- - ¿A qué debo esta visita sorpresa? Creí que no querían verme mas, a menos que vengan a presentarme sus respetos.- exclamo Loki a los recién llegados dando un par de pasos frente a mí.
- Déjate de estupideces. Venimos por el chico, el no pertenece aquí, debe volver a su mundo- dijo un chico alto de pelo rubio, por el martillo y la complexión supuse que era Thor.
- Yo no lo traje aquí si es lo que insinúas- respondió Loki con voz suave.
- Como haya sido, el debe volver- dijo uno de los integrantes de la tropa.
- ¡Yo quiero estar aquí!- exclame fuerte y con voz seria, los demás se quedaron sorprendidos.
- No sé qué embrujo le hiciste a ese muchacho Loki, libéralo ya- le ordeno Thor.
- Ya lo escuchaste, déjalo que él decida. Eso sí, no dejare que te lo lleves si él no lo desea- respondió astuto Loki.
- No quiero empezar una pelea innecesaria- dijo Thor mirando severo a Loki- anda chico, ven con nosotros- trato de convencerme.
- No, quiero irme- indique mirando de reojo a Loki.
- Entonces tendremos que llevárnoslo- dijo otro de los integrantes de la tropa mirando serio a Thor y él asintió resignado.
Ambas tropas se pusieron en poses de batalla, yo me puse nervioso pero Loki lucia sereno ante todo.
- Es tu última oportunidad Loki. Si el chico no viene con nosotros por las buenas, entonces será por las malas- enuncio Thor viéndonos desafiante.
- Como siempre, a mi modo. Es lo que buscas siempre- dijo ladino mí ahora “amigo” pelinegro.
- ¡Al ataque!- dijo uno de los asgardianos corriendo hasta uno de los gigantes y atacándolo con su espada.
- ¡Por Asgard!- grito Thor y se lanzo contra otro par de gigantes derribándolos con su martillo.
Y así comenzó la batalla, asgardianos y gigantes por igual combatían fieramente entre golpes y duelos con espadas. Me sentía perdido, esto debería ser una pesadilla por lo horrible que se ve para pasarme a mí, pero no. Era real lo que estaba sucediendo, y lo peor es que cada vez se hacía más irreversible.
Yo no sabía qué hacer, me quede como petrificado, no podía creer lo que estaba viendo, una guerra se había desatado frente a mis ojos y yo me sentía culpable por ello. Apreté los puños de rabia sintiéndome impotente por no poder hacer nada al respecto, Loki puso su mano en mi hombro dándome tranquilidad, yo lo mire angustiado y él solo me sonrió.
- Descuida, se una forma de que te dejen tranquilo- murmuro Loki en mi oído y enseguida sentí un escalofrió recorrerme todo el cuerpo. Mire mis manos extendiéndolas, sentí en ellas un extraño calor y mi confusión aumento- cuando yo te diga, pon las manos hacia el frente y trata de no mover tu cuerpo- me indico serio.
- De… de acuerdo- dije nervioso.
- ¡AHORA!- grito Loki e hice lo que me indico liberando un grito yo también, de pronto una gran luz blanca salió de mis manos chocando contra todo lo que se encontraba a su paso.
No se veía nada frente a mí, todo se volvió una gran nube gris, cansado baje los brazos y la luz que salía de mis manos se desvaneció, caí de rodillas en el piso y Loki me sujeto por el brazo ayudándome a incorporarme. El humo se fue disipando y vi con claridad como ambas tropas estaban tiradas en piso mal heridas, algunos intentaban levantarse, entre ellos Thor que enseguida me miro expectante.
- Esto es increíble- exclamo sorprendido Thor- No sé quién eres chico, pero ese poder que lograste fue… no es de los humanos- dedujo extrañado y luego miro a Loki- ganaste esta vez, pero espera a que Padre se entere.
- No, no le digas nada. Es evidente que ambos nos quedamos sin explicación para lo que acaba de suceder. Por eso te advertí que lo dejaras tranquilo, intuí un gran poder en el, es mejor si Padre no se entera o querrá llevarse al chico. Dame un tiempo con él- le ofreció Loki.
