Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El experimento por AliceTheLuc

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Era un día soleado en el dulce reino, los habitantes cantaban y se reían; todos ecepto el príncipe Gumball, que estaba inmerso en su próximo experimento de clonación de cuerpos. Siempre había querido hacer eso,  y ya tenia cerca de dos semanas intentándolo, pero solo había una forma de conseguir lo que el quería.

 Sangre de vampiro.

 Según sus cálculos, la sangre de vampiros permitía dar vida a lo muerto, y eso era exactamente lo que necesitaba para dar vida a un clon; pero solo había una forma de conseguirlo, y era con Marshall lee, el rey de los vampiros.

 No sabía como iba a lograr que Marshall le diera su sangre, pero lo haría de una vez por todas, sin importar lo mucho que le costara.

 -¡Mentita! –El príncipe rosado llamo a su sirvienta de cabello a rayas- Quiero que de alguna forma traigas a Marshall a mi dulce reino al anochecer.

 Mentita tembló para sus adentros, pero acepto la petición del príncipe.

 -Si, príncipe

 -Y otra cosa –Volteo a ver a Mentita, acariciando su cabeza- no dejes que la dulce gente vea a Marshall, sabes que explotan si se asustan mucho.

 Mentita asintió, saliendo de allí como alma que lleva al viento, Solo faltaba que llegara el anochecer para ver las proposiciones de Marshall por su sangre.

 

 -¿Qué? –El vampiro salio de sus aposentos con su instrumento en mano, la temblorosa Mentita que tenia una carta en mano le había interrumpió su sesión de música al anochecer, ya que no había tocado nada en todo el día.

 Quería gritarle a la sirvienta cuando esta le había interrumpido, pero cuando escucho lo que decía se paro en seco, y luego rió para sus adentros.

 -Como oyó, rey Marshall –Tartamudeo un poco- El príncipe Gumball lo necesita en su castillo para hablarle.

 -Esta bien –El vampiro saco sus colmillos y se acerco demasiado a Mentita, poniéndola nerviosa a tal punto que cerro los ojos fuertemente. Al abrirlos de nuevo, el vampiro ya no estaba, pensando que tal vez se hubiese ido volando hasta el dulce reino.

 Mientras tanto, el vampiro entro a la sala por la ventana, donde el príncipe Gumball tembló por la sorpresa, pero se quedo viendo al vampiro con camisa roja y jeans, que se había quedado flotando, viendo al príncipe desde arriba.

 -¿Qué necesita de mi Príncipe? –Dijo con sarcasmo, sonriendo de lado y tocando suavemente su bajo para darle dramatismo a su voz; cosa que el príncipe ignoro.

 -Estoy haciendo un experimento muy importante de clonación –Comenzó por explicar- y necesito solo una cosa para terminar la poción.

 Marshall aterrizo en el piso, quedando en su verdadera altura que era un poco más alto que el príncipe de goma.

 -¿Qué será eso que necesitas tanto de mi, dulce príncipe? –Marshal rió en la oscuridad, haciendo notar sus ojos color rojo en el salón.

 -Necesito un poco de sangre de un vampiro… -Gumball bajo un poco la mirada, intentando no ver a los ojos al rey vampiro que sonreía de oreja a oreja.

 -¿Y quien dice que te la voy a dar? –Marshall volvió a elevarse, haciendo afán de irse de allí lentamente.

 -¡Espera! –Grito Gumball- ¡Hare lo que sea! –El vampiro paro en seco, riendo internamente y girando solo su cabeza.

 -¿Lo que sea?

 -Si, lo que sea.

 Gumball tembló cuando el rey vampiro se acerco mas de lo que debería, intentando dar un paso atrás por inercia y sin conseguirlo gracias a la mesa detrás de el, que impidió su paso.

 -¿Por qué retrocede, Príncipe? –Sonrío malvadamente Marshall- ¿Acaso esta nervioso?

 El príncipe frunció el ceño, no se dejaría intimidar por un vampiro que parecía ni saber lo que le iba a proponer… ¿O si?

 -No lo estoy.

 -Entonces… -Marshall rió, pasando un dedo por el cuello del aterrado príncipe que lograba aparentar bien su miedo- te propongo algo, sangre por sangre. Tú me das tu sangre como cena, y yo te doy la mía para que la uses, ¿Qué dices?

 Gumball se había esperado eso como la segunda opción, el mismo se había enterado de cuando Fiona se había vuelto la lacaya de Marshall, pero por nada del mundo le iba a proponer eso al vampiro.

 -Esta bien –Acepto Gumball- pero… ¿Eso no me va a transformar?

 -Claro que no –Marshall se sentó en la mesa donde anteriormente se encontraban los experimentos del Príncipe, donde este los había retirado antes de que el vampiro llegara por si a las moscas.- La única forma de transformarte, es con algo mas… “intenso”

 Gumball tembló un poco al escuchar como el vampiro había susurrado la palabra “intenso”, sin poderlo evitar comenzó a pensar cosas indecorosas con el vampiro, que lo asusto un poco e hizo que sus rosadas mejillas se volvieran del mismo color que la camisa de Marshall, que adivino los pensamientos del otro y como broma paso su lengua alargada por la oreja del gomoso.

