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Donde el sol y la nieve por Ryuuko19

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Notas del capitulo:

Hola soy nueva en esto de los fanfics y este es mi primer fanfic de mi pareja favorita Sasunaru.

Espero sus comentarios, buenos o malos no importa, pero mientras sean constructivos esta bien.

Bueno pues que lo disfruten :)

Espero sea de su agrado.

 

Otra cosa

Los personajes de Naruto tampoco me pertencen. Son creación de Masashi Kishimoto.

Este fanfic no tiene ningun fin de lucro es solo por entretenimiento y diversion.

Hoy podría ser uno de esos días buenos en los que apenas abres los ojos sabes que nada malo podrá pasar, el cielo estaba despejado, el aire era ligero y fresco, la casa estaba en silencio, no había ningún vecino ruidoso  e incluso su molestia número uno seguía durmiendo, entonces ¡¿por qué carajo él estaba tan molesto?! ¿Por qué siendo el día  tan bueno él tenía que estar ya de mala humor y queriendo matar a medio mundo ninja? Y ¡Y joder! Él era lo suficientemente capaz de acabar con los ninjas más fuertes, destruir aldeas en segundos y sin perder el almuerzo, volvemos a lo mismo entonces ¿Por qué no podía simplemente disfrutar del día? La razón tenía nombre, apellido y pesaba tres kilos y setecientos cuarenta y tres gramos: Asahi Uzumaki.

Durante la noche anterior y después de una gran discusión Naruto accedió a dejarlo libre: podía dormir donde  quisiera siempre y cuando fuera dentro de la casa, incluso podía salir a pasear si tomaba la  “linda” –como lo denomino su contenedor- apariencia de un zorrito ¡Ofensiva, repugnante, un insulto! Mas que zorro parecía un pequeño gato exótico, pero era eso o permanecer encerrado en su celda obscura, con olor a podrido y el puñetero sonido de agua caer. Aun cuando aplico el clásico “estira y afloja” no logro gran cosa y termino cediendo a las peticiones de Naru-chan ¡Joder! Ya hasta lo llamaba Naru-chan ¡Que alguien se apiadara de su pobre alma! Fue así como término durmiendo cómodamente en la sala de la pequeña casa, justo cuando soñaba con una hermosa zorrita peliblanca  algo o mejor dicho alguien empezó a manosear su cola ¡Su hermosa cola! Y nadie óigase bien ¡NADIE! Podía manosear su cola, dispuesto a  matar al atrevido que seguía jugueteando como si nada, abrió los ojos, y estaba punto de azotar su cola con gran fuerza cuando escucho los gimoteos que solo un infante puede hacer cuando se está  divirtiendo ¡Ah! Y ahí metido entre sus nueve colas estaba un pequeño bebe rubio abrazando su cola como si de un peluche se tratara ¿Pero que...?

– ¡Mocoso del demonio! ¿Qué crees que estás haciendo? Deja mi cola en paz y va donde tu hermana o enfrentaras la furia del gran Kyuubi.

Olvido un pequeño detalle, un bebé, estaba hablando con un bebé y después de su advertencia el pequeño  Asa-chan siguió su diversión con la cola del gran zorro. Ya era suficiente, una bestia legendaria no era niñera y no dejaría que un chiquillo lo molestara de un solo movimiento libero su cola de los pequeños brazos de Asa-chan oh pero no conto con que el pequeño se le quedara viendo fijamente y con esos ojos brillosos a punto de llorar, con esas mejillas sonrosadas y los ojitos brillosos supo lo que pasaría a continuación.

–¡¡Oh no!! No, no, no, entiende nadie toca mi cola- los ojitos se hicieron ms brillantes y las lágrimas ya empezaban a formarse.

–Hmmp he dicho largo ahora ¡¡fuera!!

E inevitablemente paso:

–¡¡¡Buaaa!!!

–Bien, bien, deja de llorar y escúchalo ¡Solo esta vez!

Ahogo un suspiro y envolvió al pequeño entre sus cola, era increíble como un bebé lo tenía tan dominado, si sus ancestros lo vieran se burlarían pero es que no podía decir que no a esos ojos azules llenos de lágrimas, esas mejillas rojizas y las manitas regordetas aferrando su cola, y las lágrimas esas eran su perdición.

El sonido de algo estrellarse en el piso, alguien correr por el pasillo y un segundo después resbalar le hizo salir de su ensoñación, en el piso se encontraba nada más y nada menos que su contenedor recién acabado de levantar, y en sus pies la sabana enredada, volvía a suspirar ¿Qué había hecho mal? ¿Es que acaso nunca terminaría su sufrimiento? ¿Por qué precisamente a él, el que era un buen demonio sangriento y homicida?

En cuestión de segundos Naruto había tomado a Asahi entre sus brazos y hacia un chequeo exhaustivo en busca del cualquier rasguño o herida, este se limita a reír por las cosquillas que el otro le provocaba, cuando el chequeo termino y sin estar muy convencido de los resultados estrujo al pequeño en sus brazos y le dedico una mirada rencorosa al zorro.

