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La clase de música por Mercucio

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Notas del capitulo:

Perdonen la demora es que estuve un poco escazo de ideas pero ya me llené y tenía mchísimas ganas de escribir, aqui les vá!



A LEERRRR!!!

Capítulo 3: Sonrisa perturbada

 

Ya había pasado la semana, "que rápido" pensaban algunos, "que alivio" decían otros, en fín, duranto los cinco días los alumnos conocieron a muchos profesores, la mayoría los dejó atonitos con la actitud. Muchos estudiantes (Principalmente chicas) estaban indignados con los títulos de los libros que Jiraiya les mandó a leer.

 

-Señor... ¿Porqué no dice de una vez que son lecturas eróticas?- preguntó un muchacho que tenía grandes ojos, cejas inmensas y el cabello redondo, negro y brillante como una bola de bolos.

 

-¿Cómo los sabes? ¿Acaso ya las haz leído?- fue lo único que el profesor le dijo, el chico se sonrojó hasta las orejas y calladamente tomó asiento, una risita baja se escuchó dentro del salón.

 

Más adelante el Miércoles, conocieron al profesor de matemáticas, un hombre alto, de cuerpo esbelto y largo cabello negro, todos lo miraban con miedo pues había escrito una ecuación de esas que parecen imposibles en la pizarra. Se volteó y dejó ver unos ojos dorados que parecían de reptil.

 

-Buenos días... soy Orochimaru... y sssere su profesor de matemáticass...- dijo el sensei en un tono casi amenazante. Todos percibían que sus clases serían un infiernito.

 

El jueves tuvieron la bella oportunidad de impresionar a la profesora de Deportes; una mujer rubia y voluptuosa con una actitud seria y un caracter de mil demonios, su nombre; Tsunade.

 

-Les enseñaré a ser grandes atletas! Después de que termine con ustedes podrán jugar baloncesto mientras nadan en un campo de fútbol!- dijo con fiereza la rubia.

 

Todos tenían una inmensa gota de sudor colgandole de las cabezas pero no tuvieron tiempo de pensar más.

 

-Ahora corran! Salten! Vuelen si es necesario! A trotar!- dijo gritando a todo pulmón para luego sonar un bonito silbato de jade que le colgaba del cuello.

 

Más tarde ese mismo día, exhaustos de la hora de "ejercicio al estilo militar" tuvieron la clase de historia. Por la puerta entró un hombre joven con una bufanda que le tapaba medio rostro y cabellos plateados, de físico imponente que iba vestido de ropa casual.

 

-Hola soy Kakashi Hatake y seré su profesor de historia.- dijo el hombre con dulzura, todos parecían entender que sonreía pues nadie podía verle la boca.

 

La clase transcurió en un inusual silencio completo y los alumnos se dieron cuenta que a pesar de la simptía que aparenta el muy desgraciado no necesitaba darse la vuelta para saber quien estaba hablando.

El viernes, al fín!, les explicaron que todavía les faltaban dos profesoras que vendrían la semana que viene, la de ciencias biológicas y la de música, esta última materia sería considerada como complementaría y daría puntos extra para subir el promedio.

Tuvieron una interesante clase de arte con dos jóvenes profesoras nuevas, una era tímida y de baja estatura, con una sonrisa insegura en su pálido rostro, tenía el cabello corto, broncíneo y no soltaba un muñeco de cerdito que llevaba puesto un chaleco, el nombre de esta chica es Shizune, es la auxiliar de Kagura. Esta por otra parte es una mujer alta de cuerpo perfecto, con la piel color nácar y los ojos de verde menta, su cabello es níveo y siempre lo tiene acomodado en un moño agarrado por un cintillo con cascabeles.

El mujerón dió unas pocas instrucciones en una voz casi gélida las cuales Shizune dió a entender mejor pues la peliblanca las había expresado en palabras tan rebuscada que todos los alumnos pensaron que quería impresionarlos.

Pero en fín, ya era el último recreo, tenían dos recesos durante el día, la semana para los nuevos fue amena y rápida, Hachibei no se preocupó por relacionarse con nadie, se limitiaba a tener el mínimo contacto de educación con los demás.

