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Cambio por Zhena HiK

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Notas del capitulo:

La verdad es que aún cuando es más corto el capítulo que los demás, quería actualizar y no tardarme más. Una disculpa, en serio las tareas me han dejado fuera, por poco y no cumplía ni siquiera con el tercer reto "Pro'ZoLu" pero al final lo logré~ 

Muchas gracias por la espera y por seguir leyendo, espero sea de su agrado.

Capítulo IV
—XIII—

Después de unos días a bordo del sunny, las cosas se estaban poniendo aburridas así que sin un motivo aparente, decidieron realizar un banquete. Para éste se necesitó que Luffy, Zoro y Usopp se dedicaran a cazar un monstruo marino y así proveer la cantidad suficiente de carne para alimentar a Luffy y al resto de la tripulación.

Por supuesto el encargado de preparar el mencionado festín era el cocinero de la tripulación, Sanji. A quien contrario a molestarle tener tanto trabajo, le gustaba pues cocinar era algo muy sencillo para él, además que le apasionaba hacerlo.

Sanji podía ser un enamorado y pervertido—como decía el espadachín—con las mujeres, sobre todo con sus chicas a bordo. Sin embargo, aún cuando pudieran creer que estando Nami o Robin presentes él no ponía atención a su alrededor, esa era una conjetura muy equivocada y para prueba estaban las extrañas situaciones que había notado desde que salieran de la isla donde llevaron a los niños.

La situación entre Zoro y Law daba de qué hablar entre los tripulantes del sunny. ¿Por qué? Era extraño para todos, no sólo para Sanji, el ver a Zoro con Law prácticamente en todos lados, si bien era cierto que de pronto Law se encerraba en el consultorio o se le veía leyendo en el acuario o en la cubierta, la mayor parte del tiempo por una situación u otra estaba al lado del espadachín. Ello de por sí era extraño, y si agregabas a Luffy a la ecuación era aún más raro.

Sanji —y quizás el resto de la tripulación también— estaban conscientes de la relación tan estrecha que tenían Luffy y Zoro, el rubio incluso podía asegurar que todos en el barco lo habían notado antes que los involucrados se enteraran de sus propios sentimientos, el problema radicaba en que nadie quería entrometerse pues ante todo eran amigos y compañeros de aventuras, por lo que era decisión de ellos el hecho de llevar su relación a un nivel diferente al que tenían en la actualidad, o dejarlo como esos amores platónicos entre amigos.

Lo que Sanji no terminaba de entender era si ellos, ¿Estaban conscientes de los sentimientos del otro? Porque si le preguntaban al cocinero, él podía asegurar que ninguno se había percatado de que era correspondido. Sanji pensó que Luffy quizás no estuviera ni siquiera enterado del todo de lo que sentía por Zoro, pues parecía ser un tanto inocente e inexperto en asuntos amorosos. Eso es lo que él hubiera dicho antes, pero después de los últimos cinco días en que el capitán había tenido algunos arranques de celos muy obvios, ya no estaba tan seguro de que Luffy fuera ignorante de su sentir hacia el espadachín.

De Zoro era casi seguro que su desorientación no se aplicaba sólo a las direcciones, así que por la actitud que tenía, Sanji tenía dos teorías. Una era que a pesar de estar enterado de lo que sentía Luffy por él, no quería cambiar de status con su capitán. La otra hipótesis y por la que Sanji votaría si se lo preguntaran, afirmaba que Zoro no se había dado cuenta de que Luffy llevaba casi una semana mostrando sus celos cada vez que le miraba con Law. Parecía un niño chiquito demandando atención cuando otro distrae a la persona más importante para él.

Ahora la pregunta era. ¿Debía meter su cuchara o dejar que las cosas tomaran un curso natural?

Law no era de su completo agrado, y al igual que la mayoría en el barco—excepto por el capitán— no confiaba en él, mucho menos cuando demostraba un interés tan obvio en el espadachín. ¿Quién podía interesarse así en el marimo? Además del despistado de Luffy, claro. El rubio sabía que Law era una persona muy inteligente, y esa atracción que tenía por Zoro al principio pensó que se trataba de una manera de ganarse la confianza del espadachín, pero ¿Eso en qué le beneficiaba? Aún cuando Zoro fuera el primero en desconfiar del médico, también era quien nunca refutaba una orden dada por su capitán, así que mientras tuviera la confianza de Luffy, los demás no tenían porqué importarle.