– ¿Qué le has hecho maldito zorro?

–No es mi culpa que seas un irresponsable y no cuides tus cosas

–Responde, si les has hecho algo…

–Antes que nada, yo no le hice nada al pequeño mocoso, fue el quien vino y empezó a jugar con mi cola, obviamente lo iba a permitir…

–No te atreviste a...

–Solo retire mi cola unos segundos y se echó a llorar, como me molestaban su escandalo deje que jugara, ahora quita ese semblante de madre preocupada que me da nauseas solo verte. Además es tu culpa ¿Qué clase de madre deja que sus hijos salgan de la cuna? Sin contar el daño que puede ocasionarse al gatear por el piso ¿y si quiere comer algo que no es comestible? Y si sale de casa…

–Oh bebé no me des esos sustos, creí que algo te había pasado no asustes a papi así.

Al parecer el rubio solo escucho las primeras palabras dichas por el zorro para después prestar atención a su bebé, su vivo reflejo pero en chibi. Y es que apenas escucho el llanto salió corriendo de la cama sin importarle la mesita de noche en su camino o la sabana en sus pies. Después arreglaría el desastre ahora lo importante era apapachar a su nene quien seguramente estaba aterrado por estar en las garras del maldito zorro. Nunca más lo dejaría libre.

– ¡Vuelve a tu celda! ¡Ahora!

–Me niego

–No te estoy pidiendo opinión dattebayo

–Buaaa!

–Vez por tu culpa Asa-chan ha vuelto a llorar

–Tu eres el que está gritando- sin pedir autorización con una de sus colas atrapo al pequeño y lo llevo a sus muy hermosas y acogedoras colas, asunto arreglado, no más llanto.

– ¡Estas manipulando a mi bebé!

–Deja de hacer escándalo y ve a preparar un desayuno decente, el cachorro y yo tenemos hambre

–Hmmp

Hizo uno de sus tantos pucheros y fue a la cocina, soltó una risita a veces Kyuubi era tan lindo, sin duda era la mejor niñera y es que aunque lo demostrara se preocupaba demasiado por los pequeños, y les consentía demasiado incluso más que el mismo. Sabía perfectamente que nunca les haría daño, pero era una madr... Padre preocupado y a en ocasiones como esas solo le importaba una cosa: el bienestar de Asa-chan y Yuu-chan… ¡Yuu-chan! Con la preocupación por Asa-chan se olvidó de la pequeña Yukiko, corrió hacia la habitación y la encontró plácidamente dormida entre las sabanas, era un pequeño bultito no más grande que su hermano, con la piel muy blanca y el cabello muy negro, nadie que viera a Asahi y Yukiko juntos sospecharía que son gemelos. Tomo a la pequeña en brazos y salía rumbo a la cocina, aunque se le ocurrió buena idea dejarla a cargo del Kyuubi ¡que de algo sirviera ese zorro inútil!

–Hey que no soy niñera. Esto te costara una doble porción de carne. Grito enfadado mientras envolvía a su otro cachorro.

–Lo que tú digas dattebayo.

Era adorable sus dos retoños envueltos entre el amplio pelaje del Kyuubi, ¿Dónde estaba la cámara cuando la ocupaba? Les dedico una última mirada y volvió a la cocina, pronto seria medio día y necesitaba alimento urgentemente además tenía demasiadas labores acumuladas y tenía que ir a la aldea a comprar los suministros de la semana. Sería un día largo.

Después de un desayuno a base de carne asada, verduras cocidas, un poco de café todos estaban felices y llenos de energía, excepto Kyuubi quien como buen zorro holgazán regreso a la sala y volvió a dormir.

Tardo un poco pero por fin iba camino a la aldea, siempre que salía usaba el sexy no jutsu de esa forma pasaba desapercibido, él y sus dos chibis, vestía un traje azul cielo de mangas largas y cuello redondo, unas sandalias negras y solo por precaución llevaba una peluca de cabello largo y negro, incluso sus marquitas las disimulaba con maquillaje y es que si algo le aterraba es que en cualquier momento alguien descubriera que era el gran ninja Naruto Uzumaki, ahora su nombre se reducía a tres letras: Miu.

–Miu pensaba que hoy no vendrías, aparte un poco de pescado y calamar fresco especialmente para ti.

La voz pertenecía a una señora de edad ya avanzada a quien cada semana le compraba un poco de pescado y otros mariscos, según le había dicho en su familia era pescadores por eso siempre había buen precio y calidad.

–Gracias Mahi-san pero creo que solo llevare un poco de pescado,

–Vamos pequeña que estas hermosuras no pueden vivir solo de leche y verduras- dijo mientras apretaba los cachetitos de Yuu-chan –Si es por el dinero no te preocupes, tómalo como un regalo.

– ¡No es necesario dattebayo!

–Oh vamos no empieces, es un regalo para estos pequeños, así que llévate este calamar y un poco de cangrejo.

–Muchas gracias dattebayo.

