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Corazón Cobarde por Juuri Kiryu

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Notas del fanfic:

Muy bien. Este fic es un pedido de raquell , y aunque me tardé en subirlo, esta aquí...

Adoro a Takuma... es tan mono. :3

Pero guapa, no me especificaste como querías la historia, asi que me tome algunas libertades...

Si tu gustas, le escribo un final extra :)

Notas del capitulo:

Disfruten. 

Y lo raro, cabe decir, es que no le puse lemon. 

Si ustedes gustan lo escribo XD

Takuma se removía incómodo en su cama. Sentía los nervios recorrerle todo el cuerpo, ¿Por qué? Pues vaya cosa, porque Shiki se había encaprichado con que los acompañara a su sesión de fotografías esa misma tarde. No era por el evento en sí. Si no, por lo que notó en él mismo. Toda la infeliz sesión había mirado a Shiki como un pedazo de carne. O así lo describió Kaname, que fue invitado por la otra noble ¿Tanto se notaban sus ganas de estar con él de todas las maneras posibles? ¿Era tan malo? Suspiró. Y dio otra vuelta en la cama.

-          ¿Qué te sucede? No has parado desde que llegamos - preguntó un irritado Shiki. Aunque no necesitaban dormir, era molesto oír el constante crujido de las sábanas bajo el peso del rubio. - ¿Takuma? - su irritación se fue tan pronto como vino.

-          No es nada Shiki, lo siento. No puedo dormir - declaró con un tono fraternal, el más dulce que hubiese utilizado con un niño, después de todo, era sólo eso para el pelirrojo, ¿O no? Era su hermano no nacido.- sólo es eso

-          Ok... Entonces léeme, por favor - se volteó hacia donde Takuma, mostrando su ojos curiosos - ¿Qué te parece el manga de ayer?

-          Uhu - murmuró Takuma  embobado con la imagen de un Shiki de grandes ojos, con el cabello revuelto por la almohada y con una curiosidad latente - el de ayer - se dio la vuelta para evitar pensar en los lindo y sexy que su amigo y amor imposible podía llegar a ser. Encontró el manga sobre su cómoda y lo abrió. Justo iba a empezar cuando Shiki se acostó a su lado - ¿Q-qué  haces?

-          Desde allá no puedo mirar. Baka- contestó el ojiazul sonriéndole. Oh, Dios, deberían prohibirle a Shiki hacer aquello. Su sonrisa era tan...

-          Takuma POV

-          Se ha pasado a mi cama, recostándose en mi pecho. El sentir su espalda delgada y fuerte... Me estremezco ante su contacto... ¿Por qué teníamos que ser amigos, casi hermanos? A quien engaño, no es eso lo que me impide acercarme a él. Igual si no lo conociera me sentiría tanto o más agobiado. Comienzo a leerle, como me lo pidió, aunque poco a poco nos vamos aburriendo de la historia. Era todo un cliché... Y pensar que parecía tan buena.

-          tsk...  ¿Por qué siempre hacen eso de besarse en un parque? ¿Qué tiene de atractivo? - pregunta de repente Shiki. Yo sonrió, pues aunque ciertamente no me parece lo más romántico del mundo, comprendo que es común para las chicas -

-          Si fueras una chica lo entenderías. Ugh... Igual y dejamos de leer esto... -  propuse pues le vi cansado

-          Pero un beso es igual de importante sin atender al lugar... Si es la persona indicada- me dice un tanto emocionado. Pero al llegar a la última parte su voz se vuelve un murmullo - ¿No piensas lo mismo?

-          Ehh...- su mirada me transmitía ciertos escalofríos - si...

-          perfecto- sonrió antes de besarme. Me quedé de piedra, y luego él se subió a mis piernas... Me besaba de nuevo, y yo comenzaba a recorrer su cuerpo  con mis manos...

-          Takuma.... Ah... - su voz impasible me extraño - Takuma, Takuma... - sentí como me zarandeaban. De repente todo fue nubloso y luego me desperté totalmente. Estaba con Shiki, sí, pero estábamos en clase, y tenía un ligero  problemita entre las piernas. Y por si fuera poco, él se dio cuenta pues desperté de repente y brinqué en mi lugar

-          Un sonrojo cubrió su pálido rostro y estoy seguro que yo parecía un farol. El miró hacia enfrente, y yo estampé mi rostro contra la mesa. Después de ahogarme en mi propia miseria, él me dijo en voz baja

 

-          No te preocupes, no se lo diré a nadie - su tono era comprensivo - yo quería recordarte lo de esta tarde... ¿No has hecho planes, verdad?

