Capítulo 1: Fin del Verano
Era ya tarde en la noche; pero eso no es ningun impedimento para estar en las calles de Tokio, a Naruto Uzumaki y sus compañeros; Kiba, Sasuke y Gaara les encantaba. Se pasaban los fines de semana de ambiente en ambiente; sentían que se lo merecían por terminar las tareas los viernes sin falta. No significa que por aplicados fusen niños buenos eso está más que claro.
Esa noche fue algo agitada, solo tenían 16 pero se creían lo basatante maduros ya. Al salir de un club, los cuatro, bastante ebrios, se buscaron problema con un muchacho, parados bajo un poste de luz vieron mejor a su víctima.
El chico era alto, de tez morena, casi tostada, denotaba un físico bien trabajado, tenía unos ojos verdes muy profundos y su cabello era blanco como la nieve. Los cuatro borrachos se divirtieron diciendo estupideces poco pensadas como "multifacético" o "poliracial"; el joven desconocido solo los miró con pena, estaba casi seguro de que los patéticos seres rodeandolo no tenían ni la menor idea de las palabras que estaban utilizando; y tenía razón o al menos con Naruto y Kiba, ese par eran unos verdaderos bobos.
El de tez morena se dispuso a seguir su camino ignorando a nuestros borrachos pero al intentarlo Naruto lo empujó haciendolo retroceder, lo miró y su expresión decia algo como "tú no te vas de aquí". Entonces, el peliblanco dio un largo suspiro.
Lo último que sintieron nuestros trasnochados fueron golpes en todas partes, esos locos no se esperaban que una sola persona les diera una paliza como esa. Al menos los múltiples puñetazos los sacaron de la borrchera y Sasuke, Naruto y Gaara se dispusieron a caragar a Kiba quien fue el más maltrecho.
Uzumaki propuso que fueran a terminar el últmo día del verano en su casa, todos aceptaron por supuesto, les enantaba ir, era un casometro ubicado en los tranquilos suburbios y además la familia de Naruto era geníal.
Al llegar, Kushina se les acercó preocupadísima llorando y gritandole a Naruto que esas no eran horas para llegar a casa luego de tres días fuera en quien sabe donde y blah blah blah. Él solo le dijo a su madre que no se preocupara, que la quería mucho y que estuviera clara de que él y sus amigos no estaba haciendo nada extremadamente malo, todo con una tierna sonrisa en el rostro. Al pasar por la sala vieron a Minato con un gran libro en la mano y solo levantó la mirada con lentitud para encarar a su hijo desde el sillón y decirle en tono neutral:
-Llegas tarde-. A lo que Naruto se limitó a responder:
-Si mi viejo yo se; yo se...-.
Subieron las escaleras al segundo piso y al pasar por el pasillo que conducía a la habitación del chico escucharon los gemidos que salían del cuarto del hermano mayor; Deidara. El pervertido de Naruto pegó su oído a la puerta y escucho a perfección la voz de su hermano diciendo cosas como: "más...ahh..duro" o "ahí Ita...chi...ahí!". Luego de reirse un poco continuaron con su camino, al llegar a la recamara recostaron a Kiba en un puff, Gaara se mantuvo cerca para asegurarse de estaba bien y Sasuke se acomodó en la cama mientras Naruto fue al baño a buscar el botiquín de primeros auxilios, despues de todo su amigo no tenía nada grave.
Luego de tratar las heridas se dispusieron a hablar de sus expectativas para el nuevo año escolar, habían oído que tercer año es monstruo, Naruto estaba acurrucado en la cama con Sasuke, muy melosos, cosa que incomodaba a los otros dos pero no les inpidió seguir conversando hasta quedarse dormidos algo así como a las dos de la mañana.
Deidara pasó por el cuarto para molestar a su hermano pequeño, *(ignoro con que energías despues de la sesión con Itachi)* pero al ver los cuatro tan tiernamente dormidos solo les apagó la luz que ellos habían dejado encendida.
