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¿Qué soy? por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

 

Hola lectores. Tengo un día libre mañana, así que vengo a publicar este capi que lo tenía guardado sin terminar. Una de tantas ideas que dejé de lado y vengo a completar. Lamento no poder actualizar todas mis historias, no tengo mucha inspiración, el cansancio se lleva todo :(. Yo igual espero les guste este TwoShot, tratare de tener la continuación pronto.

 

¡Muchos besos a todos en este 2014, a iniciar bien!

 

(Personajes de Masashi)

 

Sasuke Uchiha, un chico de dieciocho años, que destilaba sensualidad a todo aquel que lo viera pasar. Cabellos azabaches, piel nívea, ojos ónix y un cuerpo de infarto. Este muchacho de muy mala gana ha prometido a su amiga acompañarla a la casa de sus tíos. No por dos días, sino que la joven se piensa quedar una semana completa. La ira de Sasuke por haber prometido algo así era absoluta con solo ver su rostro de camino en el autobús, el viaje era de tres horas, suerte que vino bien preparado para no aburrirse. Libros, cargador de su mp4 y celular algo infaltable. Y desde luego mudas de ropa y pertenencias personales como su cepillo de dientes. Miró la ventana mientras se ponía los auriculares y escuchaba su música favorita, su amiga Naruko dormía como una piedra en el asiento. Naruko era su única amiga “mujer” la chica que él había logrado tolerar a su lado y no tratarla como trapo igual que el resto, no supo bien como sucedió, la cosa era que ahora debía cumplir con su palabra como buen amigo que era. Y Sasuke cumplía sus promesas. La joven tenía su misma edad e iban al mismo salón de clases, algunos decían que eran novios, pero ellos ignoraban esos rumores. No les importaba lo que pensaran de ellos. Era una mujer muy enérgica y llena de sorpresas, tenía el cabello sedoso y largo hasta la mitad de la espalda color rubio, ojos azules y piel blanca como la de él aunque no tan pálida.

Él se caracterizaba como un chico solitario e inteligente a la hora de actuar bajo cualquier presión. No tenía amistades, más bien eran fans por parte de las mujeres y envidia por parte de sus compañeros. Le gustaba estar solo y solo Naruko era capaz de interrumpir su solitaria vida porque él se lo permitía y porque necesitaba francamente en quien apoyarse y confiar cuando él necesitara ayuda. Aunque él mismo no estaba a gusto con ello, prefería hacer las cosas por cuenta propia.

A medida que el exterior cambiaba fue quedándose dormido con la música a todo volumen.

—¡Sasuke! ¡Sasuke, despierta! Están bajando, ya llegamos a la terminal de bus-sacudió sus hombros una y otra vez, hasta que los ojos negros vieron nuevamente la luz-Al fin, vamos o pasamos de largo-se acomodó la mochila en su espalda y alzo una pequeña maleta con calcomanías de bandas de rock.

Todavía adormilado apagó como pudo el aparato y salió colgándose el bolso en el hombro y bajar con su amiga del vehículo. La terminal estaba repleta de personas, uno podía perderse fácilmente allí, más vale no despegarse de la rubia o no sabría como volver.

—¿Y ahora a donde?

—Mi tío me llamó hace un momento mientras seguías escurriendo baba.-rió ante la expresión de Sasuke, llevó el dorso de la mano limpiándose la boca a toda prisa-Ja, ja, era broma, Sasuke, ja, ja.

—Tks. Muy graciosa-gruñó fastidiado.

—Como decía, mi tío viene ahorita mismo por nosotros. Sentémonos en algún lugar.

—De acuerdo-suspiró. Lograron hallar unas bancas vacías y apoyaron sus bolsos a un lado de sus pies.

—Sasuke, debo advertirte de algo antes de llegar. Mi primo está allá, tiene nuestra misma edad y tiene fascinación por los chicos sexys como tú.

