POV: Morinaga
Ya ha pasado el tiempo, y sempai me deja hacerle el amor por miedo a que yo desaparezca. El dice que no es gay, y eso obviamente significa que yo no le gusto. ¿Pero porque no quiere que me valla lejos? Así él podría seguir con su vida, y yo tuviera la oportunidad de olvidarlo. Sé que será muy difícil, amo a sempai con todo mi corazón y no quiero alejarme de él. Pero cada vez que le hago el amor, pareciera que me acepta solo mientras lo hacemos, luego se está quejando que lo hace forzado y que no le gusta.
Pensar en los gemidos de sempai mientras lo hacemos me hace sonrojarme. ¿Como es posible que de tanto amor que le doy, no he llegado a alcanzar su corazón?
-¡Morinaga! ¿En qué estás pensando?- la voz se escuchaba en panico
La voz de sempai hace que deje mis sueños a un lado
-¿Qué pasa sempai?
Me acerco a el pero el esta mirando hacia abajo… Al seguir su mirada veo que esta mirando mis pantalones. Ehhhhh tengo una erección! Me doy la vuelta y me siento sonrojar. Eso me pasa por estar soñando con sempai. ¿Pero porque pudo notar mi erección? Podrá ser que sempai a veces le dan ganas de mirar hacia esa “área”. Me doy la vuelta poco a poco, veo a sempai aun en shock y rojo. Al verme mirándolo se enoja, se voltea y va a la mesa donde tenía uno de sus experimentos.
Voy y me acerco a él, lo tomo por sorpresa y lo siento dar un brinco.
-¿Qué haces idiota? Aleja eso de mi trasero!- dice con voz furiosa
-¿Eso? ¿A qué te refieres sempai?
Me le acerco más y hago que sienta mi pene en sus glúteos. Sempai trata de empujarme pero noto un cambio en el.
-Ahora no Morinaga, quiero terminar esto… espera a llegar a la casa”
No podía creer lo que escuche, sempai me está pidiendo que espere a llegar a la casa.
-Ehhh ¿Hablas enserio? – le dije dulcemente
Sempai se volteo y me dio un golpe en la cabeza.
-¡Si no te digo que en la casa está bien, te vas a aprovechar de mi aquí mismo idiota! Y alguien puede entrar. – se notaba muy molesto, como siempre
Sonrei al escuchar su excusa
-¿No te emocionaría hacerlo aquí? Tal vez termine gustándote mas…
-AQUÍ NO IDIOTAAAAA!!!
Me aleje de él y empecé a buscar que hacer para ayudarlo, cuando iba a tomar uno de los instrumentos nuestras manos se encontraron. Ya sempai lo había tomado pero cuando mi mano toco la suya lo dejo caer y se rompió.
-¡Ten cuidado idiota, mira lo que me hiciste hacer!- Sempai estaba a la defensiva, Entiendo que tal vez sea mi culpa por tratar de provocarlo, pero debería tenerme un poco más de confianza.
-Lo lamento sempai, Yo lo limpiare
No me tomo nada de tiempo recoger los pedazos del piso. Cuando mire a sempai lo veía distraído. Se nota que está intentando fuertemente en concentrarse en su experimento, pero parece que hay algo en su cabeza que no lo deja. Iba hacia el a preguntarle que le pasaba, pero por un momento mis ojos bajaron hacia los pantalones de sempai y vi una elevación en ellos.
-sempai… - No puedo creer lo que estaba viendo. ¿En serio? ¿Por qué? ¿Acaso funciono?
Sempai me miro, estaba sonrojado y un poco cabizbajo. Espero a que le dijera algo, pero… mi mente se había llenado de pensamientos eróticos.
-¿Qué pasa Morinaga? – me pregunto un poco irritado por el silencio, ya que se notaba que yo quería decir algo.
Sin pensarlo dos veces me le tire encima y lo comencé a besar. Note como su irritación cambio a pánico al tener mi lengua dentro de su boca, pero a la vez respondía a mi beso. Me besaba y aún no había intentado detenerme. Unos segundos después comenzó a empujarme para que lo dejara.
Al separarnos vi que sus ojos estaban medios llorosos, me preocupe y rápido lo tome de la cara.
-Sempai! ¿Te sucede algo?
-¡No me sucede nada! – Con voz alterada - El problema es que cierto idiota que tengo de asistente insiste en hacer cosas indebidas – coloco su mano en mi pecho creando distancia- ¡Déjame trabajar!
