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Tentación de verano por Rena Sabaku no

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Notas del fanfic:

Inspirado en Besos de Murcielago de Silvia Hervás.

Notas del capitulo:

Sean todos bienvenidos a esta historia que compartiré con ustedes, antes que nada decirles que este es mi primer fanfic Sasuke x Naruto, y también mi primer fanfic yaoi, espero que les guste. Inspirada en la novela Besos de murciélago de la magnífica Silvia Hervás, pero por supuesto no tendrá el mismo final.  Se me olvidaba algo importante, Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto-sama.


IMPORTANTE: esta historia se encuentra en mi cuenta de fanfiction, asi que no piensen que es un plajio, disculpen las molestias.

Tentación de Verano

 

Rena Sabaku no

 

Capítulo I

 

«El comienzo del Infierno»

 

 

Las personas caminaban apresuradas por la estación de tren, algunas atentas otras con una expresión desorientada en el rostro mirando un pequeño mapa en las manos sin saber qué hacer ni a donde ir. Un muchacho malhumorado, en compañía de sus padres, esperaba sentado tedioso, frente a la sección en donde esperan las personas procedentes de Tokio. Resopló varias veces, para que sus padres notaran su aburrimiento y lo dejaran ir sin más. Su madre le dio una mirada llena de molestia, le fastidiaba que su hijo se comportara tan caprichoso.

 

Deja de comportarte así Naruto —le dio un codazo a su hijo—. ¡Deja de estar ahí sentado, párate y levanta el cartel, que sepan que estamos aquí!

Tranquila Kushina, ellos nos van a notar —le dijo amablemente su esposo, tratando de apaciguar el ambiente—.Esos muchachos no creo que se hayan olvidado de nosotros, además todavía no llega el tren cariño.

 

«Ojalá si se hayan olvidado, o si no que el tren se malogre y nunca lleguen» pensó el rubio. Resopló suavemente, el calor del verano se sentía en la estación, y para la mejor de sus suertes hoy se había malogrado el aire acondicionado, quería tomar aire aunque sea por un momento, pasaron diez minutos y no llegaban los invitados, le dolían los brazos y las piernas, bajo el cartel que decía: ¡Bienvenidos Sasuke e Itachi!, realmente le parecía muy ridículo todo esto, ahora debería estar jugando videojuegos en la casa de Kiba con todos sus amigos, pero no, estaba parado con un cartel de lo más ridículo y sobretodo esperando a unos completos desconocidos, al menos para él, ya que a sus queridísimos padres se les había ocurrido la idea de asilar a los hijos de sus mejores amigos en su casa, para que pasen unas fantásticas vacaciones de verano luego de regresar de un extenuante viaje de Paris, alejados de la ciudad en la casa de campo de los Uzumaki. Ellos son unos «hijos de mami», para ser exactos. Naruto jamás había simpatizado con ese tipo de personas que piensan que el dinero lo es todo y que pueden pasarse toda la vida gastándoselo en viajes innecesarios, no es que fuera por envidia ni nada, sus padres eran unos reconocidos empresarios productores de leche en todo Japón, pero aún así les habían enseñado lo que es la humildad y calor de hogar, en sí él era un ser despreocupado y para nada refinado.

 

Como esperemos más, me quedaré dormido —masculló para sí mismo.

Un entrecejo de Kushina era evidente para notar su molestia al comentario de su hijo.

Como te escuche hablar así, no saldrás en un mes ni siquiera para tu adorada fiesta de verano —amenazó—. Más te vale tratarlos bien, se quedarán todo el verano.

No te la agarres con mi fiesta de verano mamá, además no habría fiesta sin mí —lo dijo con aire de superioridad.

Naruto…—le advirtió con la mirada su papá, sabía que su querida esposa estaba a punto de darle un ataque de cólera, y no era nada fiable ver a Kushina enojada.

Un mensaje de la operadora del tren los sacó de sus pensamientos, todos dirigieron sus miradas hacia la puerta del tren, por donde comenzó a salir mucha gente. La mayoría de ellos turistas de otros países, uno que otro del país y algunos un poco excéntricos, supuso que eran de algún templo.

