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Amores de Literatura por isady-chan

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Sekaiichi Hatsukoi, Junjou Romantica y sus personajes son creaciones de Nakamura Shungiku, en ningún caso me pertenecen.

 

Notas del capitulo:

Si os gustó (o no) dejádmelo saber con un review ^^ Esta historia también está publicada en Fanfiction.net donde leo y publico usualmente, bajo el seudónimo de Isady.

Capítulo 1

Onodera Ritsu. 26 años. Trabaja actualmente en la editorial Marukawa, sección Emerald. Labora hasta colapsar y su jefe es su primer amor, que en su adolescencia le rompió el corazón, y ahora se dedica a acosarlo. Esa sería la manera más objetiva en que el editor novato podría presentarse, y cualquiera que le escuchara pensaría que su vida es francamente insoportable. Pero no es así.

Onodera es un experto en el engaño, claro que solo cuando de engañarse a sí mismo se trata. También es una persona bastante contradictoria, porque a la misma vez que se irrita por las actitudes de su jefe, su corazón no puede latir más rápido, expresando por él, lo mucho que disfruta cada muestra de aprecio por parte de Takano Masamune.

Por otra parte, su trabajo, a pesar de ser terriblemente pesado, es algo que disfruta sin duda. Aunque al principio haya renegado completamente del manga shoujo, y aunque aún no lo entendía del todo, sabía apreciar el arte que también había en este tipo de literatura.

Ahora, sin previo aviso, se le daba la oportunidad de volver a editar libros "sin dibujitos", aquellos libros que tanto le gustaban y que tanto disfrutaba editar. Para más satisfacción, le tocaría ser el editor de uno de sus autores favoritos, con el cual ya había trabajado con anterioridad, sin embargo no podía estar completamente feliz. Para entender a Ritsu, se debe repasar los acontecimientos desde esa misma mañana.

En el edificio de Marukawa Shoten, Isaka estaba teniendo algunos problemas. El gran autor, Usami Akihiko, estaba en el comienzo de un nuevo libro, pero su editora, Aikawa, había caído gravemente enferma. Todos sus editores de literatura estaban demasiado ocupados con sus respectivos autores, así que había decidido entrevistar personas para encontrarle un nuevo editor temporal a Akihiko. Dado que el escritor era una persona muy quisquillosa y habían discutido bastante sobre el tema de quien se encargaría de su obra, habían llegado al acuerdo de que el propio Usami estaría presente en la entrevista.

Y ahí estaba, en recepción esperando ansioso que el escritor llegara. Sabía cómo era de renuente en ir a la editorial, pero el mismo había querido ir e Isaka esperaba no tener que chantajearlo con algo referente a Misaki para hacerlo aparecer. Cuando ya estaba pensando en llamarlo, El célebre escritor entro por la entrada principal, tenía ojeras bajo sus ojos y parecía cansado.

—Llegas tarde, Akihiko.

—Isaka-san, solo quiero terminar esto rápido.

—Claro, claro.

Ambos hombres se dirigieron al ascensor y entraron en él, marcando el piso al cual se dirigían, pero cuando las puertas empezaban a cerrarse, una mano se interpuso entre ellas y entró en el estrecho lugar el editor novato de Emerald.

— ¡Buenos Días! —, saludo el chico, haciendo una leve reverencia sin ver bien a sus ocupantes.

— ¿Onodera? —exclamó Akihiko con sorpresa, al reconocer a su anterior editor.

Ritsu levantó la cabeza para observar con asombro al hombre que se hallaba ante él. El editor sabía que Usami estaba trabajando con Marukawa, pero no esperaba encontrárselo allí, ya que sabía que el escritor prefería trabajar en su casa y que pocas veces se pasaba por la editorial. Por otra parte Akihiko no tenía ni idea de que Onodera trabajaba en Marukawa y a esto se debía su pasmo.

—Usami-sensei, un gusto verlo —dijo Ritsu con verdadera alegría.

—Tiempo sin verte —el escritor también se sentía feliz de encontrárselo— me alegra verte pero, ¿Qué haces por aquí? No me digas que dejaste la empresa de tu padre.

—En efecto —respondió Isaka antes que Ritsu pudiera hablar—, nanahikari trabaja con nosotros ahora.

Ritsu iba a quejarse de que Isaka lo llamara de tal manera, pero el escritor habló primero.

—Eso es genial. Isaka-san, dijiste que todos tus editores estaban terriblemente ocupados pero ¿no hay alguna manera de que Onodera trabaje conmigo?

—Bueno, lo que pasa es que Onodera no trabaja en el departamento de literatura —señaló Isaka.