Mientras, Mauro tenía la sutuación más cómoda. Naruto estaba felíz de que el chico pudiese integrarse tan bien al grupo, además era increíble, dibujaba de forma espectacular, aunque el dijera que no, era sumamente atlético, en la clase de deportes el trote pasó a ser una carrera entre Sasuke y Mauro, pero el azabache no tuvo oportunidad, el latino lo rebasó por mucho dejandolo atrás en la distancia.


Sasuke es un chico alto, como de un metro setenta y siete con la piel blanca propensa a rubores, su rostro es perfecto al igual que su figura y sus ojos café obscuro son un pozo de emociones, el cabello de tono negro es un poco alborotado pero esta bien peinado en dos flequillos laterales que le enmarcan su hermosa cara. De actitud soberbia y testaruda con una tendencia a errar en razonamiento a pesar de ser muy iteligente, aún así existe un cálido amor dentro de él que sin querer manifesta a todos sus amigos con lo entregado y responsable que es. Ha sido la utopía de muchas chicas, entre estas Sakura e Ino, pero el tiene otros intereses mucho más.... ¿Masculinos?

Nuestro grupo almorzaba tranquilo junto a su nuevo compañero Venezolano mientras este respondía lo mejor posible las insistentes preguntas sobre el trópico.

 

-No, no todo son playas y palmas por doquier.- decía Mauro con un expresió dulce.

 

-Sí! Mi mamá fue una vez de vacaciones y subió a una montaña donde nevaba!- dijo Sakura sorprendiendo a los otros.

 

-El pico Bolivar, es el más alto de la cordillera andina.- acotó el latino

 

-Sabes mucho! ¿Has estado allí?- preguntó Hinata

 

-No realmente, siendo honesto nunca visite más ayá de los libros ningún lugar de mi país... nací y hasta los once viví solo en la capital, luego me mudé a Madrid y allí estuve hasta hace dos años que llegué a Japón.- respondió Mauro sonrojándose y desviando la mirada, el tenía diesiciete años, era mayor que todos en el grado, sin embargo de alguna forma todavía era un niño por dentro. Al ver esto algo le cosquilleó e la entrepierna a Sasuke, como podía!, él tenía pareja y no se permitiría que los encantos de un chico exótico lo debilitaran.

 

-Y... ¿Es cierto todo eso de los terroristas y la guerrilla?- preguntó Gaara muy curioso.

 

Ante este comentario la expresión de Mauro pasó a ser fría, estaba a punto de dar una respuesta para escapar por la tangente cuendo sonó el timbre de entrada a clase, en eso el grupo se levantó y Kiba preguntó:

 

-¿Qué clase tenemos ahora?- cambiando el tema y salvando al chico.

 

Pero Naruto se percató de esto, a pesar de su dulce expresión y radiante actitud, el moreno tenía dos manías muy notorias, primero evitaba hasta el más efímero contacto físico, fuese accidental o no, con cualquier otra persona y segundo, que ante cualquier mención de clubes nocturnos, incidentes con criminales o la mafia; Mauro cambiaba el tema o simplemente se despedía y daba alguna excusa de su repentina partida, por suerte no eran mentiras, de verdad tenía pendientes.

Al entrar al salón, el niño del templo, Hachibei, estaba escribiendo algo en la pizarra y el resto del grupo conversaba antes de la llegada del profesor. Cuando toda la clase se encontraba presente, Ryudai se dió la vuelta y miró fijamente a todos.

 

-Los profesores me dieron estas dos úlimas horas para otorgarles una explicación.- dijo muy solemne, todos se miraban entre sí con curiosidad, esperando a que le joven adinerado volviese a hablar, continuó

-Como es tradición en el templo, se celebrará un festival en honor a la cosecha, por lo general esta es un evento muy selectiva, casi solo interna del templo y sus monjes, pero como soy maestro del mismo, he decidido abrir el festival poco a poco al público invitando a mi salón el proximo sábado que la luna está llena.-.

 

Todo el grupo se emocionó pues varios habían oído que dicha fiesta era maravillosa, mucho balbucearon entre sí, Naruto se dió la vuelta para hablar con Mauro y allí lo vió  con un rostro como de quien se apiada de la miseria de otro, el rubio se disponía a hablar cuando.