-          ¡Ah! Si... Iré - dije a duras penas

-          ... ¿No deberías ir a...? - señaló hacia abajo con tanta naturalidad como pudo.

-          ¡...! - tierra trágame, por lo que más quieras - yo...

Y entonces me vi salvado por el toque que indicaba el fin de clases. Suspiré aliviado, sin mencionar que al parecer la vergüenza pudo más que mi mente salida. Ya normal me escabullí como pude. ¿Habría hablado dormido? Esperaba que no. Porque de verdad que entonces Shiki habría oído el único secreto que pensaba llevarse a la tumba.

__________

Comencé a deambular por la escuela. Sabía que Shiki no me haría preguntas, pero el saber que me había visto en ese estado tan vergonzoso... Me hacía querer llorar. Divagué un rato, hasta que me vi amenazado por la Bloody Rose. Kiryu-kun parecía estar haciendo sus rondas.

-          Es usted, senpai... - suspiró molesto, y bajó la letal arma - parecía ser una presencia inestable

-          Kiryu-kun... Lo siento si te asusté - le dije amablemente. El chico me agradaba. Pero Kaname insistía en usarlo de esa manera. Es que tal vez mi amigo no veía que el cazador no actuaba por Yuki-chan, sino por él.

-          Hmp... claro. De cualquier manera, contrólate. Vas a lograr que Yagari venga a cazarte-me dijo con voz parca

-          Es más sencillo decirlo que hacerlo - murmuré para mis adentros

-          ¿Ah? Pues entonces debió quedarse en el dormitorio de la Luna - sus labios formaron una línea recta y sus cejas se fruncieron de una manera graciosa

-          No es algo que pueda hacer ahora - sonreí nerviosamente.

-          ¿Qué? ¿Al fin el bastardo de Kuran enloqueció y le ha corrido? - sonrió ladino. Éste chico es definitivamente... Bueno, Kaname tiene suerte, solo falta que la descubra.

-          No es eso... - se me ocurre que tal vez contarle a alguien lo que me pasa ayude.

-          20 minutos después...

-          Cógetelo - miré horrorizado a Kiryu, es que, por todos los cielos, ¿Se estaba oyendo? Ambos estábamos sentados en el suelo.

-          ¡No puedo hacer eso!-exclamé rojo totalmente.

-          ¿Qué? ¿Eres impotente acaso? - vi como elevaba una de sus cejas a modo de burla.

-          C-claro que no... - contesté sonrojado - de cualquier manera cómo puedes decir esas cosas solo así...- murmuré apenado

-          ¿Eh? Es solo tu cuerpo y el de él de lo que hablamos. No es como si nunca hubieses visto una poll...

-          ¡Ya entendí tu punto! - exclamé nuevamente, pero esta vez interrumpiéndole. Él sonrió de lado y se levantó.

-          Menos mal. No soy ningún tipo de doctora corazón - me miró fijamente, suspiró negando con la cabeza y me tiro su gabardina encima. Él llevaba puesto un abrigo negro, que dejaba ver debajo un suéter del mismo color - no le va a hacer gracia que te declares cubierto de mocos -

-          ¡Gracias! - exclamé, pues no tenía más que mi uniforme - es realmente tierno de tu parte - sonreí al tiempo que se  sonrojaba

-          cierra la boca -gruñó antes de emprender la marcha para continuar su ronda - y da gracias que no te vacié la cabeza.

-          También me agradas, Zero -chan -sonreí, pues dijera lo que dijera, lo había hecho todo de buena fe - ¿Te puedo llamar así?

-          vuelve a intentarlo y mañana te dolerán partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías - me gruñó antes volverse sobre sus pasos

-          Te devolveré la gabardina mañana - prometí

-          Ni te molestes - torció la boca - seguro que terminaré quemándola.