— ¿Qué? No puedo creerlo, Onodera es muy bueno en ello. Entonces, ¿en que trabajas ahora? —le preguntó directamente.

—Etto… En shoujo manga —contesto con timidez.

— ¡¿Manga?! —Akihiko no podía creerlo.

Siempre le pareció que a su editor realmente le gustaba mucho su trabajo, además de que lo hacía muy bien, y era por ello que le gustaba trabajar con él y que había producido tantos éxitos en venta con su ayuda. No entendía porque había decidido cambiar bastante drásticamente su especialidad, porque honestamente ¿Shoujo?

—No pensé que te gustaría más editar manga

— ¡No es eso! Lo que sucede es que… bueno han pasado ciertas cosas…

Ritsu no pudo seguir explicándose, ya que en ese momento el elevador llegó al piso donde se dirigían los mayores y abrió sus puertas. Durante el trayecto Isaka había estado observado atentamente la interacción entre Akihiko y Onodera y vio como estos se llevaban bien, seguramente su buena relación era remanente de su trabajo pasado, además el escritor parecía aprobar y valorar el trabajo del menor como editor y este hecho prendió una ampolleta en la cabeza del director general de Marukawa Shoten.

Debido a que era comienzo de ciclo, Onodera no tendría el trabajo en Emerald tan pesado, así que podría dejarle en sus manos la edición del nuevo libro del aclamado sensei. Sorprendiendo a Ritsu, lo tomo de un brazo, empujándolo fuera del ascensor y pidiéndole que los acompañara. Una vez llegaron a la sala de junta donde iban a realizar la entrevista se encontraron con el secretario de Isaka.

—Asahina, por favor llama a los interesados para cancelar la entrevista.

—Como usted diga, Ryuuichiro-sama.

Onodera no tenía idea de porque Isaka-san lo había arrastrado a ese lugar y Akihiko no entendía porque ese hombre estaba cancelando las entrevistas tan repentinamente.

—Akihiko, creo que ya tengo a un editor adecuado para ti, si es que no te molesta volver a trabajar con él, claro.

Akihiko había captado de inmediato, Isaka le ofrecía a Onodera como editor, sin que pareciera importarle que este tuviera trabajo en un área distinta. Pero si a Isaka no le importaba sacar a Ritsu de Emerald al escritor le importaba aún menos, ya que en verdad preferiría trabajar con Onodera, antes con cualquier otro editor nuevo.

—Excelente, no me molesta para nada.

Ritsu seguía preguntándose qué hacia allí, sin percatarse que se referían a él.

—Muy bien, ya está hecho. Onodera, hablaré con Takano para que se las arregle con tu ausencia por un tiempo.

— ¿Eh? ¿De qué habla? ¿Por qué me iría a ausentar?

Usami se río por lo bajo, divertido al ver lo despistado que seguía siendo Onodera en algunos casos.

—Lo que acabas de escuchar nanahikari, trabajaras con Usami-sensei por algún tiempo.

Onodera abrió enormemente sus ojos al comprender a lo que Isaka se refería, aunque no entendía porque de repente al hombre se le había ocurrido darle tal trabajo, ¿acaso pensaba trasladarlo al departamento de literatura? De todas maneras, acaso Usami-sensei no tanía ya un editor, ¿Isaka lo habría despedido y por eso le buscaba uno nuevo? Ritsu se estaba haciendo un mar de confusión dentro de su cabecita.

—Pe-pero Isaka-san, yo tengo trabajo y.. y no…—No hacía más que balbucear.

—No te preocupes por eso, solo será por un corto tiempo. Lo que sucede es que la editora de Akihiko está enferma, por eso serás su editor temporalmente. Además, seguro Takano se las podrá arreglar con tu ausencia por un tiempo, ya que recién está comenzando el ciclo —explicó Isaka.

—Sera un placer volver a trabajar contigo Onodera —dijo con voz insinuante.

Ritsu se sonrojó profundamente. Al novelista le divertía la facilidad con la que el editor se ponía rojo y por eso anteriormente se dedicaba algunas veces a molestarlo de esa manera. Además que debía admitir que Onodera era muy lindo y que se veía aún más adorable todo avergonzado. Ahora le recordaba un poco a Misaki.

—Tam-también para mí, sensei.

Usami Akihiko ya había zanjado los asuntos que los habían llevado allí y decidió retirarse. Viendo su reloj de pulsera, calculó que esa era la hora en la que Misaki solía salir de casa para llegar a Marukawa, con suerte se lo cruzaría en el camino hacia la salida.

Onodera seguía repasando los recientes hechos acontecidos, apenas creyendo su suerte. ¡De verdad volvería a trabajar con Usami-sensei! Se sentía muy feliz.

