Capítulo 2: Latin Rocks
Eran ya las siete cincuenta y siete a.m. y las clases comenzaban a las ocho en punto; Sakura, Ino y Hinata esperaban a sus amigos, ya preocupadas de que se tardaran tanto.
Ino es una chica alta de curvas perfectas con los ojos azul cielo y el cabello largo y rubio, el flequillo le cubre el ojo izquierdo y ese día se hizo una larga coleta alta con una hermosa pieza de oro. Es una tentadora profesional, a veces muy arrogante pero siempre dispuesta a entregarse por sus amigos.
Sakura, por otro lado es un poco más baja que Ino, con un bello rostro de ojos verdes y pelo rosado, sin embargo su cuerpo no es tan femenino como el de otras chicas. Bastante tsundere y gruñona le gusta recordale a sus amigos cada vez que puede que es mejor en ciencias y matemáticas, aunque es bastante torpe para otras cosas es por su actitud testaruda y reponsable que el grupo la quiere tanto.
Hinata es la más tímida, pero con un corazón de oro y una mente comprensiva y abierta. Fue a quien la vida le dió más duro a la hora de aceptar que no tenía oportunidades con Naruto. De buen cuerpo y baja estatura Hinata destaca entre las mujeres, en especial por su larga cabellera negra al estilo MIKO y sus cristalinos ojos blancos como la nieve.
Las tres estaban punto de salir del colegio a buscarlos cuando al fín los vieron a la distancia acercándose a toda máquina. El timbre de entrada sonó y las chicas comenzaron a gritar animando a sus amigos pues las rejas automáticas se cerraban, los cuatro chicos lograron entrar por los pelos y se quedaron parados ahí sosteniendose en las rodillas mientras jadeaban.
-Uhh... ¿Por qué tan tarde? Pensé que con Gaara y Sasuke en el grupo llegarían incluso antes que nosotras...- dijo Ino muy altanera, se dirvertía de ver exhaustos a los muchachos.
-¿Te causa gracia? A estos dos idiotas se les olvido traer los bultos a mi casa el jueves como les dije y tuvimos que salir corriendo a buscarlos.- dijo Naruto mirando a Gaara y a Kiba
-¿Se divirtieron el tiempo que no nos vimos?- preguntó Sakura
-Oh claro que sí, seguro se divirtieron muchísimo.- dijo Hinata Mirando con cara de pervertida a Sasuke y Naruto. A pesar de su timidez, ella es una fuyoshi empedernida y no existe quien la cambie. Sakura se quedo sin repuesta mientras todos miraban a la fuyoshi con una enorme gota de sudor en la cabeza.
El grupo comenzó a caminar en dirección al pasillo de los salones de tercero, mientras cada uno hablaba de sus eventos veraniegos. Naruto en silencio comenzó a mirar a otros sitios y se sorpendió pues en el edificio de profesores pudo ver a través de una ventana al mismo chico que les había pateado el trasero la noche anterior. Se refregó los ojos y volvio a ver, pero el muchacho ya no estaba allí. ¿Había sido su imaginación? o ¿Algún truco de la luz? Ya no valía la pena preguntarse, estaban dentro del edificio estudiantil.
La enorme masa de gente analizando las listas afuera de cada salón llenaba los pasillos, cuando el grupo llegó al segundo piso pasaron sección por sección y al llegar a la C, vieron que todos estaban allí, se alegraron y bromearon entre todos, dieron un paso adelante en el salón para buscar puestos contiguos, al entrar se percataron de que estaban con Neji Hyuga, el primo de Hinata y primer lugar académico todos los años, también estaban allí TenTen y el raro de Shino Aburame al lado del genio perezoso de Shikamaru.
Todos tomaron asientos lo más unidos posible, fueron poco a poco entrando alumnos y llenandose puestos hasta que en el salón solo quedaron dos pupitres vaciós uno normal al fondo a la derecha y el otro justo al frente y al medio del todos que tenía una pequeña carta en el asiento. En eso entró el profesor, era un hombre viejo y gordo con el cabello bastante alborotado, podría decirse hasta picudo, con una larga cola de caballo que llegaba casi hasta el suelo, igual de puntiaguda.
