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Mi miedo por limon18

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Notas del fanfic:

ese miedo y la renuencia hacia que todo le saliera mal

Notas del capitulo:

no es miedo al amor, es miedo al sexo, en especial con Aldebaran 

En aquel viejo edificio se encontraba desde hace un par de noches para reparar tantas armaduras como pudiera. Ya estaba cansado y algo adolorido por la mala posición en la que se encontraba, daba una y mil vueltas, tratando de arreglar todas las que podía, pero al ver nuevamente su caja de herramientas nota que queda muy poco de aquel polvillo estelar que tiene como especialidad reparar y darle vida a aquellos pedazos de hojalata, suspira profundamente sentándose al mismo tiempo en un banco pequeño que tiene al alcance, de golpe se vuelve a levantar y se dirige a la entrada de aquel lugar, puede ver que a pocos metros se encuentra Kiki, su pequeño aprendiz, lo llama con una señal.

-          ¡diga maestro!

-          Kiki, necesito que vayas a recoger más polvo estelar, pues sabes que sin ello no puedo trabajar y pues, ya no hay!!!

Kiki no dice media palabra, con gusto toma la pequeña bolsa de cuero y se va muy contento de salir de ese aburrido lugar, Mu nota como la felicidad desborda de ese niño por irse del lugar, sonríe al verlo partir. Vuelve a entrar y con el poco polvillo sigue trabajando, el dia va pasando más rápido de lo que el ha esperado, para un momento estirándose y bostezando al mismo tiempo, se dirige a la pequeña cocina del lugar pero escucha como tocan la puerta muy pesadamente, muy pensativo se dirige hacia la entrada. Se queda boquiabierto cuando ve quien esta tras la puerta, su piel blanca se torna de un rosado intenso, el nerviosismo lo delata y sin dudarlo abre la puerta.

-          Buenas noches Mu!! ¿estás ocupado?

-          Buueenas noocheees Alde!! Perdona (sacude su cabeza esperando que el nerviosismo de hace unos minutos no lo delaten mas) pasa adelante no te quedes allí

-          Gracias Mu… hace mucho frio aquí afuera (entra dejando en la entrada una pequeña mochila) ¿no te interrumpo?

-          ¡para nada! Ven acompáñame a comer (camina para que el toro lo siga hacia la cocina)

Mu cocina mientras Aldebaran no para de parlotear de lo mucho que le costó llegar a ese lugar y del como logro salir del arduo entrenamiento con una excusa de ayudarle a reparar las armaduras, ambos ríen de las aventuras que ha pasado el toro para lograr llegar. Aldebaran cambia su actitud risueña a una muy seria.

-          Aun no puedo olvidarte Mu, no sabes lo cuanto me haces falta en el santuario

-          Perooo… ¿olvidarme? No te entiendo…

-          No recuerdas, que antes de irte…. (pero es callado por Mu enfrentándolo con mas palabras)

-          No digas mas, eso no hay por qué recordarlo, además está en contra de todas mis creencias, que pensaría mi maestro de ello, te suplico no hablar más del tema (le sirve un plato de comida mientras él se acomoda frente a la mesa para comer)

En toda la cena no dicen ni una palabra, Aldebaran no se siente muy bien con lo sucedido, no quiere incomodar, ni mucho menos dar problemas al lemuriano, así que solo suelta un par de palabras, MAÑANA ME VOY!! Mu lo mira de reojo, está bien, como tú digas, se levanta de la mesa, dejando sus platos sobre el fregadero yéndose a dormir sin decir más.

El toro muy decepcionado aun recuerda aquel tímido beso que se dieron antes de la partida de Mu hacia este lugar, pero no entiende el gran miedo que tiene el lemuriano al amor, no lo puede comprender,  que se levanta a lavar los platos para luego quedarse sentado en la entrada del edificio, tratando entender las estrellas tan hermosas, suspira profundamente perdiéndose en sus pensamientos, esperando tal vez una respuesta, pero no obtiene nada, esta apunto de levantarse cuando Mu se sienta al lado de el.

-          ¿son hermosas no lo crees?

-          ¿Qué cosa? (dice el toro confundido)

-          Las estrellas Aldebaran, notas su hermosura, ¿puedes notarla?

-          (un poco desorientado por el tema Aldebaran solo mueve la cabeza en señal que le gustan) claro que me gustan Mu, pero no tanto como me gustas tu

-          (al escuchar esto el lemuriano se torna de un color rosado hermoso) ¡Aldebaran! Dijimos no hablar más de ello…

Pero es que no lo puedo evitar, tenerte a mi lado… (Pero ya no dice nada mas, simplemente lo mira fijamente, una mano toma el cuello de Mu atrayéndolo hacia él para besarlo, el beso es algo tímido y algo renuente por parte del lemuriano, pero luego la boca de este acepta la entrada de la lengua audaz del toro a su boca, les cuesta respirar; la mano habilidosa de Aldebaran acaricia una de las piernas de Mu haciendo que este se estremezca, actuando rápidamente, apartándolo por completo de él. Se separan respirando profundamente.

