Un día como cualquier otro, recibí una llamada de Hinata, mi hermana menor, le conteste sin más preámbulos, antes de poder decirle “hola” ella ya me había dicho una hora y lugar, y que nos juntaríamos ahí, mire mi reloj y veo que solo faltaban quince minutos.
Entré al lugar a la hora acordada y me senté a esperarla, de pronto se abrió la puerta yo pensando que era mi hermana me gire y vaya sorpresa que me encontré, era nada más ni nada menos que el mejor amigo de Hinata, Naruto, a los pocos minutos Hinata había llegado, haciendo que él se una a la conversación.
-Mira Naruto sé que me dijiste que nos juntáramos los dos solos, pero creo que Sasuke puede ayudar- dijo Hinata.
-¡No Hinata! ¿Estás loca? Mira será mejor que olvides todo esto y me vaya- dijo Naruto completamente alterado, se levantó de la mesa donde estábamos, estaba tomando su mochila cuando lo detuve de un brazo.
-Espera- le dije- No tengo la menor idea de lo que pasa, ya que estamos aquí me gustaría que me lo dijeran.
-Mira Sasuke en verdad lamento mucho que Hinata te hiciera venir, pero no quiero meterte en mis problemas, si acudí a ella es porque era mi última opción- dijo Naruto.
-Naruto ya te dije que me debiste llamar antes - dijo mi hermana.
-Hinata por favor entiéndeme- dijo suplicando.
-Paren, mira Naruto, si estas en problemas y necesitas ayuda, no tengo ningún inconveniente en ayudarte, aunque entiendo que no quieras contarme, pero me parece un poco tarde, estoy aquí y no me iré hasta saber qué es lo que pasa- dije decidido.
-Está bien – respondió resignado - pero, si luego de que te cuente lo que pasa, consideras que no me quieres ayudar, dímelo no lo hagas por obligación, yo entenderé - yo lo mire con el ceño fruncido ¿Tan malo era?
-¿Por qué no vamos a otro lado? – dijo mi hermana - creo que esta conversación no es para hacerla en un lugar público.
Nos dirigimos hacia mi auto y subimos, en el transcurso hacia mi casa que fueron no más de quince minutos, nadie dijo nada, solo se escuchaba la música, que al parecer calmo un poco los ánimos. Cuando llegamos a mi casa Naruto se sorprendió por el tamaño de esta y por la seguridad que tenía, tengo que reconocer que mi casa es un poco exagerada, muy grande y con demasiada seguridad, pero cuando se es un personaje público la privacidad es lo más importante y yo invertía lo que fuera necesario para estar lo más alejado de los paparazzi.
-Sorprendido ¿eh? – le dijo mi hermana a Naruto para animarlo un poco.
-Bastante, creo que es la segunda vez que me sorprendo tanto, ¿Vives solo? – me pregunto, yo asentí, él abrió los ojos sorprendido - ¿Es enserio? – nuevamente asentí – Yo no sería capaz de vivir solo en una casa tan grande.
-Es necesario – respondí - tampoco me gusta mucho estar en una casa tan grande pero hago lo que sea por no tener fotógrafos merodeando en mis ventanas.
-Ya veo, por eso tanta seguridad - dijo Naruto.
-Bueno ahora que estamos más tranquilos ¿Puedes decirme lo que está pasando? – le dije a Naruto.
-Yo te contare mi lado de las cosas - dijo Hinata - como te dije, llevaba un tiempo sin saber nada de Naruto, estaba preocupada porque él se había dejado de comunicar conmigo y tampoco contestaba mis llamadas. Hace dos años viaje para verlo, cuando fui a su apartamento que ocupaba y estaba vacío, pregunte a los vecinos y nadie supo darme razones, fui a la universidad de Naruto y me dijeron que él llevaba dos semanas sin asistir a clase y que se les hacía extraño porque él no faltaba nunca a clases, lo busque por todas partes pero no di con él, regrese acá tres semanas después y espere un tiempo para ver si se comunicaba conmigo, contrate a alguien para que lo siguiera buscando pero no supo darme ninguna pista del paradero de Naruto, hasta hace dos meses que él me llamo una noche a mi casa pidiéndome ayuda, cuando le pregunta donde estaba, me dijo que en Alaska, hablamos de lo que sucedió e inmediatamente le pedí que viniera aquí a Japón, que yo la ayudaría.
-Pero, ¿En qué necesitas ayuda Naruto?- le pregunte.
-Necesito esconderme, le pedí a Hinata que me ayudara a encontrar un lugar seguro donde vivir o un trabajo para ahorrar dinero e irme de Japón- señalo sin más.
-¿Esconderte? ¿Irte del país? ¿Qué hiciste?- pregunté.
-No te preocupes, no he muerto ni he robado a nadie, más bien… estoy escapando de alguien- aseguró.
-¿De quién?- pregunté.
-De mi ex - definitivamente no entendía nada.