Salió de sus pensamientos al notar que sus padres le sonreían a unos extraños, que poco a poco se acercaron a ellos, lo supo de inmediato esos eran los «hijos de mami» que se quedarían en su casa. Ya a ambos muchachos cerca, los pudo ver mejor, el más alto tenía los ojos negros profundos, su cabello era negro y largo sujetado por una coleta baja, su rostro tenía dos marcas en las mejillas que le hacían tener un porte maduro, vestía una camisa azul informal, y unos pantalones cortos, típico para los viajes al campo, usaba unas zapatillas de color negro, todos con algún bordado de la familia «Uchiha», pero lo más curioso era el extraño collar que tenía eran tres pendientes separados en forma de un nueve; miró al segundo, era muy parecido al primero pero este tenía el cabello corto con un peinado un tanto extraño, sus ojos eran negros muy penetrantes, y vestía con un polo negro sin cuello, pantalones blancos, zapatillas negras, este a diferencia de su hermano no tenía collares ni pulseras, solo un reloj que se veía caro.

 

Buenas tardes señora Kushina, señor Minato —saludaron ambos, sacando de sus pensamientos al rubio.

Pero como han crecido, recuerdo como si fuera  ayer  que eran unos niñitos —se abalanzo hacia los desconocidos para abrazarlos y besarlos como si se fueran a ir—.Tu debes ser Itachi verdad —se dirigió hacia el muchacho del extraño collar.

A sí es señora, soy Itachi Uchiha —habló—. Y este es mi hermano menor, Sasuke.

Se parecen mucho— se separó de los hermanos, y sujeto a Naruto del brazo—. Este es mi hijo Naruto, tiene la misma edad que Sasuke.

Hola…—saludo incomodo Naruto, aún con el cartel en mano.

Será mejor dirigirnos a casa, no queda muy lejos de aquí, solo esta a diez minutos  —habló Minato al notar tenso a su hijo, sabía que a Naruto no le agradaba tratar con niños ricos.

Sasuke no sabía si sonreír o hacer una mueca de desagrado. No era de extrañarse. Nunca en su vida había esperado  aquel recibimiento y, teniendo en cuenta como su hermano y la señora Uzumaki no dejaban de parlotear, apenas si se entendía de que hablaban, no sabía cómo su hermano no podía darse cuenta en la situación que estaban, tal vez si estaba loco o le afecto el viaje, pero prefirió que su rostro no cambiaría tendría el mismo semblante de siempre: indiferente, serio, sin ninguna emoción.  Durante el trayecto del coche se mantuvo así.

 

Ya hemos llegado —anunció Kushina cuando Minato aparcó la camioneta frente a una gran casa de tres pisos, muy extensa, que tenía el símbolo de la familia Uzumaki.

 

Sasuke bajo del coche con desagrado. Estaría feliz si tan solo esto era una pesadilla y que pronto despertaría, o sino una broma pesada de sus padres, pero al observar bien supo que no era así, deseo salir corriendo en ese instante. Se encontraba en el campo, alejado del bullicio matinal de la ciudad, de sus amigos. A diferencia de su hermano Itachi que al parecer le encantaba el campo, él lo odiaba, odiaba las flores, los árboles, los pajaritos, hasta las plantitas que crecían, hizo una mueca de desagrado y contó mentalmente hasta diez para evitarse una jaqueca que no valdría la pena, pronto planearía su huída, tal vez esa noche nadie notase que faltaba una camioneta en el garaje.

 

Itachi, Sasuke, ¡Pasen! Tengo que presentarles a mi otro hijo y a mis padres —Naruto rió para sí mismo—. Mis padres tenían una reunión importante y mi hijo Deidara se quedo toda la noche haciendo un trabajo en la casa de un amigo y hoy estaba tan cansado que no pudo recibirlos en la estación de tren, espero que los disculpen.

No se preocupe señora —respondió Itachi.

 

¿Enserio, más personas? Ahora si explotaría, ya bastante tenía con ese muchacho rubio que lo miraba de reojo a él y a su hermano, pero sentía que a él lo miraba como si fuese un alíen. Naruto era un ser raro a su parecer, no se vestía tan mal, pero había un sentimiento que le decía que no era un tipo normal.

 

¡Iruka!—gritó la madre a un mayordomo que los recibía en la puerta—. Ellos son nuestros invitados, Itachi y Sasuke, son los hijos de mi adorada Mikoto y el mejor amigo de Minato, Fugaku.

