SOLO UNA OPORTUNIDAD.
1.LONDRES
John se dirigió hacia la oficina de Mycroft en el club Diógenes, Anthea le indica el camino después de dejarlo en la acera del edificio, el rubio camino hacia donde le era indicado respetando el silencio del lugar.
Un par de minutos después llega a la oficina del mayor de los Holmes mientras este lo espera con una sonrisa que John sabe es meramente oficial. Una vez dentro el mayor de los Holmes se levanta de su silla tras de su escritorio y con una falsa sonrisa lo invita a sentarse enfrente de él.
-Es una verdadera sorpresa verlo joven Watson- le dice con un cierto rin tintín en la voz.
John sonríe a medias mientras lo ve, sabe que nunca han tenido una buena relación pero su duda y su excusa valen más de lo que él quiere aceptarlo.
-siento venir a molestarte pero he intentado localizar a Sherlock, le he llamado y no me responde los mensajes y eh..necesito unos libros que él tiene y que no devolvió- le dijo casi de forma corrida sin evitar sonrojarse ligeramente.
Mycroft lo mira detenidamente, sabe perfectamente lo que ha sucedido y no precisamente porque su pequeño hermano le haya contado.
-Sherlock no se encuentra en Londres, pasara las vacaciones en París con su “amigo” Loki- respondió Mycroft enfatizando el amigo mientras miraba atentamente al rubio.
John abrió los ojos de forma precipitada al oír la mención del chico inglés, su mente remonto a la información que tenia del chico y su hermosa apariencia, dentro de su pecho sintió la noticia como un golpe que lo dejo por un momento sin aire.
-pa..pasará todo el invierno en París- pregunto rápidamente –lo digo porque realmente necesito los libros, tengo que realizar un trabajo- dijo auto convenciéndose de sus palabras.
Mycroft sonrió de medio lado con lentitud abrió el cajón de su escritorio sacando un juego de llaves ante la atenta mirada del rubio.
-son las llaves del departamento de Sherlock en la calle Baker, usualmente sus cosas de la universidad están ahí mientras está de vacaciones; cómo puedes ver mi pequeño puesto en el gobierno británico no me permite ir a buscar sus cosas por lo que si necesitas puedes ir y coger las cosas personalmente- le dijo sonriendo mientras le desliza la llave hasta que el rubio la tomo un poco dudoso.
-no sé si sea correcto- dice dudando un poco, Mycroft le hace una seña con la mano restándole importancia a las palabras del chico.
-Sherlock no está y a ti te urgen los libros, él te tiene confianza y no veo algo malo en que vayas, una vez que termines puedes regresarle la llave a Anthea sin problemas- le responde el mayor de forma seria.
John asiente levantándose y saliendo del despacho del hombre dirigiéndose a la salida del club, una vez fuera coge aire profundamente sabe que todo ha sido una mentira, solo quería saber dónde estaba su “amigo”, después de su incidente no habían hablado mucho y al saber que se había ido con el otro chico inglés le hizo darse cuenta que algo no estaba bien, él no era gay, no podía estar sintiendo celos de que ellos estuvieran solos, juntos, divirtiéndose en París pero una vocecilla le decía que mentía.
Sin poder evitarlo apretó los puños con fuerza, las llaves en su mano las sentía pesadas sabía que esos libros no le eran tan necesarios pero saber que podía conocer el departamento de Sherlock le pudo más, tomando un taxi se dirige a la calle Baker, al bajar del taxi en la puerta mira a una mujer de mediana edad que abre la puerta principal antes de que cierre la puerta John le habla preguntando por el departamento del moreno y explicando el porqué de su presencia.
La mujer se presenta como la señora Hudson y casera del chico, con una sonrisa le indica el camino mientras ambos entran, la mujer se despide en el pasillo mientras el rubio sube los escalones, llega a la puerta y la abre. Lo que el departamento le ofrece es 100% Sherlock, algunas camisas caras regadas, tazas de té en las diversas mesitas de la sala, un juego de química en la mesa de la cocina, algunos recortes de periódico y papeles dejados por doquier.
John sonríe sin poder evitarlo nada es diferente de la habitación del chico en la universidad, salvo el tamaño y la ubicación del departamento que es privilegiada es muy Sherlock. El rubio mira en todas las direcciones buscando los “libros”, pasa por la sala levantando las tazas a su paso dejándolas en el fregadero de la cocina, con la yema de los dedos toca un matraz sonriendo al imaginar al moreno en un experimento.
