*-*- Konoha-*-*
- O sea... si tocamos este sello nos transportaremos a otro lugar? -Preguntaba un expectante rubio, aún así con un poco de miedo a saber o que de verdad ocurriría.
-Exacto, algo así como un mundo paralelo. -Contesto tajante un peli-rojo con los brazos cruzados por encima de su bien formado pecho.
-¿Y de qué nos servirá algo así? Cualquier cosa podría suceder. -Esta vez hablo un muchacho de cabello castaño con dos marcas extrañas en sus mejillas de color rojo. A su lado se encontraba un cachorro de gran tamaño sentado sobre sus patas traseras, admirando lo que sucedía.
- No sé tú... ¡Pero yo creo que es algo emocionante! ¿¡No crees Gaara!?
- Tal vez, pero esto no es un juego Naruto, solo quería que ustedes supieran las consecuencias que "aquello" -Señalo aquel llamativo sello.- podría traer consigo, ¿Entiendes?
- Entiendo, entiendo. -Movió su mano de un lado a otro, despreocupado, cerrando sus ojos.
- Siempre tan idiota...
- ¡Hey! No me vengas a joder con eso, Kiba!
- Pero ya somos mayores de edad, tenemos 19, seamos por un momento maduros.
- ¡Hmp! Bastardo... -Refunfuño mirando hacia otro lugar.
*-*-Base militar de Japón-*-*
Era un día nublado, muy raro siendo que se encontraban en pleno verano. Las nubes estaban teñidas de un tono gris, lo que significaba que muy pronto lloveria. Las personas de ese lugar seguían con sus mandados, ejercicios diarios, uno que otro encargo de algún superior. Estaban entrenados en cierta parte para no dejarse intimidar por una simple llovizna o fuertes ráfagas de viento inluyendo lluvias. Algunos temblaban de frío, otros sudaban y deseaban estar desnudos bajo una ducha. Un poco lejos de allí, dentro del gimnasio, se encontraban 3 muchachos de aproximadamente 25 años. Cada uno estaba trabajando sus ya marcados músculos. Él primero se llamaba Uchiha Sasuke, tez bastante pálida, cabello negro al igual que sus ojos, mirada intimidante y un cuerpo del cual presumir. Traía puesta una sudadera de color azul marino, un pantalon suelto pero que de igual forma hacia notar sus gruesas piernas y por ultimo unas zapatillas blancas.
El nombre del segundo era Sai, vestia casi de la misma forma que el Uchiha, pero a excepción de las zapatillas, las cuales eran grises. Su cabello era corto y sedoso, ojos negros como la noche incluyendo su cabello. Se podría decir que también tenia mucho de lo cual presumirle a los muchachos de la base.
Y por último, pero no menos importante, Aburame Shino. Tenía ese toque de misterio de tan solo observarlo, siempre traía sus lentes oscuros aún que fuera un día de lo más extraño. Este miraba a través de la ventana, calculando en que momento las nubes soltarian sus primeras gotas. Se toco el hombro y lo movio, haciendo pequeños circulos, repitió este movimiento en el otro hombro para después masajear su cuello y dirigirse hacía los camarines.
-Extraño día, no crees? -Alzo la voz Sai, llamando la atención del azabache.
-Tienes razón. -Ladeo un poco su cabeza para mirarlo mejor, apoyando sus manos en el asiento donde se encontraba.
-Hah... prefiero los días soleados, me dan mayor confianza.
-...Confianza? -Alzo una ceja dandole un aire superior del que ya tenía.- Para mi todos los días son iguales.
-Amargado. -Solto con una media sonrisa en su rostro.
-De todas formas no soy él unico.
Dicho esto último, camino a paso lento donde se encontraban los camarines, seguido de Sai que movía la cabeza de un lado a otro.
*-*-Konoha-*-*
Eran ya las 23:12 P.M en la Aldea de Konoha, muchos ninjas dormíran para su próxima misión, entre ellos Gaara y Kiba. Ambos no estaban conscientes de lo que les esperaba y todo por la culpa de cierto rubio que con curiosidad fue hacía la cueva donde se hallaba el sello. No pudo dormir en toda la noche por la emoción al saber que le esperaría si tocaba "aquello" así que levantandose de un salto se puso su traje de Anbu y salió por su ventana dando grandes saltos. Cuando llego no pudo evitar esbozar una sonrisa y caminar ansioso dentro de la cueva. El lugar estaba helado y como no, si ni luz entraba allí. Llevo las manos a su boca y soplo un poco para calentarlas, ya que al estar con guantes aún sentía frío. Con suerte podía observar el lugar, pero siguió con su recorrido "nocturno".
-¡Esto parece un tunel sin salida! -Grito, haciendo que resonara contra las rocas, dando paso a unos cuantos ecos. -Mierda...
*-*-Habitación de Gaara-*-*
Gaara estaba durmiendo plácidamente sobre su cama, soñando sobre cualquier cosa, era realmente tranquilizador... hasta que en cierto momento su sueño se transformo mostrando claramente una cueva donde hace poco estuvo con sus dos amigos, pero ahora solo se encontraba Naruto con un brillo en sus ojos, observando el... sello...