-          Gracias Zero-kun - exclamé, y antes de que se fuera le grité - y por cierto, ¡Deberías poner en práctica tu consejo! ¡Él estará esperando! - lo vi tensarse y enseñarme su dedo corazón. Solté una risita y me paré. Eran tal para cual.

Me eché encima la gabardina. Parecía que iba a nevar Suspiré ante mi mala suerte y apuré el paso.

Zero -kun tenía un buen punto. Tenía que arriesgarme a perderlo, si es que quería ganarlo. Solo así le probaría que le amo de verdad. Y me decidí. De esa noche no pasaba sin que Shiki se enterara de mis sentimientos. Y en el peor de los casos, no seríamos más como hermanos...

-          ¡Takuma! ¿Qué estás haciendo? - escuché cada palabra y le sonreí - está helando, - dijo con voz más baja, pero audible. Luego se acercó a mí y me jaló - no te quedes allí, tonto - me guiaba a los cuartos. Yo comencé a reunir valor para decírselo.

Caminamos un poco hasta que llegamos a los dormitorios. Una vez allí, me dijo:

-          Quítate eso de encima. Apestas a cazador - sin embargo le contesté con tono suave

-          Me la ha prestado Zero-kun, después de todo es buena persona – un tic nació en la ceja de mi querido pelirrojo. Reprimí una risita, y dejé que él me la quitara.

-          ¿te la ha dado Kiryu-kun? – escuché la voz de Kaname, para luego ver aquella sonrisa falsa que tenía en el rostro, ocultando su creciente molestia

-          Si… aunque dejó bastante claro que o la lavaba o me la quedaba – reí levemente, pues ahora no solo tenía que aguantar el aura asesina de Shiki, sino también de Kaname. Decidió devolverle el favor a Zero - ¿se la podrías dar tú? Tengo la ligera sensación de que agotó su paciencia conmigo

-          Hmph… claro – aunque lo dijo en un tono resignado, pude ver un brillo en sus ojos. Creo que de hecho no la va a devolver – y Takuma, sé más prudente por favor – traducción: aléjate de Zero

-          Si, si, vámonos – gruñó Shiki arrastrándome de nuevo. ¿Soy yo, o Rima le ha dado ánimos?

-          He… Shiki, puedo caminar -  sonreí nervioso. No es que me molestara aquello. Solo que era un poco vergonzoso ser como una muñeca de trapo en sus manos. Me dirigió una mirada que me hizo olvidarme de mi orgullo, o de cualquier otra cosa. Su mirada era de alguien lastimado. Yo me callé, y comencé a seguirlo.

Fin Takuma POV

-          ¿Cree que es prudente dejarlos solos, Kaname-sama? – preguntó Aidou - ¿Kaname-sama? -  el noble juraría, por su vida, que el castaño estaba oliendo la gabardina

-          ¿eh? Sí, es algo que tiene que pasar tarde o temprano. Y es mejor que nadie los moleste- ordenó – por cierto, sería conveniente que usaran orejeras o auriculares.

Los demás enrojecieron al captar el mensaje. Pero que más daba, si el purasangre ya había hablado, entonces así sería.

Shiki POV

¿Por qué? ¿Por qué si gemía mi nombre en sueños, llega con la ropa de ese idiota? ¿Por qué finjo que no me duele? Nunca le he mentido a Takuma, ¿por qué empiezo ahora? Y para variar, el rey de Roma, se ha dado cuenta. Lo sé. Su semblante se endurece cuando algo le preocupa. ¿Es que acaso va a decirme que olvidé lo que vi en el salón? No podría, fue para mí la escena más bella que he visto. Y por unos momentos la más triste. Porque en aquél momento envidié a la chica que lograba hacerlo delirar. Que incluso tenía guardada en sus sueños.

