención y sin que la voz se lo pidiera Chris camino hasta el árbol que era iluminado por la luna, pequeñas motas de polvo se podían ver volar lentas alrededor de este árbol que tal parecía tener toda la atención de la luz de la luna. La voz hablo de nuevo y ahora le pidió al joven que dijera que lo liberaba, tendría que decirlo tres veces justo como lo hizo el niño.
El peso en su hombro lo hizo girar al instante para darse cuenta de que un hombre lo tomaba; De piel pálida y ojos penetrantes color jade, cejas abundantes pero delgadas, negras como sus largas pestañas y cabellos lacios y largos como su complexión y dedos. Vestido con una armadura dorada y negro mate, capa del mismo color al igual que la piel peluda que se acomodaba en sus hombros para cubrirlo, ese era un ser maravilloso, un extraño que a pesar de que sus padres le dijeran que no hablara con desconocidos tenia la necesidad de llamarle.
Una sonrisa aunque malévola era de gratitud se dibujo en los delgados labios naranjas del hombre. Estiro uno de sus delgados brazos mientras un camino de luces azules danzantes indicaban el camino de regreso para el pequeño.
-puedes irte-
El niño se acerco lentamente al ente que resaltaba por su color entre la nieve, este se agacho para quedar a la altura del niño.
-muchas gracias Christopher-
Tomo la mejilla ruborizada del niño con su fría mano mientras no quitaba sus ojos verdes de los jóvenes azules, dio un beso corto en los labios rojos para después sonreír y despedirse.
-La suerte te acompañara joven Hemsworth, mi regalo para tu familia por parte del Dios de las travesuras, Loki-
Como apareció se desapareció y Chris aun ensoñado por lo que acababa de presenciar siguió con pasos moribundos las luces que iban desapareciendo mientras les pasaba por un lado.
La última luz dio una pequeña explosión para después borrarle todo lo vivido al niño, aquel mágico encuentro jamás volvería a ser recordado en la joven memoria aunque existe un subconsciente y algo como eso definitivamente no pudo haber desaparecido por completo.
Todos corrieron hasta Chris para reprenderlo, había desobedecido las palabras de su abuelo y a los demás los había preocupado. Notaron como el niño aun tenia una cara de desplante total, era como si se encontrara ido en otro punto de la galaxia. Su abuelo lo tomo de un hombro y caminaron siguiendo las huellas en la nieve hasta llegar de nuevo al árbol el cual el pequeño no pudo reconocer y dándose cuenta de esto su abuelo cuando el niño pregunto que si ese bello árbol era lo que quería mostrarle.
Lo extraño en toda esta situación era como unas huellas de pies mas grandes se encontraban cerca de las mas pequeñas de los tenis del niño. Solo los dos pies sin ningún otro rastro alrededor.
Siempre le habían desagradado los aterrizajes aunque terminara olvidando esto por su entusiasmo al llegar a América.
La carrera le estaba dando buenos frutos y la suerte lo acompañaba como siempre mientras su energética actitud le elevaba la felicidad por tener la oportunidad de audicionar para un papel muy importante como protagonista.
El taxi se había retrasado por lo que entro corriendo a las oficinas donde ya lo esperaban, todo salio de maravilla y como era de esperarse obtuvo el papel de inmediato. Ojeo el libreto completo mientras descuidadamente tropezó con un hombre trajeado y alto, bien parecido y que se disculpo aunque el no hubiera tenido la culpa de la distracción del ahora castaño de cabello corto.
Sin cuidado se sonrieron y curioso el de acento británico pregunto por el libreto que llevaba en la mano el mas alto por lo que respondió amable. Solo había dicho que audicionaría para el papel del villano y dando la suerte los dos se dispersaron en sus actividades.
Pasaron por lo menos 4 meses hasta que se reunieron de nueva cuenta, el nombre de Thomas William Hiddleston se escucho en el set el cual estaba repleto de gente disfrazada con atuendos brillantes y dorados. Chris recordó vagamente el nombre del aludio y volteo lentamente para dirigirse al que ahora fuera su nuevo compañero.