—Muy bien, te acompaño a Emerald entonces para comunicarle a Takano —le habló Isaka.

Ritsu estaba tan emocionado que apenas se acordaba de su jefe en el departamento doncella. Y en el trayecto al piso que les correspondía no pensó en como el editor en jefe iría a reaccionar cuando le contaran la noticia. Por su parte, Masamune se sorprendió un poco al ver llegar a su novato con el director general de la empresa.

— ¡Onodera, llegas tarde! —regañó.

—No te la tomes con él, Takano, nanahikari estaba conmigo.

—Ya veo. ¿Se puede saber que se te ofrece, Isaka-san?

—Te vengo a comunicar que Onodera estará a cargo de Usami Akihiko-sensei por un tiempo —le dijo desenfadadamente.

— ¿Qué? Eso no puede ser, Usami-sensei es un novelista.

—Exactamente y justo ahora su editora está indispuesta. Por eso, Onodera que de hecho ya ha trabajado con él, tomara su lugar.

Masamune quedó sorprendido, no se imaginaba que a Ritsu le haya tocado trabajar con un escritor tan famoso y bueno. Él se había leído prácticamente todos los libros del conocido escritor y algunos estaban entre sus favoritos, seguramente alguno de ellos podía haber sido editado por su novato.

—Onodera es un editor de shoujo manga ahora, ¿Quién crees que hará su trabajo? —discutió

—Bueno, Onodera no tiene tantos autores a su cargo, podrías dividirlos entre el resto de ustedes por mientras, además te propongo algo. Dividiré el tiempo de nanahikari 80/20 % entre Akihiko y Emerald.

Ritsu hizo un gesto de dolor, al pensar en todo el trabajo que tendría encima si dividía así su tiempo. Definitivamente ahora sí que no tendría tiempo ni para comer ni para dormir. ¿Es que Isaka-san no recordaba cuando había colapsado? Takano no se hallaba nada contento con esto. Aparte que tal trabajo alejaría a Ritsu de su lado, podía ser que este le volviera a tomar el gusto a la literatura y esta vez sí se decidiera por pedir un traslado de departamento.

—Pero…

—No te puedes negar Takano. Ya hablé con Akihiko y le comunique quien sería su nuevo editor. Además sé que por ahora el trabajo aquí no está tan pesado como para que no puedas prescindir de Onodera.

Takano estaba furioso, pero sabía que no podía contradecir a su superior. Después reprendería a Ritsu, por haber aceptado el trabajo, aunque quería creer que lo había hecho porque Isaka lo había presionado. El director general de Marukawa se fue, después de decirle a Onodera que se tendría que reunir mañana con el ganador más joven del premio Naomori, para poder coordinarse. También lo cito más tarde a su oficina para darle el lugar de la reunión y la hora.

Onodera se quedó trabajando en un ambiente tenso, ya que de vez en cuando sentía la cargada mirada de Takano sobre él. Sabía que a su jefe no le hacia ninguna gracia que se fuera a trabajar lejos de él, pero no podía hacer nada, ya le habían dado el trabajo, además era algo que hace tiempo no hacía y sabía que iba a disfrutar sin lugar a dudas. De todas maneras esperaba poder terminar su trabajo temprano para no tener que enfrentarlo, solo quería llegar a su departamento y repasar sus conocimientos sobre novelas para poder ser de utilidad a Usami-sensei.

Cuando por fin hubo terminado sus deberes, se despidió de sus compañeros y se fue lo más rápido posible. Sabía que antes de regresar a su hogar debía pasar por la oficina del director general. Isaka no se encontraba pero le dejó un mensaje con su secretario, este le informo que debía ir a casa de Usami Akihiko a una determinada hora.

Ritsu tomó el elevador para llegar a la primera planta y poder retirarse de una vez por todas, pero apenas salió del edificio se encontró con Takano Masamune, fumando un cigarro, mientras evidentemente estaba esperándolo. El menor sintió un escalofrió en su espalda al verlo tan sereno, era algo así como la calma antes de la tormenta. El mayor prácticamente lo obligó a entrar en su auto, sin importarle lo mucho que Ritsu se negara. El trayecto transcurrió en un silencio incomodo que Onodera no se atrevió a romper y para más colmo estaba cada vez más nervioso al no saber en qué diablos estaría pensando el hombre que conducía a su lado.

Cuando llegaron al edificio departamental, Onodera intento en vano entrar rápidamente a su departamento, porque apenas saco sus llaves, Takano ya lo estaba arrastrando hacia el suyo. Quejándose se vio acorralado contra una puerta cerrada, entre un par de brazos, que su dueño tenía a ambos lados de su cabeza para evitar su escape. Ritsu se puso rojo nada más sentir su cercanía.

