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HARD LIFE por Blanwhide2

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Notas del capitulo:

Disfruten el capitulo 8 ^^

 

Como dije, netamente narrado por Wolf :3





Lo escucho hablar, poniéndole atención pero sin comentar nada, se le oye muy emocionado, esbozo una de mis típicas sonrisas cuando ríe, sabe que estoy escuchándolo. Estamos caminando sin ningún apuro hacia el restaurante, realmente planeaba ir solo pero no tengo problema con que me vuelva a acompañar, ´ porque tengo que estar cerca de ti y cuidarte ´, fue lo que me dijo cuando le pregunté el por qué de su cambio tan repentino de decisión, tuve ganas de decirle que yo sería quien lo cuidaría pero preferí solo asentir sin objetar nada.

-… o no lo sé, ¿Qué piensas tú, Will? – sonrío ligeramente, - lo tenía bien merecido, pero no debiste haberlo golpeado, en especial al haberse tratado de un adulto – asiente, riendo un poco, - es que, como te dije, no tuvo por qué decir eso, a veces no puedo controlar mis impulsos -, - a mi parecer, tú lo que hiciste fue impartir justicia -, - ¿tú crees? – asiento totalmente convencido, - claro que pudiste haber utilizado un método más convencional como las palabras pero a fin de cuentas cambió su actitud para con ustedes – sonríe ampliamente, - es verdad, es verdad. Muchas gracias, Will – lo veo interrogante, - no he hecho nada – aclaro, - claro que sí. Es la primera vez que lo veo desde esa perspectiva -, sonrío de medio lado, - todo tiene dos caras, Yuuri. Tú eliges por cual mirar, en cual enfocarte – asiente, dándome la razón.






-¡Aaaaangeeeeel! Qué gusto me da verte – gruño, - eres endemoniadamente necio, ¡NO me llames Angel! – sonríe y niega con la cabeza, - tú mejor que nadie sabes que te voy a seguir diciendo así. Vamos casi tres años con esto y no planeo pararlo. Te acostumbrarás fácilmente cuando nos casemos – rio, divertido, - Saralegui, yo nunca me casaré contigo -, - claro que lo harás, solo debo planificar bien por donde y cuando llegarte – río todavía más, - ya deja de insistir con esa idea. No va a pasar. Nunca me enamoraré de ti y nunca nos casaremos – hace un puchero y se cruza de brazos, - ¿entonces prefieres a los morenos? – pregunta, mirando de reojo a Yuuri; suspiro negando con la cabeza, - ni lo uno ni lo otro - , - ¡entonces los pelirrojos! – le miro fastidiado y sonríe victorioso, - ¿te importaría si uso el baño? – Sara niega con la cabeza y Yuuri se encamina a donde señala el rubio de gafas. – Jura que no te gusta – exige una vez el pelinegro ha entrado al cuarto sanitario, bufo, - no voy a hacerlo, no quiero -, - pero él no se compara conmigo. ¡Soy mucho mejor!-, - no estamos comparando a nadie y ninguno de ustedes me interesa en lo más mínimo -, otro puchero se forma en su labio inferior, - Wolfram, eres muy cruel – niego con la cabeza, - no tienes idea – sonríe, - y me alegra que me llames por fin por mi nombre  -, - no te acostumbres, Angel -   me guiña un ojo y ruedo los ojos, haciéndome el enfadado, - por cierto, ¿por qué no quieres que Yuuri sepa tu verdadero nombre? – me encojo de hombros, - no quiero que se vuelva cercano a mí -, - eres un antisocial cuando quieres, ¿eh? – comenta burlón, - no es como yo lo denominaría exactamente -, - lo sé, para ti es, ´el gusto de la soledad´ - sonrío, - esta es una de las razones por las que jamás vas a gustarme – abre la boca y le veo gruñir. Sonrío y luego dejo salir una corta risa, - te ves mucho mejor de esa manera – comento animado. 