Entonces esa idea estaba eliminada. Por lo que su segunda opción era que Law en verdad sentía una atracción por Zoro y lo que deseaba era pasar un rato agradable mientras llegaban a su destino. La pregunta obligada que Sanji se había hecho una y otra vez era si Zoro cedería ante la tentación, después de todo era un hombre con necesidades y considerando que —por lo visto— no tenía problema con que fuese un hombre… No podían culparle del todo si terminaba involucrándose con el médico. Aunque Sanji dudaba que algo así pasara.

— ¿En qué piensas, cocinero-san? – preguntó con genuino interés Robin, que tenía ya varios minutos que había llegado a la cocina y se había acomodado en su acostumbrado lugar. Como siempre haciéndole compañía a Sanji mientras éste se encargaba de la comida que cenarían esa noche en el banquete que darían.

— Robin-chwaaan~ - cantó al verla sentada frente a la mesa. – Ahora te sirvo tu café. – dijo caballeroso, dejando la verdura que picaba y comenzando de inmediato a preparar la bebida para la morena.

Robin sonrió agradecida, pero no pasó desapercibido para ella que el rubio había hecho caso omiso a su pregunta, pues después de servirle su café y ofrecerle un postre para acompañarlo, el cual rechazó amablemente, Sanji no mencionó nada sobre la pregunta inicial con la cual delató su presencia ahí.

Raro en Sanji, pero no la había escuchado entrar.

 

—XIV—

Zoro se levantó de su lugar en el césped de la cubierta con dirección hacia la cocina por otra botella de sake, pues de las dos que se había robado inicialmente, Law le había quitado una y por supuesto la otra no duró mucho en sus manos. En cuanto entró a la cocina notó la presencia del rubio, que parecía sacar un pastel de la nevera, no le prestó mucha atención y siguió su camino hasta donde estaban guardadas las botellas, las cuales no estaban restringidas por ser noche de festejo. ¿Qué celebraban? Nada, pero él podía tomar lo que quisiera esa noche sin que le reprendieran por ello, así que quizás esa era su celebración personal.

— No deberías tomar tanto, marimo. – regañó Sanji, dejando el pastel sobre la mesa y buscando los utensilios necesarios para partirlo y servirles a los demás.

— No he tomado tanto, cejas de sushi. – se defendió, caminando de nuevo hacia la salida con tres botellas en las manos.

— Oye, marimo. – llamó para que el otro no se fuera. Zoro detuvo sus pasos y giró a ver al rubio con una expresión seria y alerta por si necesitaba defenderse, costumbre que había adquirido por sus constantes peleas.

— ¿Qué quieres, cocinero?

Sanji sostuvo la mirada sobre la de Zoro que no comprendía la extraña actitud del rubio, pues no estaba peleando con él como siempre lo hacía y eso era muy extraño.

— ¿Qué piensas de Law? – preguntó sin rodeos.

— Tampoco confío en él. – aseguró, comprendiendo que Sanji no confiaba en el médico. Y aunque eso era cierto, no era lo que el rubio estaba preguntando en ese momento.

— Ten cuidado, cabeza de alga. No seas idiota. – Sanji tomó el pastel en sus manos y pasó por un lado del espadachín.

— Ocúpate de tus asuntos, cejillas. – Zoro no supo en realidad porqué había sido la advertencia, pero si estaba en lo correcto, imaginaba que Sanji lo había mencionado por el hecho obvio de que Law se la pasaba coqueteando con él. Aunque eso no era asunto del cocinero, en absoluto. Sin embargo, Zoro entendía que como su nakama se preocupaba por él, a pesar de las eternas discusiones y peleas, el espadachín era consciente que cualquiera de la tripulación estaba dispuesto a arriesgarse por el otro, incluidos ellos dos. Así que no se le hizo mal, pero sí le incomodó un poco.

Regresó hacia el lugar donde había estado sentado durante aquel banquete. Al salir de la cocina miró a todos divertidos, parecían necesitar esa distracción que les brindaba esa fiesta que no tenía una razón de ser. Aún cuando días atrás, antes de zarpar de la última isla habían sido festejados por la gente de ahí en agradecimiento por regresar a los niños sanos y salvos. O tanto como podían estarlo después de haber sido víctimas de experimentación.

