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Negro significa Salvación. Especial de Navidad. por Some one

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Notas del fanfic:

Como ya había dicho, esta ligado a mi fic "Negro significa Salvación", que esta en progreso, pero si no lo has leído, no importa :) igual se entiende.

Notas del capitulo:

Feliz Navidad y Año nuevo! 

Estube escribiendo como loca para acabarlo S: pero es algo dificil cuando tienes personas que te vigilan día y noche... no importa xD aquí esta!

Disfrutenlo!

Ya saben, los personajes no me pertenecen a mi, yo solo los tomo para mis fics sin fines de lucro. 

Las luces brillaban, el olor a ponche inundaba la cálida estancia y suave melodía navideña se podía oír. Todo indicaba que sería una velada perfecta, a pesar de que apenas era la mañana del 24 de Diciembre. Porque... ¿Qué podía salir mal en Navidad?

A pesar de que Voldemort seguía suelto, a Harry eso no le importaba. Ese día era su día especial, y lo pasaría con su novio, Sev... Claro, si este se disponía a dejar por un momento su trabajo de pocionista. Pero estaba seguro que lo conseguiría, nadie se podía resistir al espíritu navideño, y Severus Snape iba a pasar una velada romántica con él o se dejaba de llamar Harry Potter.

Después de todo lo que le había costado convencer a Sirius de que le dejara pasar la Navidad sólo con Severus. Sirius hizo un berrinche enorme, que sólo Remus fue capaz de apaciguar... Esos dos cada vez estaban cada vez más unidos, había algo sospechoso ahí... Pero no importaba, lo relevante aquí es que por fin iba a pasar su primera Navidad con Sev totalmente solos, nadie que pueda interferir ni molestar. Sólo ellos dos.

Harry metió el pavo al horno, una vez que le inyectó un poco de vino, aún faltaban algunas cosas que hacer antes de ir a sacar a su novio de su escondite ¿Qué tanto estaría haciendo? De seguro mejorando su poción matalobos, últimamente se obsesiono con esa poción, a tal grado de encerrarse en su laboratorio por días. Pero Harry se aseguraría de que hoy en la noche el pocionista dejara de trabajar para disfrutar la velada. No por nada se había esforzado tanto.

Harry dejo la cocina por un momento y salió a la sala, esta estaba adornada para la fecha en tonos rojos, verdes y dorados. Había una chimenea en la pared del fondo que emitía un cálido fuego, sobre esta estaban colocados adornos sencillos, a la izquierda de la chimenea estaba el arbolito de Navidad, decorado con lucecitas, algunos listones y esferas, y en la punta una estrella, el pino emitía su fragancia por toda la estancia y al ser todas las luces opacas, más el sonido de la madera crepitar y la suave melodía que se escuchaba, te relajabas. Harry se dirigió lentamente a la mesa que había colocado relativamente cerca de la chimenea para que ahí los dos pudieran cenar; verifico que todos los utensilios estuvieran acomodados perfectamente, y sonrió. El regalo que le tenía a Severus ya estaba envuelto y colocado debajo del arbolito. También había colocado estratégicamente un sillón de tres plazas, lo suficientemente cerca de la chimenea para no pasar frío y lo suficientemente inclinado para que mientras estuvieran sentados en el pudieran observar el pino. Si, a los ojos de Harry todo era perfecto. 

Lo único que faltaba era hacer el espagueti- pero ese lo haría en la tarde- y arreglarse.

Salió del comedor, apenas era mediodía, le daba tiempo de salir un rato por la calle, tal vez encontrara algún pastel o galletas que comprar, y de pasada comería fuera; después de todo no servía de nada quedarse en casa, Severus estaba trabajando y no le haría caso, con esos pensamientos Harry, después de haberse abrigado bien, se apareció en un pequeño pueblo muggle.

Cuando salió del pequeño callejón donde había aparecido pudo ver que estaba nevando levemente, el paisaje era realmente hermoso. Había muchas personas caminando para ser un lugar pequeño. Él empezó a caminar por la calle, disfrutando del clima. Una que otra persona pasaba corriendo. Siguió caminando hasta que llego a un parque con un pequeño quiosco en el centro, se sentó en una de las bancas del parque mientras veía a los niños jugar mientras se divertían... Algo en él se removió. Le fascinaban los niños, los adoraba. Y sobre todo deseaba uno. Pero eso era difícil de conseguir, y Harry lo sabía. Existían pociones en el mundo mágico que podían dejar a un mago en cinta, por lo que le dijo Hermione, pero eso no quitaba que el embarazo fuera arriesgado, aún se tenía que mejorar la poción; otro factor que lo dificultaba más era que su pareja era nada menos que Severus Snape, el temido profesor de pociones de Hogwarts, dudaba que él quisiera tener hijos, y convencerlo le iba a costar muchísimo. Suspiro. Pero eso no le iba a quitar su esperanza. Sonrió.

