[EunHae] Dudas. por neyney

"Hay siempre un poco de locura en el amor. 
Más también hay siempre un poco de razón en la locura."

Ojalá el castaño fuera de esas personas que pocas veces tiene dudas, y que sólo dan la importancia debida a las cosas.

Pero él no es así. 

Giró sobre su cama por milésima vez. Una duda dando vueltas por su cabeza. 

—DongHae, basta ya.

El rubio que se encontraba a un lado, boca abajo, cubierto por delgadas sábanas de la cintura para abajo, desnudo e intentado descansar después de haber hecho el amor con su pareja. 

—HyukJae... —DongHae se giró sobre su costado, hacia el lado de su novio. Su cuerpo descubierto, y desnudo. Sin vergüenza a mostrarse de esa forma ante él.

—Mhm... —Gruñó el rubio, elevando sus párpados para observar curioso al castaño. Sabía que tenía alguna duda. Lo conocía muy bien.

—¿Tú harías una locura por mí?

HyukJae rió, y recibió una patada por parte del otro.

—Hablo en serio.

—¿No es suficiente con todo lo que hemos hecho?

El menor frunció su ceño.

¿Todo lo que habían hecho?

Observó al rubio cerrar los ojos, dispuesto a dormir.
Sonrió con cariño al ver a su pareja de esa forma, que para él, era de lo más tierna.

Y entonces, repasando cada una de sus facciones, recordó sus locuras.

Recordó aquella vez en que fueron juntos al cine. Ninguno de los dos sabían qué película habían elegido. No iba ni la mitad de la película y prácticamente se estaban quedando dormidos. 

Porque no.

Ellos no son de aquellas parejas que van al cine a comerse a besos. 
Incluso, en una ocasión, el mayor intentó besar al menor, y lo único que obtuvo fue un golpe y un jalón de cabellos.

Oh, y aquello no había sido suficiente, el castaño aún después de eso, le pidió que no le molestara, y se corrió dos asientos lejos de él.

Finalmente, la película siendo aburrida, salieron de la sala. Y en un pensamiento infantil y algo loco, se metieron a otra sala con una mejor película, evitando a los seguridad.

Recordó aquella vez en que hicieron aquella famosa escena de la película Titanic, parándose en la punta, extendiendo sus brazos y sintiendo la brisa chocar contra sus cuerpos.

Pero a diferencia de la película, ellos iban en un pequeño bote.

El mayor le prometió que la próxima vez sería en un barco real.

Recordó aquella vez en que vieron cinco veces seguidas Nemo.
Y las cinco veces, el menor lloró cuando de llevaban a Nemo.

Recordó aquella vez en que el rubio le llevó a un parque de diversiones con la excusa de divertirse.

Lo que el menor no esperaba, era que el parque estuviera reservado sólo para ellos dos y sus amigos.

¿La razón de ello?

Cuando desearon ir al parque de diversiones, las filas eran tan largas que en menor terminó subiéndose a un sólo juego.

Estuvo molesto una semana.

Y HyukJae tenía que pagar todo ese enojo. El menor no le dejó besarle siquiera una vez.

Pero sobre todo, recordó aquella vez en que, sin importar que toda la secundaria pudiera ser testigo de ello, su rubio había colgado un gran cartel del edificio principal de salones de clases, llevando escrita esa palabra que hasta hoy en día, sin importar que lleven años juntos, le sigue causando mariposas en su estómago.

"Te amo." 

Si se ponía a recordar todas sus locuras, no iban a terminar.

Suspiró, mirando fijamente a HyukJae.

—DongHae, no me comas con la mirada. Eso asusta. 

El mencionado soltó una carcajada, y el otro tuvo que apretar sus ojos por su estruendosa risa. 

—Vaya, eres bueno para fingir dormir. Pero tienes razón. 

—¿En qué? —Cuestionó curioso el mayor, abriendo sus ojos para mirar los suaves ojos ajenos. 

—En que... —Inició, incorporándose sobre la cama, y de forma lenta y calmada, poco a poco fue sentándose sobre la espalda de su novio. —No debería comerte con la mirada. Lo haré de la mejor forma.

Sintió como el cuerpo bajo el tuvo vibraba en una risa, girándose con algo de dificultad por tener al menor sobre él, pero finalmente quedó frente a él, mirándole, admirando su desnudez, mientras el castaño le sonreía sentado sobre sus caderas. —¿No te cansas? 

—Ni en un millón de años. —Respondió DongHae, inclinándose hasta el rostro de Hyukjae.

—Te amo.

Ambos cerraron sus ojos, dejando que sus bocas entraran en ese contacto que no se cansaban de sentir, de saborear, de disfrutar. 

—Te amo también. —Murmuró DongHae acomodándose a un lado de HyukJae, listos para poder dormir.

No importaba que fueran las cuatro de mañana. Ni que en dos horas debían asistir a la universidad. 

Lo que a HyukJae le importaba, era poder resolver las dudas de su pequeño. Y si no podía, con el pasar de los años, las descubrirían juntos. 

DongHae ya lo tenía claro.
Que sí, sí se cometen locuras por amor.

Pero sus locuras siempre tenían una razón. Una razón por la que no se arrepentía de nada.

HyukJae.

Y si por él fuera, era capaz de cometer locuras toda su vida. Y tal vez en su segunda vida también.








"¿Habrá segunda vida?"

—HyukJae...

—Mierda, DongHae.