Una vez se sentó en su lugar, dejó dos de las botellas que llevaba en el césped junto a él, la otra ya la había abierto y se preparaba para beber de ella cuando misteriosamente desapareció de sus manos. Zoro cerró sus ojos y sintió un tic nervioso en uno de ellos.

— Nunca he sido compartido, mucho menos con la bebida. – dijo Zoro apenas girando su rostro al lado, donde sabía que estaba sentada la persona que por segunda vez esa noche, le había robado una de sus preciadas botellas de sake.

— Pero un buen anfitrión debería compartir por lo menos un poco de su bebida… - se defendió Law, abriendo la botella que recién le había hurtado para seguir tomando, pues la anterior ya se había terminado.

— Yo no recuerdo haberte invitado… si por mí fuera… - Zoro hizo una pausa y sintió la botella una vez más en su mano. - ¿Quieres dejar de hacer eso? – preguntó aún mirando al médico sentado a su lado.

— Te devolví tu bebida, pensé que era lo que querías. Sí quieres otra cosa sólo avísame. – habló a su oído.

Zoro tomó un trago y después miró la botella unos segundos, sonrió y regresó la mirada hacia Law.

— ¿En serio crees que no me daría cuenta? – preguntó divertido, ya ni siquiera podía molestarse porque el médico le hubiera subestimado.

— Me hubieras decepcionado si no lo notabas. – admitió el médico, mirando fijamente los ojos del otro que no sabía si enojarse o reír. - …Aún así, de haber caído lo habríamos pasado bien. Quizás un poco desinhibido cooperarías más.

— ¡Hey, marimo borracho! – llamó Sanji como era su costumbre. – Tú y Luffy ayúdenme a llevar todo esto a la cocina, sirvan de algo. – regañó.

Más había tardado Sanji en exigir que cooperaran ese par, que Law en hacer un movimiento con su mano y dejar libre el  espacio que antes estaba ocupado por aquello que el rubio pidió que se llevaran. Para ser honesto no le hizo mucha gracia al cocinero la forma en que el médico se tomó esa libertad de tomar sus cosas y transportarlas, o hacer eso que él hacía. Sin embargo no mencionó nada, sólo dirigió una seria mirada hacia el mayor de los doctores.

— Bueno, les han ahorrado trabajo. – mencionó lo obvio.

Robin siendo tan intuitiva como siempre, llamó la  atención del cocinero para que éste se olvidara de su molestia. Así la fiesta había podido seguir sin problemas, Luffy como era costumbre comió hasta casi rodar, después alternó su diversión jugando con Chopper y los demás, mientras por ratos iba y se sentaba entre Zoro y Law para platicar con ambos hasta que Usopp y el renito volvían a llamarle para que bailara con ellos.

Ya horas más tarde, la mayoría dormía y fue ese momento en que Zoro decidió subir al puesto del vigía, supliendo el lugar del pequeño reno, que sin darse cuenta cayó rendido después de tanto comer, cantar y sobre todo bailar.

— Tengo una petición para ti… - murmuró Zoro sintiendo la presencia de alguien que apenas atravesaba la entrada de aquel mirador.

— Me encantaría pensar que será algo a lo que no pueda negarme… - confesó Law sonriendo sólo un poco.

Caminó sin perder el porte y aprovechó para sentarse en una parte del sillón rojo que giraba por toda la habitación. Ahí observó a Zoro sentado a unos metros de él mirando por uno de los ventanales como se suponía el vigía debía hacerlo.

— Necesito otra botella y tengo pereza bajar por una. – pidió.

Law no pudo evitar reír ante la utilidad que le daba Roronoa a su habilidad. Pero no se hizo del rogar y pronto en su mano apareció una botella como las que ambos habían estado tomando hacía rato, y con aquel pretexto se puso de pie y se acercó hasta Zoro, parándose frente al espadachín a una corta distancia.

Ahí, de pie frente al de cabello verde y a una cercanía abrumadora extendió su mano para darle lo que le había pedido, además, aprovechó el momento para estirar su otra mano y con ella tocarle parte de la mejilla. Zoro sintió los dedos queriéndole acariciar el rostro y lo giró hacia un lado evitando el contacto que pretendía ser suave, una caricia.

El espadachín de los mugiwaras pudo entonces sentir la mano que había rechazado recorrerse hasta llegar a su oído izquierdo donde tenía sus pendientes. Los largos dedos del cirujano ignoraron el rechazo inicial y continuaron aquella excursión en la que pasearon desde el oído donde hizo tintinar los tres aretes hasta un costado del cuello. Sólo las yemas eran responsables de aquel toque suave y lento.