 -¡¿Qué haces?! –El príncipe se sobre salto, alejándose de la mesa donde estaba sentado el vampiro, mientras ocultaba su oreja con su mano. No dejaría que jugara con el tan fácilmente.

 -Nada, ¿Cuándo me darás tu sangre? –Cambio con brusquedad el tema.

 -Cuando quieras…

 El príncipe se sentía intimidado, en realidad no quería molestar al vampiro, ya que no sabía si su sangre serviría para alimentarlo, ya que en general su sangre era mermelada, si, así era la dulce gente.

 -Ahora mismo

 El vampiro se acerco al dulce príncipe, tomándolo por las piernas y la espalda, llevándoselo como princesa por todo el castillo; internamente el príncipe se debatía, a donde lo llevaría Marshall. Por una parte pensaba que tal vez no lo podía Morder en una parte donde había tanta humedad; y por otra parte pensaba que tal vez lo llevaba a una parte alejada para que no encontraran su cuerpo.

 Así que cuando llegaron a su habitación, no sabia como reaccionar al respecto.

 Marshall poso al príncipe en su cama, sentándolo de forma que sus pies no tocaban el suelo, mientras el vampiro se sentó arrodillado delante de él entre sus piernas.

 -¿Estas listo? –Susurro socarronamente Marshall, sonriendo y oliendo profundamente su cuello. El príncipe cerró los ojos con fuerza, esperando un dolor insoportable mientras sentía como el aliento de Marshall chocaba con su cuello, haciendo que temblara.

 Las reacciones del dulce príncipe hacían sonreír al vampiro, que con una mano en el lado izquierdo del cuello, saco sus colmillos y los clavo en el lado donde el cuello estaba libre, comenzando a tragar.

 

Gumball

 

 Sentía sus colmillos en mi cuello, era una sensación interesante al principio, pero después comencé a sentirme extraño; el no dejaba de beber mi sangre poco a poco. Algo comenzó a pasar, ya que sentía como mi respiración se volvía errática de pronto, y mi cuerpo comenzaba a temblar. No sabia lo que me hacia el vampiro, pero comencé a sentir choques en mi cuerpo, y mas específicamente en mi entrepierna.

 ¿Acaso me estaba comenzando a volver masoquista? ¡Eso se sentía muy bien!, pero no se que me paso que comencé a temblar, debe ser reacción del cuerpo.

Narrador

 

 Marshall comenzó a notar las reacciones del cuerpo del otro, sonriendo y apretando más a Gumball contra su cuerpo, donde sintió el bulto en la entrepierna del otro.

 El de goma se vio aprisionado contra la cama por el vampiro, que seguía succionando la sangre del príncipe; pero Gumball comenzaba a sentirse mareado, jamás había sentido esa sensación, así que se sentía muy mareado por la pérdida de sangre y por el creciente calor en su interior.

 -¡Príncipe! –Mentita había abierto la puerta inesperadamente, dejando a Gumball con la boca por el piso, empujando el vampiro de forma de instinto.

 Marshall se puso a reír a carcajadas, saliendo por la ventana en espera del próximo reencuentro, eso fue lo último que vio Gumball antes de que cayera desmayado en su cama, a la vista de la atormentada Mentita.

 

 El príncipe despertó en la mañana, viéndose arropado en su cama con unas vendas en el cuello de parte de Mentita, ella siempre había sido una chica atenta con el, y sabia que no iba a pensar mal de lo que había pasado ayer en la noche.

 Ahí fue cuando recordó que Marshall no le había dado la sangre que prometió, y que seguro podía cobrársela algún otro día; pero lo necesitaba lo antes posible.

 Ahora se debatía si llamarlo o no, ya que si hacia que le llegara un recado de parte de su sirviente, iban a comenzar a sospechar sobre lo que pasaba entre ambos.

 El príncipe se golpeo mentalmente, no pasaba nada entre ellos, ¿o si?

 Se puso la camisa ya que solo tenia sus pantalones, estaba bastante nervioso ya que sabia que tenia que ir solo a la casa de Marshall, y con lo que había pasado ayer se sentía un poco frustrado con lo que puede pasar en la casa del vampiro pervertido.

 Tendría que esperar hasta la noche para poder pasar a la casa del vampiro, mientras el tiempo pasaba se concentraba en intentar cubrir sus marcas del cuello donde evidentemente aparecía una mordida.

 

 En la noche ya el príncipe estaba justo en la puerta del muerto viviente, sin decidirse si tocar o no tocar; ni siquiera sabia cuanto tiempo había estado ahí parado esperando a decidirse, solo no quería molestar al vampiro y que este no le diera su sangre.

 La puerta de abrió de pronto, haciendo que el príncipe no le diera tiempo de disimular su cara de asombro al ver al vampiro en la puerta.

