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Un genjutsu peligroso. por ArcanaFosca

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Notas del fanfic:

Bien! Soy nueva (ésta es la cuarta vez que trato de alzar el fic, así que ya no tengo ganas de escribir devuelta todo lo que habia escrito antes *¬¬) Bueno pues, espero les guste! Ah! por cierto, no lo voy a hacer muy largo, no quiero que se desface y conforme vaya avanzando el manga me parece que muy pronto van a haber cosas muy emocionantes, por eso ésta va a ser una pequeña idea para Masashi... ajajaj) ^^

 

 

Notas del capitulo:

Bien, aquí va el primer cap! Nos leemos, al final!

El campo de batalla se veía desolado, cuerpos de ninjas esparcidos por todos los laterales, el espeso aire cargado de sangre hacía imposible no pensar en muerte. El poder de Madara era desolador.  Lo último que vio antes de quedar a oscuras y luego despertar con ése terrible panorama, fue justamente a Madara capturando a los biyus. ¿Qué paso después de eso?. Ya no lo recordaba.

Se levantó apenas de la posición en el que se encontraba, trató de mover el brazo izquierdo pero apenas se fijó que estaba atorado entre unas rocas, las movió lentamente con la poca fuerza que le quedaba. Era absurdo que se sintiera tan derrotado sin siquiera recordar en que había gastado toda su chacra.

-Tal vez Madara utilizó alguna técnica que se roba el chacra de otros – pensaba, intentando reponerse, sin lograrlo con la eficacia que quisiera y sintiendo su cuerpo completamente destruido-  o tal vez peleé  y quedé inconsciente, tsk- simplemente no lo recordaba, y le fastidiaba tener que pensar en éso.

De pronto una curiosidad interna recorrió su cuerpo… - y Naruto? -.... Volvió a mirar a su alrededor, no veía absolutamente nada conocido. Sólo lo mismo, a algunos ninjas de otras naciones aliadas aplastados y un torbellino de polvareda  que cubría por igual a los tantos cuerpos esparcidos por allí, era un paisaje deprimente. Incluso para él. Le era increíblemente raro, no ver a nadie conocido cerca.

Entonces, perdimos la guerra- pensó, cerrando los ojos con frustración y moviendo la cabeza de lado en lado tratando de despabilarse  - Pero, ¿En donde están los de Konoha? –comenzó a bajar de entre las rocas, aun con cierta agilidad- Tal vez la ganaron y volvieron triunfantes- pensaba con el pecho oprimido, aunque en el fondo sinceramente no creía que los de su antigua villa dejaran todos esos cuerpos tirados allí y aún menos a él, siendo un ninja renegado- ¿Podría ser que realmente perdimos y Madara extermino a todos?-  seguía preguntándose.

