Flash Back
-Haru… terminemos- los ojos azules del chico de cabello negro, se abrieron sorprendidos –Ya no puedo soportarlo-
-¿Qué…?- el pelinegro estaba tan impactado, que no podía ordenar sus ideas.
-Tu… tu solo salías conmigo porque te lo pedí ¿Verdad?- el chico de cabello rojo, desviaba la mirada –Ya estoy cansado de ser querido por lástima-
-No es así…- el pelinegro intento agarrarle el brazo, pero el pelirojo lo esquivó -… Rin-
-No tienes que decir nada- el pelirojo se dio la vuelta para abrir la puerta corrediza –Adiós, Haru- salió de la casa, cerrándola a su espalda.
El pelinegro se quedó quieto frente a la puerta con la mente en blanco. Después de un rato, su fuerza se desvaneció y cayó al piso de rodillas –Rin…- se llevó una mano a la boca y la otra al pecho –“Esto es mentira”- un par de lagrimas rodaron por sus mejillas –“Por favor, que alguien me diga que estoy en una pesadilla”- y así se quedó por un largo tiempo.
Fin Flash Back
-“Ya ha pasado más de un mes desde ese día”- se encontraba tirado sobre la cama. Su rostro reflejaba las noches en vela y el cansancio que sentía –“Aun no puedo creer que todo terminara”- miraba el celular que sostenía en su mano derecha. Como fondo de pantalla, tenía una foto donde estaba junto a un sonriente pelirojo –“¿Por qué no pude demostrarle mis sentimientos?”- lo cerró y dejó a un lado –Rin…- cada vez que decía su nombre, se sentía mas y mas triste.
Recordaba el día en que todo comenzó. Repetía una y otra vez la primera vez que el hermoso pelirojo le dijo que lo amaba –“Debería haberle dicho que yo sentía lo mismo, en vez del simple sí con el que conteste”- abrazaba su almohada e inhalaba el débil aroma que aun la impregnaba –Mi cama, aun huele a ti- en su mente, las imágenes del pelirojo no cesaban –“No quiero que se acabe. Quiero volver a tenerlo entre mis brazos. Quiero escucharlo decir mi nombre entre gemidos mientras lo tomó…”- apretaba los puños –“… quiero que vuelva a decir que me ama”- mordió su labio inferior sintiendo un débil dolor.
-“Espera…”- se sentó sorprendido –“… ahora que me doy cuenta, nunca le dije que lo amaba”- busco entre los recuerdos desde que comenzaron a salir. Su relación duro un poco más de un año. Inició un poco antes de terminar el segundo año de secundaria y terminó el día después de su graduación –“Soy un tonto”- se afirmo la cabeza. Recordaba el rostro del pelirojo esperando una respuesta cada vez que le decía te amo. Una respuesta que nunca llegó –“Soy un estúpido. Nunca le dije ni siquiera un simple me gustas. Siempre pensé que él lo sabía”- se levantó rápidamente –“Iré a buscarlo y le diré claramente lo que siento por él”-
Llegó a la puerta de entrada y cuando se puso los zapatos, golpearon. Abrió y se encontró con el castaño –Hola Haru ¿Vas a salir?-
-Sí, iré a ver a Rin-
-¿A Rin? ¿No te despediste de él?-
-¿Eh?- aquella pregunta lo sorprendió -¿Despedirme? ¿Por qué?-
-¿No te lo dijo? Hoy iba a regresar a Australia-
-¿Que?- su respiración se detuvo por un momento –No puede ser-
-Es verdad. Rei, Nagisa y yo, nos despedimos hace un rato. Su vuelo sale en treinta minutos más-
El pelinegro salió corriendo perseguido por el castaño que gritaba su nombre, sin entender el porqué, de la prisa de su amigo. Sacó el celular, marcó el numero del pelirojo y solo escuchó la voz de la contestadora –“¡Maldición!”- al llegar a la calle principal, tomaron un taxi.
-¿Qué pasó entre ustedes, Haru?- el castaño respiraba un poco agitado por el cansancio.
-Nunca se los dijimos, pero Rin y yo, éramos novios- el castaño se sorprendió –Yo, no quise que se enteraran, porque pensé que él se sentiría incomodo-
-Pero nosotros somos sus amigos, los apoyaríamos-
-Lo sé. Cometí demasiados errores, por eso Rin me dejó- el castaño lo miró con ternura –Pero ya se como remediarlo, solo tengo que hablar con él-
Llegaron al aeropuerto, pagaron y se bajaron del taxi. Corrieron buscando al pelirojo, pero no lo encontraron por ninguna parte. El castaño se detuvo para mirar el horario de los aviones –Haru…- el pelinegro se paró a su lado -… el avión ya despegó- en el horario, se podía leer, que el avión a Australia, se había ido hace ya quince minutos. Después de verlo, no pudo detener sus emociones y rompió en llanto. El castaño lo abrazó fuertemente en silencio.
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El pelirojo miraba por la ventana el monte Fuji, que a esa altura, se veía bastante pequeño –Rin-senpai ¿Quiere algo de comer?- el chico de cabello gris, se encontraba sentado a su lado. Él ya era estudiante de tercer año y había crecido hasta ser más alto que el pelirojo por varios centímetros.
-No gracias, no tengo hambre- hablaba sin despegar la vista de la ventana –Además, ya deberías dejar de agregar el senpai, eso solo se usa en Japón-
-Es la costumbre- sonreía -Rin… ¿Estás seguro de esto?-
El pelirojo suspiró –La pregunta es, si tu estas seguro de ir a Australia. Aun te falta un año para terminar la secundaria y no sabes casi nada de ingles-
-Eso no es problema. Use el programa de intercambio para terminar mis estudios allá y, hare todo lo posible para aprender el idioma- le tomó la mano –Yo, quiero estar junto a ti, Rin-
El pelirojo se soltó –Lo siento Ai, pero yo siempre voy a amar a Haru, aun que él no sienta lo mismo - cerró los ojos y se recargó en el respaldo de su asiento –Yo no puedo entregarme a nadie que no sea Haru-
-Lo sé- el peligris también se recargó en su asiento –Pero aun así te amo y quiero estar siempre junto a ti-
El pelirojo sonrió y abrió sus ojos para mirarlo –Entonces, seremos dos idiotas enamorados de alguien que jamás nos corresponderá-
El peligris sonrió –Sí, eso seremos- y los dos rieron tristemente reteniendo las lagrimas que querían escapar.
Fin