No dijo ni una palabra y solo escribió tres nombre en la pizarra. Cuando terminó dijo:
-Yo soy Jiraiya y seré su profesor de literatura.- sonaba firme pero simpático, pues tenía el rostro serio pero una ligera sonrisa se dibujaba en su boca.
-Ustedes dos ya pueden pasar.- dijo el maestro en el mismo tono en el que se presentó.
Al momento entró al salón un chico de baja estatura y una dulce sonrisa que le surcaba los labios, tenía los ojos cerrados en una expresión adorable pero sabía por donde caminaba. La piel del muchacho era morena como el café con leche y su cabello, corto y crespo, negro como la noche, por como se ajustaba la blusa del uniforme a su torso se podía decir que hacía ejercicio. Naruto se sorpredió y él, que estaba detrás de Shikamaru le preguntó:
-Hey sabelotodo; ¿De dónde crees que sea el chico?-
-Por el color de la piel y el pelo te puedo decir que probablemente es latino, pero por las facciones del rostro puede que tenga genes europeos.- respondió Shikamaru con desgano; Naruto entendió todo excepto una palabra y volvió a preguntar:
-¿Latino?- a lo que Shikamaru contestó:
-Ay, si eres ignorante, latino, de Sur América, América Latina... ¿Te suena?-.
Los ojos de Naruto brillaron, le parecía genial que alguien de tan lejos estuviese en su escuela, en el receso lo inundaría a preguntas.
Naruto es un chico rubio con el pelo siempre alborotado, de estatura promedio y piel trigueña, el rotro dulce, las tres marquitas en ambas mejillas que simulan bigotes felinos solo hacen que su sonrisa omnipresente resalte más, sus ojos son como dos ventanas al cielo, azules y profundos, además de su enérgica y optimista personalidad, son lo que más destaca en él, sus hermosos y brillantes iris de zafiro, con los años desarrolló un físico suculento, que solo le hizo las cosas más difíciles a Hinata.
Segundos después de que el nuevo se parase delante de la pizarra mirando hacia el grupo, pasó adelante otró chico que llevaba puesto un Hakama elegantísimo en los colores del uniforme, el rostro del muchacho era perfecto y su piel perlada, los ojos eran verdes como un bosque en primavera, su mirada rígida y fría como quien destaca superioridad y su cabello era castaño agarrado en una cola baja que llegaba a la cintura. Apenas se posicionó Jiraiya los presentó:
-Ellos son Mauro Farias de Venezuela y Ryudai Hachibei, del templo Ryudai.-
Los alumnos se sorprendieron al saber que el heredero del templo más famoso de la ciudad estaría con ellos ese año. El niño rico solo se limitó a decir "Es un placer" pero por otro lado a lo que el latino abrió los ojos varias chicas y también algunos chicos, entre estos nuestros cuatro locos con resaca, se quedaron anonadados. Los ojos del muchacho eran dos cristales color caramelo, ambares perfectos incrustados en un rostro sonriente.
-Hola! Es un placer estar con ustedes, espero nos llevemos muy bien!- dijo el chico en español para luego repetirlo en japonés perfectamente pronunciado.
-Pueden sentarse.- les inidicó Jiraiya mientras borraba la pizarra.
Ambos tomaron asiento, Hachibei se colocó en el pupitre reservado con la cartilla en la primera fila y Mauro buscó el puesto sobrante detrás de Naruto, al sentarse el rubio delante se volteó y le dijo:
-Hola! Soy Naruto Uzumaki.- con una sonrisa brillante; Mauro lo miró unos segundos antes de responder y dijo:
-Buenos días! Espero nos llevemos bien.-
-¿No tienes calor? Llevas una camisa de cuello tortuga debajo de la blusa...- Preguntó Naruto.
-No te preocupes, es que aquí hace más frío que de donde vengo.- dijo el latino sonriendole de vuelta al rubio.
Quien sabe que pasaría de allí en adelante. Todos mmiraban ansiosos a los nuevos, iclusive un chico alto, pálido y fornido con el cabello gris y mirada sínica que nadie notó parado afuera del salón de nuestros protagonistas.