-          ¡no lo vuelvas a intentar más! No me vuelvas a tocar (Se levanta para dejarlo solo)

El toro sonríe, no solo fue un beso, para él, el primer paso en donde Mu lo está aceptando… ahora sabe que las estrellas están a su lado.

Se levanta por la mañana, se da una ducha rápida para seguir trabajando con lo que pueda, al llegar a la cocina hay una pequeña nota, en ella está escrito; deje el desayuno listo, espero te guste, el lemuriano suspira, agradece que Aldebaran se haya regresado, pero su corazón no le indica ese deseo, come muy despacio esperando saborear al máximo esa comida. Al terminar se dirige nuevamente a la entada notando que aun esta la mochila del toro, pueda ser que la haya olvidado, no importa, respira profundamente el aire y espera que Kiki regrese lo antes posible, pero el único que regresa esa tarde es Aldebaran con un canasto lleno de frutas y pan, algo de vino y unas flores de colores, Mu al verlo sonríe, mira las flores y le encantan…

-          ¡Qué hermosas flores Alde!

-          Esperaba que te gustaran Mu, por si te lo preguntas fui a comprar algo de provisiones pues mejor te ayudo a terminar de reparar las armaduras ¿si no te molesta?

-          Claro que no (le sonríe ladeando un poco la cabeza) aunque tal vez me ayudes mas en la cocina (suelta una de las risas más hermosas que puede escuchar Aldebaran)

Esa misma noche el toro se luce cocinando espera al lemuriano para comer, este llega para cenar juntos, ambos ríen de cada historia que cuenta Aldebaran, a este le encanta escuchar la risa de Mu, no tiene oídos para nada ni nadie en ese preciso momento, no puede evitar ver sus labios y relamer los suyos.

-          ¿volveremos a ver las estrellas Mu?

-          ¿Qué tonterías dices? Claro que no, míralas tu, yo mejor voy a dormir… (se levanta de la silla, pero el toro lo toma de la mano haciendo que se siente de nuevo)

-          no te diste cuenta que ayer estaban a nuestro favor, su hermoso resplandor, la luna que nos bañaba con su hermosa luz, hacia contraste con nuestro beso, con el mejor beso que he tenido en toda mi vida (estas palabras hace que Mu se sonroje nuevamente)

-          perdóname Aldebaran, pero creí haberte dicho que no me hables de ese tema, estoy muy confundido y no me dejas reflexionar si a cada momento me lo recuerdas (se vuelve a levantar molesto) buena noche!!

El toro pasa sus manos sobre su cabeza, que difícil es hacer que alguien crea en el amor, que le pasa a Mu, ¿acaso estará traumado con algo? Sus pensamientos están inmersos en aquellas últimas palabras que le ha dicho el lemuriano… trae su mochila consigo, saca una botella en ella algo de licor, bebe un solo sorbo para relajarse y no pensar más en aquello.

Asi pasan los días y las noches, no se mediaban palabras, mucho menos algún gesto, el toro ya cansado y aburrido, esa noche toma su mochila y sin decir nada se marcha del lugar, pero al irse encuentra a Kiki que ya está de regreso.

-          Buenas noches señor Aldebaran

-          Buenas noches Kiki, dile a tu maestro que me tuve que retirar (toca su cabello revolviéndolo) hasta luego niño!!

Kiki muy sorprendido llega al lado de Mu dándole la bolsa de cuero llena de aquel polvillo…

-          Gracias pequeño, justo a tiempo…

-          De nada maestro, a propósito, el señor Aldebaran me dijo que tenía que retirarse.

Mu se sorprendió, pero le dio poco importancia dejando atrás lo que dijo el chiquillo para seguir con sus labores, con el paso de los días podía sentir esa pesadez, como si le faltara algo, pero no entendía de que podría tratarse, pues tenía todo para arreglar cada armadura; el insomnio lo estaba matando, por alguna razón no podía dormir, esa noche logro pegar los parpados y dormir profundamente.