Poco después ha recogido prácticamente el departamento inconscientemente, sus pasos lo llevan a lo que supone la habitación del menor abre la puerta da un paso y mira alrededor el olor del menor le golpea trayendo a su mente el beso “robado”, cierra la puerta y se recarga en ella llevándose los dedos a la boca aún puede sentir los labios del chico y la sensación lejos de ser molesta o desagradable hace que sienta un calorcito agradable en el pecho.
Da unos pasos y llega a la cama del chico, la recorre con la mano y opta por sentarse, poco a poco se deja caer en la cama mientras toma la almohada respirando profundamente, el olor de Sherlock le llena las fosas nasales. Encoge su cuerpo hasta quedarse hecho un ovillo en medio de la cama y sin poder evitarlo derrama algunas lágrimas sintiéndose realmente mal por haber golpeado al menor por el beso y lo que eso acarreo en las últimas semanas, se arrepiente de no haber correspondido algo que no le ha dejado dormir y replantearse su sexualidad.
Sin ser consiente se queda dormido mientras sueña con una escena donde el inicia un beso y mucho más.
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PARIS
Después de recoger las maletas Loki y Sherlock salen del aeropuerto donde ya los espera un auto para llevarlos al departamento que tiene la familia de Sherlock en París, el hombre que los recibe les ayuda con las maletas mientras ambos entran en el auto acomodándose los abrigos.
-había olvidado el frío por un momento- dice riendo Loki con unos ojos brillantes mientras Sherlock lo mira haciendo una mueca.
-es el mismo de Londres o Nueva York- le dice mirando a su amigo entras este se encoge en su lugar, poco después el chofer pone en marcha el auto dirigiendo al barrio Auteuil, poco después llegan a su destino. Nuevamente el chofer les ayuda con las maletas mientras Sherlock abre la puerta principal del edificio, Loki mira a su alrededor y al edificio enfrente de él nada parecido a sus residencias en Londres, el mayor le hace una seña para que entre con el y le ayude con las maletas.
-tenías que traer tantas maletas- pregunta un ofuscado Sherlock mientras ambos entran al lujoso elevador.
-no puedo prescindir de mis cremas, perfumes, ropa, accesorios son muy importantes- responde altivo mientras logra meter su última maleta al elevador, Sherlock bufa y como puede marca el piso de su departamento.
Ambos salen a tropezones del elevador y acarrean las maletas al departamento, Loki suelta un silbido mientras recorre con la mirada el amplio departamento sonriendo al ver los grandes ventanales que dejan una hermosa vista, Sherlock sonríe al ver a su amigo que por un momento deja las penas traídas de América y lo deja ser.
Minutos después ambos se han acomodado en sus respectivas habitaciones mientras acomodan sus ropas y demás accesorios, ambos están cansados no tanto por el viaje, más bien por las emociones y acontecimientos recientes.
Poco después Loki están en la cocina preparando té para ambos, Sherlock a cambiado su ropa por algo más cómodo sin dejar de ser él, el ojiverde le sonríe mientras lleva las tazas en una charola de plata que ha encontrado Sherlock al verlo sonríe mientras recibe la taza.
-con el uniforme correcto serías una perfecta mucama- le dije a modo de broma mientras su amigo deja la taza en la mesita y le guiña un ojo.
-podría disfrazarme, pero dudo que te resistas a mí, además no quisiera enfadar a cierto médico personal- le responde a modo de broma y el semblante de Sherclok cambia, Loki lo mira sintiéndose mal por haber tocado una fibra sensible, el mayor lo mira y niega con la cabeza.
-no creo que le importe si coqueteo contigo, ha dejado claro que no soy de su “agrado”, pero respira tranquilo que no eres de mi tipo- le dice levantando la barbilla, Loki gruñe pero sabe que lo que ha dicho le duele a su amigo no por nada acepto dejar Londres al menos por unas semanas y su mirada no le engaña la historia con el chico bajito y rubio no ha terminado.
-bueno él se lo pierde- le dice a modo de broma intentando darle ánimos, poco después los dos dejan de lado sus problemas emocionales y charlan de su último año con respecto a sus carreras, platican de todo solo dos nombres están vetados y esos son Thor y John ambos rubios, ambos idiotas.