- Está bien, encuentra una solución a esto, pero si no recibo una respuesta pronto, yo mismo vendré con El Padre de Todo y ya veremos que decide para él- concedió Thor y volteo a ver a sus hombres, por suerte nadie fue sacrificado, todos estaban heridos solamente y se mantenían apenas en pie al igual que los gigantes- Vámonos- les dijo y un extraño tornado apareció y desapareció sobre ellos enseguida llevándose a la tropa asgardiana.
Apenas aguante despierto esa conversación y cerré los ojos perdiendo la conciencia. No sé cuánto tiempo paso, abrí los ojos pesadamente y me incorpore al percatarme de donde me encontraba, era la habitación de Loki, camine despacio intentando buscarlo pero no lo vi, enseguida lo vi entrar y corrió a mi lado con cara preocupada y me sujeto por los hombros.
- Eres más fuerte de lo que creí, creí que durarías más tiempo inconsciente, me alegra que ya estás bien. ¿Lo estas, verdad?- dijo agitado mirándome cuidadosamente.
- Si, lo estoy. ¿Qué me paso?- exprese difuso.
- Tú no eres normal Bill, bueno al menos creo que no lo eres. Tal vez te lo explicare en otra ocasión. Lo mejor ahora será que vuelvas a la Tierra y rehagas tu vida- respondió Loki cauteloso.
- No me pidas eso. Una luz salió de mis manos y derrumba a dos tropas, ¿y tú quieres que esté tranquilo? Lo que me tengas que decir puedes decirlo ahora- le indique perturbado.
- Es algo complicado, tal vez en casa encuentres las respuestas que buscas, ahora lo mejor será que te marches- dijo más calmado.
- ¿Podre verte otra vez?- cuestione esperanzado, de verdad anhelaba volver a ver a ese chico.
La respuesta no llego, pues, sin esperármelo, el unió nuestros labios en un corto beso. Me quede quieto pero le correspondí, segundos después el se alejo y me dedico unas de sus sonrisas que me hacían sentirme bien.
- Creo que eso fue un si…- intente deducir y el solo se rio un poco.
- Nos veremos, Bill. Muy pronto, te lo prometo- declaro simpático y enseguida el collar en mi pecho empezó a brillar, brillo tanto que la luz invadió mis ojos cegándome.
Parpadeé rápido, la luz que entraba por la ventana me puso en alerta y me incorpore, estaba en mi habitación, todo estaba como si nunca me hubiese marchado. Mire el reloj, eran las seis de la tarde, pesadamente me dirigí al baño y me lave la cara para despejarme, me sentía muy extraño, todo era muy confuso en mi mente pues no sabía si lo que me había sucedido era real o lo había soñado.
Empecé a meditar lo sucedido, el collar estaba sobre el buro junto a mi cama, me acerque a el, estaba a punto de tomarlo entre mis manos cuando tocaron la puerta.
- Bill, soy yo- dijo Tom y enseguida abrió la puerta, él era el único al que le permitía hacer eso- ¿Descansaste?- exclamo sonriendo mirándome.
- Si, creo que si- dije tranquilo.
- ¿Hay algo que deba saber?- cuestiono mi hermano de pronto viéndome fijo.
- No, solo tuve un sueño muy loco. Nada importante- respondí cambiándome la camiseta, pero aun la mirada de Tom me escrutinaba insistentemente.
- Vale. Oye Georg y Gustav ya nos esperan abajo, quedamos de ir a cenar todos juntos- expreso Tom serio.
- Si, ya estoy listo, vámonos- dije peinando mi cabello y mirándome cuidadosamente en el espejo.
Unos minutos más tarde ambos salimos de mi habitación y nos reunimos con los chicos que ya nos esperaban afuera en el auto de Georg. Tom y yo abordamos el coche de mi hermano y nos dirigimos a un restaurante que ya habíamos acordado previamente.
Después de la cena, como de costumbre, fuimos a un bar a despejarnos, Georg al poco rato se encontró con su novia, Gustav se fue por ahí a charlar con unos conocidos, mientras que Tom se quedo conmigo en la mesa mirando a la demás gente.
- Voy a dar una vuelta a ver que veo, no tardo- anuncie aburrido levantándome, mi hermano solo asintió y dio un trago a su cerveza.