Cuando Zoro sintió la curiosa mano del médico tocar su oído y descender por su cuello hasta llegar a la abertura de su ropa sobre el pecho, detuvo el andar de esa extremidad tomándola con su propia mano.

— Sólo déjame hacer una cosa…

Law no dijo nada más, colocó una rodilla entre las piernas de Zoro como apoyo para inclinarse al frente y entonces sin pedir permiso tomó los labios del espadachín, fue un contacto suave al inicio, pero la ternura no era lo que él buscaba. Sintió la mano de Zoro enredarse entre su cabello tumbándole el gorro en el acto, y contrario a lo que pensó que sucedería, una vez más Zoro le correspondió con fuerza. Pero ésta vez sí estaba consciente de que era Law quien lo besaba, y no su capitán Luffy.

Devolvió el beso de forma tosca, mordiendo los labios de Law en el proceso mientras enredaba su lengua con la contraria en una lucha que determinaría quién era el que estaba marcando el ritmo de ese nexo. Sus cabezas se movieron suavemente para ajustarse mientras profundizaban el beso hasta que fue Zoro quien aún con los dedos enredados en el cabello negro, jaló de éste mismo hasta separarle de su rostro.

— Déjame tranquilo. – Exigió Zoro. La sonrisa de Law respondió por sí sola.

El médico se agachó para tomar del suelo su gorra que había caído y acomodándola una vez más en su lugar, decidió que quizás era un buen momento para dejar un rato solo a Zoro.

El espadachín no pudo más que soltar el aire cuando el médico le dejó solo. No sabía ni por qué había permitido ese beso, admitía que la primera ocasión que lo besó fue por accidente al imaginar en su inconsciencia la figura de su amado capitán. Sin embargo ahora no podía alegar ningún tipo de demencia temporal, pues era obvio que estaba en sus cinco sentidos cuando permitió el contacto, el asunto es que no sólo lo había permitido… también correspondió.

Era patético y tonto pero debía aceptar que se sentía como si hubiera traicionado a Luffy después de besar conscientemente a Law, pero, ¿Por qué? Después de todo no tenía una relación amorosa con el menor, eran buenos amigos y aún cuando tuviera todo tipo sentimientos hacia su capitán no pretendía hacer nada al respecto pues suponía que estarían mejor así, sin complicar las cosas y volverlas un asunto incómodo a bordo del sunny ya que no estaba seguro qué es lo que su capitán pensaría al respecto.

Si bien era cierto que había notado a Luffy distinto los últimos días, suponía que se debía a la falta de atención que le había dado. No era intención de Zoro estar todo el tiempo con el médico, pero parecía ser que éste sí tenía ese objetivo pues de pronto no se le apartaba o aparecía de casualidad en cualquier parte del barco en la que tratase de esconderse. Cabía destacar que las conversaciones con Law eran bastante amenas, el tipo no hablaba más de lo necesario y cuando lo hacía además de las claras insinuaciones y las frases en doble sentido, también solía llevar una plática inteligente y entretenida.

Su compañía era llevadera. Y aún así no podía confiar en él.

Mucho menos cuando después de beberse la botella que le había pedido antes de besarlo comenzaba a sentirse muy extraño. ¿Le había drogado el muy maldito?

Law podía ser médico pero no conocía su organismo y la resistencia que tenía al alcohol y a las medicinas.

Zoro descansó su rostro en una de sus manos, segundos después se puso de pie y caminó un momento dentro del lugar del vigía tratando de asimilar lo raro que se sentía pues no consideraba que hubiera tomado tanto para estar así.

— Me las vas a pagar doctorcito… - caminaba cual león enjaulado, dando círculos por todo el lugar, su coraje iba en aumento al igual que su mareo cuando sintió los brazos de alguien enredarle la cintura.

Giró y sólo pudo distinguir la figura de Luffy, su capitán le sonreía con aquella grandeza que siempre lo hacía. Aún así había algo diferente pero esos brazos que se enredaron en su cuerpo y el rostro del menor pegado a su pecho le dejaron sin habla.

¿Era acaso una alucinación? Porque si era producto de lo que Law le había echado a su bebida, se sentía bastante real. Tanto que se permitió abrazarle, recorriendo sus brazos por la espalda de Luffy, removió el sombrero de paja dejándolo colgar a su espalda y así permitirse hundir su rostro en el cabello negro.