 

-Está tratando de caerles bien...- dijo con voz baja e insegura pero que denotaba verdad, continuó el moreno:

-Pero te aseguro que sacrificó una tradición muy importante por ello.-.

 

-¿Cómo lo sabes?- preguntó Naruto con enorme curiosidad.

 

-Soy el único que ha podido hablar con él ¿Sabes?- respondió, volviendo a tener su sonrisa habitual.

 

-¿Cuándo has podido hablarle? Siempre se mueve solo y no deja que nadie se le acerque...- preguntó Naruto con muchas ideas de "como" en la cabeza..

 

-Yo...verás.- respondió Mauro.

 

*flashback*

 

POV MAURO:

Iba caminando rápido, la lluvia me seguía los pasos, luego de salir del colegio debía recoger a mi madre en el templo, siempre rezaba, tiene mucha esperaza. No pensé que llegaría a caer tanta agua así, a pesar de ser otoño en la mañana de hoy hubo mucho sol.

Abrí el paraguas, la lluvia me había alcanzado, aceleré aún más el paso y comenzé a pensar en los amigos que había hecho, eran agradables, un poco extraños pero sumamente simpáticos, el primer día aquel chico rubio y el azabache me ahogaron con preguntas pero fue divertido ver sus reacciones con las respuestas, la chica rubia tuvo el atrevimiento de preguntar si tenía algún hermano mayor, la pregunta me dolió un poco pero solo le respondí que no. Comencé a correr, el aguacero no me dejaba ver y si me perdía sería el colmo, corrí casi tanto como en atletísmo durante la clase de deportes, no se de donde sacaba energías, de pronto choqué con aguien, pude oír como ambos caíamos al suelo, la lluvia perdió intensidad, lo reconocí de inmediato, era Ryudai Hachibei, me pude pié rápidamente y reverencié pidiendo perdón, en eso me sorprendí por lo que escuché.

 

-Deja de hacer eso, estoy más que cansado de esa ridícula formalidad, casi que llego a odiarla.- dijo el joen noble.

 

No esperaba que alguien como él dijera eso, pero luego de pensarlo un poco me pareció racional. Recogí mi paraguas pues me estaba empapando y ayudé al castaño a levantarse.

 

-¿Vas al templo?- pregunté con la intención de conseguir la dirección.

 

-¿Ir al templo?...estamos en frente de la entrada.- me respondión con una voz bastante fría y ya hacía suficiente frío solo con el tiempo.

 

-No hay porque ser así...pero gracias.- dije con algo de enojo, no me guta que la gente me trata como despistado, ya se que lo soy pero me molesta que me lo digan.

 

Seguí mi camino, cruzé a la izquierda para entrar y apenas dí unos pocos pasos, sonó mi teléfono, lo saqué para revisar y era un mensaje de mi madre, decía así:

"Hijo hoy me fuí más temprano de orar, no tienes de que preocuparte, espero no me hayas ido a buscar ya, te adoro!"


Miré el mensaje con desden, ya no tenía nada que hacer allí, pero debía esperar a que escampase si quería continuar con el camino a casa, de otra forma acabaría perdiendome.

 

-Si quieres...puedes pasa...y tomar un baño mientras se seca tu ropa.- dijo una voz detrás de mi, era Ryudai, eso era bastante sorprendente.

 

Yo accedí con gusto, era mejor que estar mojado esperando. Me condujo a través de muchos pasillos y múltiples salones hasta que por fín llegamos a los vestidores, el color me llegó hasta las orejas, así que me escondí detrás de varias gavetas fingiendo que guradaba algo. Eso si no me lo esperaba, me estaba matando a sorpresas, ese chico pretendía bañarse conmigo!

 

-Que ansioso...¿Saliste corriendo a desvestirte?- dijo él desde el otro lado del estante.

 

-B-bu-bueno es que... no disfruto de estar mojado... y menos con ropa encima.- ¿Qué diablos? ¿En serio fue lo mejor que se me ocurrió? pensé luego de darle esa respuesta.

