No recuerdo como era el exterior. No recuerdo que es lo que se siente el contacto con otras personas además de los de servicio. No recuerdo como era mi familia desde hace mucho tiempo. Ya ni siquiera recuerdo como era sentirse feliz. ¿Desde cuándo había olvidado todo eso?¿Desde cuándo había estado aquí? No lo recuerdo. No recuerdo nada. Solo sé que no importa cómo me sienta, a él no le importa.
Veo a mi alrededor. Todo sigue igual. Aquella habitación oscura, con varias cosas extrañas para mí, que a él le parecían excitante. Tanto, me habían dado tanto, placer, sin que yo lo haya conocido antes. Las esposas, las mordazas, el potro, los látigos de cuero, las cuerdas, las jaulas, los collares, y trajes fetichistas de sirvienta, o de animales, etc. Al principio no entendía nada. ¿Qué eran todas estas cosas? Pero ahora…
Escucho el ruido de la puerta abriéndose, también oigo los pasos fuertes de alguien bajando las escaleras hasta mi celda. Pronto, ya estaba frente de mí un hombre peliplateado, con ojos violetas, vestido con un traje negro. Ese hombre era guapo, imponente y fuerte. Desprendía una aura de soberbia y egocentrismo. Él me veía de abajo hacia arriba.
Mi pie derecho estaba encadenado a la pared, y yo estaba solo con una bata agujereada que me cubría el cuerpo lleno de moretones. Aunque no cargaba nada por debajo.
Lo miro con algo de miedo. Y él me responde con una mirada gélida.
-Misaki…¿No te he dicho que siempre cuando me veas, tienes que saludarme adecuadamente?
Usami Akihiko, es el gran señor de la gran familia Usami. Un hombre competente, rico, y serio. Pero nadie lo conoce como es realmente. Un pervertido fetichista, amante del sadomasoquismo.
-Bu…enos, dí-as…-
-Buenos días ¿qué?-entrecierra los ojos, mirándome con mayor intensidad.
-Buenos…dí-as…amo- me sonrojo al pronunciarlo
-Bien dicho-
Se acerca a la celda y mete su mano entre los barrotes, acercando mi rostro afuera de ellos. Me sobresalto un poco cuando con su otra mano me acaricia la cara. Sus manos son frías y grandes. Bajó su dedo índice por mi cuello, acto seguido, metió su mano por debajo de mi “ropa” y tocó mis pezones. Me estremecí al roce de sus dedos.
-Misaki…¿Quieres salir de ahí?
-S-S-..SÍ-
-Entonces sabes lo que tienes que hacer.-me sonrió lascivamente. Sabía perfectamente lo que quería que hiciese. Si quería volver a ser parte del servicio de la mansión tenía que obedecerlo. Según él. Cuando hago algo inapropiado o mal, él me castiga, encerrándome aquí. Obligándome a hacer cosas impensables.
-Sí…am-o..-
De su bolsillo saca unas llaves y abre la celda. Rápidamente se mete en ella y me agarra de las muñecas haciéndome ceder ante su peso, cayendo al piso de cemento.
-Ha…a-mo…eso…do..li-no termino de decirlo porque me tapa la boca con un mordaza redonda de metal
-Shhhh….Misaki, te he dicho muchas veces que no me interrumpas- frunció el ceño.
Quitó mi bata y me dejó desnudo completamente.
-También te he dicho que me gusta verte por completo-su expresión seria tenía una sonrisa dibujada.
Me cogió de la mano, y me puso de pie. Siguió recorriendo mi cuerpo con su dedo. Tocándome las marcas que me había provocado.
-mggm,- no podía hablar, ni quejarme. La mordaza se metía cada vez más en mi boca, jugando con mi lengua, haciéndome babear.
-Misaki. Las marcas que te dejé significan que eres mío. Endientes?. No dejes que nadie más te toque.
Asiento, cerrando los ojos.
-Pero, me aseguraré de que sepan que eres mío- Coge las esposas y me las pone. Luego con la cuerda me amarra presionando todos mis puntos débiles. Los puntos que me excitaban. La cuerda recorría mi torso, apretando mis tetillas, bajando entre mis entrepiernas rodeando mis muslos.
-MMM!!GGG…- sentí mi cuerpo caliente, cuando me carga y me sienta en el potro, abriéndome de piernas enseñando mi duro miembro, del que ya goteaba algo de mi esencia.
-Muévete- me ordenó. Yo lo obedecí.