-Sempai, tu y yo sabemos que no estas lo suficientemente concentrado en tu experimento. –quiero que admita como se siente, que me diga lo que quiere hacer.
-¿Cómo podría si estas besándome? – hablo ahora un poco más tranquilo
-Me refiero a antes del beso. – le toque la “elevación” que tenía en el pantalón– Esto es de lo que hablo.
Sempai se veía molesto y avergonzado de que yo descubriera lo que le sucedía.
-¡Quita tus manos de ahí! – otra vez había entrado en pánico
-¿Estás seguro que eso es lo que quieres?
Sempai nunca puede ser honesto con sus sentimientos. Le comencé a abrir el pantalón, y sempai se asustó e intentó detenerme. Le mordí el cuello y vi como su energía se desvaneció. Termine de abrir su pantalón y saque su miembro, sempai me miraba sonrojado, pero me estuvo raro que no dijera nada.
-¿Estas sumiso sempai? ¿Por qué? – le pregunte de manera sarcastica
-¿Quieres que me resista? – dijo el sin ganas de hablar
-Si no te resistes mucho mejor. – Le hable ahora con un tono más tierno -Significa que me das permiso. – me acerque a su oreja y se la mordí.
Ahora lo estaba masturbando, y sempai se notaba muy encendido. Le lamí el cuello y cerro sus ojos con fuerza, mientras dejaba salir uno de sus exquisitos gemidos.
-Sempai, aguanta tu voz, recuerda donde estamos.
-¡Te dije que esperaras a llegar a casa!- dijo sempai ahora molesto
-Yo iba a esperar. Tú fuiste el que tuvo una erección y dejaste que yo lo notara. – susurre en su oreja - Ahora he perdido todo el control y no puedo esperar. Te quiero aquí… ahora sempai. Quiero hacerte mío aquí, donde pasamos tantos días y horas juntos.
-¡No digas cosas innecesarias! – se notaba que había perdido el control, estaba excitado y a la vez tenía miedo de lo que sucedería después.
-Es necesario. Ahora siempre que estemos aquí podrás recordar este momento y todo lo que te he dicho. – quiero que siempre piense en mí, quiero controlarlo y que sea mío, siempre mío.
-¡Suéltame ya! No te soporto…
Lo bese para que dejara de quejarse, y resulta que me respondió mejor de lo que yo me esperaba. Lo sentía todo excitado con mi beso, puso sus manos en mi cuello. Lo seguí besando con toda la pasión y amor que sentía ahora en mi corazón, y poco a poco note como mis sentimientos llegaban a él.
Al terminar el beso sempai se alejó de mí y camino hacia la puerta sonrojado aun con su miembro afuera. Me sentí paralizado, sempai no hace nada por su propia voluntad, siempre soy yo el de la iniciativa para que podamos estar juntos. Nunca lo lograre hacer mío ¿existe alguna posibilidad de hacerlo caer en mis brazos?
Todas estas dudas se apoderan de mí cada vez que sempai hace algo que me da a entender que todo esto lo hace por obligación. Me hace dudar de cualquier avance que pude haber notado ya en nuestra relación.
Escuche un ruido en la puerta… ¿el seguro? Me voltee y vi a sempai con su mano en la cerradura, ¿la había puesto? ¡No puede ser! Sera que… ¿si quiere?
-Sempai… ¿Por qué? – le pregunte un poco confundido.
-No quiero que alguien entre y nos encuentre haciendo “cosas”- dejo la cabeza cabizbaja mientras hablaba, pero me di cuenta como se fue sonrojando.
No puedo creer lo que escuche. Sempai… Lo amo, lo amo… cosas así hacen que mi corazón se llene de él. Te amo sempai, quédate conmigo… dime que tú también me amas.
Dije todas estas cosas en mi mente mientras sempai caminaba hacia donde yo estaba. Al llegar a mi puso su cabeza en mis hombros.
-Esto está mal, sabes lo que pienso de los homosexuales. – Refunfuño entre dientes- Sin embargo, me provocas y termino cayendo.
-Sempai… esto no está mal, es perfectamente normal… se llama amor.
Le tome la cara con delicadeza, lo mire a los ojos, pero evito mi mirada. No logro ver todos los días a mi sempai de esta manera, de hecho esta es la primera vez. Debo estar seguro de recordar y grabar esta única memoria en lo más profundo de mi corazón.