Mucho gusto en conocerlos; Itachi-san, Sasuke-san, soy Iruka el mayordomo de la familia pueden contar conmigo para lo que gusten —les dijo amablemente.

Gracias Iruka-san —. Dijo Itachi, mirando de reojo a su hermano, para que hiciera lo mismo.

Muchas Gracias Iruka-san —habló Sasuke sintiendo la presión de su hermano sobre él.

Iruka, las cosas de los hermanos están  en sus respectivas habitaciones —dijo Kushina.

Así es señora, hoy por la mañana llegaron y ya las acomode —contestó Iruka.

La casa de los Uzumaki era realmente bonita, tenía muebles de madera y cuero, lo común en una casa campestre, era muy elegante, en la sala principal había una chimenea, y un cuadro donde mostraba la familia Uzumaki. Cuando sus padres le dijeron que tenían que ir de vacaciones a una casa de campo pensó que viviría en una casita chica donde no había ni luz ni agua, donde el día a día era un infierno pero al parecer se equivocó, la casa superaba sus expectativas.

Iruka, ¿Dónde está Deidara? ¿Y mis padres? —preguntó la señora Uzumaki.

El joven Deidara está en su habitación, aún no despierta; sus padres todavía no llegan de la reunión, avisaron de que llegarían en la noche—respondió el mayordomo—.Puedo ir a llamar al joven  si usted gusta.

No hace falta yo misma iré a despertarlo, quiero que conozca a Itachi y a Sasuke —hizo un ademán de que la siguieran.

Subieron las escaleras de la casa, pasaron por las habitaciones hasta llegar a una habitación que tenía un cartel que decía  «El arte es una explosión»

Deidara, abre la puerta cariño —dijo dando unos toques a la puerta

Cinco minutos más mamá…—se escucho una voz tras la puerta.

Necesito que conozcas a los invitados Deidara, después sigues durmiendo.

Puede venir hasta el mismísimo presidente, a mí no me interesa,  solo quiero dormir —espetó un soñoliento Deidara.

Mira muchachito yo no estoy para aguantar tus caprichitos, ¡O abres la puerta o la tumbo! Tú escoges —gritó enojada Kushina.

Ya voy mamá —se escucho pasos acercándose a la puerta para abrirla, dejando ver a un muchacho rubio de cabellos largos, despeinado —. No puedes aguantar una broma, tranquila mamá —sonrió dándole unas palmaditas en el hombro a su madre, no era nada bueno hacerla enojar.

Kushina cariño,  sabes lo bromista que es Deidara, no lo hiso con mala intención ¿No es así Deidara? —Minato sabía que tendría que intervenir o si no le iría mal a su hijo.

Hazle caso a papá, el tiene razón no fue con mala intención mamá —rió un poco nervioso.

Deidara eres un caso perdido hermano —dijo Naruto codeando a su hermano.

Sasuke estaba asombrado, preguntándose si había sido testigo de una bienvenida o de una… ¿pelea? , el hermano del chico extraño, era realmente una persona sin clase, no respetaba que habían personas aparte de la familia en ese lugar, si alguna vez hablara con él –ojalá fuese nunca- le daría unas lecciones de cómo comportarse; se giró y vio que su hermano no pensaba lo mismo que él, estaba con un rostro divertido. Tal vez su hermano si debía ir a un psiquiatra.

Mi nombre como ya saben es Deidara, amo el arte y por favor no me hablen en momentos de inspiración,  Hmm—se rasco la melena rubia que estaba toda desordenada.

Al parecer él tenía toda la razón no tenían clase, ¿A dónde diablos lo habían mandado sus padres?, la respuesta estaba clara como el agua: A una casa de locos.

Deidara…tú tampoco quieres ir a la fiesta de verano —amenazó la señora Uzumaki sujetando la camisa de este.

Mamá ya los salude, nunca te dije que sería amable ¿o sí? Hmm—Sonrió sarcásticamente, tratando de soltarse del agarre de su madre—. Ahora si seguiré durmiendo, estoy muy cansado.

Será mejor que te vayas a descansar, parece que no estás de humor Deidara —habló su padre empujándolo hacia su habitación y cerrando la puerta tras de sí, dejando a su hijo solo en su habitación—. Perdónenlo es un muchacho un poco rebelde, pero es buen chico.