-Muchas gracias – dice Yuuri saliendo del baño, se ha mojado el cabello y el rostro aunque este último se lo ha secado como ha podido, es muy notorio. – No ha sido nada, úsalo cuando quieras – Sara le sonríe cortésmente, Yuuri le corresponde el gesto; no estaría mal que conversaran a solas, podrían hacerse buenos amigos.




-Oye, Yuuri, ¿te gustaría probar un nuevo dulce que trajeron ayer? – miro a Saralegui sospechosamente, algo trama, no me cabe duda, Yuuri asiente con la cabeza, emocionado, Sara saca unas gomitas de color verde y rojo de su bolsillo y se las extiende, sonriendo; - ¿hay algún problema si las pruebo también yo? – pregunto aparentando un tono casual y alargo mi mano para tomar algunas pero Sara las aleja, - no, no Angel, son para Yuuri, aparte a ti no te gustan las gomitas -, sonrío, como lo supuse, - es cierto pera esas lucen deliciosas, dame un par – vuelve a negar con la cabeza y se las entrega todas al pelinegro, - no seas descortés, Angel -, - no vayas a comerte ni una – le advierto al moreno antes de que meta una a su boca y este la baja de inmediato, - ¿qué sucede? – pregunta confundido, - son dulces de broma – explico con tranquilidad y se los quito, Sara hace un puchero, - eres muy aburrido, Angel. No iba a lastimar a tu chico – mira a Yuuri y él sonríe a su manera tan peculiar, rascándose la cabeza, - bueno, entonces dime qué efecto tienen – exijo viéndolo con seriedad, se encoge de hombros, - ¿¡ni siquiera los has probado!? – niega con la cabeza, sonriendo y aprieto los dientes, - ¿y qué hubiera pasado si Yuuri presentaba una reacción alérgica? ¡Tienes que tener en cuenta los riesgos, Saralegui! No puedes ser tan despreocupado con todo siempre, ¡entiéndelo! -, - vamos, Angel, estás tomándolo por el peor de los lados, relájate un poco -, estoy por decir algo cuando Yuuri me interrumpe, - Sara tiene razón, Will… estás yéndote a los extremos, no tengo ninguna alergia y si solo se trataba de una simple broma no le veo nada de malo – Sara asiente, - ¿lo ves? Él está de acuerdo conmigo, no seas aguafiestas – me arrebata las gomitas y le mete un par en la boca a Yuuri, quien las mastica un poco y luego las traga; gruño, - son un par de insensatos – ambos sonríen y unos segundos después Yuuri comienza a estornudar y luego le da hipo; Saralegui ríe, con Yuuri imitándolo en cuanto los estornudos desaparecen y solo queda lo segundo. ¨Bobos¨ musito, yendo por un vaso de agua tibia para el pelinegro.







Las 3 horas siguientes son, en su mayoría, de charla, anécdotas narradas de boca de Sara y de Yuuri. Como es mi costumbre en conversaciones de este tipo me mantengo lo más al margen que puedo, permitiéndoles a esos dos platicar tanto como quieran; si hablo, doy mis propias versiones de lo dicho por Sara – obviamente las más cercanas a lo que en realidad pasó -, río con ellos, ignoro hasta el cansancio las nada disimuladas insinuaciones del rubio de gafas y sonrío con los tímidos comentarios del pelinegro de ojos azabache pidiendo que no sigua con el tema. Poco antes de que Yuuri y yo decidamos que ya es hora de irnos al pelinegro se le da por contarle a Sara la misma experiencia que me ha contado a mí mientras nos dirigíamos aquí. Saralegui expresa lo que piensa con claridad, aquí es donde muestra su faceta ´destruye-todo-lo-que-te-estorba´, niego con la cabeza repetidas veces durante el tiempo en que le indica lo que, a su parecer, debió haber hecho, - Saralegui – lo llamo en cuanto termina y voltea a verme de lo más normal, - ¿dime, Angel? – arrugo el entrecejo y él sonríe, - ya hemos hablado sobre que le andes dando consejos y opciones de tortura a todo mundo para solucionar sus problemas – asiente más y sonríe de nueva cuenta, - pero en está ocasión fue solo mi opinión así que no cuenta – suspiro y miro de reojo la expresión de semi trauma en el rostro de Yuuri, volviendo a fijar mis ojos en Sara, - ¿qué? – me pregunta como si no entendiera por qué le miro con desaprobación, - ¿p-podemos irnos ya, Will? – pregunta Yuuri y asiento, a lo que él camina a prisa hacía la puerta principal, - hasta pronto – se despide Sara como si nada, me acerco a él para susurrarle algo al oído y sigo a Yuuri, sin prestar atención a los llamados de mi ex – jefe. 


