No existia nadie mas, se deleito con cada paso del britanico el cual se acercaba a el con una sonrisa de oreja a oreja y sus cabellos (ahora negros) muy bien peinados hacia atrás.
La capa larga y verde se ondeaba orgullosa como su poseedor que para tratar de llamar la atención del aturdido Australiano tomo el martillo que llevaba en la mano mientras le preguntaba que si lo recordaba, Chris le sonrió tontamente para responderle.
Era una situación muy peculiar, sentía como si se encontrara en un deja vú ante la presencia del hombre que le sonreía y le hablaba mientras el apreciaba sus finos labios moverse y asentía en ocasiones para no dejarse ver tan embobado hasta que el director dio la orden de comenzar.
Los papeles que tenían que interpretar eran de hermanos aunque después de un tiempo ellos tomaran sus propios personajes para acercarse. Como siempre eran los últimos en irse, todos recogían las cosas del set para enlistarse el día siguiente mientras ellos se iban a una esquina a platicar como si se conocieran de años cuando un tema particular los asalto y así el rubio oxigenado de cabello largo confeso la extraña atracción hacia su compañero, no lo hizo con el afán de declarar un amor y eso lo interpreto de buena forma su amigo británico aunque justamente había algo ahí entre los dos, la confesión no era de amor aunque todos los días por todos lados los demás podían sentir una tensión entre ambos cada vez que tenían que convivir.
Se sonrieron porque se llevaban tan bien que eso no era un obstáculo para ninguno, lo que creían ellos era que la admiración mutua los acercaba mas que con otros actores, se identificaban por ser la primera vez que saldrían como principales en la pantalla grande y por eso aquella noche después de todo se invitaron al cuarto a hablar mas.
Las risas aumentaron en el cuarto de hotel mientras se confesaban mas cosas como el gusto por los ojos de cada uno, la altura de Chris y el cuerpo delgado de Tom. Una botella de vodka fue disminuyendo su contenido al contrario de las caricias de los actores que iban en aumento; primero una calida mano en la mejilla, después otras manos tomando una cintura hasta que los ojos se cerraron y los labios se juntaron para dar un roce de labios en el sillón mas grande de la sala. Aunque el alcohol había sido suficiente la moral quedo intacta y con ese beso el británico de cabellos negros se separo disculpándose y haciendo reír con eso al rubio que le abrazaba la cintura.
Las manos grandes del interprete al semi dios del trueno tomaron la cabeza del que tenia enfrente para pegar sus frentes mi mirarse con deseo desde cerca.
-Hoy no soy Chris, hoy soy Thor y tu eres Loki-
El ultimo nombre le cosquilleo en la punta de la lengua, una imagen vaga de un hombre apuesto entre la nieve lo asalto junto con el roce de aquellos labios delgados y fríos besándolo frente a un árbol.
Las miradas se terminaron cuando con una sonrisa de diversión Thomas beso de nuevo a Chris aunque esta vez con mas pasión, el impulso por besar al rubio lo había hecho caer y con el un británico recargado en su pecho que lo besaba efusivamente, las lenguas bailaban y el alcohol seguía relajando aun mas algunos músculos.
Como pudieron se levantaron del sillón y se encaminaron sin dejar de besarse hasta la habitación principal donde se dejaron caer abrazados en la cama. Hemsworth repartiendo besos sobre el cuerpo que tenia abajo que dejaba abrir las piernas para darle paso a este. Entre los besos las manos del australiano subían y bajaban bajo la tela de la playera para tentar la piel suave y blanca que la cubría hasta que definitivamente comenzó a estorbar y cada uno se despojo de sus playeras.
Los pequeños pezones eran succionados mientras producían sensaciones de excitación y cosquilleo por las barbas del que amamantaba y con las caderas en movimiento chocaba el duro miembro entre la entrepierna del que se retorcía placentero.
Las manos bajaron por todo el abdomen poco trabajado hasta llegar al fino pantalón negro de vestir que fue despojado rápidamente para dejar al descubierto las delgadas caderas enmarcadas con huesos completamente sensuales a la vista del dominante, el gran miembro del británico amenazaba con salir del increíblemente sexy bóxer negro muy entallado. Chris se relamió los labios, tenia en frente a lo mas erótico que pudo haber visto en su vida, ni siquiera su esposa alguna vez le pudo haber cegado la moral con la excitación que le recorría en ese momento.