Después de un tiempo le dio hambre, por lo que se dirigió a un pequeño restaurante, a comer y tomar un chocolate caliente para entrar en calor. Cuando acabó ya era hora de regresar, así que después de pagar se devolvió al callejón donde había aparecido, para poder volver a la casa de Sev.

Al llegar se fue a la cocina, el pavo lo sirvió en una charola y lo adorno con ensalada al alrededor. Después se dispuso a hacer la pasta. Ya terminada, se fue a bañarse y cambiarse, nada muy formal, unos jeans, camisa azul y sweater gris. 

Fue imposible domar su cabello.

Y ahí estaba. Afuera del laboratorio del pocionista. Sin atreverse a entrar. Los nervios lo dominaban, pero no por nada él era un Gryffindor. Toco la puerta.

Nada.

¿Por qué no contestaba? Lo volvió a intentar. Nada. Se desesperó, y abrió la puerta de golpe, enfadado, estaba bien que quisiera concentrarse en su trabajo, pero tan siquiera debería decir un "largo" no simplemente ignorarlo, y... No estaba. Severus no estaba en el laboratorio, estaba vacío. Todo ese enojo se esfumó, dándole paso a la preocupación y confusión. ¿Si no estaba aquí entonces dónde? ¿Le habría pasado algo?

Pfff, lo iba a tener que buscar... Tal vez estaba en la cocina. Pero nada, ni en la cocina, ni en su cuarto, ni en la biblioteca. Y ya eran las 10. Rendido, se dirigió a la sala a esperarlo, si salió no debería tardar, pero a él ya le estaba empezando a dar hambre. 

Iba cruzando la sala cuando... Unos fuertes brazos lo rodearon por la cintura y sintió un beso en su nuca.

- Sorpresa. 

Susurro contra su oído.   Giro sin romper el abrazo, para poder mirarlo a la cara, incrédulo y divertido.

- ¿Quién eres tú y que le hiciste a mi novio?- Severus sonrió divertido siguiéndole el juego.  

- No te preocupes por él, mañana te lo regreso.- Dijo mientras besaba a Harry.  

- Entonces... A ti no te importaría ¿Verdad? - pregunto divertido Harry, mientras lo miraba pícaro.

Snape no supo cómo interpretar esa mirada ¿Qué le estaba sugiriendo Harry? No importaba mucho, esa noche había prometido que se divertiría junto con él, así que mejor seguirle el juego.


- Por supuesto que no, joven Potter, adelante.
 
Harry soltó una risita, y desasiendo un poco el abrazo, lo jalo por los brazos y...
 
- Esta bien, ya que usted no es Severus, no le importará bailar un poco.
 
Y dicho esto empezó a girar, a Severus no le quedo de otra que intentar seguirle la corriente, el bailecito era bastante ridículo, pero al fin y al cabo nadie los estaba viendo... ¿Verdad?
 
Así estuvieron un rato, bailando, riendo, y en el caso de Severus burlándose del estúpido bailecito del Gryffindor.
 
Harry no podía estar más feliz, hasta que su estómago reclamó por comida. No pudo más que sonrojarse avergonzado, mientras el otro reía. Harry lo vio con mala cara.
 
- ¿Y qué querías? Me hiciste buscarte por toda la casa, obviamente me iba a dar hambre, ¡Es tu culpa! - Dijo mientras lo empujaba ligeramente y hacia un puchero.
 
- Ja, Gryffindor despistado, si hubieras empezado por la sala, te hubieras ahorrado mucho- le reclamo con una sonrisa, mientras lo guiaba a la mesa, y con un movimiento de varita, convocaba la comida que Harry había preparado 
 
- A lo que viene siendo lo mismo ¡Tu culpa! ¿Qué te costaba un "Ven Harry, vamos a cenar" o un "Harry, ya acabe mi trabajo"?

El pocionista se colocó detrás del León, y susurrando cerca de su oreja le dijo

- Ven Harry, vamos a cenar- mientras le mordisqueaba el lóbulo de la oreja.

- mmm - suspiro Harry- tal vez te perdone...

Severus soltó una risita.

- ¿Qué haría yo sin ti? - le pregunto mientras se sentaban y sus platos se llenaban con la comida que había preparado Harry, puede que no sea muy bueno en pociones, pero en la cocina se desenvolvía muy bien. 

- mmm, probablemente aburrirte, extrañarme, deprimirte, después de todo no puedes reemplazar mi magnífica personalidad. Y morirte de hambre, ¿Quién te recordaría que tienes que comer mientras estas encerrado con tus pociones?

- ¡Ja! Niño egocéntrico, si... Me pregunto quién sería tan estúpido como para interrumpirme mientras preparo mis pociones.

- ¡oye!

Y así siguió la cena, entre plática, insultos lanzados sin intención de ofensa (porque después de todo, seguían siendo serpiente y león, Gryffindor y Slytherin, Severus Snape y Harry Potter, por mucho que se quisieran las burlas nunca iban a faltar). Ciertamente el pavo le quedo delicioso a Harry, aunque Severus estuvo un poco renuente a aceptarlo, cosa que divirtió a Harry, el orgullo del otro era algo digno que apreciar, y aunque a veces era algo testarudo, a Harry le gustaba y divertía que fuera así. El tiempo siguió transcurriendo, y la pareja término abrazada y tendida en el sofá, cubiertos por una cobija; mientras se escuchaba la canción de "Jingle Bells".