—¿Fascinación?-enarcó una ceja.

—Es gay-completó la frase.

—Oh-fue su sola exclamación.

—Cuídate la espalda, te lo digo desde ahora, estoy seguro que Naruto no parará de acosarte en toda la semana.

—Como si me dejara hacer por tu primo. Mejor no hubiera venido.

—Una promesa es una promesa-sonrió divertida.

—¡Chicos!

Naruko enfocó la vista en el hombre de cabellos rubios que venía corriendo a su dirección con una resplandeciente sonrisa.

—¡Tío Minato!-la chica salió corriendo y se abalanzó a sus brazos.

—Oh, pequeña. Has crecido tanto-le abrazó el mayor-¿Cómo has estado? ¿La familia?

—Bien. Muy bien-sonrió. Se separaron y se acercó donde había estado sentada-Tío, te presento a Sasuke, un amigo. Le pedí que me acompañara-rió-Me debía un favor.

—Un placer joven Sasuke-estrechó su mano en un leve apretón-Me llamo Minato, espero que la pases bien en mi casa. Prometo hacerte sentir como si fuera tu propio hogar.

—Muchas gracias-respondió serio correspondiendo el saludo de manos.

—Bien chicos, tomen sus casas, dejé el auto en la esquina. Andando.

—Veras que la pasaremos de maravilla, Sasuke-le codeó el brazo.-Hace un año que no los veo, Naruto debe estar más atractivo. Tú y Naruto sí que son sexys, acuérdate de lo que te dije-le susurró esto último al oído.

—Hm.

El viaje duró más treinta minutos, demasiado para su gusto. Iban en un vehículo medio antiguo, pero bien cuidado y al parecer, un capa nueva de pintura en color azul. El tío de su amiga sumando a esta también, no hacían más que hablar y hablar, la cabeza ya le estaba por explotar. Entendía que llevaba tiempo sin ver a sus demás parientes, pero había un límite. Justo cuando estaba al borde de perder la poca cordura, el adulto detuvo su auto anunciando que habían llegado. Suspiró aliviado, bajaron y volvió a tomar la mochila y colgarla en uno de sus hombros. Admiró el hogar, una casa común de concreto con ventanilla de cristal y marco de madera. El lugar se veía bastante grande desde afuera, un patio del otro lado de la cerca con masetas con cientos de flores de todos colores.

Antes de que el blondo abriera la puerta al pasar por el pequeño patio, esta se abrió estrepitosamente por una mujer pelirroja de cabello largo hasta la cintura y ojos gris-violeta. Se abalanzó sobre su amiga quien no dudó en corresponder el ferviente abrazo.

—¡Tía, cuánto tiempo sin verte!

—¡Estás enorme mi niña!-sonrió.

—¿Enorme en qué sentido?-frunció el ceño y todos comenzaron a reír, incluido Sasuke que dejó al descubierto una media sonrisa.

Como era de esperar, su amiga le presentó con su tía, Kushina, era tan servicial como el hombre de cabellos rubios y mostrando una resplandeciente sonrisa. Entraron al cálido hogar de familia y al dejar sus pertenecías en el sofá, le vio aparecer de un largo pasillo. Una copia exacta del tío de su amiga pero con una única diferencia, unas tres marquitas extrañas acentuadas en cada mejilla. Vestía una playera ceñida al cuerpo tono negro y unos pantalones igual de apretados color azul oscuro. El cabello alborotado como si acabase de levantarse y descalzo. Permanecieron mirándose uno al otro como idiotas hasta que Naruko apareció tras él hablándole.

—Prima-habló el blondo de ojos azules.

—Estás más alto que la última vez, Naruto-le sonrió.-Primo, déjame presentarte a mi amigo del escuela, Sasuke Uchiha-prácticamente lo arrastró al moreno delante del blondo para que estrecharan sus manos-Sasuke, mi primo, Naruto Namikaze.

