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Un M-preg Más por Iori Yagami CCH

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Notas del capitulo:

Bueno sé de antemano me estoy tardando (-w-) odio esto. Pero en fin que hacerle, espero les agrade, amm cualquier "mexicanismo" que no entiendan pueden decirmelo, y yo agregaré en el proximo capítulo el significado.

Gracias por seguir leyendo

Capítulo 2: La concepción
Era inicio de otoño. Osaka estaba llena de hojas muertas que caían de los árboles tan sínicamente que me enfermaban. Parecian que estaban vivas, sin embargo el color marrón de su textura las delataba.
Era septiembre, ¡ah, dichoso sea septiembre! El equipo de Bogard me habia invitado a una fiesta, ya saben, alcohol excesivo, música asquerosa, malos platillos y las chicas con ropa provocativa.
Aquel 15 de septiembre, no tenía nada mejor que hacer ¿Qué puede ser mejor que estar tu fin de semana sólo, mirando cualquier estupidez en la caja idiota, o leyendo cualquier baratija de alguna tienda de libros, como Paulo Coelho, “Crepúsculo” o “Harry Potter”? Hn. Cualquier cosa es mejor que cualquiera de esas opciones.
Así que bueno, ahí estaba yo en aquella fiesta, y aunque no sea muy “lindo” lo único que hice fue beber y beber. Claro que uno que se ha enseñado a beber desde los 12 años, eso es cualquier pequeñez. El calor de un fuego apasionado viajaba por mi garganta hasta llegar a mi pecho e incendiar todo a su alrededor. Me llenaba de regozijo sentir el alcohol ardiente viajar a través de mi sangre, era sencillamente perfecto.
Sólo en mis ideas, escuchando música molesta y tonta. Las chicas bailaban regozijandose en su propia prostitución. Cualquiera diria que era un burdel en vez de una fiesta. Todo estaba fuera de control. Como un”Riot” masivo.
Sin embargo yo me conforme con quedarme de pie en mi mesa, sin prestarles atención a los demás, hasta que una voz adolescente, alcoholizada e infantil me llamó. Giré mi cabeza y miré a cierto chiquillo de ojos marrones y cabellos del mismo tono. Un dulce baño de chocolate en aquella persona, al igual que esos ojos color avellana que le daban un aspecto adorable. Las manos temblorosas a causa del alcohol, y una mirada pérdida y casi inconsciente. Límite a sonreír. No quería pelear, pero si el me incitaba a hacerlo, era seguro que pelariamos.
-Eres una basura humana, Yagami. –El imbécil de Kusabaka estaba tan ebrio, que incluso su voz se quebraba, la lata de cerveza de su mano y sus ojos rojos. Hn. Si su “linda noviecita” viera esto, seguro se infartaba.
-Cállate, Kusanagi. Deja de molestarme, estoy ebrio y por tanto no puedo pelear.-Dije dando un trago más.
-No vine a eso...-Interrumpió- Estoy harto de ti, Yagami. Estoy harto de que sólo tu estes en mi cabeza, que no deje de pensar en ti. Antes creía que era porque eres un maldito enfermo, un acosador, un tipo sin vida social que solo se sentía vivo si molestaba a otros. Pero, después de que no estuvieras acosandome los últimos meses gracias a tu ESTÚPIDA gira mundial, empece a necesitarte. Y al principio pense que era porque tú le quitabas la monótonia a mi jodida vida, que pelear contigo no era tan malo, pero después me dí cuenta que no te necesitaba de esa manera, sino de otra. ¿Y sabes que es lo peor del caso?, que en cuanto te diga esto, tú me odiarás más de lo que ya lo haces, sin embargo, no tengo miedo de hacerlo, porque me consuela un poco saber, que si llegas a matarme, al menos será por algo que yo hice, mas no por nuestro feudo sanguíneo. Yagami –hizo una pausa antes de agregar- Me gustas, me gustas mucho, Yagami.
¡MIERDA! Fue lo primero que pensé ¿por qué la vida me trataba así? Ahora si, leer cualquier estúpidez barata de una tienda de libros, o ver una telenovela en la caja idiota sonaba mejor que lo que escuchaba mis oídos. KUSANAGI KYO declarandose a mi.
-Basta, deja de decir estúpideces, estas ebrio Kusanagi. –Dije tratando de equilibrarme un poco para irme.-
-¡No me dejes aquí como un imbécil que acaba de ser rechazado! ¡Da un solo paso más y juro que te mataré, juro que te haré pagar todo! –Dijo el arrojando la lata al suelo haciendo que el liquido se derramará. ¡Vaya desperdicio! Le mire molesto.