Mientras caminaba por ése nada agraciado lugar iba recuperando de apoco sus fuerzas – ¿Acaso soy el único que sigue vivo?- se cuestionaba, y le era absurdamente extraño no sentir ningún chacra en ése lugar - ¿En donde están todos?- comenzaba a perder la paciencia. Se decidió y con saltos ágiles,  extrañamente casi completamente recuperado, se puso en marcha hacia Konoha, definitivamente había algo raro en todo ése asunto. Mientras más se acercaba a La Hoja, veía que el panorama se hacía mas desértico,  quedaban muchos rastros de jutsus y alteraciones a la vegetación, pero nada vivo. - En todo caso, -pensaba-  ¿Qué pasó con Madara?, podría ser que los antiguos Hokages lo derrotaron a último momento,  murieron todos y ni siquiera Madara quedó?- era una hipótesis posible, pero porque seguía él vivo - ¿También murió Naruto?- se detuvo sobre una gran roca, no sabía exactamente como sentirse, todo le era extraño, trató en vano de sentir el conocido chacra rojo de Naruto , no había nada alrededor- ¿Acaso está muerto?-no era como si una profunda tristeza le agarrase, era más bien como una punzada, más de sorpresa que de otra cosa, de alguna manera pensaba que a Naruto sólo él podría matarlo, no por algún sentido de pertenencia ni nada, sino por lo obstinado que era el rubio, ante la fija idea de que tenían que morir juntos, - hmp- una pequeña mueca se le dibujó en el rostro,  hasta podría decirse que por momentos lo creyó,  y no sólo lo creyó, si no que llegó a tener la certeza de que iba a ser así, especialmente después del encuentro en el rio - ¿Vencieron a Naruto?- seguía pensando incrédulo, manteniendo los ojos firmes hacia el frente como mirando a la nada y buscando en la lejanía de ése bosque devastado alguna respuesta más coherente, sin parpadear  y frunciendo el seño levemente. Después de una largo rato, todavía en estado paralizado y como esperando que algún milagro ocurriera, olvido completamente su objetivo de ir a Konoha, sólo se quedó en ese eterno vacio, no tenia absolutamente nada que agregar a lo último que pensó, excepto en como cambiaron de pronto las cosas. Una fugaz brisa se hizo presente y revolvió su oscuro cabello, anunciando la caída de la noche y volviéndolo a la realidad, después de unas largas horas de  ensueño y de divagar entre recuerdos de peleas absurdas y  algunas pocas conversaciones monótonas que mantuvo con el rubio, –Tal vez, están en Konoha?- se dijo así mismo, sin nada de convencimiento, ya había utilizado el poder del sharingan para tratar de percibir algo,  no había sentido nada y Konoha ya no estaba muy lejos de donde él se encontraba en ese momento.  Su esperanza era nula, definitivamente era el único ninja del lugar.

No le interesaba ir rápidamente, iba a paso lento saltando de roca en roca, sintiendo chocar la ahora fuerte brisa por su rostro, ésa sensación no la había disfrutado desde hace mucho tiempo, desaceleró completamente el paso y comenzó a caminar, nada lo apuraba, seguía sin sentir nada,  sólo se mantenía en su abstracción, recordaba una conocida  risa zorruna  y algunos recuerdos entrecortados – con que Kage Bushin no Jutsu,  eh, al final fuiste el que mejor lo hizo – la brisa era por momentos más intensa, el aroma a viento era tan agradable, que lo mantenían totalmente calmado,  colocó las manos en los bolsillos ocultos del pantalón y siguió avanzando en dirección a Konoha, iba contra corriente, sabía lo que vería, sabía que le iba a doler, a pesar de querer destruirla alguna vez, sabía que se sentiría sin identidad al verla, sin misión, sin propósito.

Entonces terminó el trayecto. Enfrente, se imponía un gran acantilado, en cuyo fondo seguramente estaría Konoha arrasada, no se atrevía a mirar, la completa oscuridad ya anticipaba su predicción, trató de prepararse y cerró los ojos, suspiró hondamente y se mantuvo así por un largo rato. En ése momento, como si se tratara de una suave caricia un diminuto torbellino de pequeñas hojas chocó contra su pecho, lo despertó al instante ante la idea de que se tratara de alguien,  pero pronto volvió a la calma y atrapó al grupito de hojas entre las manos, no podía evitar sentir que esa era la humilde bienvenida que le daba su antigua villa ahora siendo ya sólo un recuerdo, el corazón comenzó a oprimirle – eras del tipo viento- pensó mirando las hojas y dando marcha hacia enfrente decido a afrontar la realidad.