-Sasuke- esta vez habló Hinata- Naruto conoció a alguien hace tres años y medio, los primeros meses lo cortejaba, pero Naruto siempre se negaba a salir con él, pero cansado de tanta insistencia accedió a hacerlo.
-Se portaba bien conmigo- continuó Naruto- empezamos a salir por un tiempo, yo lo veía como un buen amigo, pero nada más, con el tiempo acepté ser su novio, él había estado conmigo cuando murió mi padre y había sido mi apoyo todo ese tiempo. Salimos por un año, pero las cosas empezaron a ponerse mal, Gaara cambio, era demasiado celoso, me prohibía salir con mis amigas de la universidad, si me veía hablando con un chico pensaba que lo engañaba y me armaba escándalos en cualquier lugar así fuera público, tuvimos bastantes problemas, pero el peor fue una vez que hablé con Hinata por teléfono.
-¿También te celaba con tus amigas?- pregunté.
-No fue precisamente por hablar con Hinata, pero el problema se ocasionó porque ese día él llego a mi departamento y yo recién acababa de hablar con ella, me preguntó quién era y le contesté que Hinata, pareció tranquilizarse, me fui a la cocina, pero Gaara no estaba convencido con mis palabras y remarco el último número en mi celular.
-Fue la última vez que hablamos. Esa noche Sasuke, llegaste a mi casa para acompañarme a cenar, sonó el teléfono y yo tenía las manos con harina, te pedí que contestaras mi celular.
-Cuando contesté - hablé-, al comienzo nadie respondió, luego un chico me pregunto quién era, se lo dije, luego se disculpó por haberse equivocado y colgó.
-Gaara pensó que estaba hablando contigo y que le había mentido, se puso como loco y empezó a gritarme, acusándome de que lo engañaba, y que mis llamadas a Hinata eran solo mentiras para comunicarme contigo, empezó a llamarme de las peores maneras, no me aguante más y le dije que era un demente. Y que no me aguantaría más sus insultos y reclamos sin fundamento. Gaara enloqueció y me golpeó, gracias a mi padre por haberme enseñado a defenderme, lo enfrenté y logré sacarlo de mi departamento. Al día siguiente no fui a la universidad, estaba dispuesto a demandarlo, pero me daba miedo salir y encontrármelo a la salida, no estaba muy equivocado. Gaara vigiló mi departamento por tres días, no paraba de llamarme y tocar la puerta, me rogaba que lo perdonara.
Hinata miraba a Naruto con una profunda tristeza y rabia marcada en su rostro, yo no estaba lejos de lo mismo, no podía creer que alguien fuera capaz de pegarle a alguien como Naruto, él siempre había sido muy calmado y pacifico, nunca había usado la violencia con nadie.
-Al cuarto día, debía salir- continúo- no tenía nada para comer, salí temprano rumbo al supermercado, al regresar, abrí la puerta y Gaara apareció, me empujó dentro, empezó a hablar calmadamente y a pedirme perdón, no lo quise escuchar y nuevamente perdió los estribos, comenzó a gritar, le dije que lo demandaría y fue lo peor que pude haber hecho.
Yo lo miraba atentamente, su rostro expresaba claramente el dolor que sentía.
-Me amenazó con matarme si lo hacía, - así continúo - dijo que no le importaba pasar el resto de su vida en la cárcel, si con eso aseguraba que yo no me fuera contigo Sasuke, y que si sabía que me comunicaba con ustedes, no viviría para contarlo, estuve “asistiendo a la universidad” pero en realidad buscaba cualquier cosa relacionada con Gaara, algo que me ayudara a deshacerme de él, y lo encontré, él había estado en una clínica siquiátrica por tres años, por haber muerto a sus padres y a su novio, Sai luego de su graduación.
-Dios mío, no sé cómo has pasado por todo esto - dijo Hinata abrazándolo, Naruto continúo aún siendo abrazado por mi hermana.
-Gaara descubrió que lo estaba investigando, y empezaron las amenazas. Luego planeé escaparme una noche, no tenía a donde ir y no podía llamar a Hinata porque Gaara se enteraría, así que tome el primer bus que saliera, sin importar el destino.
Ahora que lo recordaba, los padres de Naruto habían muerto cuando él era pequeño, y por eso no tenía familia a la cual acudir.
-La última vez que lo vi, me hizo perder mi empleo y no tuve otra opción más que llamar a Hinata, que me hizo venir hasta aquí - dijo Naruto.
-Hiciste muy bien Hinata- dije- Naruto debiste acudir desde el primer momento a nosotros, fue muy arriesgado para ti, pero lo importante es que estas aquí y cuentas conmigo para lo que necesites, yo te voy a ayudar – Hinata me miro con alegría, Naruto no tenía ninguna expresión en el rostro.
-¿A dónde lo enviaremos?- pregunto Hinata.
-A ningún lado- me miraron ambos – te vas a quedar aquí conmigo.