Era Luffy. Era su capitán. Ese que se aferraba a su pecho y escondía su rostro ahí era la persona a la que había creído traicionar momentos atrás. No estaba seguro porqué hacía eso pero tampoco quería averiguar, sólo deseaba sentir esa cercanía con el cuerpo contrario.

Pasaron minutos y Luffy no se había desvanecido así que supuso que era real. Él seguía sintiéndose mareado y su vista estaba algo comprometida pero aún así veía claro a la persona que tenía entre sus brazos.

— ¿Qué sucede?, ¿Estás bien, Luffy? – cuestionó Zoro apretando sus fuertes brazos alrededor de la cintura del pequeño.

Un movimiento positivo de su cabeza fue lo único que obtuvo el espadachín como respuesta. Se mantuvo así unos segundos, sintiendo a Luffy olfatearle el pecho, después le miró ponerse de puntitas para alcanzar sus labios y el contacto se dio.

— Bien, esto es una alucinación y Law me las pagará. – fue el primer pensamiento de Zoro al sentir los suaves labios de Luffy buscar los suyos.

Pero el menor no se detuvo, subió sus manos hasta enredarlas en el cuello de Zoro y buscó una mejor posición de su rostro para profundizar el beso, abriendo los labios y enredando su lengua con la contraria que ansiosa no se hizo esperar. Las manos del espadachín inseguras de lo que sucedía y de que todo eso fuera real, se deslizaron lentamente desde la cintura, pasando por toda la espalda y llegando hasta los hombros del menor.

Quería detenerse, debía separar el cuerpo del otro pues esto era retorcido, si era una alucinación parecía demasiado real y debía buscar al doctor para exigirle una explicación, pero las manos del menor enredándose en su cabello se sentían tan cálidas, no podía ser sólo su imaginación, esto tenía que ser cierto. Entonces con mayor razón debía parar, tenía que preguntar qué había sucedido para que Luffy tomara ésta decisión e hiciera algo así…

Debía parar, tenía qué hacerlo… ¿Pero qué hizo?

Comenzó a caminar con Luffy entre sus brazos hasta llegar al sillón donde antes había estado, ahí volvió a sentarse acomodando a su capitán sobre su regazo, éste le envolvía la cintura con ambas piernas logrando un contacto más íntimo.

Ahí el beso se volvió hambriento, apasionado. Podía sentir las manos de Luffy atraerle hacia él con fuerza, acariciándole la nuca y profundizando más el beso con esa acción tan atrevida. Entonces Zoro entendió que no era una alucinación, tampoco era Luffy, seguro la droga lo había dormido y ahora estaba soñando. ¿Cuántas veces había soñado algo así con su capitán? ¡Muchas! Después de llegar a esa conclusión se permitió tocar por debajo de la camisa roja, apenas colando sus dedos pulgares a los que le siguieron los demás.

La camisa de su capitán cedió, abriéndose cuando sus manos subieron hasta los pezones del menor, los cuales tocó mientras abandonaba los labios de Luffy y recorría sus propios besos a través del cuello en un húmedo contacto, ahí dejó una pequeña marca roja a la que no le dio importancia pues su objetivo eran los botones de carne que ya estaban duros por el contacto con sus manos. Cuando los tuvo frente a su boca se ocupó de succionarlos y morderlos provocando un gemido ronco de Luffy.

Las manos de su capitán tomaron el rostro de Zoro y comenzó a besarle enredando su lengua una vez más con la ajena. Luffy cortó el nexo y regalando suaves besos a través de la mejilla se recorrió hasta llegar al oído del espadachín con el que no titubeó en comenzar a lamer ocasionando un jadeo suave en el mayor.

— Sabía que así no podrías rechazarme… - confesó la persona sobre él.

Zoro que había tenido los ojos cerrados dejándose llevar por el momento, los abrió sorprendido, empujando el cuerpo entre sus brazos que hábil dio un salto y cayó de pie unos pasos alejado del espadachín.

— ¿Law? – preguntó mirando aún la figura de su capitán frente a él.

¿Ahora se había colado hasta en sus sueños? ¿Qué sucedía?

Zoro no comprendió nada, talló sus ojos con una mano y exhaló cansado. Necesitaba despertar.

— Esto se volvió una pesadilla, necesito despertar… - murmuró para sí mismo, sintiéndose aún caliente por el contacto tan real con el cuerpo de Luffy.