Se quedo estático mientras se deleitaba con la vista que le ofrecía su compañero, relamiendo sus delgados labios mientras miraba directamente a los ojos azul mar llenos de lujuria, se contorsionaba lenta y sensualmente frente al arrodillado para poder quitarse la ropa interior y después con un dedo coqueto pedirle que se acercara lo que hizo obediente el rubio para plantarle besos mientras juguetón Hiddleston mordía el labio inferior de su amante, tomo la nuca del de cabellos oxigenados y se acerco al oído.
-I am the god of mischief- (Soy el dios de las travesuras) susurro para después succionar el lóbulo y recorrer con sus dedos la gran espalda fornida que se movía bajo el tacto travieso que le provocaba escalofríos.
Alejándose un poco vio la sonrisa malvada del británico haciendo que su subconsciente se encendiera de nueva cuanta y recordara una sonrisa similar.
La nada experimentada relación entre hombres provoco que sin ninguna preparación Chris se adentrara a la pequeña entrada rojiza que se cerraba en espasmos por la extraña sensación mientras acariciaba el pecho del lloroso Tom que pedía fuera despacio con la penetración.
Las sabanas se arrugaban bajo las manos blancas de dedos largos del que arqueaba la espalda hasta que por fin el australiano pudo meter todo su pene al ano ya dilatado de Thomas. Christopher se agacho y acaricio tiernamente la mejilla de su amante mientras que con el pulgar limpiaba las lagrimas escurridas en los pómulos salientes, Tom abrió los ojos se sonrieron para después suspirar.
Los movimientos eran lentos y torpes al principio, la deliciosa estreches en su miembro era única e inimaginable como el ardor que sentía al comienzo el azabache. Tomando un ritmo Chris acariciaba las largas piernas que se meneaban por las embestidas, ambos tenían las cabezas hacia atrás con los ojos cerrados y la piel erizada dándose el lujo de “saborear” cada sensación.
-oh Tom…..- sonreía para si mismo mientras la penetración alcanzaba la epitome del orgasmo del Británico que se masturbaba energéticamente y con esto eyaculaba pausadamente sobre su abdomen iluminado por las perlas de sudor revueltas con éxtasis.
Con tres envestidas mas Chris se vino rugiendo sensual llenando por completo a Tom y saliendo lentamente de el no sin antes ir desacelerando previamente dentro del ano mientras sentía como el semen se escurría por los lados.
Con los rubios cabellos revueltos se dejo caer al lado de su compañero de cama para comenzar a sonreír tontamente junto con el mientras se abrazaban y se metían por debajo de las sabanas revueltas, poco importaba como se sentían pegajosos entre los roces.
Serian las 4 de la mañana cuando una mano suave acaricio la barbuda mejilla que adormilada se levanto por la sonrisa para después abrir los ojos y ver a su amante que sorprendido lo dejo ya que seguía dormido. Asustado se sentó de golpe en la cama para notar que una sombra salía de la habitación, valiente como desde pequeño tomo una bata para cubrir su desnudes y seguir a cualquiera que fuera.
Gracias a las enormes ventanas la luz de luna alumbraba en un todo azul la sala donde en medio de esta estaba la silueta esbelta y elegante de un ente que al sentir la presencia del actor tras el se giro para que sus ojos a través de la oscuridad brillaran y exaltaran un poco al australiano.
Trago saliva para después sentir como sus pies se acercaban a la silueta negra que ahora era mas baja de estatura que el.
-Hecho a mi imagen y semejanza para mi salvador, un regalo para ti- Los pulcros dientes derechos sonrieron con la sonrisa malvada que pretendía ser feliz y moviendo un poco la cabeza la escasa luz dio en la cara del extraño, tal parecía que el ente y el amante eran la misma persona y dándose cuenta de esto el hombre desapareció.
-gracias….- dijo Chris mientras se quedo un rato meditando en su lugar para después sonreír y regresar a la cama junto con Tom.