Así es como debe ser...
Estaba ahí, sentado frente al monitor desde que el sol toco la ventana y la mañana se aproximó con algo de niebla. Tenía cientos de ideas que seguramente le abrumaron en insomnio la noche anterior, pero posiblemente se convertirían en una película al finalizar el día.
El tema: Muertos vivientes… Otra vez.
Sabía todo sobre dichos zombis y le fascinaba seguir investigando para que sus cortos quedaran más realistas, según decía. Pero esa mañana, halló algo mucho más interesante que un par de fotos grotescas. Un HTML bajo el lema ¨Como traer un muerto a la vida.¨ y la curiosidad, interpretada como una leve mordida de nerviosismo en su labio inferior le hizo abrir el link.
Y no era para ¨traerlos¨ exactamente como zombis, era para revivir; en todo el contexto que se le puede dar a la palabra. Sudó en frio e imprimió el texto con una torpe sonrisa en la cara.
Sabía exactamente que debía hacer.
Y con quien lo haría.
-¡Billy!- Spencer Wright, aspirante a cineasta, 16 años. – ¡Ven a ver lo que encontré!-
-¿Es algo de comer?- De la pared se asomo un joven increíblemente pálido, casi transparente; quien sin reparar en pasar por la entrada atravesó el yeso. -Porque muero de hambre, viejo.- Billy Joe Cobra, ex-cantante, quizá 20 años.
-Es…-
Una efímera visión surco las intenciones del castaño ¿Qué tal si al revivirlo la gente lo aceptaba? Que recobrara su antigua fama, y se olvidara de él. ¿Y si dejaban de ser amigos? Seguramente se dejarían de ver.
Eso era algo que Spencer no esta dispuesto a arriesgar. Para nada.
Miro algo triste el papel que sostenía entre sus manos, con una mueca de remordimiento que pronto se esfumó en un suspiro. Arrugó la hoja y lo arrojó lejos de sí; sabiendo un omnisciente en donde caería. –Sí, vamos a comer. Será mejor que bajemos cuanto antes, es la última comida que probaré de mi mamá antes de que se vayan de vacaciones.-
-Amigo, ¿tu familia se va de vacaciones y te dejan en la casa solo?- se acostó sobre el aire con un tono más que indignado, preocupado.
-Tranquilo, igual no quería ir. Mira el lado bueno, tendremos la casa para nosotros solos.- sonrió sin saber que cualquiera hubiera malinterpretado sus palabras, cualquiera menos el fantasma.
-Genial ¡Imagínate las fiestas!-
-¡Las mañanas de videojuegos ¡-
-¡Las desveladas de películas ¡-
-¡Las fiestas¡-
Y de esta forma salieron del cuarto, ignorando totalmente el papel debajo de la cama. Estaban bastante bien así ¿No?
Al menos, eso era lo que pensaba Spencer.
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Simplemente la resaca de la noche anterior les hacia compañía, habían dormido en lugares indefinidos, aquellos que se veían bastante cómodos una noche antes. El menor abrió los ojos, estaba en el piso y miro a Billy levitando sobre la tele, al parecer, aun no había despertado.
Se incorporó para encontrarse en un cementerio de diversión; comida tirada, soda escurriendo del techo, la radio prendida, el DVD con la película pausada y las cortinas cruelmente desgarradas debido a una pelea de almohadas de hace días.
Se sonrió estirándose algo adolorido, no había pasado mucho tiempo desde que su familia se fue; y su habitación era un desastre. No quería imaginar el resto de la casa.
-Billy, levántate ya, hermano.- el aludido solo hizo un gesto de desagrado, se giro sobre si y consiguió caerse de la tele.
-Ahh.- gimoteó al sobarse la cabeza.
-Mira este lugar, tenemos que empezar a limpiar cuanto antes.- su celular sonó desesperado en lo que parecía ser una llamada de Rabee. -¿Puedes ir limpiando en lo que vengo? Solo iré a la entrada a recoger unas cosas.-
-Claro amigo, no hay problema.- Habló con sarcasmo mientras se recostaba en ropa sucia y se bebía el resto de una soda sin gas del día anterior.
Spencer se cruzó de brazos sabiendo que el guitarrista no le haría caso, pero su mirada fulminante puso en marcha al fantasmagórico muchacho. –Genial, entonces no tardo mucho.-
Dicho lo último salió corriendo con una sonrisa satisfecha.
Si bien era cierto que su pereza le tenia bien amaestrado, mejor era empezar cuanto antes, y por empezar, se refería a juntar lo mas fácil; tres papeles que ¨estorbaban¨ en el piso. Desarrugó el primero, era un ticket de la pizza de hace una semana. El segundo era un chicle envuelto que sin dudar se llevó a la boca. Pero el ultimo, el ultimo era toda otra historia.
Basta con revelar el titulo del entintado bold.
¨Como revivir un fantasma...¨
A esa altura Billy se sentía confundido, era algo que seguramente Spencer había impreso hace algún tiempo ¿pero porque no le había dicho? Ni siquiera mencionó nada al respecto. Quizá se le olvido hacerlo, pero era muy poco probable ya que el cineasta contaba con una memoria envidiable.
Probablemente, no quería verlo vivo a causa de envidia, pues a la edad del castaño, el espectro era una famosa estrella, de esas que dan pena al saber que su carrera termino pronto.
Tal vez era por conveniencia, por los favores de los cuales se estaría privando siendo el caso de que estuviese vivo. ¿Quién le sostendría la cámara en el aire? ¿Quién le salvaría de un día pesado en detención? Seguramente nadie mas, y de ser lo contrario, preferiría no saberlo.
Quizá no quería que regresara a la vida por miedo a que su exitoso regreso acabara con su fama. La bastante que había creado pero que aun no le hacia frente a la grandeza de BJC. De preguntárselo, habría dicho que se desmoronaría al compararse con su misteriosa reaparición.
Lo único que tenia claro, era lo egoísta que ciertas veces el menor llegaba a ser.
¿Acaso no había pensado en lo horrible que era reprimir cualquier contacto por miedo a su propio ectoplasma? ¿No se preguntaba que era ser ignorado por todos aquellos que alguna vez lo adoraron? ¿Qué no pensaba en lo difícil que era vivir con la persona que amaba sin poder tocarla?
Posiblemente no.
De igual manera el remordimiento le llegó al ponerse en los zapatos del cineasta. El simple hecho de pensar en que alguien arruinara su progreso le molestó. Suspiro con lágrimas en los ojos entonces lo mejor seria dejar vivir a Spencer en su propia fama. Sonaba difícil, pero estaba dispuesto a dejar la casa.
Practicaría el conjuro de la hoja de papel, bastante confiado de que el mundo le creía muerto (y lo estaba) vagaría por las calles solitario; desde el comienzo si su suerte se lo permitía, realmente solo quería encontrar algo más.
Alguien más.
-Está decidido.- alzó una mirada vacía.- Así es como debe ser.-