—Un placer-sonrió embelesado el oji-azul, uniéndose en un apretón de manos.

—Lo mismo digo-respondió con cierta incomodidad, no era ciego, la cara que ponía era claramente el de abalanzarse contra él y violarlo. Naruko tenía razón.

—Bien. Ven, Sasuke, la tía está haciendo la cena y mi tío en su taller de afuera. Te enseñaré entonces la habitación de huéspedes, y si hace falto algo me haré cargo-tomó sus pertenecías y fue por el pasillo.

—Nos vemos luego-sonrió dulcemente el blondo dejando un tanto desconcertado al ojinegro.

—Sí-murmuró, tomó su bolso y siguió a la rubia antes de perderla de vista.

La habitación era acogedora y tenía lo indispensable. Un armario, un escritorio, una silla, cama individual, una pequeña mesa con velador de noche y un baúl, a su parecer, muy antiguo que no le hacía falta usar. Quedó a gusto con la habitación, Naruko se tomó la molestia de poner sabanas porque no tenía, después de todo no recibían invitados a menudo. Ella abandonó la habitación para ir a la que le pertenecía desde que visitaba sus parientes, puso manos a la obra y comenzó a vaciar su equipaje. Sin tener en cuenta que alguien a sus espaldas le observaba detenidamente desde el marco de la puerta y con los brazos cruzados a la altura del pecho.

—¿Cuántos tiempo se quedan?-preguntó de la nada causando escalofríos al azabache, quien volteó de inmediato.

—Me asustaste-suspiró, agarrándose el pecho.

—Perdón, no era mi intención-desarmó su postura y se acercó a él.

—Una semana-contestó serio, se movió hasta el armario vacío y perfectamente limpio sin pisca de polvo, a terminar de ordenar sus prendas.

—Ya veo-no puso ocultar su gran emoción-Así que… ¿tú y mi prima son muy amigos?

—Algo así-se encogió de hombros, bajando la maleta y dejarla junto al escritorio.—A decir verdad, es la única amiga mujer que tengo y soporto.

¿Por qué le estoy contando esto a este chico extraño con mirada lasciva?

—¿Eres antisocial?

Sasuke se sorprendió de que supiera tan fácilmente eso de él.

—Sí-respondió-No me gusta mucho la gente, no soporto estar tanto tiempo con alguien. Naruko me soporta con mi pésimo humor y debo admitir que es admirable que todavía permanezca a mi lado.

—Y yo debo admitir que estoy celosa de ella, te tiene a su lado como amigo.

El moreno intentó por todos los medios no desencajar la mandíbula por la repentina afirmación y carente de vergüenza alguna. Tan solo le miraba muy fijamente con una radiante sonrisa, la cual por cierto, le hacía poner los pelos de punta, más de punta de lo que ya tenía.

—¿Dije algo malo?

—N-no, yo…

—Lo siento, fui muy, muy impulsivo. No puedo evitarlo. Cuando veo algo que me gusta, no puedo evitar sacarlo y decirlo.

—Ah… entiendo. No te preocupes.

—Será mejor que me vaya-murmuró amable.

—Sí…

Una vez que el rubio le dejó solo en el cuarto, tuvo un ataque de locura, quería arrancarse los cabellos de la cabeza. Suspiró y se dejó caer en la cama mirando el techo color blanco. Admitía internamente que el primo de su amiga era muy atractivo. De ahí a que él se sintiera atraído, era otra cosa completamente distinta. Es cierto que no se ha interesado por las mujeres, tal vez porque son muy irritantes, escandalosas y amantes de la perfección a la hora de escoger pareja. Sin embargo, Naruko era soportable, no le irritaba al punto de tirarse de un puente como el resto y sobre todo, no lo acosaba desde el primer año y jamás sintió atracción hacia él. Una chica como ella seria perfecta a su lado, ¿Entonces, por qué? ¿Por qué no le atraía Naruko como mujer? Solo existía hacia ella una gran amistad en el cual ambos daban el cien por cien para pasarla bien.