— No estás soñando, Roronoa-ya. – Zoro le miró y se puso de pie caminando hacia él a paso seguro.

— ¿Qué me diste en la bebida? ¿Por qué te veo como si fueras Luffy? – preguntaba inseguro, decidiendo que si no estaba soñando, entonces estaba alucinando. Su enojo subía a niveles indescriptibles.

— Porque en éste cuerpo soy Luffy… -  corrigió estirando ambos brazos hacia los costados mostrándose orgulloso y divertido.

La sonrisa que tenía impresa en los labios no era ni cercana al gesto alegre y confiable que solía mostrar Luffy. Esa sonrisa en el rostro de su capitán daba escalofríos. Sintiendo que del coraje se le bajaba un poco lo mareado, se acercó lo suficiente y tomó de la camisa roja al menor y le habló fuerte, molesto.

— ¿Qué haces en el cuerpo de Luffy? – preguntó molesto, sacudiendo el cuerpo de su capitán, deseaba golpearlo de lo enojado que se sentía pero no podía, pues ante todo seguía siendo el cuerpo del menor.

— Sabía que serías del tipo apasionado. Sólo deseaba comprobarlo. – admitió cínico el doctor.

— ¡Regresa a Luffy! – dijo molesto.

Zoro recordó cuando en la isla de Punk Hazard el médico había cambiado de cuerpo a  algunos de sus nakamas, incluso al marine Smoker y la molesta chica que le seguía.

— Sólo quería divertirme un poco. Por eso no permití que llegáramos a más, no sería justo para mugiwara-ya. Pero no te preocupes, ahora hago el cambio y regreso para ayudarte con ese calor entre tus piernas… - dijo mirándole.

— ¿Cómo es que tú…? – Zoro podía entender que cambiara a los demás gracias a su extraña habilidad, pero cambiar de cuerpo él mismo, ¿Cómo podía salirse de su cuerpo y regresar? Técnicamente la habilidad se quedaba en el cuerpo donde ahora estaba Luffy.

— Cuando te besé hace rato estando aún en mi cuerpo, fue cuando ambos probamos un somnífero potente. Como el beso no duró lo suficiente tú no caíste… yo por otro lado tomé más para sedarme pero antes hice el cambio con tu capitán que estaba dormido. Mientras Luffy no despierte en mi cuerpo, el cambio durará sólo unos minutos más y se revertirá en automático.

— Ahora mismo vas a regresarte… - Zoro le tomó del brazo y lo jaló bajando de un salto del puesto del vigía cayendo sobre cubierta.

— Te dije que el cambio será en unos minutos y será automático… - repitió soltándose. – No habrá problemas, Luffy no podrá despertar aún.

— ¡Geniaa~aaaal!

El grito del capitán de los mugiwaras se escuchó desde la enfermería donde Law había dejado recostado su cuerpo. La sangre se le heló a Zoro y al mismo médico que ahora parecía haberse metido en un lío pues subestimó el poder que tenía el cerebro de Luffy, el cual le indicó que era hora de buscar algo en la cocina pues todos debían dormir…

…Y se despertó. En un cuerpo que no era el suyo, con una habilidad que no sabía utilizar y que mientras no aprendiera a hacerlo, el cambio no podría revertirse.

.::Continúa::.

—¤ Žhenα HîK ¤—

"Y sí, heme aquí... jugando a ser aire tuyo, cuando ni me respiras"
Julia María del Prado

Notas finales:

Muchas gracias por haber leído. Ahora sí, sucedió lo primero que me imaginé antes de comenzar a escribir la historia. Digamos que fue la escena que dio inicio a todo lo demás...

Gracias también por hacerme saber tu opinión, trataré de aprovechar cada momento que tenga libre para adelantar y escribir el siguiente capítulo, supongo serán 6 en total, no creo que sean más. 

:) Nos vemos... 

¡Y por supuesto a ustedes también las invito a unirse al foro "Pro'ZoLu"! 

Somos un grupo de chicas que desea más sobre Zoro&Luffy juntos, por ello nos hemos unido para crear una historia cada mes sobre ellos dos, quizás ya hayan leído alguno de esos retos, bueno pues ahora quisimos tener también nuestro espacio para ZoLu fans. Si les gusta ésta pareja las invito a unirse para que sean partícipes del foro, seguro nos divertiremos muchísimo. 

Pro'ZoLu


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