— ¿Por qué aceptaste ese trabajo? —le increpó

—Ta-Takano-san eso no es asunto suyo.

—Claro que lo es. Soy tu editor en jefe.

Ritsu no supo que decir, se sentía bastante nervioso. La verdad no había aceptado el trabajo inmediatamente, pero sí que se sintió muy emocionado al saber que volvería a trabajar con Usami Akihiko, y en ese momento de alegría ni había pensado en Takano. Sin embargo, ahora no se sentía bien al saber que el mayor estaba tan molesto con él.

— ¿Acaso estas intentando evadirme de nuevo? Además ni siquiera me has respondido adecuadamente lo del otro día.

¿Eh? Acaso Takano-san se refería al otro día, cuando lo invito a salir. Onodera no pudo evitar ponerse rojo de pies a cabeza al recordar ese día. El mayor le había pedido salir y ese hecho ya lo acaloraba pero el solo acordarse de como el mismo había besado su mano y casi se había declarado… Menos mal que el hombre lo había interrumpido, aunque de qué manera.

—Dijiste que me darías tiempo, qu-que me esperarías.

Takano dejo salir un suspiro. Era cierto que esperaría todo el tiempo necesario por Ritsu, ya que lo amaba de todo corazón, pero eso no evitaba que se sintiera un poco desesperado, y esta frustración se incrementaba más al saber que no vería tanto a Onodera como ahora. Viendo que por ahora no podía hacer nada, ya que no serviría de nada reclamarle más al chico por haber aceptado el trabajo, lo libero de la prisión de sus brazos y lo cogió de una mano, provocando un sobresalto en el menor. Se dio media vuelta y empezó a llevarlo consigo al comedor.

—Está bien. Hoy no desayunaste ni almorzaste conmigo, así que cenaremos juntos.

Onodera forcejeó un poco, más por costumbre que por otra cosa. No es que quisiera comer con Takano, pero ya se había habituado a ser arrastrado siempre por el mayor. Sabía que le esperaba una situación incómoda donde no sabría siquiera como empezar una conversación, pero también sabía que disfrutaba compartir su tiempo con ese hombre, por el que aún no quería aceptar lo que sentía.

Masamune sirvió comida recalentada que tenía del almuerzo, la verdad no tenía ganas de ponerse a cocinar a esa hora, solo quería compartir más tiempo con Ritsu, ya que sabía que no podría verlo en las horas laborales. Al principio y como les ocurría recurrentemente, comieron en un silencio incomodo, pero la curiosidad que había sentido Takano durante parte del día le ayudó a romperlo.

—No me habías contado que trabajaste con Usami-sensei

—Bue-bueno tú no preguntaste.

Onodera pensó que dió una respuesta bastante tonta, pero en realidad no sabía cómo justificarse. A Takano no pareció importarle y le preguntó más sobre su trabajo de cuando estaba en la editorial Onodera, dando pasó a una milagrosa y fluida conversación sobre los libros que Ritsu había editado en ese tiempo y que Masamune había leído. Aunque técnicamente estaban hablando de trabajo, ambos se sentían bastante entretenidos y cómodos, incluso Ritsu no sentía la tensión que regularmente tenía en presencia del pelinegro.

Takano descubrió que se había leído bastantes de los libros que habían pasado por las manos de Ritsu en su anterior trabajo y no pudo evitar sentir cierto orgullo por el más pequeño, al ver que era realmente bueno en lo que le gustaba. Seguramente era por todo el empeño y dedicación que solía ponerle en el trabajo y que Takano también veía reflejado en las mangas de los que Onodera estaba a cargo.

El mayor se sentía simplemente feliz, viendo a su amado Ritsu hablando tan relajadamente. Estaba conociendo un poquito más de él y del tiempo en que estuvieron separados. Hubo un momento en que se sentía tan lleno de amor por el otro, que no pudo evitar interrumpir su charla con un beso en sus labios.

Esa noche, Ritsu nuevamente fue llevado a la habitación de Takano, nuevamente intentó, en vano, oponer resistencia, nuevamente cayó rendido ante las caricias de aquel hombre que le quería tanto, nuevamente terminaron haciendo el amor y nuevamente Masamune le susurró al oído que lo amaba. No importa cuántas veces repitieran el mismo acto, siempre lo sentían como algo especial, aunque uno de ellos quisiera negarlo seguramente.

Continuara...

Notas finales:

Si os gustó (o no) dejádmelo saber con un review ^^ Esta historia también está publicada en Fanfiction.net donde leo y publico usualmente, bajo el seudónimo de Isady


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