-... -Se removió en la cama con el ceño fruncido, y sudando, siguió revolcandose hasta que por fin se libro de ese molesto sueño. Pero eso no impidio que se pusiera a la defensiva y se vistiera para averiguar si Naruto no había cometido alguna estupidez.- Lo que hacen los amigos...
Y sin más retrasos salio a toda velocidad donde se encontraba la casa del rubio, conociendolo, tenia que asegurarse bien si no había salio a alguna parte. Llego a su destino, jadeando. Toco la puerta un par de veces pero nadie atendió. Bufo molesto y toco una vez más... nada.
-No me dejas otra opción.
Rodeo el lugar y se puso frente a la ventana que daba hacia la habitación del oji-azul, salto y de un dos por tres ya se encontraba dentro. Sus ojos agua marina se movieron de un lado a otro, pero al no encontrar vida fue a ver los demás lugares. Tampoco nada. Ya se empezaba a preocupar y esta vez fue a la casa de Kiba para avisarle sobre lo que sucedía.
Toco la puerta y en menos de 1 minuto el susodicho ya estaba en el marco de la puerta bostezando y preguntandole a Gaara el por que de su inesperada visita a tan extrañas horas.
-Es Naruto.
Kiba abrió los ojos y rápidamente fue en busca de su ropa, ya listo siguió al peli-rojo donde probablemente estaría el rubio a punto de hacer una idiotez. No se demoraron nada y se adentraron agitados. Corrieron lo más rapido que sus pies dieron, al final pudieron distinguir una pequeña luz así que sin detenerse siquiera un poco siguieron. Al llegar vieron a Naruto embobado mirando el sello.
-¡Naruto! -Le llamo la atención Gaara, lo que hizo que el rubio se asustara y inconcientemente se diera la vuelta, pero al hacerlo cayo hacía atrás pasando a llevar el llamativo sello con su antebrazo. En un momento una fuerte luz los cego a los tres, absorbiendo todo ser vivo, lo ultimo que pudo ver el oji-azul fue a sus amigos cerrar sus ojos cubriendose con sus brazos.
*-*-Base militar-*-*
Sasuke llevaba rato viendo el cielo, al igual que Shino, se podría decir que para ellos eso era una gran entretención, pero no había nada más que hacer ya que guerras no existían en ese momento. Por lo que uno pensaba por que se encontraba dando jugo en la base si no había trabajo alguno. Aún así, estaban acostumbrados a mantenerse en forma. Los tres eran amigos de la infancia, se unieron para no perder contacto, y claramente funciono. Sai estaba sentado sobre el cesped, recargado contra un fuerte arbol. Pintando quien sabe que. De la nada, las nubes empezaron a formar un remolino con toques claros, lo que alerto a los muchachos, incluyendo a Sai.
-Que demonios... -Se pregunto Sasuke mirando el cielo bastante tenso.
-¿Algún avión enemigo? -Propuso Shino poniendose a la defensiva.
-¡Ni de coña! -Termino por decir Sai.
Las nubes seguian moviendose con rápidez, hasta que por fin se detuvieron, pero las luces se hicieron aún más molestas y sin poder decir más tres personas cayeron de allí. Los militares quedaron perplejos "¿...Personas?" se preguntaron viendo como seguian cayendo.
Gaara al igual que los otros dos seguian conscientes, por lo que él peli-rojo dio unas vueltas y termino en el suelo, apoyando una pierna en el mientras que la otra la mantenia a una altura considerable. Kiba hizo exactamente lo mismo, pero Naruto no alcanzo, por lo cual término de espaldas sobre la tierra.
-¡Eso duele! -Se quejo levantandose y sobandose la parte baja de la espalda.
-¡Uzumaki Naruto!
- ...! -Se quedo quieto en su lugar, ya sabia lo que le esperaba. -¿S-sucede algo Gaara?
-¡Nada de que "Sucede algo! ¿¡Sabes lo qué acabas de hacer!? -El peli-rojo había perdido por completo la paciencia que le quedaba.
-¡Kiba~! ¡Ayuda! -Pidió ayuda a su tan querido amigo. Pero lo que recibio fue una vaga mirada de reproche.
-Salvate solo. ¡Nos veniste a meter en un lugar que ni conocemos!
-O no... otro del cual recibire un castigo o algo peor... -Pensaba ya soltando un par de disculpas.
De lo que no se dieron cuenta fue de que 3 muchachos los observaban de pies a cabeza, con la duda marcada en sus caras. Ropa extraña, muchachos saliendo del cielo, regañando al cual parece ser que tuvo la culpa de todo eso. Sasuke miraba al rubio, su cabello y color de ojos lo hipnotizaron, jamás penso que podría contemplar a una "extraña persona". Lo mismo sucedio con Shino y Sai.
Naruto retrocedio y miró por sobre su hombro, donde encontro a esos hombres observandolos. Se le había ocurrido algo. Ignorando por completo aquellos gritos de su amigo, corrió hacia los espectadores y sonrió nervioso. Sasuke pudo admirar mejor esos ojos, y también aquellas raras marcas en las mejillas de este, dandole un aspecto zorruno.
-Perdón por tan extraña pregunta, pero, ¿donde estamos? -Acabo por decir eso, mientras se rascaba la nuca.
-...
Los tres ya no sabian que decir, y había respuesta para eso, algo sumamente raro sucedia allí.