Me dolió, me dolió mucho, porque sentí que yo nunca podría competir con ellas. Siempre me trató como a su hermano menor. Y yo me sentía asqueroso al desear que se hubiera puesto de aquella manera por mí. Porque sentía que cada que lo deseaba violaba su confianza. Y luego, entonces, mi corazón palpitó tan fuerte al oír aquellas  palabras salir de su boca. Creí que me volvería loco. Pero tuve que despertarlo; comenzaba a hablar muy fuerte. Y sinceramente también quería preguntarle si podría ser…

Suspiro cuando entro a nuestra habitación, aquella pieza que guarda nuestros aromas… aunque no de la manera que yo quisiera. ¿Cómo puedo abordar el tema? ¿Qué le diré? ¿Él me responderá? No sé cómo debo actuar. Y me dejo caer en un colchón. Su colchón. Su cama se encuentra cerca de la puerta y de la ventana. Aunque no me lo diga, es la parte más fría del cuarto. Rima dice que soy muy ciego. Que solo veo lo que quiero. Tal vez sea así.

-          Shiki, ven aquí – escuchó su voz ronca, pero dulce y los escalofríos me recorren la espina dorsal – ven

-          …- me levanto y camino hacia él, que se encuentra parado a mitad de la habitación – sobre hoy… no te preocupes, no diré nada

-           Pero yo quiero que me digas, ¿qué fue lo que oíste? –le sonreí, tratando de calmarle, él se puso rojo, y yo me puse nervioso.

-          Tu…  dijiste – aunque quise decirle, me daba tanta pena… aquello era difícil para mí. Él soltó un fuerte suspiró

-          Si me oíste, entonces, debes saber qué es lo que siento -  no puede ser… ¿acaso…? – te amo. Te amo, maldita sea – una sonrisa sincera se plantó en su rostro -  No recuerdo hace cuanto, no sé cómo – se encogió de hombros – Pero si sé porque. Porque eres lo único que vale la pena en mi vida. No me importa si te parece asqueroso – esto último lo dijo con la cabeza gacha – pero te amo, te deseo, te quiero… y yo …

No lo dejé terminar. Me lancé a él, y sin querer lo derribé. Creo que lo tomé por sorpresa. Pero ni bien lo tuve cerca devoré su boca. Él me tomó de la cintura, y yo de sus mandíbulas. Su cuerpo tan perfecto y duro, me rozaba y me provocaba. Comencé por acariciar su cabello, liberando su esencia; dejando que me inundara las fosas nasales con tan abrumador aroma. Sentí el calor de su piel. Cuando nos separamos, vi su mirada incrédula. Y entonces yo me reí tan limpiamente que incluso temí confundirlo, así que me apresuré a explicarle.

-          Yo también te quiero. Te amo. Y no me importa si luego te arrepientes, tendrás que cargar conmigo por siempre – sonreí al ver su cara de felicidad.

-          No hay manera de arrepentirme. Tú eres para mí – susurró al tiempo que me abrazaba y me estrechaba en sus brazos – pero si no te importa, me gustaría estar parado

-          Pues suéltame – murmuré divertido

Una vez de pie, comenzamos a besarnos nuevamente, a veces eran besos tiernos, a veces eran más húmedos y desesperados. Nos recostamos en su cama. Yo sentía ganas de hacerlo con Takuma. Porque saber que yo le había dado semejante problema entre las piernas me hacía sentir la persona más sexy del mundo. Me levanté y le acaricié el pecho. Poco a poco lo fui recostando en la cama. Con gran paciencia lo masajeé y el suspiró.

Nos miramos fijamente. Amaba sus ojos tan gatunos. Ese verde tan intenso me absorbía pero a la vez me llenaba de vida. A veces envidiaba a Kaname. Él lo conocía de antes. Pero podía presumir que yo lo conocía mejor que él. Por eso reí al ver que no comprendía a donde quería llegar yo. Comencé a besar su cuello, deshaciéndome de su uniforme. Cuando colé mis manos debajo de su camisa, se paró alarmado

-          Espera, Shiki, yo -  su voz se oía tan nerviosa que me excitó aún más

-          ¿No quieres hacerlo conmigo? – pregunté, en un tono desilusionado.

-          Claro que quiero pero es que…

-          ¿No soñabas conmigo cuando te pusiste así? -  volví a usar aquél tono

-          Si. Pero yo…

-          No me ves de esa forma, ¿cierto? – Ok, estaba manipulándolo. Pero quería saber que era lo que me haría. Al final, creo que la curiosidad mato al gato…

Al final, los dos teníamos un corazón cobarde

Notas finales:

REVIEWS... por favor!! 

veo la luz al final de un pasillo...

ok, no, pero sería lindo leerlas XD


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