.:I Promise You…:.
Lo había visto salir de la florería de su hermana cientos de veces con un racimo de flores rosadas entre sus pálidas manos que resaltaban más el color suave de las florecillas. Lo miraba desde la planta alta de la casa, siempre que se alejaba mientras el viento mecía sus cabellos negros y su impecable uniforme escolar. El sonido de los tacones de su hermana mayor se hizo escuchar:
-Klaus, ¿podrías venir por favor?-escucho la voz de Claudia desde el negocio familiar.
-voy-fue lo único que contesto, para ver al hermoso ángel doblar en una esquina. Sonaba una locura, lo sabía, pero sentía muy en el fondo de su corazón que ya había conocido a ese chico, que estaban destinados estar por siempre juntos y tenía ese conocimiento desde que era niño, sus sueños jamás le mentían, no lo hicieron a la pérdida de sus padres y no lo hacían cada vez que le mostraban al hermoso joven que era cliente frecuente en la pequeña y modesta florería en un campo de guerra entre sus brazos desangrándose por una herida de bala, prometiendo, mientras sellaban la promesa con un beso suave y cálido, robándose su último aliento para decir “te prometo… lo prometo”, pero lo curioso del asunto e que nunca llego a escuchar lo que ambos se prometían.
Eso se repetía dos veces a la semana, el rubio esperaba paciente a que el pequeño pelinegro llegara a la florería por su acostumbrado ramo de flores rosadas, siempre que lo veía entrar corría escaleras abajo para escucharlo charlar con su hermana mayor sobre cosas triviales que a Klaus le parecían las cosas más maravillosas al salir de los labios de ÉL. Aunque jamás se habían presentado formalmente ambos sabían el nombre del otro.
-Taki Reizen… -susurro el rubio detrás de la puerta que separaba la casa con la tienda
-Klaus… ¿estás ahí?, necesito que me ayudes con una caja-Claudia se escucho feliz, sabía que su hermanito se moría por el estudiante y estaba decidida a ayudarle aunque fuere un poco.
-Cl... claro- respondió un poco dudoso, pero con paso decidido entro al pequeño local
-buenos días-saludo el cliente inclinando un poco su cabeza, a lo que Klaus correspondió-soy Taki Reizen, un gusto en conocerte por fin Klaus, Claudia me ha hablado mucho de ti
-un gusto-respondió el mayor algo sonrojado con una tenue sonrisa, para luego dirigirse a su hermana que no podía borrar esa sonrisa de su rostro-¿con que caja quieres que te ayude?
-oh, Klaus, lo siento, pero tendrás que ir a recogerla, Taki me pidió que hiciera unos arreglos para un evento familiar
-¿Qué quieres decir?-se sorprendió con lo que le dijo, jamás se espero que Claudia le pidiera que… fuera con Taki, caminaría junto a él y lo apreciaría más allá de la esquina.
-que acompañes a mi querido Taki hasta su casa por algo que necesito, es que yo tengo que quedarme aquí ya que un cliente vendrá a recoger un pedido muy especial y tu eres un bruto para esas cosas
-jajaja muy graciosa Claudia
Por su parte Taki veía sorprendido a esos dos, el tenia cuatro hermanas pero jamás se comportarían así, se alegro que ellos fueran tan cómplices razón por la cual sonrió tenuemente. De repente Klaus volteo a verlo, sus miradas se conectaron, azul contra dorada, provocando que ambos se sonrojaran y desviaran la mirada, acto que no paso desapercibido por la chica.
-bueno, es hora de que se vayan… para que llegues temprano hermano-Klaus bufo, como si no conociera a su hermana, ella sabía perfectamente que él gustaba del chico y no desaprovecharía ninguna oportunidad para emparejarlos-vallan, vallan.
Los encamino a la salida y los despedía con la mano.
El rubio suspiro y le dijo al otro:
-vamos, Claudia, me las pagaras-miro con rencor a su hermana, para después dirigirse a Taki- vamos
El pelinegro salió de su sopor y solo asintió.
-si… gracias por las flores señorita Claudia
La rubia le sonrió con dulzura desde el portón
-no es nada, adiós
-sí, adiós
Taki se despidió haciendo un movimiento de mano para seguir al mayor. Caminaron por largo rato sin mirarse, simplemente sintiendo sus mejillas calientes.
-heeemm-quien rompió el silencio fue Klaus-¿quieres que te ayude con tu mochila?-Taki le miro fijamente procesando la pregunta-bueno, si no quieres…
-¡NO!... no es eso, simplemente… así estoy bien –respondió un poco apenado, después de eso el silencio volvió a reinar entre ellos.
Caminaron, siguieron más allá de la esquina hombro con hombro.
-¿sabes?-dijo Taki, Klaus se detuvo para mirarlo-he tenido un sueño muy curioso, en el te encontrabas tu… en un campo de batalla mientras decíamos que nos volveríamos a ver, que nos encontraríamos…
Klaus se sorprendió en sobremanera, después dijo:
-te prometo…
-que nos volveremos a ver… -completo el pelinegro-nos encontraremos nuevamente…
-lo prometo…
Después de eso Klaus tomo a Taki de la cintura acercándolo a su cuerpo, mientras que con la otra mano tomo su barbilla para acercarlo a sus labios, Taki por su parte coloco una de sus manos en el hombro fuerte de Klaus, donde antes habría tenido una herida, y la otra en los rubios cabellos, para fundirse en un beso.
-cumplimos nuestra promesa
Dijeron los dos al unisonó al separarse, para después volver a besarse…
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