 -Príncipe –Marshall susurro, acercándose mas de lo debido a la cara del sonrojado de goma- Que alegría verlo esta noche, creo que le debo algo

 Marshall no dejo que el otro respondiera, pasando hasta su cuarto por la escalera y flotando  hasta encima de su cama, mientras que el príncipe estaba apenas subiendo por las escaleras.

 Al llegar cerca de donde estaba el vampiro, este aterrizo en su cama, dejando frente a el al príncipe que lo veía desconcertado.

 -Solo hay una forma de conseguir sangre de vampiro –Dijo Marshall- y es en el máximo punto del vampiro, ósea cuando los ojos están rojos.

 -¿Qué debo hacer?

 -Acércate y siéntate en mis piernas.

 Gumball se quedo atónito con lo que dijo Marshall, pero al ver que el otro no lo decía de broma, comenzó a hacer lo que le pidió, sentándose con las piernas abiertas por la cintura de Marshall que estaba acostado en la cama.

 En ese momento, el vampiro olio el cuello de Gumball, mientras pasaba su mano extrañamente tibia por dentro de la camisa del príncipe, haciéndolo estremecerse y preguntarse internamente que era lo que pasaba.

 Marshall bajo un poco mas su mano, masajeando suavemente el bulto que se comenzaba a formar en los pantalones del príncipe; Acto que hizo que Gumball intentara salir del regazo del vampiro.

 -¿Quieres tu sangre? –Advirtió el vampiro, viendo a Gumball- Entonces sigue la corriente, te gustara.

 Marshall comenzó a sobar por encima el pantalón a Gumball, que sentía que el calor lo asfixiaba, dándole el sentimiento de querer irse y quedarse a la vez. Jamás había sentido eso en su vida, ecepto ayer en la noche, donde el mismo vampiro le hizo sentir aquel extraño calor.

 Marshall paso su lengua por la mejilla izquierda de Gumball haciéndolo temblar, mientras que intensificaba sus caricias y las hacia llegar mas lejos, entrando en el pantalón y ropa interior del príncipe.

 -¿Qué…? ¡Ah! –Gumball gimió, sintiendo la mano de Marshall tocar su miembro, solo tocarlo, el vampiro quería que el mismo le rogara por la lujuria que incrementaba dentro de aquel puro ser encima suyo. Se sentía como el propio dios, con el cuerpo color rosa encima de él, casto y puro, gimiendo y restregándose contra la erección de Marshall.

 En el caso del príncipe, no sabia cuando había comenzado a restregarse contra el vampiro, pero se había dado cuenta justo después de hacerlo, haciendo que parara rápidamente por la vergüenza de la reacción de su cuerpo.

 -¿Se siente bien? –Pregunto juguetonamente el vampiro, a lo que el príncipe no respondió, tragándose sus propios gemidos- ¿No dirás nada?, bueno, Hare que no puedas ni dejar de gemir.

 Las palabras del vampiro le asustaron de sobre manera; le costaba no gemir por ahora, y no se imaginaba algo mas placentero que eso, al fin y al cabo, es la primera experiencia sexual que tenia; siempre había leído sobre ello en libros de ciencia, pero jamás habría sabido lo bien que se sentía.

 Marshall tumbo al príncipe en la cama de espaldas, desabrochándole lo que le quedaba de la camisa, y quitándole el pantalón de forma rápida, intentando ignorar que Gumball temblaba por las nuevas sensaciones que le otorgaba.

 El vampiro paseo su lengua con lentitud por el pecho, pasándola por los caramelos rosados de cada lado, y bajando hasta la entre pierna donde la erección del príncipe se alzaba en toda su gloria.

 -Parece que a alguien le ha gustado –Marshall rió para sus adentros, pasando su lengua por la punta de su virilidad, a lo que el príncipe respondió con un gemido un poco mas agudo que los demás, callándose con una mano y apretando la sabana con el otro.

 El príncipe no podía pensar nada, solo sentir las caricias que le daba, ni siquiera se había dado cuenta que en verdad el vampiro siempre tenia los ojos rojos, justo como decía que debía tenerlos.

 Marshall metió todo el glande en su boca, extasiándose de los gemidos que el príncipe lanzaba; como sabia que aquella era su primera vez, no le impresiono cuando sintió el liquido caliente en su garganta, donde antes podía sentirse salado, aquel liquido se sentía como algo mas.

 Gumball solo había sentido una corriente eléctrica por todo su cuerpo, que lo dejo exhausto para cuando volvió a abrir los ojos, encontrándose con el vampiro que degustaba un liquido color blanco.

 -¿Crema batida? –Marshall rió, lamiéndose los labios.

 -¡Cállate! –Gumball cerro los ojos, tapándose su desnudes con la sabana en sus manos, y con la ropa que había quedado.

 Marshall acaricio el pelo de Gumball, dejando que el otro recuperara su respiración, y aclarara su mente.

 -Por cierto, príncipe –Canturreo Marshall en el oído de Gumball- Te daré la sangre, y pronto te veré en tu palacio.

 Fue lo ultimo que escucho el príncipe antes de quedar dormido por el cansancio que le dejo el vampiro, y por la hora de la noche.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).