La intensa oscuridad le impedía ver apropiadamente la condición en que estaba  la aldea, y no tenía intención de usar el sharingan. Definitivamente ésa era Konoha -¿Pero cuanto tiempo pasó?- se preguntaba sorprendido, el lugar estaba tan vacio como desolado, las casas permanecían intactas, todas las construcciones estaban en buen estado, sólo que no había nadie, era una especie de pueblo fantasma. Alzó la vista y enfrente se erigía la magnífica Torre del Hokage, saltó de un golpe y llegó al techo, caminó unos pasos y pudo observar adentro. Todo el lugar estaba revuelto, los cajones abiertos, los pergaminos tirados por el piso, era como si decidieran huir apresuradamente del lugar - ¿A dónde? – se inquiría. No espero más y se inmiscuyó al lugar, comenzó a revisar todo alrededor, activó su sharingan y trató de  percibir algún chacra o algún movimiento,  definitivamente no había nada por los alrededores. Se dirigió a todas las dependencias, revisó cada uno de los pergaminos, inspeccionó cada cajón, pero nada.  Después de varias horas en ése afán, y sin hallar rastro alguno de lo que pudo haber pasado, decidió volver a la oficina principal, se sentó en la silla que ocupaba la Hokage y se llevó la mano al frente tratando de descansar sus ojos. Llevó la cabeza hacia atrás completamente cansado, no por el exceso de búsqueda, sino más bien de no encontrar respuestas. Después de un rato, volvió a colocarse correctamente en la silla y una vaga idea vino a su mente – La casa de Naruto –se levantó torpemente de la posición en que estaba  y  se dirigió hacia la casa del mencionado, sentía cierta emoción, era como si volviera a tener contacto con algo de sí mismo. De alguna manera, poder  volver a ver algo de aquél, le recordaría o le ratificaría que nada  fue un sueño, que él realmente existió y que todo lo que recuerda es coherente.

Si no lo recuerdo mal, debería de ser…. aquella – caminó con cierta incertidumbre por el pasillo,  abrió la puerta como temiendo encontrarse con alguien, ingresó y pudo notar que todo estaba bastante ordenado, caminó por el lugar y efectivamente era el departamento de su ex compañero, los frascos tirados en el basurero de la cocina lo delataban a la perfección. Mientras miraba el alrededor, no podía evitar sentirse como un intruso, situación que lo descolocó completamente, ya que esperaba invadirse de algo de nostalgia  o quizá felicidad, después de todo se trataba de Naruto, nunca lo admitiría públicamente, pero no podía negar que el propietario de ése departamento no le era completamente indiferente. De todas formas, decidió no prestar atención a éso. Primero revisó el closet,  habían ropas tendidas, las revisó y se les quedó observando por un instante  -¿Así que ésto usas?- dijo con sorna, tratando de burlarse tal como lo hacía antes, pero con esa pesadumbre de que evidentemente nadie lo escuchaba, frunció el entrecejo con fuerza, ilógicamente se sintió ofendido y tras eso, cerró con violencia la puerta del mueble. Nada le era mínimamente familiar, todo aquello era ajeno, distante, no tenía nada que ver con lo que debería, según él. Siguió ya sin paciencia y con cierta brusquedad buscando por los demás cajones, continuaba sin encontrar nada, no recordaba haberse sentido tan frustrado alguna vez, sin saber realmente el porqué, una repentina cólera se apropió de él. Incluso pensó que ésa no era la casa que buscaba, rápidamente se dirigió a las de alado y corroboro que había ido a la habitación correcta.  Cuando volvió, seguía percibiéndose como un intruso, le disgustaba tanto éso que, por de pronto, golpeaba con exagerado encono los mobiliarios del lugar, tratando de silenciar, aquel horrible sentimiento que no entendía, pero que iba acumulándose en su interior,  y mientras más buscaba, menos encontraba. Sentía como si estuviesen jugando con él -¡¿De qué se trata esto?! –fraguaba desconfiado e impaciente mientras desbarataba los cajones, algo lo inquietaba en demasía, deshacía la cama, era como si mientras más destruyera ése lugar más se parecería al que buscaba- ¡¿Qué rayos pasa con éste lugar?!- cavilaba exasperado, sin obtener respuestas y sintiéndose cada vez más lejano - ¡¿REALMENTE ESTA ES TU CASA, NARUTO?!- exclamó ya claramente irritado, haciendo pedazos la pequeña mesa que se interponía ante él- ¿Acaso tu no eras más desordenado?- se preguntaba confuso,  sin creérselo, le enloquecía no sentir nada al estar allí, lo que había en ésa habitación aparentaba ser del Uzumaki,  pero algo en su interior no lo entendía así,  se sentía perdido, nada de aquello parecía ser realmente de Naruto,  ya sabía que no iba a ser exactamente como lo recordaba, pero tanta insipiencia era absurda, no pudo haber cambiado tanto en ésos tres años,  no encontraba nada que identifique o relacione directamente con su ex compañero,  era como si se tratara de otra persona, por primera vez, se sintió realmente impotente,  aunque lo que estaba pensando iba contra toda su política y su forma normal de ser, de pronto se percató de cierta sensación, que en ése lugar no existía, pero que le transmitía y era tan propia  del rubio cada vez que lo veía, una rara apertura, siempre dispuesto a todo, ¿qué pasaba con ése lugar?,  la permanencia de Naruto, su eterna disponibilidad y ésa especie de aprecio incondicional, esa… tal vez  lealtad,  ¿en dónde estaba todo eso?, ¿que pasó de todo es?, no le parecía justo que no estuviese algo allí, ése lugar era odioso y ya le comenzaba a sacar de quicio. De pronto, viéndose completamente sólo, vociferó sin pensar -¡¿QUE OCURRE NARUTO?! ¡¿EN DONDE ESTAS?! – una inexplicable desesperación se apoderó de él, y llevándose la mano a los ojos como último recurso, trató en vano de contener,  ésa angustia que en ése preciso momento le sojuzgaba el alma incompresiblemente.

