Querido… No, eso sería muy estúpido. Ni quiero ni sé cómo comenzar un tonto diario. El doctor dijo que debía hacerlo, que me ayudará con mis bloqueos mentales. Aparentemente, que te haya golpeado un auto en la cabeza y haber estado en coma por exactamente un año, es algo serio.
Me llamo Ritsu y acabo de despertar hace unos 3 días. Cielos, se siente como si hubiese sido apenas unas horas. Desperté con una jaqueca terrible, bastante fuerte. El doctor dijo que esas cosas me seguirán por un buen tiempo así que me dio varios frascos de calmantes. Sabían horrible, pero ayudan bastante con el dolor.
Mamá apareció unos minutos después, lloraba bastante, la veía más adulta, el doctor dijo que solo había estado mal por un año, pero realmente parecía que había pasado más tiempo. Ella se acercó desesperada a mí y dijo que ahora todo iba a estar bien, que regresaría a casa conmigo y que todo sería normal. No me gustó el tono en que usó la palabra “normal”, creo que me he perdido de muchas cosas. A la hora siguiente, ella ya lo tenía todo preparado: había empacado todas las cosas de la habitación y ya me estaba ayudando para levantarme de la cama, cuando regresaron esos monstruosos dolores de cabeza, no pude moverme y esta vez no ayudaron mucho las drogas del doctor, al menos no tan rápido como la primera vez.
Luego de eso, quedó decidido que seguiría en el hospital hasta que estas migrañas se vuelvan soportables, eso no le hizo mucha gracia a mamá. La verdad es que no me importaba mucho, no me moría de ganas de ir con mis padres, precisamente y tampoco estaba muy seguro de qué hacer o a dónde debía volver.
Eso me asustaba, no recordaba muchas cosas. De hecho, no recordaba casi nada, cada vez que intentaba hacer trabajar a mi cerebro, las malditas migrañas volvían. Decidí no dejar que eso me alarmara y volver a intentar cuando el doctor me diga que todo está en orden.
Vi a papá el día siguiente en la mañana, me abrazó muy efusivamente para mi gusto, él también se veía cambiado y eso me dolió: no estuve un año con ellos, un jodido año entero. Venía con un hombre a su lado, un chico muy guapo, debo decir, cabello negro y ojos almendrados, estaba al lado de papá. Se me hacía vagamente familiar, supuse que debe ser alguno de sus subordinados o algo así.
Para mi sorpresa, el ambiente estaba algo tenso, mamá y papá no parecían estar bien y me molestó un poco que, al parecer, la situación incómoda era causada por ese joven alto que venía con mi padre. Que me miraba de manera extraña, como si estuviera aliviado, resentido y otras emociones no propias de alguien que se supone que no conozco. Decidí dejarlo pasar, es muy maleducado juzgar a alguien sin haber tenido la oportunidad de conocerlo y bueno, ni siquiera, sabía su nombre, no me podía permitir pensar que era una mala persona. No lo parecía, se quedó sentado ahí, en silencio, hasta que mama y papá se fueron. Ambos se despidieron de mí: mamá de una manera afectuosa y amargada, me sorprendió, parece que no le gustó la presencia de papá o de su acompañante; por otro lado, la despedida de papá fue como una disculpa y un aliento a la vez. Muy, muy raro.
Al final solo nos quedamos yo y el sujeto que venía con papá.
Me despedí bajito y me metí en la cama para no tener que verlo más, realmente no sabía qué decir y no me gustan los silencios incómodos.
A los 10 minutos de haberme metido en la cama, sentí una mano grande tocando mi cabello.
“Sigue suave” dijo, con su voz grave.
No entendí eso, hasta me asustó, se supone que si es un “sigue”, entonces, debo conocer a esa persona o algo así, ¿cierto?
Cuando intenté hablarle, me dijo que no tenía mucho tiempo, que debía irse, que alguien “espera” en casa. También me prometió que vendría a hacerme compañía más tarde, después de la hora del almuerzo, porque tenía asuntos que atender.
Solo atiné a asentir levemente. Al menos alguien vendría a hacerme compañía ya que mamá dijo que no volvería hasta mañana, y mi padre debe estar sumergido en su trabajo.
Después de eso, me dediqué a rellenar el diario que me dio el doctor, bastante curioso, no había visto algún diario con hojas negras, al menos le da un uso a los lapiceros blancos.
Bueno, creo que ya fue mucho de esto, mejor cierro el diario y voy a dormir algo.