 

Oí como él entraba al agua, cerré los ojos con fuerza, me moría de verguenza, pero ya había accedido, si me negaba estaría escupiendo en su hospitalidad. Me desvestí ágilmente, decidí "al mal paso darle prisa" pero mis sentidos me traicionaron, en especial la vista y el tacto. Ryudai-sempai era realmente hermoso y con su largo cabello, suelto y húmedo, se veía aún mejor. Al entrar al agua me sentí muy bien, estaba caliente y olía delicioso, yo debí de estar de mil colores pero bueno, hice tripas de corazón y me relajé sentándome en la bañera, hasta que...

 

-Te ves lindo así.- me dijo el chico rico y con eso morí. ¿Me estaba tratando de tentar?.ç

 

-Gr-Gracias.- fue lo único que le dije.

 

-Se siente bien tener la compañía de alguien que no sea un monje.- dijo él con mucha tisteza, cotinuó:

-Siempre me dicen que no me relacione mucho, pues las labores del templo me absorberán hasta tal punto que mi único posible amigo será la estatua de buda que está en el santuario.- sentenció con voz ronca. Yo me entristecí mucho al oirlo.

 

-No tiene porque ser así... claro que puedes hacer amigos, yo podría ser uno... etto... si quieres.- dije mirando fijamente el reflejo de la luz artificial en el agua.

 

-En serio?!... yo nunca he tenido un amigo de verdad...- dijo emocionado tomando mis manos entre las suyas.

 

-Si! Seguro también puedes hacer muchos amigos en el instituto, solo tienes que caerles bien!- le dije alegremente viendo como sus ojos verdes brillanban con intensidad.

 

*fin del flashback*


-Y bueno, no me esperaba que hiciera algo como esto.- le dijo Mauro al rubio. Naruto solo lo miró con un rostro de pervertido.

 

-Asi queee.... see.... ¿Bañaron JUNTOS?- preguntó el pervertido con esperando una respuesta con ansias.

 

-Eh...si...pero esa es la menor de tus preocupaciones.- respondió el latino.- Como te decía, me dijo que nun|- Naruto lo interrumpió.

 

-Y ¿Se tocaron o hicieron algo sucio? Cuentame!- preguntó denuevo el rubio.

 

-Ò///Ó ¿Pero que rayos?!! Naruto! Como se te ocurre! Claro que no! ¿Me dejas terminar?!- dijo Mauro ruborizándose; ¿Quién diría que su nuevo amigo era tan pervertido?.

 

Aún así, nuestro apenado moreno no pudo seguir. Hachibei comenzó a explicar la logística del festival y todos se vieron obligaados a escuchar con atención. Las horas pasaron rápido para Mauro y los demás, Ryudai logró informar acerca de todo lo necesario en tiempo justo. El timbre sonó y todos recogieron sus bolsos, Naruto volvió a voltearse.

 

-Mmmmhmmm; terminar ¿Y en donde fué?- preguntó el rubio a Mauro, de verdad tenía interés, interés en ver al moreno sonrojarse dando explicaciones de algo que él sabía, no pasó.

 

-Onegaaaaiiii... deja de preguntarme esas cosas!- le suplicó el latino en respuesta a su pregunta.

 

Naruto se reía de la actitud de su nuevo amigo. El grupo salió del módulo estudiantil y ahora todos ahogaban a Mauro con preguntas sobre su encuentro con Hachibei, pensaba que las preguntas de Naruto eran atrevidas, pero al oir las de Hinata casi queda en shock. Todos reían ante las reacciones del moreno cuando abruptamente este chocó con un joven alto y fornido, con la tez blanca y el pelo corto y gris que miraba a nuestro chico con unos ojos lascivos. Mauro solo lo observaba algo asustado por la expresión que el desconocido tenía, en eso Sasuke dió un paso adelante.

 

-¿Qué quieres Hidan?- dijo el azabache en un tono muy amenazante.

 

Mauro solo se preguntaba que pasaba allí. ¿Por qué la actitud de Sasuke? ¿Quién demonios era ese hombre que se cruzó en su camino? No le gustaba nada la situación.

 

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado, lamento la demora de verdad, estoy terminando de publicar a las 4:30 am hora de Caracas asi que tengo sueño nos leemos luego

Matta-Ne!


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