 

-¿Hubo algún problema? – pregunta el pelinegro mientras caminamos por las calles del centro, niego con la cabeza, - ¿por qué preguntas? – cuestiono yo, mirándole de reojo, - oh, es… lo digo por la forma en la que te estaba llamando Sara cuando nos estábamos yendo – asiento, - renuncié – declaro tranquilamente, recibiendo la mirada sorprendida del chico a mi lado, - ¿renunciaste? Pero… ¿por qué? – sonrío, - eso es demasiado obvio, Yuuri – me mira confundido, enarco una ceja, - tienes que estar bromeando, la respuesta la debes saber tú mejor que nadie – piensa unos momentos pero su expresión demuestra que no tiene ni idea, suspiro, - no podré trabajar más en el restaurante por la sencilla razón de que estaré en la clínica-orfanato durante un tiempo indefinido – ahora sonríe incómodo y se rasca la parte trasera de la cabeza, - es verdad, lo siento – ruedo los ojos, - no te disculpes -, - perdona por eso también -, le miro incrédulo, ¿Qué acaso no me está escuchando?

Se oye un grito a lo lejos y ambos volteamos la cabeza, se trata de una mujer en silla de ruedas en la acera contraria que señala desesperada a un pequeño de unos 5 años que está corriendo por la pista, riendo, sin percatarse del peligro que corre; de repente, en su carrera, cae al piso raspándose la rodilla y empieza a llorar, justo en el momento en que un camión se dirige hacía su posición a gran velocidad y sin ninguna señal de que se detendrá, mas nadie parece advertir en el hecho. Cuando me doy cuenta, Yuuri ya ha salido corriendo con dirección al pequeño; no va a llegar a él a tiempo, está demasiado lejos… para él. Tomo impulso de la pared del reciento junto a mí y emprendo carrera con el mismo objetivo del pelinegro, rebasándolo con facilidad, llegando hasta el pequeño y levantándolo en brazos segundos antes de que el camión nos alcance y llegando al otro lado solo para, al girar, ver como Yuuri se ha quedado parado estupefacto en mitad de la pista y a un automóvil yendo en su dirección con el conductor totalmente distraído conversando por teléfono y sin prestar atención al camino. Le entrego el infante a la mujer inválida y salgo disparado hacia Yuuri, gritándole que se quite de la pista pero no reacciona, al llegar hasta donde está paso a su lado sin detenerme, halándolo del brazo con fuerza; no se resiste y como consecuencia de un mal paso ambos salimos volando y rodamos, ingresando por una puerta y mi espalda y cabeza terminan chocando contra una pared del lugar , dejándome parcialmente aturdido pero lo suficientemente consciente como para notar que Yuuri está intacto, abre los ojos un poco, parpadeando y susurra el que cree es mi nombre; le sonrío sin demostrar ni un poco el dolor que me surca toda la espalda y punza mi cráneo, - ¿estás bien? – asiento y él me queda mirando, - tú… ¡eso fue increíble! ¡Will, eres un héroe! – río un poco, negando con la cabeza. - ¿Will? – los dos levantamos el rostro, abro mucho los ojos, - Conrad… - susurro, a lo que él me sonríe y me ayuda a levantarme, - ¿Uh? ¿Lo conoces, Will?