Lo bese lentamente y me respondió el beso otra vez, su respiración se intensificaba haciendo mi corazón palpitar con más fuerza. Enredo su mano en mi pelo mientras tomaba el control del beso. Ehhhh… ¿sempai? Luego comenzó a quitarme la ropa por su propia cuenta.
-Sempai… ¡de verdad lo deseas!- estaba alegre con esta nueva forma de expresarse de sempai.
-¡CALLATE! – dijo un poco molesto- NO NECESITO QUE HAGAS COMENTARIOS COMPLETAMENTE INNECESARIOS!
Sera mejor no dejarle saber que se lo que siente en estos momentos…
Le quite la ropa y luego fui a una de las mesas para desocuparla de todo lo que tenía. Al terminar lo tome de la mano y lo lleve a la mesa, estaba sonrojado pero a la vez se veía molesto.
-Aquí sempai… encima de la mesa
Sempai se sentó encima de la mesa, y lo acomode para que se recostara y hacerle sexo oral, sempai se tapaba la boca para no dejar salir sus gemidos. Le mordí los pezones y se sonrojaba aún más mientras aguantaba su voz.
-Sempai, déjame escucharte un poco
-No… pue… pueden escucharnos… Ahhhhh
-Que sexy, sempai… hazlo otra vez – sus gemidos me cautivaban, y me excitaban aún más.
-¡No! Déjame… Ahhhh… ahhh
Deseo escuchar a Sempai gemir siempre. No quiero que sea otra persona quien lo haga hacer esos sonidos. Tengo que ser yo, no soportaría que sempai estuviera con otra persona que no fuera yo.
-Sempai, abre tus piernas… necesito prepararte.
-¡No te atrevas llegar a tal extremo! – ahora parecía reacio a llegar a la penetración, pero puedo ver lo mucho que me desea en estos momentos.
-¿Seguro que quieres dejarlo así?
Lo comencé a penetrar con un dedo, y rápido se tapo la boca con una de sus manos, los ojos cerrados y apretados. Sacudió la cabeza y me detuvo con la otra mano que no tapaba su boca. Al detenerme hablo pero aun con la boca tapada.
-¡Usa más de un dedo!- sempai se veía demasiado lujurioso
Y aun se atreve a decirme que no llegue a estos extremos. Haaaa. Lo penetre ahora con tres dedos, y se apretaba la boca con fuerza, pero aun así se le escapaban sus gemidos.
-No hagas eso… -Le saque la mano de la boca y lo bese.
Sempai ahora que parecía perdido en lujuria solo podía jadear fuertemente y parecía que sus ojos se habían perdido de tanto placer.
-¿Vez? ¡Lo estas disfrutando!
-Nunca dije lo contrario. – Sempai se estremeció – ¡Detente! Me voy a “venir”.
-Adelante sempai – lo bese en la frente – quiero verte.
Sempai ahora parecía un desvergonzado, se vino y estaba moviendo las caderas de una forma en particular.
-¡Sempai!- lo tome por la cintura, quiero penetrarlo
-¡Detente! No hagas eso aquí… -Me miro un poco cabizbajo
-Sabes que lo quieres… ¡No te rehúses!
-¡Ya estuvo! – me empujo y se levantó de la mesa. – No te pases, el simple hecho de que te permita hacerme lo que quieras no significa que tienes derecho a hacer tal cosa en este lugar.
Aún estaba sonrojado, pero se veía serio. Ahí va otra vez a negarlo todo. Él nunca quiere, siempre soy yo… y el me lo permite. Me decepcionas sempai, quisiera que fueras un poco más honesto contigo mismo.
-¿Qué estás diciendo sempai? Tú también querías… – sempai me interrumpió
-¿Queee? Tú eres el que te aprovechas de todo.
No puedo con esto. ¿Por qué es tan terco? Lo único que hace es herirme más. ¿Acaso no le importan mis sentimientos? ¿Acaso el mismo no estaba sintiendo algo por mi mientras estaba en ese estado? ¿Por qué tiene que cambiar de pensar tan rápido?
-Sempai… ¿te molestaría si me tomo lo que queda del día libre?
Semapi me miro extraño y un poco enojado
-Asi que mi asistente decide abandonarme. –Gruñe y se da la vuelta - ¿tienes algo que hacer?
-No – no quiero estar a su lado en lo que queda del día –Necesito despejar mi mente. ¡Francamente serás la causa de mi muerte sempai!
Salí corriendo del laboratorio y solo escuche a sempai gritar mi nombre.
-Morinaga!!!!!!!!!