No se preocupe señor —le dijo Itachi con total sinceridad.

Naruto…—llamó la madre a su hijo que estaba sonriendo al ver la escena—. Quiero que lleves a los muchachos a su habitación.

Porque tengo que hacer de guía turística, ¿dónde está Iruka? —Vio el rostro de su madre muy molesto al decir eso y decidió hacerle caso—. Síganme.

Ambos muchachos siguieron a Naruto, recorrieron un pasadizo que tenía cuadros en sus paredes, habitaciones, hasta que el muchacho paro.

 —Llegamos,  la habitación de la derecha es la de Itachi y la otra de Sasuke —se giró para verlos y entregarles sus respectivas llaves.

Gracias Naruto —le sonrió Itachi, para después retirarse.

 Naruto pensó que tal vez el tal Itachi no es malo ni mucho menos un engreído como el supuso, pero el otro Sasuke, tenía una sensación que con él no se llevaría muy bien.

Te vas a quedar parado enfrente de mi habitación —le habló Sasuke que se recostó en el marco de puerta, sacándolo de sus pensamientos.

Lo sabía, el presentimiento Uzumaki jamás falla, sabía que ese muchachito era un estúpido creído —Es mi casa puedo hacer lo que yo quiera —lo miró desafiante.

Mira chico del cartel, sé que es tu casa, pero no me gusta que estés interrumpiendo mi privacidad, ¿Entendido? —se acomodo los cabellos que caían en su frente.

Vaya hasta que por fin hablas «mudito» —hiso señas con sus manos—. Me alegra que hables, pensé que eras autista, pero déjame decirte algo: no puedes estar poniendo reglas en una casa ajena.

Yo no hablo con gente como tú, que eso te quede claro —le dijo con una expresión aburrida—. Y yo hago lo que se me plazca ¿Es que acaso aquí no hay libertad de expresión?

Si la hay pero para personas, no para alienígenas.

Con más razón entonces, tendrás que servirme ya que mi raza es superior a la tuya, humano —se acerco al rubio— hagamos una cosa simple, yo no quiero estar aquí y tú no quieres que este aquí, así que ambos coincidimos en algo.

Así es…

El acuerdo es simple, tu no me hables yo no te hablo, ignorémonos.

Eso será muy sencillo, así no tendré que soportarte.

Pienso lo mismo, una cosa más no me interesa tu estúpida fiesta de verano ni conocer a tus campestres amiguitos ni molestas chicas, así que cuando vengan ni por educación te molestes en presentármelos que no deseo hablar con ellos —lo dijo con tranquilidad como si fuera lo más normal del mundo.

Naruto se tomo un momento para procesar todo lo que el «Hijo de mami» le estaba diciendo, lo tenía sorprendido como este hablaba, como si realmente le resultara desagradable estar en el campo, más bien el campo debería estar triste de tener gente como él pisando su suelo ¡Hasta se metió con sus amigos!, eso si no ce lo permitiría.

Te aseguro que ni siquiera querrán conocerte —hablo molesto—. Y por segunda vez no puedes estar poniendo tratos ni reglas tontas en mi casa.

Pensé que te estaba gustando el trato, o eso parecía al principio… entonces eso significa que quieres pasar tiempo conmigo —miró a Naruto.

Claro que n…

Lo sabía, pero déjame decirte que no eres el tipo de persona que merezca mi amistad.

 —No quiero tu amistad, tonto.

Entonces…—alzó una ceja como si procesara lo que le decía el rubio, y con una sonrisa sarcástica le dijo—. Lo siento chico del cartel, pero no me gustan los hombres, a mí ni a mi hermano, búscate otros.

Naruto rió con nerviosismo al notar que la conversación había cambiado de rumbo, era mejor aceptar ese tonto trato antes de que el muchachito ese piense que le gustan los hombres. —Si serás un… acepto tu estúpido trato, y que te quede claro a mí no me gustan los hombres y si me gustaran jamás me fijaría en ti Idiota.

Entonces ya que las cosas están claras, no me hables tonto —se alejo del rubio, camino hasta la puerta en donde se recostó —Hasta nunca  «Dobe »

Bastardo…—estaba a punto de lanzarse sobre él, pero Sasuke cerró la puerta— Sabia que era un «Hijo de mami».