Empecé a caminar sin saber a dónde ir, solo quería recorrer el lugar, mas mis pies se quedaron fijos cuando distinguí una silueta que me pareció familiar, era un chico algo alto, cabello negro que le cubría el cuello y un poco los hombros, vestía con un traje negro por lo que pude apreciar ya que estaba de espaldas a mí. Decidido me acerque y pase a su lado buscando su rostro, detuve mi andar cuando lo mire mejor y sonreí, el me miro con sus ojos verdes e igual me sonrió.
- Te dije que volveríamos a vernos- exclamo él astuto.
- Y yo no podría estar más feliz por eso- indique pícaro moviendo los piercings de mis labios.
- Tengo algo para ti- dijo serio abriéndose el saco negro que portaba y sacando de él un libro que me entrego- sabía que encontraría la respuesta, así que me asegure que tú también lo hicieras. Espero que después de que lo leas no me odies- dijo sin dejar de mirarme ni borrar su sonrisa ladina- vamos afuera.
Salimos de ahí sigilosamente, en la calle hacia un poco de frio y el paso un brazo por mis hombros. Yo me sentía algo nervioso y comencé a temblar un poco pero trate de calmarme.
- Sé que la gente suele temblar al verme, pero tú no tienes porque tener miedo- dijo vanidoso.
- No es eso, hace frio tontito- le explique soltando un bufido.
- Bueno. Solo vine para decirte que es peligroso que estés conmigo- me explico Loki poniéndose serio.
- Creo que trato de adivinar porque, pero no me importa, ¿o tienes alguna explicación que darme?- dije calmado.
- Digamos que, como dirían aquí, yo soy “el chico malo”, así que no te convendría estar cerca de mí- aclaro sonriendo nuevamente.
- Ok, si a eso vamos, tú dijiste que yo tampoco era “normal”, así que no importa- repuse curioso deteniendo nuestro avance.
- Buen punto. Tal vez te visite otra vez entonces, o tú podrías hacerlo.
- Seguro, eso sería genial. ¿Te vas ya, tan pronto?
- Si, no quiero otro enfrentamiento con mi hermano. La última vez que estuve aquí no fue muy agradable para él.
- Está bien, si es preciso entonces nos veremos pronto.
- Así es. Nos vemos. Te extrañare Bill, tu eres el único que no me ah juzgado y por lo mismo te considerare para otra cita.
- ¿Cita?
- Digo, si quieres.
- Oh, si. Claro, cuando quieras.
Mis nervios aumentaron más al oírlo decir esas palabras, Loki se acerco despacio abrazándome, mientras depositaba un beso en mis labios, yo lo abrace afirmándome más a él. El beso se profundizo un poco, no sé cuanto duro, lo que si es que el aire me faltaba cuando nos separamos. No dijimos nada mas, el se marcho desvaneciéndose de repente esbozando una sonrisa, mientras que yo me quede ahí viendo a la nada, suspire largamente y di media vuelta regresando al bar.
Antes de entrar, recordé el libro y lo mire, el titulo evocaba leyendas mitológicas nórdicas. Había un separador indicándome una página, la cual abrí de inmediato, un relato con un dibujo adjunto que parecía un retrato apareció frente a mí, cerré los ojos comprendiendo y luego los abrí. Era la biografía de Baldr, el dios de la belleza y la inteligencia, un dios de luz, que según decía tras sufrir unos extraños sueños, murió a manos de otro de sus hermanos que estaba ciego, luego de ser guiado por Loki que tenia celos de Baldr. Lo que más me llamo la atención por supuesto fue el dibujo, ese ser se parecía a mí.
Sacudí levemente la cabeza cerrando el libro y entre al bar. Tom me miro preocupado y yo lo mire tranquilo tomando una cerveza, la cual me bebí casi la mitad de un sorbo. Me deje caer sobre el asiento, el recuerdo de los labios de Loki volvió a mí y suspire. Tom se calmo y luego me dijo que iría al baño, aproveche para darle otro vistazo al libro, pero al sacarlo una nota salió de el y la leí enseguida.
“Ahora sabes de dónde vienes. Existen las segundas oportunidades, ojala puedas darme una.”
Suspire largamente guardando la nota en el bolsillo de mi pantalón. Tal parece que no importaba el tiempo, ni la distancia, ni el pasado. Uno puede terminar enamorándose de su enemigo, después de todo, del odio al amor ahí un paso.