Se dejo caer al suelo, sin ganas de mirar hacia ningún lado -que pasa conmigo- dijo finalmente,  con los labios trepidando, a pesar de querer guardar la compostura, no se animaba a abrir los ojos,  no quería volver a sentir ése escalofrío, le perturbaba solamente pensar en lo que paso. Decidió permanecer de esa manera por un rato, sentado y con los ojos cerrados, buscaba el modo de no pensar en nada, lo consiguió y se calmó. Volvió a abrir las orbes pasados unos minutos, todavía era de noche y el viento golpeaba fuertemente contra la ventana que daba a la cama de Naruto, no se había percatado del ruido hasta que abrió los ojos, se dirigió hacia la misma, como para cerrarla y pudo notar la panorámica vista que tenia el Uzumaki de la aldea, una aldea que ahora se veía tan lejana a lo que en su momento pudiera apreciar, se dispuso a cumplir su cometido y al contemplar a través de la vidriera el alboroto que causo en esa habitación, de nuevo la sensación anterior apareció, la tensión corrió por sus venas y las manos casi le temblaron –cálmate- se dijo secamente, manteniendo el semblante serio,  prefirió dejar abierta la ventana y se recostó en la cama que había allí- Espero poder despertar mañana y decir que todo ésto fue un mal sueño- especuló apenas audible mientras inconscientemente apretaba el almohadón que disponía el lugar- y seguir queriendo matarte, Naruto- al decir eso, cierta tranquilidad vino a su mente, era apenas un toque de ésa sensación que antes buscaba con desesperación, apretó con mas fuerza el almohadón y lo aprisiono contra su pecho mientras en el otro extremo apoyaba su rostro, la sensación creció un poco más. Quería mas de eso definitivamente, y se aventuró, a meterse debajo de los cobertores, sujetó fuertemente contra sí la manta y se sintió raramente protegido, la inquietante sensación anterior ya casi se había despejado. Cerró los ojos, enteramente tapado y pensando en lo agradable de ésa posición- Naruto- y se acurrucó mas  - ya entiendo porque te levantabas de tan buen humor- pensó haciendo alusión a la comodidad de la cama, para finalmente hundirse completamente en el sueño.         

 

          

  

Notas finales:

Yap! Espero les haya gustado! See you soon! ^^ (No se olviden de los reviews jiji) ^^


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