- asiento como respuesta, - él, es mi hermano mayor – el mencionado le sonríe a Yuuri, extendiendo su mano en su dirección a modo de saludo, una vez este se ha puesto de pie - mucho gusto, mi nombre es Weller Conrad -, el pelinegro estrecha su mano y sonríe del mismo modo, presentándose, - el gusto es mío, yo soy Shibuya Yuuri -, - ¿puedo preguntar qué hace aquí con mi hermanito menor, joven Shibuya? -, - llámeme Yuuri, por favor – Conrad asiente, volviendo a sonreír, - en ese caso puede llamarme Conrad, Yuuri -, - hai – suspiro, - Conrad, yo te explicaré todo, ven, hablemos en privado – mi castaño hermano acepta y le indica a Yuuri que puede practicar con sus estudiantes si le apetece a lo que el pelinegro asiente y se les acerca, en lo que nosotros ingresamos a la pequeña habitación que sirve de enfermería; - ¿estás seguro de que te encuentras bien? Fue un golpe bastante fuerte el que te diste -, - no te preocupes, estoy… bien – las piernas me fallan por un segundo y llevo mi mano derecha a mi cabeza, - ¡Wolfram! – me sujeta de los hombros y me sienta en la camilla que hay en la habitación, arrodillándose frente a mí, - esto me demuestra lo contrarío, déjame revisarte – lo miro a los ojos, - por favor, hermanito. Me preocupas – frunzo ligeramente el entrecejo y luego levanto los brazos, mirando hacia otro lado, - ¿Cómo se encuentra nuestra madre? – inquiero, después de que me quita la camisa y el bividí, golpeo su mano antes de que intente tocar mis vendajes, se aleja un poco dándome espacio - está preocupada, no ha dejado de buscar la manera de poder visitarte aún cuando ya le han explicado que debe cumplirse un mes como plazo mínimo para que se le permita hacerlo – sonrío, - ella no es de las que se rinden con facilidad – asiente, sonriendo también, - es necia, al igual que tú – le miro de reojo, - *hmph* ¿Qué hay de Gwendal-aniwe? – cuestiono, - siempre que puede acompaña a madre -, - no debe, los negocios de la familia necesitan de mucha atención -, - Wolfram… tú eres mucho más importante – niego con la cabeza, terminando de enrollar las vendas, dejando mi pecho totalmente al descubierto, - tú no fuiste el culpable de nada de lo que sucedió, tienes que quitarte esa idea de la cabeza -, - Conrad… - sonrío con amargura, - no puedo, nunca podré. Lo fue, fue mi culpa, yo fui el responsable – formo un par de puños, apretándolos, - madre era tan feliz, y lo arruiné -, - ¡ya basta! – me sorprendo, no es normal que Conrad levante la voz, - para ya de insistir con esa idea. ¡no es verdad! – no digo nada y él coloca su mano en mi espalda, palpándola hasta centrarse en mis cicatrices, - esta es la prueba. No lo olvides, Wolf. Él te forzó, tú nunca estuviste de acuerdo. Amas a nuestra madre y lo que él te hizo… lo que nos hizo no fue por causa tuya – me pongo de pie, sintiendo un ligero ardor en los ojos, Conrad extiende su mano hacía mí, - dame las vendas, yo te las pondré – se las entrego, evitando encontrar sus ojos y alzo los brazos, alargándolos a la altura de mis axilas como si fuera un avión, - nunca me contaste como es que estás aquí, y no en la clínica, ni tampoco el por qué ese chico está contigo – comenta, sin dejar de pasar las vendas por mi pecho, asegurándose de ajustarlas adecuadamente, asiento, suspirando; el ardor ya ha desaparecido, - verás, lo que sucedió fue que…











Continuara . . . 

Notas finales:

Arigatou Gosaimasu ^^


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