–Anda, que te vaya bien, ¡¡ve con cuidado!!

 

Conforme avanzaba los pequeños comerciantes de la aldea lo saludaban o le obsequiaban cosas, sin duda fuera donde fuera Naruto Uzumaki no tenía problemas para hacer amigos y aunque ahora no fuera del todo el Naruto de siempre esa cualidad seguía intacta.

Apenas habían pasado un año y medio desde que estaba en la aldea del jade, y se podía decir que ya conocía y era conocido por todos, la aldea del jade era una aldea pequeña de artesanos, agricultores, pescadores y mineros, le pareció la mejor opción pues a un ninja de su categoría jamás lo buscarían en un lugar donde ninjas era lo que menos había.

Solo le faltaban unas cuantas cosas y ya estaba atardeciendo pero si no las compraba mañana tendría que regresar y una regla personal era no regresar a la aldea dos veces en la misma semana, con pesar se dirigió hacia uno de los últimos puestos donde el anciano Ryu vendía  hiervas medicinales, árboles y flores en general.

– ¡Anciano! Sé que estas aquí, no te escondas viejo. Mientras descansaba en la entrada del lugar

–Ya voy, ya voy, no soy como tu jovencita maleducada, soy un viejo y me muevo despacio. Dijo una anciano mientras aparecía desde atrás del local, era un anciano canoso, encorvado y  la vista hace mucho la perdió pero se movía esquivando mesas y anaqueles con habilidad impresionante.

–Jiji lo sé, pero los chibis y yo estamos agotados y queremos irnos ya.

–Bien, bien, ¿A que debo tu visita Miu? – dijo una vez llego a donde Naruto se encontraba

–Necesito semillas de algunas hortalizas y también algunas hierbas.

­– ¿Acaso planeas volverte agricultora? – No puedo evitar reír imaginar a alguien tan frágil como Miu en las pesadas labores del campo sería algo digno de ver, aunque bueno él no tendría ese honor – Ja ja

–No es de risa viejo, no puedo estar comprando vegetales por siempre, así que los cultivare yo misma

–Bien, no tienes que alterarte, espera un momento ¿Por qué no preparas un poco de té?

–Humm anciano solo porque muero de sed y los peques también dattebayo

Mientras el anciano Ryu buscaba entre los anaqueles Naruto se adentró en la vieja casa a preparar un poco de té, coloco a los bebés en una pequeña cesta y empezó con su labor.

El viejo Ryu seguía buscando las semillas adecuadas para Miu cuando escucho a alguien acercarse sigilosamente a su negocio, espero que entrara pero no, simplemente siguieron afuera, Ryu era un anciano que desde siempre había cultivado todo tipo de plantas, algunas más extrañas que otras así que era normal que muchos viajeros llegaran hasta ese lugar solo para conseguir alguna medicina, ungüento, veneno o hierva. Los visitantes no era viajeros cualquiera, solo con escucharlos sabía quiénes eran. 

– ¿Por qué no entran? Han estado parados afuera desde hace diez minutos, solo soy un viejo decrepito que vive en completa soledad les aseguro que el que más miedo debería tener soy yo.- Así lo dijo, con extrema calma, a estas alturas de su vida poco le importaba morir o lo que unos simples ninjas pudieran querer de alguien como él.

–Que astuto.

En la entrada estaban cuatro grandes ninjas, un peli plateado, dos pelinegros y una pelirrosa.

–Anciano Ryu venimos desde Konoha en busca de la planta  Ala Colibrí, no queríamos hacerte sentir incomodo, solo esperábamos que no hubiera ningún extraño merodeando, nos han atacado dos veces y no queremos que pase de nuevo.

El que hablo fue el peli plata quien cubría su rostro con una extraña mascara y mientras hablaba ojeaba un libro de portada naranja.

–Viejo, el té está listo, donde lo…

¡¡¡PLAFT!!!

La charola con el té y algunas galletas se estrelló en el piso, no podía ser posible, después de tanto, después de lo mucho que sacrifico, no podían estar ahí esas cuatro personas, pensó en correr lo más lejos, pero sentía que sus piernas eran de gelatina, tenía que reaccionar, tenía que irse de ahí, tenía que alejarse ¡YA! Y como si fuera un conjuro, Asahi empezó a llorar, dio vuelta, regreso al interior de la casa tomo sus cosas, acomodo a Yukiko y Asahi en su cesta y salió tan rápido como pudo de aquel lugar, apenas alcanzo a disculparse y despedirse del Anciano Ryu.

En todo segundo de esos eternos diez minutos que le costó salir de la aldea y emprender el camino a casa a través de las montañas, jamás volteo atrás, camino tan rápido como pudo y cunado al final entre un pequeño claro vio s acogedora casa casi se dio el lujo de respirar, entro a casa, dejo a los bebés en la sala frente a la mirada interrogante de Kyuubi y solo entonces se derrumbó y lloro, lloro como hace año y medio no hacía.

Notas finales:

Gracias por leer. Espero sus Rew.

si gustan pueden encontrarme en  facebook.

 

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