- Gracias - susurro Harry.

- ¿Por qué?

- Por estar aquí, conmigo. Bien podrías haber estado trabajando en la poción, pero estas aquí. Gracias.

- Te lo prometí, ¿recuerdas? Si te traje aquí fue para pasar la Navidad juntos. Me sorprende que seas tan inseguro siendo todo un Gryffindor. - le dijo mientras lo besaba.

- No es mi culpa - se defendió. - ¡Ya sé! Te daré tu regalo ya.

- Potter, uno, se dice "ya te daré mi regalo", dos ¿no se supone que es hasta mañana cuando se abren los regalos?

- No me importa. Yo te lo daré ahora, además, teóricamente ya es el 25, o ya casi, porque ya son las doce de la noche... ¡Y no me corrijas! Me recuerdas a Hermione... 

Harry se levantó y se dirigió al arbolito, nervioso, agarro su regalo y se volvió a dirigir hacia Sev.

¿Y si no le gusta mi regalo?- pensó Harry, se armó de valor (no por nada era un Gryffindor) y se volvió a sentar junto a Severus, mirándolo de frente, mientras le extendía un poco el regalo.

- Toma.

Severus no pudo evitar fruncir el ceño, ¿y ahora a este que le pasaba? Pero cuándo intento tomar el regalo, envuelto en papel plateado con un lazo rojo, Harry le tomo las manos jalándole y dándole un beso en los labios. Al principio fue dulce. Pero luego Sev lo empezó a profundizar, volviéndolo un poco salvaje, pero no por ello menos romántico. Siguieron así, olvidando ligeramente el regalo que le acababan de obsequiar, Harry había pasado sus manos al rededor del cuello del mayor, y Severus paseaba sus manos por la espalda del menos. Pero se vieron en la necesidad de respirar, y se separaron un poco, mientras sus frentes se rozaban. Los dos respiraban agitadamente. Y Harry estaba ligeramente sonrojado.

- Feliz Navidad - susurro Harry.

- Feliz Navidad, pequeño. - le dijo mientras le daba un pequeño besito en la comisura de sus labios - Te amo.

- Y yo a ti- le susurro de vuelta con una sonrisa - y mucho.

 

Harry se acomodó mejor en el pecho de Sev, mientras este agarraba el regalo que le había dado Harry y lo empezaba a desenvolver con cuidado, mientras el otro esperaba con nervios.

 

Al abrirlo, se encontró con un hermoso dije de plata de una serpiente con una cadenita del mismo material. No era muy grande pero tampoco muy chiquita, discreta. Severus la saco de su cajita para observarla mejor, era realmente hermosa.

 

- Gracias, Harry. – Le dijo mientras le besaba en la mejilla.- Es hermoso.

 

- ¿De verdad te gusta? – Le pregunto con nervios.

 

- Si, es perfecta.- Ante esto, Harry no pudo más que sonreír.- Anda, ayúdame a ponérmela. – Le dijo mientras le alargaba la cadenita.

 

Harry la tomo y se la puso a Severus. Realmente se le veía bien. Compartieron otro beso corto y Harry se abrazó a Severus, realmente le gustaba estar en sus brazos, le hacían sentir protegido y amado. Esos brazos cálidos y fuertes, que lo hacían tan feliz.

 

- Ya que tú ya me diste tu regalo, ahora yo te daré el mío.

 

- ¿eh? ¡No! No tienes que… Yo quería dártelo. N-No estás obligado a…

 

Una mano le silencio.

 

- Pero quiero hacerlo – le dijo mientras lo veía a los ojos, para intentar calmarlo, y lo hicieron, esos ojos negros siempre lo lograban. Así que Harry asintió.

  Severus con un movimiento de varita conjuro su regalo, ya que él lo tenía guardado en su habitación. El de él estaba envuelto en papel rojo con un lazo verde.

  - Ten, para ti.  

- Gracias – susurro, sonrojado. Realmente no pensaba que él le tuviera un regalo. Rasgando la envoltura lo abrió, lo que causo risas en el mayor, se notaba que estaba ansioso por saber que era.  

Este también le regalo un dije, pero este era un ciervo, orgulloso con la cabeza en alto. Harry sonrió.  

- Gracias Sev.- El nombrado saco el dije de la cajita y se lo coloco a Harry.  

Y siguieron recostados, abrazándose, besándose, amándose. Porque a pesar de todo, ellos eran felices juntos.  

Afuera, sin que ellos se dieran cuenta, empezó a nevar. Lenta y silenciosamente. Como si no los quisiera interrumpir.

Notas finales:

¿Les gusto? Dejen sus reviews.

Les deseo un bonito año nuevo (con mucho yaoi)

Nos leemos!


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