HHHaaayyyyy Allldeebarraaannn más duro, más duro, hhhhaaaaaa….!!!  sus pieles bañadas en sudor, no podía ver bien solo sentir el cuerpo del otro que lo envestía con furia, no podía ni sentir sus piernas, en sus labios un sabor salado lo invadía, no podía dejar de gemir, se sentía húmedo, no solo por el sudor, sus manos tocan a su alrededor sintiendo sus sabanas finas de seda, oh.. no!! ¿Qué es esto? No puede creer lo que pasa, menos puede creer que lo está disfrutando, quiere gritar que pero lo único que le salen son gemidos de puro placer, trata de soportar mas pero no puede y se viene sobre el toro, aunque parte de su esencia cae por encima de el, su cabeza se ladea de un lado para el otro, tratando de no sentirse de esa manera, de un solo golpe abre los ojos, su respiración es muy rápida, gotas de sudor caen por su frente y su entrepierna demandando atención, ¡ha sido solo un sueño! se levanta, sale a la entrada del lugar sentándose un momento a ver las estrellas ¿pueda ser que no sea tan doloroso? Se dice eso para sí mismo ¿Por qué tuve ese sueño tan raro?, tengo que aceptar que me hace falta de alguna manera, el insomnio vuelve a ganarle quedándose viendo las estrellas hasta el amanecer.

Esa misma mañana deja a Kiki en el lugar y parte al santuario, aunque el camino es algo tortuoso no deja de pensar en aquel sueño tan extraño, el sol le quema un poco su piel blanca, haciendo que pare en varios lugares para refrescarse, sigue caminando, al llegar la noche logra divisar el pueblo que envuelve el santuario, sonríe para sí mismo caminando más rápidamente, logra entrar al santuario y por ultimo llegar a su templo.

Lo primero es dormir en su cama, pero nuevamente no puede dormir, además si quisiera hablar con su maestro debe de pasar 11 templos, en especial el segundo templo; escucha que alguien entra a su templo, se levanta rápidamente para enfrentar a la persona que tiene la osadía de tratar de pasar, pero es solo Shaka.

-          ¡Shaka! Porque no te anuncias al tratar de entrar (dice esto molesto)

-          Disculpa Mu, pensé que aun esta vacio tu templo

-          Pues ya ves que no, ahora pasa rápidamente, que debo de ir a dormir

-          ¿Qué te perturba amigo?

-          Nada (da media vuelta esperando a que virgo salga de su templo, pero eso no sucede, al contrario Shaka se acerca a el)

-          Te lo preguntare nuevamente ¿Qué te esta perturbando? Te veo cansado y malhumorado, se que tu no eres asi, soy tu amigo (coloca una de sus manos sobre el hombro del lemuriano)

Mu ya no soporta esa carga que se guarda para el solo, debe desahogarse o estallara y no quiere que suceda nada y quien mejor que Shaka, el hombre mas cercano a Dios. Da media vuelta y sin contenerse le cuenta ese romance que tiene con el toro, además el creer que no es lo correcto.

-          No digas que no es correcto Mu, pues yo no encuentro alguna razón para que no sean felices, el amor no encuentra ninguna distinción, a lo que me refiero es que debes enfrentar esto sin miedo, si tu le correspondes a los besos que te da, significa solo una cosa, el te gusta, pero aun no entiendo cuál es tu miedo.

-          ¿miedo? Yo no tengo miedo (dice esto tocándose la cabeza, mira a Shaka y sabe que no le cree) lo que sucede Shaka, es que… lo que pasa es que… cierra los ojos fuertemente, me da miedo el sexo, dice esto en voz muy baja…

-          ¿Por qué razón te daría miedo? Si es una expresión del amor, en donde puedes darlo todo a esa persona. Es hermoso…

-          Te puedo preguntar algo Shaka… ¿has tenido sexo sin dolor? (El rubio sonríe pero algo ruborizado)

-          Claro que si, ese dolor es corto a comparación de lo que se siente después, no podría describírtelo, pues tienes que vivirlo, no le temas a algo desconocido, témele si lo conoces y sabes que es dañino. Ahora si me disculpas debo de irme (le sonríe levemente para seguir su camino)

Mu se vuelve a su habitación y se acuesta en su cama de un solo brinco, piensa en esas palabras, traga en seco, no lo piensa mas, nadie asegura que pasara si va al segundo templo, se levanta dirigiéndose al templo de tauro, con cada paso que lo acerca su corazón late mas rápido, entra y se anuncia, pero no escucha nada, da unos pasos mas, al fondo del lugar ve una gran silueta, nuevamente su corazón y su tomo de piel lo delatan.

-          ¡MU! Que agradable sorpresa (se acerca el toro, pero se detiene, pues sabe que al lemuriano no le agrada que lo abrace)

-          Alde, estoy de paso por aquí y pues decidir charlar un momento con tigo (lo abraza fuertemente) no sabes cuanta falta me haces Aldebaran

El toro al escuchar eso casi llora, no puede creer que haya dejado marcado el corazón de Mu con sus besos, lo abraza para sentirlo más cerca, para oler su cuello. Se separan pero Aldebaran lo ve fijamente, lo besa tiernamente, para luego volverse beso profundo, sus lenguas jugueteando, esta vez Mu envuelve sus brazos en el cuello de su amante para darse los besos mas apasionados.