Todos se despertaron cuatro horas más tarde a las seis de la mañana con caras de medio muertos pues obviamente no habían podido reponer energías. Aún así lograron ponerse de pie y Naruto les prestó un uniforme a cada uno de sus amigos, ese día le tocará duro a la lavadora. Bajaron a la cocina para deayunar y Deidara al verlos estalló de risa, tanto a Sasuke como a Kiba los uniformes les quedaban pequeños y apretados y a Gaara un poco grande.
-Ahora si te pareces al estirado de tu hermano con ese traje tan apretado Sasuke ajajajaja!- le decía Deidara al chico, señalándolo con el índice; mientras, al otro lado de la cocina Itachi miraba sombríamente al risueño charlatan.
Deidara es un joven de 19 años con la piel algo morena como su hermano menor, tiene unos bellos ojos color lila y una larga cabellera, rubia y lacea que le tapa el ojo derecho, su cuerpo está bien esculpido como el de cualquier joven atlético de esa edad, es muy risueño y relajado, adora las artes y su actividad favorita es molestar a Naruto o a sus amigos cada vez que se presente la oportunidad, mas no confundan, Deidara ama a su hermano menor y lo protegería sin imporar el costo.
Nadie respondió, todos tenian mucho sueño como para pensar. Se sentaron a la mesa donde Itachi les acercó varios tazones de cereal, la caja y un cartón de leche.
Este es el hermano mayor de Sasuke, tiene la piel pálida, un tono blanquecino, con el rostro perfectamente tallado y una nariz perfilada, mide un metro ochenta y dos y el cuerpo es perfecto, mucho más trabajado que el de su pareja, su cabelllo es laceo y negro acomodado en dos flequillos a los lados y los ojos son de un rojo ardiente con un diseño de tres comas negras gracias a unos lentes de contacto especiales que el siempre usa, pues es miope. No se puede ser tan perfecto... verdad?.
Es muy circunspecto y silencioso, responsable y aplicado y a pesar de su constante cara de pocos amigos es alguien muy agradable cuado lo llegas a conocer.
Todos comían con mucha pereza, casi que se les caían las cucharas de las manos hasta que Kiba mencionó:
-Oigan... ¿No deberíamos pasar por la casa de Gaara y la mía para recoger nuestros bolsos?...-.
Ante lo dicho Gaara casi se atraganta, se le había olvidado llevar su mochila con todo listo a casa de Naruto el Jueves pasado que salieron de fiesta.
Gaara es un chico no tan alto con los ojos de color verde menta, la tez pálida, casi blanca y el cabello de rojo carmín. su actitud es serena pero simpática y es el tercero mejor academicamente de la promoción de Naruto, a su madre le preocupa que se este jutando con ese grupo.
Naruto abrío mucho los ojos, se le había olvidado eso, se tragó lo más rápido que pudo el desayuno y miró a su hermano directamente.
-Nii-san! Necesito que nos lleves en el auto! Kiba y Gaara no viven nada cerca y si llegamos tarde hoy...- decía Naruto con tono suplicante. El primer día de clases en la Konoha Gakuran era el más estricto de todos en cuanto a asistencia y horario.
-No puedo, papá me quitó el carro hace dos días, porque en una fiesta un imbécil que se subió ebrio, vomitó en el asiento de atrás y mi viejo cuando se enteró casi me mata- dijo Deidara mientras jugaba con el pelo, Itachi lo miraba con una cara de reproche y una gran gota de sudor en la cabeza pues la verdad había sido el rubio quien se pasó de copas.
Naruto se decepcionó y a Gaara le empezó un tic en el ojo. Todos terminaron de comer a la velocidad de un destello y Sasuke junto a Naruto subieron a la habitación de este último a buscar sus mochilas para luego salir disparados por la puerta principal e ir corriendo a casa de sus amigos.
Esas no eran las únicas sorpresas qe les esperan ese día, poco a poco tiene más sazón.