Naruto salió de aquel pasadizo en donde se encontraban los hermanos Uchiha, tenía la sensación que a partir de la visita de los «Hijos de mami» su vida se tornaría un tanto cruel. Se sentó en el sofá del corredor y comenzó a meditar lo ocurrido hace algunos segundos, tal vez debería ir a avisarles a sus padres sobre el sujeto malcriado que estaba con ellos y así lo echarían de su casa, pero sabía que no le creerían, lo tacharían de mentiroso e intolerante a las personas. Pensó en ir con su hermano, él lo entendería, pero recordó que el día anterior se había desvelado y no estaría de buen humor, será mejor preparase para lo que está por venir.

 

Sasuke se encontraba recostado en la cama,  pensando en cómo rayos había llegado ahí. Estaba enfadado con sus padres, nunca les perdonaría eso, desde luego. Tomar su verano para ir a una casa de desconocidos. No es que a Sasuke le gustase el verano –más bien le desagradaba–. Pero podría estar ahora mismo en París pintando cuadros con su primo Sai, aunque no se lleven muy bien, por lo menos era mejor que estar en un campo mirando las florecillas y escuchar los cantos de los pajaritos, que lo volvían loco.  Sabía que ese verano sería el peor de todos, su única salvación molestar a ese Dobe rubio, Naruto, que a su parecer era una persona sin clase.

Se incorporó cuando escucho unos toquecitos a su puerta.

Joven Sasuke, la señora Kushina me dijo que le preguntara si se le ofrecía algo —era el mayordomo de los Uzumaki, Iruka.

No se preocupe, estoy bien, gracias.

Entonces con su permiso joven —después de decir eso, el mayordomo se fue.

Sasuke pensó que tal vez el mayordomo Iruka era la única persona normal en esa casa, tenía un carácter agradable; no como su mayordomo Kakashi, ese era un ser pervertido que andaba con un libro pornográfico sin sentir vergüenza alguna, si más no recordaba ese libro era «Icha Icha Paradise»  significaba el paraíso del coqueteo o algo así le dijo su mayordomo. Sasuke se dirigió hasta el balcón de su cuarto que daba la vista a una piscina y un comedor elegante, era una vista magnifica para los amantes de los campos ya que se podía ver los bosques, animales y el despejado cielo azul. Dejo de ver el balcón para dirigirse a la mesita de noche en donde guardaba un libro que estaba leyendo en el camino del viaje, era un libro muy antiguo, su madre se lo había obsequiado; sostuvo el libro entre sus manos y lo abrió, solo había leído el primer capítulo.

Ya había pasado media hora de tranquilidad, fue cuando sintió que alguien tocaba la puerta.

Idiota  —escucho la voz que se encontraba tras la puerta, y se dirigía a él—. ¡Mamá dice que ya está el almuerzo, y quiere que estés en el comedor!—reconoció esa voz, era la de Naruto.

No se molesto en contestarle, ahora no estaba de ánimos para responderle al Dobe.

Naruto estaba enfadado, estaba de lo más tranquilo en su habitación, hasta que llego su adorada madre, diciéndole: «Naru-chan quiero que les digas a Sasuke-kun y a Itachi-kun que vayan al comedor, Iruka ya hiso el almuerzo», tenía ganas de decirle que porque no va el mismo Iruka o su hermano, o en el peor de los casos ella misma, pero su madre le ahorro la respuesta «No acepto un no por respuesta», él lo tenía claro: su madre siempre se salía con la suya, y ahora estaba detrás de la puerta del engreído ese, cuando prometió no volverle a hablar.

Sintió de repente el girar de la perilla de la puerta, y ahí lo vio otra vez con esa mirada negra profunda y altanera.

Dobe, te dije que dejaras de hablarme —hablo el Uchiha molesto.

Mi mamá me obligo, y sabes no quiero quedarme sin fiesta.

Como sea, apártate de mi camino, se por donde llegar al comedor —empujó a Naruto levemente.

Pero que fastidioso  salió el mudito —dijo susurrando al ver como se alejaba el Uchiha—. Supongo que tengo que ir por el otro.

Naruto se encamino hacia la otra habitación, estaba a punto de tocar la puerta, pero esta se abrió antes de lo previsto.

