Todos en la vida ocupamos un lugar, siendo incluso separados por secciones de acuerdo a nuestra posición, ya sea económica, social, religiosa… un sinfín de categorías que difícilmente se terminarían de mencionar, ese no era un caso excepcional para los animales, y siendo más específicos al de los acuáticos, la ballena orca que puede habitar tanto en aguas heladas como templadas comparada con los tiburones que solo pueden nadar en ciertas zonas, es un muy difícil enemigo que ni siquiera éstos mismos siendo depredadores mortales pueden vencer, porque las orcas se alimentan de cualquier mamífero o pez acuático, la orca entonces podría nombrarse reina de los mares y océanos, por esa parte, y no solo eso, si a la orca se le educa y “domestica” resulta un animal razonable e incluso tierno en términos humanos, porque dada a cierto vinculo carnal, la orca resulta ser primo cercano al delfín, sí al delfín, el mamífero más inteligente y travieso del mar. Entonces las orcas son fuertes, razonables y “tiernas”, dejando eso a un lado ¿Qué de bueno tienen los tiburones? Son peces predadores, temidos, de poca inteligencia si se le compara con una orca o un delfín, aún así son cazados y para los humanos solo resultarían “apetecibles”, porque así como éstos podían atacar al espécimen humano, éstos también les podían devolver su favor.
Pero volviendo a un punto, las orcas eran odiadamente mejores que los tiburones y en distintos y variados términos, y eso le daba tanta rabia a Rin.
Porque Makoto resultaba ser un odiado rival, Haru siempre estaba a su lado, en la escuela, en la calle, en su casa, en cualquier lugar, siempre estaban juntos.
Cuando Rin invitaba a Haru a competir por cualquier estúpida razón estaba seguro que le ganaba a esa orca, porque solo así Haru lo iría tras él, todo iba bien hasta que el asunto terminaba y éste se dirigía por inercia hacia Makoto.
Debía ser una especie de instinto por eso de que el delfín y la orca eran tan cercanos.
Y si Rin quería hacer tema de conversación siempre era rechazado por una mirada desviada de su querido delfín, mientras que Makoto hablaba de lo más normal con Haru y todavía siendo correspondido con interés y una leve sonrisa que dibujaba su rostro.
“Tan fastidioso”
Haru sonreía a lado de Makoto mientras que con Rin solo soltaba suspiros de resignación y miradas de disgusto. Con la orca era amigable mientras que con el tiburón a penas y estaba a la expectativa.
Makoto se comía despiadadamente al tiburón, el era el numero uno para Haru, de eso estaba seguro Rin.
Ahora los tres caminaban por las calles, para eso Rin se los tuvo que topar caminando hacia su misma dirección y así fue como Makoto lo invito a que se les uniera.
No había nada que se le pudiese hacer, de todas maneras Makoto era amigo suyo y debía aceptar los hechos, sobre todo porque era quien llevaba una buena plática con él en esos momentos.
Antes de que llegasen a sus hogares el cielo se cubrió de nubes negras y sólo basto la caída de un relámpago para que se soltase a llover, Rin maldijo una y otra vez ya que no llevaba su chamarra, cuando volteo a ver a los otros dos se percato de que ambos iban preparados, más bien Makoto era el preparado ya que saco su paraguas cubriéndose a él y a Haru, la maldita escena le pareció tan molesta que solo atinó a sonreírles hipócritamente y salir corriendo hacia su hogar por su cuenta.
-maldito Makoto
Murmuraba para si mismo mientras corría apresurado, las casas de Haru y Makoto estaban cercanas mientras que la suya aún le quedaba lejos.
-¡Rin!
Sus oídos se paralizaron entonces y cuando volteo a ver quien lo llamó, de inmediato se impresionó, el pequeño delfín corría hacia él con un paraguas y a penas llegando lo cubrió acercándose íntimamente hacia su persona.
-te enfermarás si te mojas
Las palabras de Haru a penas y las pudo escuchar, él le hablaba mientras miraba hacia otro lado
-ya estoy muy mojado
Le respondió insinuándole su demora, no pudo evitar sonreír de infinita felicidad
-corriste demasiado rápido… así no lograba alcanzarte
La explicación de Haru le cayó de gracia y más porque mientras se excusaba su rostro comenzó a tornarse de un rojo carmín.
“Al demonio Makoto” el no cambiaría por nada esos sonrojos que podía asegurar solo le pertenecían a él.
El tiburón podía burlarse de la Orca aunque sea una vez.
-no sabía que tu usaras paraguas
Soltó curioso mientras disfrutaba sujetar el hombro de su delfín, caminar casi abrazados era de lo mejor que le pudo haber pasado
-es de Makoto
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Con eso comprobaba que la orca era un sinfín de veces mejor que el tiburón, la orca se burlaba del tiburón.
-maldito Makoto
Susurró sumamente molesto
-¿dijiste algo?
Le pregunto Haru con suma intriga, la voz de Rin lograba rosarle su oreja
-nada
Respondió Rin acercándolo todavía más a él.
Estaba claro que la lucha por obtener a ese hermoso delfín sería eterna con aquel rival…
Con su eterno rival.