Me movía de atrás a delante. Dolía un poco, pero, me hacía sentir tan bien. Él me observaba fijamente. Serio y excitado.
-Ya basta. Bájate y ven. Hazme saber que aprendiste la lección-
No sabía como bajarme sin ayuda, pero, con fuerza de voluntad logré bajarme. Me raspé la cadera con una astilla. Pero, no me importó. Me acerqué, y me arrodillé entre sus piernas abiertas. Aun estaba amarrado y amordazado, con las esposas en mis manos, atrás de mi espalda.
-Te sacaré eso- me saca la mordaza con saliva, dejando correr un poco por mi boca. Él lame la mordaza un poco y me sonríe.-Hazlo-
Me sonrojo al límite. Me excitaba jugar así. A pesar de que al principio me rehusaba a aceptarlo. Comencé a saciar su excitación. Lamí, su gran miembro. Lo froté un poco también. Quería que gimiera al igual que yo.
-Haa..Misaki, Bien..así- su voz ronca es tan adictiva.
Sus manos, bajaron por mi espalda. Acariciándola. Calentándola. Y con su pie presionando mi sexo. Algo doloroso, pera tan deliciosa a la vez. Sus zapatos, no estaban sucios. Ese hombre no era de aquellos que andan en la calle con esos zapatos tan caros. Eran de los que necesitan caminar por camino de oro.
-HA..A..Mggka haaa…amo.- Saqué mi boca de su miembro dejando otro rastro de saliva. La presión que hacía en mí era muy emocionante. Lo miré con ojos suplicantes. Quería que ya me poseyera. ¡Lo quería dentro de mí!
-Dilo correctamente-
-Por…fa-vor..am..o Metaló…¡Amo, lo deseo!- no tenía en cuenta mis palabras. Solo hablaba. Mis instintos solo fueron apareciendo.
-Buen, chico.- Me sonríe y me levanta para sentarme encima de él. Lo hiso con fuerza, La metió hasta el fondo. Mis gemidos tomaron lugar. Pero yo lo quería. Quería que me destrozara el interior. Sentirlo más. ¿Cuándo me convertí en esto?
Él se movió con fiereza. Poseyendo con intensidad. Sus manos agarraban mi cadera para hacerme subir y bajar.
-HAAAA AMO, ASÍ, POR FAVOR AHÍ!! AMO- le rodee el cuello con mis brazos. Últimamente, mi flexibilidad se hacia mejor. No importaba si tenía atrás mis brazos. Yo los pude pasar a delante y abrazarlo
-Que sirviente más problemático...pero bien, te haré sentirme, después no te quejes si te duele- Con agilidad, se levanta conmigo aun encima. Me acuesta viéndolo en una mesa que estaba en la celda.
-HAAAAAAAAAAAAAA!!!!- El dolor se apoderaba de mí, pero, a esta altura, era reemplazado por el placer. ¿Por qué sentía placer con el dolor?
-Misaki, Misaki..dime quien es tu amo-
-Usted..Usted amo..-
-¿Quién?-
-Usted…Usami Akihiko!!
-Usami Akihiko?...¿qué no era “Usagi”?
-HAAA..!!! USA-GI.!!!-
-Te gusta? Misaki respóndeme
-Sí Sí…Me gusta..¡ME ENCANTA!
El ritmo se hizo más apresurado. Y Nos corrimos juntos.
-ha..ha…- respiraba con dificultad.
- No te relajes, aun no terminamos. Eres mi juguete, y tienes que complacerme todavía más- Me desató y me amarró a una silla.
-¿Qué..qué..hace..amo?
-Yo solo te enseño un nuevo juego- Me enseña una loción y yo me sonrojo al máximo, cuando la siento recorrer mi cuerpo. Esa botella. La misma que aquella vez. El liquido rueda hasta mi miembro y me excita otra vez.
-ha-ha!! HA!! Yo..Usagi…-san…yo..-
-Lo quieres?-
-sí´..ha!!-
-Lo siento, pero primero..- Me sobresalto cuando siento en mi interior algo de plástico con cosas redondas en su estructura.-Tienes que enseñarme algo bueno- Mueve el masturbador lento y luego rápido. La desesperación me invadía. Quería tenerlo a él adentro. No a un objeto de plástico.
-HAAA Amo…yo lo quiero..el suyo..es..- Fui interrumpido por el movimiento electrónico del consolador.
-Está en el nivel 1…te gusta?-
-No..yo lo quiero a ust…..HAAA!!-
-Ahora está en el nivel 2..-
-NO!!YO…HAAAAAAAAAAAAA!!!