Ambos caminan hacia la habitación del toro, este lo recuesta, puede ver el nerviosismo del carnero, su piel se torna de pálida a ruborizada, ama ese color carmesí en sus labios, se queda por encima de el para seguirlo besando, pasando al cuello, haciéndole algunos moretones en este, lame su oreja arrancando algunos pequeños gemidos por parte de Mu y mientras eso sucede una de las manos del toro toca la entrepierna del lemuriano haciendo que se exalte, trata de apartar la mano del toro pero este no se da por vencido, siente como su camisa esta siendo eliminada de su cuerpo, trata de colocársela de nuevo, pero Aldebaran está decidido, ¡bassstttaaa!! Dice esto casi en un gemido que es música para los oídos del toro, que va quitando el pantalón del carnero bajando su boca por las tetillas rosáceas de su amante, lamiendo, mordisqueando y succionando a la vez, Mu quiere apartarlo pero ya no le dan más las fuerzas, cierra los ojos, sintiendo la boca del toro mordisqueándolo, soltando algunos gritos de placer, pero deja de sentir esa sensación para sentir la boca en su sexo, rápidamente logra apartar la cabeza de Aldebaran de ese lugar… allí no… allí no Alde… el toro algo confundido lo mira directamente a los ojos… ¿Por qué no Mu? Solo te quiero hacer feliz, quiero ser feliz, déjame darte todo mi amor y mientras habla con el carnero toca el sexo de este con mucha delicadeza haciendo que el rostro de Mu cambien de mil maneras, hasta que se muerde el labio, esta bien Alde…

El toro acaricia el sexo de su amante para luego devorarlo de un solo golpe, esto no se lo esperaba, pega un grito de placer, jamás en su vida había sentido algo igual, en verdad esta enamorado, pero el sexo con Aldebaran le da mucho miedo, el toro no para de jugar con el miembro del carnero haciendo que este se venga sobre el, Aldebaran ya esta listo su sexo se lo pide, asi que de un movimiento abre las piernas de mu , se lame los dedos con devoción ante la mirada del carnero, para introducirlos a su entrada, pero antes de introducirlos Mu toma la Mano de Aldebaran. Ya no quiero seguir Alde, hasta aquí esta bien, dice esto muy excitado… ¿Por qué Mu? No lo entiendo… Mu voltea la mirada, no quiere que Aldebaran lo siga viendo, asi que trata de visualizar su ropa, pero el toro se recuesta junto a el, ¿a que le temes? Si yo te amo… una lagrima sale de los bellos ojos del lemuriano, le temo a que me duela y suena ridículo pero nadie me ha preparado para esto y me siento asustado ¡perdoname Alde! Pero me tengo que ir… se levanta de golpe, pero Aldebaran lo toma de la mano y lo sienta, te dolerá un poquito pero ser tu primera vez pero seré muy cuidadoso, te lo prometo… pero Mu esta renuente a la idea, Aldebaran lo toma del mentón y lo besa sin pensarlo lo recuesta nuevamente a la cama logra meter su cuerpo entre las piernas del lemuriano y con sus dedos a medio mojar va buscando la entrada, Mu hace gestos de dolor pero tampoco trata de pararlo, entra el primer dedo, luego segundo arrancando algunos quejidos del pelilia, el tercero ya es mas doloroso pero nadie lo ha preparado para lo siguiente, abre los ojos y ve el enorme miembro de Aldebaran su boca se abre tanto como puede al igual que sus ojos, ese gran trozo de carne entrara en el, en ese momento se arrepiente por completo y trata de apartarlo pero es imposible, ya esta entrando, el dolor es punzante, siente como le arrancan todo, es tan grande… HHHHHAAAAAaa!!!  Grita de dolor, lagrimas corren por sus ojos, gritos ahogados, pues sigue entrando y el trata de rechazarlo.

Aldebaran siente como Mu no lo deja entrar… cálmate Mu, relájate, todo saldrá bien, sigue entrando a esa cavidad virgen, logra introducirse por completo, ve como la mirada de Mu esta hacia el cielo, sudando y con los ojos lloroso, cálmate mi amor, Mu lo mira casi con rabia, respirando con dificultad, pero al acostumbrarse un poco Aldebaran empieza a salir mientras Mu grita de dolor, pues es tan grande ese pedazo que aun no entiende como entro en el… para volver a entrar y asi comienzan las envestidas, suaves; el carnero recuerda esta escena como la del sueño, sin dolor solo placer, su cuerpo sudando y el pidiendo más hasta descargarse  ambos.

Al despertar siente un terrible dolor punzante en la columna que no lo deja ni moverse, pero esta feliz, FELIZ de haberse entregado ante aquel hombre que ama, logra sentir los fuertes brazos del toro que lo envuelven, se siente protegido de todo, deja recaer su cabeza en el pecho de Aldebaran y dormir placidamente.

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Notas finales:

como siempre, espero les haya gustado  :)


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