Naruto-san escuche la conversación con mi hermano, no es necesario que me lo digas, ahora mismo voy —le dijo amablemente Itachi—. Yo no ce por donde queda el comedor, te agradecería que me lo mostraras.

Oh…está bien, sígueme —Naruto se sorprendió al ver que Itachi no era grosero como el otro, su personalidad era amable.

 —Naruto-san perdona a mi hermano por ser grosero, él es un buen chico, solo que no le gusta relacionarse con las personas.

—Impresionante…

— ¿Qué es impresionante Naruto-san? —preguntó Itachi.

No te pareces nada a Sasuke —respondió sorprendido Naruto.

Los hermanos no siempre se parecen, Naruto-san.

Llámame solamente Naruto —se paró en seco, extendiéndole la mano en forma de respeto.

Y tú llámeme Itachi —Le respondió el saludo con la amabilidad que lo caracteriza.

Cuando llegaron al comedor, los señores Uzumaki, Deidara y Sasuke se encontraban allí, el almuerzo estaba en la mesa, se mostraba muy apetitoso.

Ahora si estamos todos —dijo alegremente Kushina, al observar a Naruto e Itachi —Podemos empezar con el almuerzo.

Sasuke se preguntaba si su hermano en verdad debía consultar a un psiquiatra; se sorprendió al verlo entrar con el Dobe conversando amenamente, nunca imagino ver a su hermano hablando con ese ser grosero y sin clase. Decidió concentrarse en el plato frente a él, estaba delicioso.

Itachi-kun, ¿cuántos años tienes? —preguntó Kushina, tratando de salir del ambiente callado.

Tengo dieciocho años señora Kushina —contestó Itachi.

Itachi-kun no me digas señora Kushina, dime Tía Kushina por favor, tu también Sasuke-kun.

Está bien tía Kushina —le respondió Itachi, acompañado de un movimiento de la cabeza en afirmación  por parte de su hermano.

Como seguía diciendo, Itachi-kun, tienes la misma edad que mi hijo Deidara —el mencionado prestó atención a lo que le iba a decir su madre—. Dei-chan, porque no le presentas a tus amigos a Itachi-kun.

¿Qué?, estas bromeando… no es así mamá, Hmm —dijo riéndose, pero se sorprendió con lo que dijo su mamá.

Me ves con cara de payaso hijo, por supuesto que no bromeo —encaró a su hijo— Itachi-kun debe conocer personas, así como Sasuke-kun, tu hermano ayudara a Sasuke-kun, tu ayuda a Itachi-kun.

— ¿Qué...? —Naruto casi se atora—. Ni lo sueñes mamá, que Sasuke haga sus propios amigos, acaso no sabes que si ando con el señor elegancia mi vida social se vería afectada, ten piedad mamá… ¿Papá…sabes a lo que me refiero? —buscó con la mirada a su padre en busca de ayuda.

Hijo me parece que estas exagerando —contestó Minato.

Yo estoy de acuerdo con mi hermano —Deidara abrazo a su hermano— Mi vida social también estaría afectada mamá.

No se preocupe señora, nosotros estamos bien así —intervino Itachi.

Ni hablar, Deidara y Naruto saben que pasará si no obedecen mis órdenes —habló triunfante la peli roja.

Naruto y Deidara se miraron, soltaron un bufido, no podían refutar, simplemente siguieron comiendo. Naruto observó el rostro de Sasuke, tenía una sonrisa extraña, parecía disfrutar de la pequeña gresca de hace unos instantes.

Estaría contenta, que pasaran las vacaciones juntos —opino Kushina —. Cuando se conozcan se volverán inseparables —añadió— tanto que serán los mejores amigos por siempre.

En la cabeza de Naruto solo rondaba algo «Este es el comienzo del infierno».

Notas finales:

 

Y aquí acaba el primer capítulo de mi fanfic, espero que les haya sido de su agrado, la verdad es que no ce cuantos capítulos tendrá este fanfic pero aproximo a que unos quince o veinte capítulos, me gustaría que siguieran cada capítulo que les dedico a ustedes; espero con ansias sus comentarios, recomendaciones, y preguntas. Yo las responderé. Eso es todo nos leemos en los próximos capítulos, ¡Hasta luego!

Rena Sabaku no.


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