¿Qué se suponía que debía hacer? Una persona con un poco de cordura, le hubiera dejado ahí, solo con sus malditas ideas, sólo en su embriaguez, solo con esa locura provocada por el licor… ¡Pero no! Todo por querer seguir un juego en el que supuestamente saldría herido. Estaba loco y por eso lo hice. No culpo a nada, ni siquiera el hecho de estar ebrio, no culpaba ni siquiera a la situación que habia hecho presente a Kusanagi.
Me culpo a mi mismo por haber querido divertirme.
Me acerque a el mientras sonreía, le tome de la barbilla y le mire fijamente mientras me burlaba de él.
-Entonces, si yo te gusto, no te va a importar que haga esto, ¿verdad?-.
Y sin pensarlo dos veces, me apoderé de sus labios. …l se quedó sorprendido y no correspondia, sin embargo, a penas pasados unos segundos, el sorprendido fui yo, puesto que Kusanagi estaba correspondiendo el beso, que al principio era tierno e inocente, pero conforme a vanzaban los segundos, estaba seguro que ese beso no era ni rastro de lo que habia sido al principio. Cada vez era más apasionado y ardiente. Por suerte ya todos en aquella fiesta adultera ya estaban lo suficientemente ebrios como para recordar algo o como para impresionarse con algo, así que nada de aquello los impresionó.
Me senti en la extraña necesidad de poseer a Kusanagi no importaban los medios por los que lo hiciera, pero sólo queria hacerlo, lo requeria con locura, así que fue casi tan instantaneo cuando decidí llevarmelo de ahí.
Caminamos por la gran casa de los Shiranui, que no esperaba más de una de las familias de ninjas más importantes del Japón. Llegamos a una habitación, pequeña como una bodega, con un montón de cajas arrumbadas en el piso y otras sobre repisas de madera podrida por los años que, quizá antes de haber estado en su condición añeja y poco hermosa, estoy casi seguro que se trataba de madera fina… caoba o roble.
Kusanagi y yo movimos las cajas, una a una, abriendonos espacio en aquel pequeño cuarto de cuatro paredes. Las cajas quedaron arrumbadas en el pasillo, una a una, tan viejas y enpolvadas como las repisas de madera que las sostenian y como el piso sucio en las que guardaban reposo.
Ebriedad. Eso era lo que teniamos.
Y aunque ambos lo sabíamos continuamos en aquella danza ardiente y apasionada. Mis manos se deslizaron por su pecho… por su abdomen bien formado hasta llegar a su entrepierna, que pedía a gritos atención. No lo hice esperar mucho puesto que yo también estaba que ardía en deseos… en instintos bajos.
Quite su camisa, su cuerpo bien formado, su piel color canela, su mirada turbada tan tímida pero tan bien tan deseosa, me volvía loco. Sus mejillas tan sonrojadas como el fuego rojo que presumía tener… Me estaba volviendo loco…
-¿Qué tanto esperas? Necesito…. Que dejes de torturarme… Yo quiero…
Jadeaba cual animal en celo, y yo no me iba a negar… Yo ya estaba igual o más caliente, sin necesidad de gentilezas, puesto que Kusanagi no era una mujer que deba ser tratada con amabilidad, alce sus piernas, estaba sediento. Ni siquiera recuerdo que fue lo que decía en esos momentos, solo recuerdo mi voz y la de él, hablábamos… sin embargo en mi memoria solo hay ruidos confusos.
En fin, alce sus piernas y como si se tratase de cualquier cosa entre. Un grito que me ensordeció… al parecer le dolió, no estoy muy seguro. Sin embargo no me importo.
La calidez de aquel pequeño y estrecho interior, hacía que mi cuerpo respondiera, frotaba lo más que podía, sus manos solo se aferraban a mis hombros y debes en cuando se inclinaba un poco para lamer mi cuello.
¡Maldita lengua suya! Era tan jodidamente erótica, tan caliente… Me hacían sentir que tanto su interior apretado, como su lengua húmeda y suave… me hacían sentir tan lleno de placer.
Su voz susurrándome “más” me hacía encenderme más. Al final termine dentro de él.
¡No puedo creerlo!
Y ahora…. Dos meses después… delante mía esta un castaño que dice estar esperando un hijo mío. ¡Genial! Eso me pasa por caliente… ahora…. Lo único que nos queda es… pensar como ocultarlo de nuestros clanes, porque seguro nos matan, o usan a nuestro hijo como un arma de fuego. Hay que aliarnos… eso ambos lo sabíamos. Es una tregua temporal.
Notas finales:

Nos veremos en la proxima :) y que la fuerza los acompañe 


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