Muchos dicen que la felicidad se alcanza al cumplir un sueño, otros teniendo mucho dinero, otros dicen que la felicidad es solo para niños, pero yo, yo soy la persona más feliz del mundo cuando estoy cerca de él.
Sonote hanasanaide, hanasanaide... okey no hay canciones de intro u.u
Era un sábado por la mañana y el maestro aún estaba acostado, pensando en las cosas bonitas que la vida le había dado.
-Bueno, de infancia tuve un amigo, el mejor de todos -con una sonrisa en el rostro, -y resultó rompiéndome el corazón -vuelve a fruncir el entrecejo. -Tengo un trabajo que me gusta y tiene relación con lo que más me gusta, la literatura -vuelve a dibujar una sonrisa sobre su rostro, -pero esos niños mimados no aprecian la literatura -vuelve a fruncir el entrecejo. -Creo que todas las cosas hermosas están arruinadas por algo.
El castaño no estaba tan feliz consigo mismo, cuando de repente entra alguien a la habitación
-Buenos días, Hiro-san! Al fin te despiertas, el desayuno está servido, puedes ir a comer si quieres –le dice para no obligarlo a nada-
-mm, muchas gracias, iré en seguida.
-Claro! Te esperaré allá.
Sale del cuarto el peli azul.
-Es cierto, Nowaki es la persona a quien nunca quisiera perder, creo que ir ese día al parque y sentarme justo en esa banca fue la mejor decisión que he tomado, de lo contrario no hubiera conocido a Nowaki.
Pensando en cómo se estremece cuando aquel muchacho menor lo besa o cuando lo toma de la mano.
-Pero en qué cosas estoy pensando.
No quiere admitir que le encanta que toque sus mejillas y que poco a poco vaya bajando sus manos hasta llegar a su miembro, haciendo que se sonroje.
-Hiro-san! Ya tardaste demasiado… -ve el rostro de su sensei- Oh, qué te pasa? Te sientes bien?
-¡Claro que estoy bien! –se sonroja aún más- ¡Por qué se supone que me he de sentir mal!
-Está bien –lo ve con esos ojos tan profundos que tiene y luego sonríe, el castaño empieza a estremecerse tan solo con verlo- Esta vez te llevaré conmigo –lo levanta en sus brazos-
-¡Qué se supone que haces! ¡Tengo piernas para caminar!
-Sí, las tienes, pero no creo que quieras usar esas hermosas piernas que tienes para ir ahora a desayunar.
El castaño quiere que el de ojos azules lo hiciera todo suyo, pero como nunca lo admitiría, quería que lo bajase pronto. Lo llevo hasta la mesa y delicadamente lo posó sobre una silla.
Mientras comían el menor tuvo que informar de algo al castaño.
-Lo siento Hiro-san, hoy tendré que trabajar un poco más de lo normal, así que no me esperes para cenar.
El castaño se extrañó porque eso sería demasiado tiempo, pues almorzaban luego del trabajo.
-Así, eso será demasiado tiempo, ¿Por qué debes ir?
-Un doctor acaba de llegar al hospital, el doctor Koto Kendo, y me pidió que le ayude a familiarizarse con el lugar.
-Koto Kendo, eh? –Está bien, solo no olvides que…
-Uh? Que cosa?
-No, nada, no olvides que los niños son lo más importante…
-Hai –se levanta de la mesa, se arregla para ir al trabajo, se despide con un beso y parte hacia su trabajo.-
-Solo no olvides que te amo…