¿Soy gay, entonces?

La verdad jamás había pensado en los hombres de esa manera. Y ahora que lo pensaba detenidamente, nunca había tenido sueños húmedos ni se había masturbado en lo que lleva de vida. En conclusión:

—Soy asexual-suspiró.

—¡Chicos, la cena está servida!-se escuchó el grito de la tía de Naruko.

La cena fue tranquila. Agradable. Aunque él no soltó palabra alguna durante la comida, se limitó a escuchar la conversación amena de la familia y a pesar de que sus ojos no miraban al primo de su amiga, supo igual que este no le quitaba los suyos de encima. Podía sentirlo claramente, era incomodo e intentó no mostrarse molesto.

Durante la noche se despidió con la mano excusándose que estaba muy cansado y era el momento de reponer fuerzas descansando, cosa que no era del todo falsa, pero más que nada quería evitar al blondo que no dejaba de ponerle nervioso con su intensa y azulina mirada sobre su persona. La familia parecía no notarlo, pero Naruko si lo hacía, y reía disimuladamente en la mesa tapándose los labios con una mano. Tenía la leve sospecha de que algo ocurriría si no volaba pronto y se encerraba en la habitación de visitas.

Desempacó rápido, se desvistió y tan solo se metió a la cama con unos bóxer ajustados negros. Arropó la mitad de su cuerpo y sus ojos se permitieron un relajo al fin del largo viaje junto a su amiga. El silencio era exquisito y la oscuridad lo era aun más, no podía conciliar el sueño con destellos de luz en alguna otra parte.

Cayó dormido en instantes.

Sin embargo, no pasó mucho que sintió algo o alguien sobre la cama. ¿Qué horas eran a esas altura para molestarlo? Algo deslizándose suavemente sobre él, un tacto luego sobre su lampiño pecho, una mano acariciándole los… pezones.

—¡Que carajos!-abrió los ojos exaltados encontrándose sobre al dueño de ese desvergonzado acto.

A pesar de la poca claridad, no había que ser muy inteligente para notar esa silueta masculina bien conocida. Aun adormilado, habló con toda la seriedad y calma del mundo.

—¿Se puede saber que estás haciendo aquí? Tus manos…-frunció el seño posándolas sobre las suyas para apartarlas de su cuerpo.

—Lo siento… no quería despertarte-se oía sincero-Es solo que… no podía contenerme. Quería besarte… y… tal vez… tocar un poco. Solo un poco.

—Tú… maldito degenerado-intentó erguirse pero el peso de Naruto le impedía hacerlo-Salte de encima de mí o… o gritaré. Tus padres sabrán de lo que eres capaz.

—Sasuke, espera. Estás exagerando-se escuchó nervioso.

—Quieres violarme, imbécil. ¿Te parece que exagero?

—¿Qué? ¡De ninguna manera! solo… me gustas, ¿sí? cuando te vi fue amor a primera vista. Eres muy… atractivo. Yo…

—Aah-suspiró-Esto es incomodo incluso para mí. Es la primera vez que un chico se me declara, lo han hecho miles de chicas, pero un hombre jamás. ¿Debería patearte hasta morir?-Naruto tragó grueso-¿O simplemente… corresponder tu patética confesión?-sonrió divertido.

—¿Sasuke?

El azabache aun sonriendo le tomó del mentón y lo acercó rápidamente a sus labios. Sus bocas tuvieron un leve rose, el rubio parecía dudoso de actuar, Sasuke derribó esa barrera metiéndole la lengua prácticamente hasta la campanilla. Le jaló la nuca y el beso se volvió radicalmente erótico.

Había una razón detrás de todo.

Su primera experiencia homosexual, y le estaba gustando mucho para ser franco.

 

 


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