-¿Qué tal ahora’ está el 3.-
-mmmggg HAAAAA, para, páralo!!!
-Es una orden? No olvides con quien estás- Sabia que lo estaba provocando pero, lo necesitaba, aun si fuera por fuerza.
-SI piensa..eso, entonces, castígueme ¡¡AMO!!-
-Tú lo pedistes- El dildo fue reemplazado por el de verdad. Nada se compara con el pene de él. Tan grande, grueso. ME HACE SENTIR TANTO PLACER.
-HAAA!!!USAGI-SAN…MAS RAPIDO!!!-
-Misaki…-
Al final terminamos juntos. Tragando la esencia de ambos. Sabía tan deliciosa. Mi interior se llenaba a grandes cantidades de su semilla blanquinosa.
Mi rostro reflejaba placer. ¿Desde cuándo lo hacía?
-Muy bien, Misaki, si ya escarmentaste, puedes salir. No te olvides de tu uniforme-
-S-sí amo-
-Te espero arriba.- Se va por donde vino dejándome solo.
Voy hacia uno de los armarios de la celda, ya abierta, y cojo mi uniforme. Era un traje de sirvienta.
Los empleados aquí debían usarlos obligatoriamente. Aunque nunca entendí ¿Por qué?. Me primero la ropa interior. A parte de usar ropa de mujer, también teníamos que usar interiores de mujer. Me puse las medias de mallas negras, y luego el traje. Y salí de ahí.
Fui castigado ayer. Por haber hablado con un hombre en la fiesta de anoche, y Usagi me había visto. A él no le gusta compartirme con nadie. Es muy celoso. A pesar de que diga que solo soy un juguete. ¿Por qué no quiere desecharme, ni dejarme hablar con alguien más aparte de mis compañeros de servicio?
Pasaba por los corredores de la mansión hasta el cuarto de la servidumbre. Al entrar vi a mis otros compañeros. Hiroki de uniforme color rojo el delantal de sirvienta, Shinobu igual solo que celeste, Kisa de color negro. Y Chiaki de gris. Mi uniforme era como el de ellos, solo que descotado atrás y con el delantal carmesí. Un tono algo más oscuro que el de Hiroki.
-MISAKI!!- dijeron al mirarme. Sus brazos me abrazaban fuertemente.
-Pensamos que te había pasado algo…estábamos muy preocupados-Habló Kisa el mayor, aunque él lo negara.
- Lo siento, solo…
-Te castigó. ¿Verdad?-esta vez fue Shinobu
-Sí-
-Pobre de ti Misaki.
-No te preocupes Hiroki, solo fue lo que me merecía.-
-NO es cierto, solo él se desquitó contigo por sus celos- Salió a la defensiva Chiaki.
-No se preocupen, estoy bien de verdad.
Nuestra conversación fue interrumpida por un ruido en la puerta. Al girarnos, nos encontramos con el jefe de la servidumbre y mano derecha de Usagi. Nowaki Kusama.
-Prepárense para la hora de la cena. Tendremos visita. Takano Masamune va a venir a saludar a su primo. Nuestro señor-
Nowaki mira de reojo a Hiroki el cual se sonroja. Él parece darse cuenta de su reacción y sonríe. Luego se marcha.
-A pesar de ser muy amable, parece que oculta algo ¿No creen?-Dijo Chiaki
-Sí- dijeron todos menos Hiroki, que estaba sonrojado
-Creo que Hiroki sabe muy bien a lo que nos referimos ¿No?
-CALLLATE!! SHINOBU!!-
-Es muy claro que ustedes tienen algo, pero…Diganlo, ¿Quién es el sádico y quien el masoquista?-Comento Kisa
-NOO SOMOS NADA, SOLO….-
-Ya ya, no te estamos interrogando ni nada.- hable intentando calmar la atmosfera. Aunque ciertamente tenía curiosidad.
-mmm ok.
-Bueno chicos, vamos a arreglar la mesa para la reunión de la tarde.- Siguió Kisa.
-HAIIII- decimos al unísono y nos dispusimos a ordenar la mesa.
¿Cómo era que había llegado ahí? Creo que fue hace 1 año, cuando mi familia quedó endeudada y tuvimos que mudarnos mi hermano y yo cuando nuestros padres murieron. Tiempo después ambos nos separamos, y yo fui a parar aquí. Comencé a recordar como lo había conocido y como había comenzado nuestro juego de placer…